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Breve historia de algunas operaciones militares en la Segunda Guerra Mundial…


Historias de sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial

25 hombres sobreviven a los aterrizajes forzosos que se ven obligados a realizar sobre el hielo de Groenlandia y esperan varios días a ser recogidos por un equipo de rescate

En el mes de mayo de 1942 empieza a ponerse en marcha la llamada Operación Bolero, que consiste en la agrupación de tropas y material en Gran Bretaña, movimientos previos a una operación militar de mayor envergadura para la invasión de Europa a través del Canal de la Mancha. Bolero forma parte de la llamada Operación Roundup, un claro antecedente en el diseño de lo que sería más adelante la Operación Overlord (Desembarco de Normandía).

Al mes siguiente se empiezan a realizar los primeros vuelos que llevan aparatos desde EEUU hasta Gran Bretaña vía Groenlandia – Islandia, y es en este contexto cuando arranca la aventura del llamado «Escuadrón perdido» y del «Glacier Girl», un Lockheed P-38 Lightning que forma parte junto a otros cinco aparatos P-38 de la escolta de dos bombarderos B-17 que realizan este tipo de vuelo.

El 7 de julio de 1942 parten desde una base americana llamada Presque Isle en Maine, EEUU. Los aparatos se dividen en dos grupos llamados Tomcat Verde y Tomcat Amarillo y la ruta que tienen que seguir les ha de llevar primero hasta Goose Bay (Labrador), después a Narsarsuaq (Groenlandia), de allí a Reykjavik (Islandia) y finalmente a Gran Bretaña.

Mapa Glacier Girl
Mapa de la ruta seguida por Tomcat verde y Tomcat amarillo

Todas estas etapas de vuelo son imprescindibles para poder reabastecer de combustible a los aviones, y aunque en un principio los dos grupos vuelan por separado, el 15 de julio inician conjuntamente la siguiente etapa desde la base BW-8 situada en Groenlandia.

Parten temprano y ascienden hasta 12.000 pies para tomar esta cota como la altitud de crucero.

Cuando ya hace 90 minutos que han sobrevolado Islandia se ven obligados a ascender otros 2.000 pies más para intentar dejar atrás una masa de nubes de tipo cúmulos que imposibilita la visibilidad.

A partir de ese momento se empiezan a vivir situaciones límite que ponen a prueba la resistencia de los pilotos: Las bajas temperaturas que están sufriendo hacen que hombres como RB Wilson arranque el desempañador que lleva su P-38 y lo utilice como calentador de sus guantes en un intento de hacer entrar en calor las manos para poder notar los controles de vuelo.

Otro piloto llamado Brad Macmanus dice que para evadirse del frío se imagina a sus padres vestidos con un traje de baño en una playa.

Finalmente los equipos Tomcat verde y Tomcat amarillo deciden descender para ver si las condiciones meteorológicas son mejores y cuando al cabo de quince minutos se dan cuenta de que no mejoran deciden dar marcha atrás y regresar hacia el punto de partida.

Vuelan durante otros 90 minutos y al fin consiguen ver la silueta de Groenlandia pero su alegría se convierte en decepción al darse cuenta de que se encuentran a unas dos horas de la base. Es imposible que puedan alcanzarla ya que solo les queda combustible para 20 minutos.

La suerte está echada y el primero en probar de realizar un aterrizaje de emergencia en la superficie helada es Brad Macmanus, que ha de tomar un decisión bastante complicada: ¿cómo aterrizar mejor, con el tren subido o bajado?.

Decide hacerlo con el tren bajado y al tocar tierra rueda durante unos 200 m. hasta que finalmente el tren cede y se dobla, provocando que el aparato se tumbe boca arriba, quedando la cabina cubierta de nieve y poniendo difícil a Brad el salir del habitáculo: Finalmente lo logra golpeando el cristal de la carlinga y cavando en la nieve para abandonar su interior y salir a la superficie.

The Glacier Girl p-38 en la nieve
El P-38 de Brad Macmanus en la nieve

El siguiente en descender fue Robert Wilson, que decidió hacerlo con el tren replegado, por lo que al tomar tierra (o mejor dicho hielo), su  P-38 se deslizó por encima de la superficie hasta quedar frenado.

Nada más notar que estaba parado, salió rápidamente para ir a auxiliar a Macmanus, quien le estaba esperando bajo el ala y que a modo de saludo le dijo «no esperabas que lo lograra, ¿eh, cerebrito?».

 Los dos alzan la vista para saludar a los pilotos que esperaban su turno en el aire y éstos, al ver que los dos aterrizajes habían sido un éxito lo celebran realizando maniobras acrobáticas. 

Una vez aterrizaron los P-38 les tocaba el turno a los B-17, que demoraron su descenso hasta quedarse casi sin combustible (como medida de seguridad adicional).

La primera tarea a realizar por los veinticinco hombres una vez que todos los aparatos lograron aterrizar fue la de acondicionar un espacio para poder pasar los días de espera hasta que los rescatasen y racionar la poca comida que tenían para sobrevivir unos quince días.

7 de 25 pilotos del Glacier Girl
7 de los 25 pilotos que vivieron la aventura del Glacier Girl

Al cabo de tres días pudieron entrar en contacto con la base mediante mensajes de código morse y aquel mismo día, un C47 de transporte les lanza material y suministros en paracaídas con los que poder aguardar su rescate.

El 24 de julio un equipo de hombres logra llegar a su posición con trineos tirados por perros: Son guiados por aviones que sobrevuelan la zona y que les van indicando el mejor camino hasta llegar al lugar del accidente, momento en el que los pilotos recogen sus efectos personales y inician una durísima travesía que los lleva a la costa.

Al llegar a la playa, los hombres no pueden aguantar más y se duermen mientras esperan la llegada de un barco del servicio de guardacostas que los lleva a la base BW-1, en donde por fín pueden descansar tras esta gran aventura.

El llamado «Escuadrón perdido» ha sido rescatado y sus miembros regresan a EEUU en donde son repartidos por otros tantos destinos y otras tantas misiones.

Posteriormente, en 1992 se realizó una expedición que logró recuperar uno de los P-38 que ha sido restaurado y que ha vuelto a volar de nuevo.

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Shangri-la era un idílico rincón perdido en un valle de Nueva Guinea, en donde uno de los vuelos de incentivo que premiaba a personal de las bases aliadas estacionadas en el pacífico durante la Segunda Guerra Mundial tuvo un accidente y vivió una de las aventuras más extraordinarias de la contienda

El día 7 de mayo de 1945 Alemania capitulaba en Reims y la guerra ya es historia en Europa, aunque aún faltan algunos meses hasta que Japón firme su rendición. Nueva Guinea alberga bases aliadas y las tropas acantonadas en ellas pasan sus días esperando ese ansiado desenlace. Es en este contexto en el que se desarrolla nuestra historia de hoy.

Dentro de las costumbres que existían en las bases, había una llamada “vuelos de incentivo” con la que se quería motivar a personal y tropas acantonadas en esas localizaciones.

Para ello se les  premiaba con vuelos en avión para visitar lugares peculiares o para tener vistas poco comunes de los mismos. Uno de esos lugares era conocido como Shangri-la.

Un año antes, un par de pilotos americanos habían sobrevolado un recóndito valle en el que pudieron ver desde las alturas una civilización primitiva que no había tenido contacto con el ser humano. Vivían literalmente en la edad de piedra.

El valle de Shangri-la
Entrada a Shangri-la

Lo inaccesible del lugar había preservado sin querer aquella sociedad que desde su descubrimiento todo el mundo quería ver con sus propios ojos.

El paraje había sido descubierto anteriormente por un biólogo llamado Richard Archbold que había estudiado la flora y fauna sin realizar ningún estudio antropológico de sus habitantes. 

Archbold había utilizado un hidroavión PBY-2 Catalina que le permitió amerizar en ríos y lagos de la zona.

Así pues, un vuelo sobre Shangri-la era un buen incentivo para todos aquellos que esperaban ser obsequiados.

El 13 de mayo de 1945, un grupo de 19 soldados sube a bordo de un Douglas C-47 Skytrain bautizado con el nombre “The Gremlin Special” y que lleva una tripulación de 5 hombres.

El vuelo parte a las 14:15h desde Jayapura y tiene la intención de sobrevolar Shangri-la. Pasadas las 15:00h y cuando están sobre unas montañas cercanas a la entrada del valle, el C-47 sufre un accidente y de las 24 personas que viajaban a bordo, 18 mueren en el accidente y 6 sobreviven al mismo.

La sargento Laura Besley, la soldado Eleanor Hanna y el capitán Herbert Good no fallecen en el acto pero no sobreviven a las terribles heridas que sufrieron. Good muere al cabo de una hora, Hanna fallece el dia 14 y Besley el dia 15.

Douglas C-47 Skytrain
Douglas C-47 Skytrain

Los otros tres supervivientes son los protagonistas de la historia: La cabo Margaret Hastings, el sargento Kenneth Decker y el teniente John McCollom.

Al poco tiempo, McCollom decide abandonar los restos del aparato accidentado ya que piensa que quedándose en el sitio del accidente tienen pocas posibilidades de sobrevivir y parten a buscar un claro en la selva desde donde poder marcar su posición.

Durante unos días habían sido ayudados por los nativos que vivían en un pequeño poblado que había cerca del lugar del accidente.

Recogen todo el líquido que pueden llevar y unos dulces que encuentran entre los restos e inician su travesía en busca del lugar idóneo.

El 16 de mayo encuentran el claro y McCollom coloca un trozo de lona de color amarillo que es visto desde el aire y activa una misión de rescate para los supervivientes.

Entretanto, Hasting, Decker y McCollom tienen su primer encuentro con los nativos de Uwambo, cuyo jefe es Wimayuk Wandik “Pete”. Aunque son caníbales, “Pete” habla con su tribu y les recuerda una antigua leyenda que vaticina que un día llegarían unos espíritus blancos que ayudarían a su pueblo, por lo que deciden ayudarles.

El 19 de mayo, el sargento Benjamín Bulatao y el cabo Camilo Ramirez, médicos, saltan en paracaídas en la zona del accidente para tratar a los supervivientes. Era importante esta ayuda porque las heridas y quemaduras amenazaban con desarrollar gangrena.

Los médicos cabo Ramirez y sargento Bulatao con la cabo Margaret Hastings cerca del lugar del accidente
Benjamín Bulatao y Camilo Ramírez junto a Margaret Hastings tras auxiliarla

Al día siguiente, 20 de mayo, un equipo de 8 paracaidistas americano-filipinos liderado por el capitán C. Earl Walter jr. se dirige hacia el valle.

Earl Walter jr. había recibido una llamada del Coronel Lynch encargándole la misión: Le preguntó si estaría dispuesto a llegar hasta los supervivientes y preparar una pista de aterrizaje para su evacuación, a lo que le responde con el lema de su unidad “Cueste lo que cueste”.

Earl Walter jr. quiere que el salto se realice desde baja altura para intentar no advertir a los nativos de su presencia, aunque nada más aterrizar y reunir a todos sus hombres sobre una loma, se dan cuenta que están rodeados por más de 200 nativos, gritándoles y amenazándoles.

El sargento del pelotón puso una nota de humor al mirar a su capitán y decirle “ Ahora sé cómo debió sentirse Custer”, arrancando una carcajada en los hombres.

Con tal de mantenerlos a raya, uno de los soldados dispara un tiro al aire y la estratagema surge efecto.

Los indígenas cambian de actitud y a partir de ahí se tornan amistosos con los hombres, hasta el punto que a partir de la tercera noche, se anulan las guardias de acuerdo con los suboficiales porque Earl Walter jr. las considera innecesarias.

Los hombres de Earl Walter jr frente a un C-47
Los hombres de Earl Walter frente a un C-47

El 22 de mayo parte junto a cuatro hombres más en busca de los supervivientes y los dos médicos. Tras desorientarse y tener que abrirse camino por la jungla llegan hasta el grupo al cabo de cuatro días de marcha.

Los médicos informan que debido al estado de los heridos es aconsejable esperar unas tres semanas para realizar la evacuación, por lo que plantan tiendas de campaña y acondicionan la zona para la espera.

Casi a diario un avión les suministraba lo necesario para su supervivencia, comida, agua, e incluso ropa, aunque con un pequeño contratiempo: Decker y McCollom necesitaban ropa de recambio, pero toda la que llegaba era para la sargento Margaret Hasting. Incluso llegó un cargamento con 3 docenas de sujetadores que provocaron las correspondientes burlas entre los hombres.

Margaret Hastings junto a miembros de la tribu
Margaret Hastings junto a miembros de la tribu

Tras cuatro semanas de convalecencia, el grupo de supervivientes estaba restablecido por lo que se desplazaron todos hacia el campo base. El plan final consistiría en sacarlos en planeadores.

A esas alturas se unió un periodista al grupo, que fue lanzado en paracaídas para transmitir noticias de todo el proceso. Alexander Cann llegó con el encargo de fotografiar y filmar el proceso.

Tras preparar la pista, el 28 de junio se deja caer un planeador Waco con el que se pretende sacar al grupo.

No existe suficiente espacio como para que un avión pueda despegar y aterrizar con garantías, y la opción del planeador parece ser la más apropiada frente a una travesía por la jungla. ¿Pero cómo va a remolcarse el planeador?.

Margaret Hastings contempla los preparativos para su mision de rescate
Margaret Hastings contempla los preparativos de la misión de rescate

Para ello se construyen un par de postes en los que se instala un cable del que quedará atado el planeador. El resto es sencillo: Utilizando la técnica del Snatching, el avión realizará un vuelo rasante y enlazará con un gancho el cable sujeto al remolcador, tirando del mismo y sacando del valle a sus ocupantes.

Es una técnica arriesgada que se ha utilizado pocas veces, pero que creen puede resultar. Así pues, el 2 de julio todo está listo para el vuelo que ha de llevar de vuelta a casa a los supervivientes y a sus rescatadores.

Como el planeador tiene que elevarse rápidamente, se decide hacer varios viajes en los que sólo irán 4 o 5 personas dentro.

Los supervivientes viajan en el primer planeador, y los hombres son divididos entre el segundo y el tercer viaje. Earl Walter jr. y sus tres suboficiales cerraron los vuelos en el tercer viaje.

El sargento Kenneth Margaret Hastings y el Teniente John McCollom poco despues de su rescate
Kenneth,Margaret Hastings y John McCollom poco después de su rescate

Nada más regresar, Margaret se convierte en una estrella de la noche a la mañana. Realiza numerosas entrevistas y se aprovecha su tirón mediático para organizar una campaña de venta de bonos de guerra, una revista titulada Calling All Girls publica un cómic con su historia e incluso es recibida por Eisenhower.

Comic Shangrila
El cómic publicado por la revista Calling All Girls en 1945

En este enlace podéis ver fragmentos de una película de época filmada por Alexander Cann con escenas del campamento, en donde se ve a sus protagonistas conviviendo con la tribu y haciendo los preparativos para el rescate.

En la parte final se ve perfectamente como el avión engancha al planeador Waco e inicia el ascenso.

Sin lugar a dudas, el rescate de Shangri-la fue una de las operaciones más extraordinarias de la contienda, tanto por su naturaleza exótica como por su complejidad y resultado.


El 17 de mayo de 1944, un avión aliado toma tierra en El Cairo. A bordo viaja el General alemán Heinrich Kreipe junto a Patrick Leigh-Fermor y Walter Stanley Moss, dos oficiales británicos que le habían secuestrado en la isla de Creta el 26 de Abril.

El 17 de mayo de 1944, un avión aliado toma tierra en El Cairo. A bordo viaja el General alemán Heinrich Kreipe junto a Patrick Leigh-Fermor y Walter Stanley Moss, dos oficiales británicos que le habían secuestrado en la isla de Creta el 26 de Abril. Pero, ¿cómo llega Kreipe a manos de los aliados?.

Para contestar a esta pregunta nos tenemos que remontar a mayo de 1941 cuando tropas alemanas asaltan la isla griega de Creta en la Operación Mercurio. Una vez ocupada, el General Friedrich Wilhelm Müller se hace cargo de la guarnición en agosto de 1942.

Müller es conocido por sus métodos represivos contra la población y se gana el apodo de “El carnicero de Creta”. Enseguida se empiezan a generar informes aliados que ponen su punto de mira sobre él y se diseña un plan para secuestrarlo.

Los Británicos poseen una unidad llamada “Este” en El Cairo, desde donde se entrenan y envían agentes que operan en Grecia. Allí coinciden varios de los protagonistas de la operación: El Comandante Patrick “Paddy” Leigh-Fermor, un joven oficial de 29 años que habla griego y alemán a quien se le encarga liderar el grupo, el Capitán Stanley Moss, de 23 años, amigo personal de Paddy, y tres agentes griegos del SOE: Manoli Paterakis, Georgi Tyrakis y Mickey “Mickey” Akaumianos.

Éste último es un gran conocedor del terreno, puesto que su familia posee una casa cerca de Villa Ariadna, un edificio que hizo construir Sir Arthur Evans (el descubridor del Palacio de Cnosos) y que utilizaba Müller como residencia.

El grupo que secuestra a Kreipe
Comandos que participaron en el secuestro de Kreipe

El día 4 de Febrero se inicia la operación del secuestro con un vuelo desde el aeródromo de Bardia (Egipto) que traslada a Paddy, Moss, Paterakis y Tyrakis hacia Creta, concretamente a un lugar conocido como “la meseta de los 20000 molinos de viento”, en donde les estaban esperando un grupo de partisanos griegos.

Cuando llegan a su destino hay un banco de niebla que solo permite saltar a “Paddy”.

El piloto realiza varios intentos pero finalmente se ve obligado a regresar con los demás ocupantes.

Han de pasar varias semanas para poder realizar otro vuelo que vuelve a fracasar por el mismo motivo por lo que se decide que los comandos llegarán por mar a la isla.

La noche del 4 de Abril se realiza el desembarco y “Paddy” les informa que pocos días antes el General Müller es reemplazado por el General Kreipe, por lo que cambian el objetivo de la misión.  Se ponen en marcha y llegan a la población de Kastamonitsa, donde “Mickey” les proporciona documentación falsa.

Allí se separan momentáneamente: Todos se ocultan en una cueva cercana excepto “Mickey” que lleva a “Paddy” a una casa que su familia posee cerca de Villa Ariadna, lugar de residencia del General. Durante unos días observan todo lo relacionado con su seguridad y sus costumbres (horarios de entrada y salida, emplazamiento, guardias..etc).

Entablan amistad con varios soldados y buscan la mejor localización para realizar el secuestro. El domingo de pascua, “Paddy” regresa con el grupo y les comunica que el lugar escogido para la acción es una curva cerrada de la carretera que une Ano Archanes con Cnosos.

Su trazado es idóneo ya que tiene unas zanjas laterales en las que pueden disimular un cable que active una luz cuando aparezca el vehículo. Además, un grupo de partisanos vigilará la zona y se hará cargo de cualquier contratiempo que se pueda producir. El 21 de Abril se dirigen a Skalani en donde se refugian hasta el día previsto.

Se ha decidido que sean “Paddy” y “Moss” quienes paren el coche del General, por lo que se desplazan junto a “Mickey” a la curva para ultimar los detalles. Se tiende el cable en las zanjas y se repasan una y otra vez las posiciones.

Durante la espera, se compran productos en el mercado negro y la hermana de “Mickey” arregla los dos uniformes de policía militar que llevarán puestos los ingleses, que se han cortado el pelo al estilo alemán para caracterizarse mejor.

Escenario del ataque
La curva en donde se realiza el secuestro

Y por fin llega el gran día:

El 26 de Abril sobre las 21:30h Kreipe se dirige de vuelta hacia su residencia.

Cuando el vehículo pasa cerca de donde está escondido “Mickey”, éste activa la señal y los dos ingleses encienden una linterna roja: El chófer pregunta al General si debe parar. Kreipe asiente y “Paddy” se acerca a la ventanilla para solicitar su pase de circulación.

Esto indigna a Kreipe quien baja del coche preguntándole si no le conoce, momento en el que “Paddy” dice: “Mi General, es Vd prisionero de los ingleses”.

Un hombre lo reduce mientras Moss golpea al chofer con una porra. Sin perder tiempo Moss y “Paddy” suben en los asientos delanteros y ponen al General detrás custodiado por dos hombres.

En ese punto «Paddy» teme por la vida de Albert Fenske -el chófer- y les advierte a los hombres que han de custodiarlo que la idea que tiene es la de realizar el secuestro sin derramamiento de sangre y les arranca el compromiso de respetar su vida.

Abandonan al chofer con los partisanos y se ponen en marcha.

Tras ir superando un total de 22 controles (al acercarse a los puestos Patrick bajaba la ventanilla y gritaba «General wagen» («Coche del general) mientras que Moss pisaba el acelerador) llegan a Drosia, donde se separan: Unos llevan al General en dirección a Anoya, mientras “Paddy” y un partisano siguen conduciendo hasta llegar a la costa en donde abandonan el vehículo, dejando en su interior un gorro, colillas marca “Player’s”, una novela de Agatha Christie y una nota explicando que el secuestro lo realizan comandos ingleses sin ayuda de población local.

La idea de dejar allí el coche es hacer creer que ya han abandonado la isla a bordo de un submarino. De hecho Moss quiere apuntalar esta idea y envía a un emisario con la misión de contactar con el SOE para solicitar el lanzamiento de octavillas sobre la isla informando del éxito de la misión y de la llegada del General al Cairo. Entretanto, la tardanza del General en llegar a Villa Ariadna ha disparado las alarmas y se inicia un amplio dispositivo de búsqueda.

Más de 30.000 hombres y aviones de reconocimiento rastrean la isla. Por la mañana del 27 de Abril se distribuye una octavilla amenazando a la población civil con represalias (no era la primera vez que los alemanes utilizaban este método) y a mediodía una patrulla de tráfico alemana encuentra el coche.

Octavilla alemana anunciando represalias contra la localidad de ANoya
Octavilla alemana distribuida tras el secuestro

«A los habitantes de Creta: En la noche pasada, el General Kreipe ha sido raptado por unos bandidos. Es muy posible que lo tengan escondido en las montañas. La población debe saber donde se encuentra. Si en el plazo de tres días no se le pone en libertad, todos los pueblos rebeldes de la zona de Heraclión serán destruidos. Por otra parte, se dictarán severas medidas contra la población civil».

El señuelo parece surtir efecto porque 24 h. después de iniciarse la búsqueda ésta se suspende, aunque se vuelve a activar cuando un confidente asegura que el General aún se encuentra en la isla. Caminan de noche y se ocultan en cuevas durante el día. No utilizan senderos sino que van por rutas de montaña.

El grupo deja atrás la comarca de Anoya y se refugia en una cabaña de pastores en donde son muy bien recibidos y se les ofrece una comida a base de cordero asado, queso y vino.

Allí pueden descansar todo el día hasta reanudar la marcha ya que han acordado un punto de reunión con los partisanos que estaban a cargo del chofer. Llegan al lugar y tras una espera ven aparecer a los hombres pero sin el conductor.

Cuando son preguntados contestan que ha muerto en un tiroteo con soldados alemanes aunque años más tarde se sabe que fue apuñalado y enterrado bajo un montón de piedras. La marcha prosigue varias jornadas y llegan a una cueva del monte Ida, un lugar de nieves perpetuas en donde las condiciones se endurecen.

travesia por la nieve en el Monte Ida
Travesía del grupo por las nieves del Monte Ida

Un mensajero llega al cabo de unos días y les comunica que en breve llegará un comando que les guiará hasta la costa, en donde una embarcación recogerá al General.

Mientras tanto, las tropas alemanas estrechan el cerco y obligan al grupo a desplazarse.

La playa donde está prevista la entrega se encuentra tomada y se busca una nueva localización. “Paddy” parte para buscar una estación de radio desde donde logra comunicar el nuevo lugar previsto al SOE, mientras los demás prosiguen camino en dirección a Yerakari. Kreipe se encuentra exhausto y le facilitan una montura con la que tras varias horas de camino llegan a una cabaña en donde se reunen de nuevo.

En aquella cabaña, y mientras contempla el amanecer, Kreipe empieza a recitar en latín “Vides ut alta stet nive…” son los primeros versos de la oda Ad Thaliarchum de Horacio.“Paddy” le escucha sorprendido y recita las siguientes estrofas del mismo, lo que crea un vínculo entre ellos que supera la situación que están viviendo.

El General Kreipe en el escondite del Monte Ida
El General Kreipe en el escondite del Monte Ida

La fecha prevista del 9 de mayo se ha de cancelar puesto que los alemanes siguen ocupando la playa, y el grupo se desplaza en dirección Rodakino, donde el litoral es más escarpado y estaba menos vigilado. Durante esta travesía, la mula que lleva al General tropieza y cae al suelo y como consecuencia Kreipe se fractura el omoplato derecho.

El grupo se separa de nuevo debido al fuerte dispositivo: Unos conducen al General por un camino más abrupto pero menos vigilado, “Paddy” y los restantes miembros siguen por una ruta más corta hasta un barranco muy cercano a la costa. A la tarde se reúnen de nuevo y sobre las 22:00h escuchan el motor de una embarcación.

Suben a las lanchas y son recibidos con bocadillos de langosta y ron. Se inicia una travesía de 24h que les lleva al puerto de Marsa Matruh. Allí prestan ayuda médica a Kreipe y cuando ya se encuentra más recuperado de sus heridas sube junto a “Paddy” y a Moss a un avión que lo lleva directamente a El Cairo, donde pasa a manos británicas. Kreipe fue trasladado a Londres para ser interrogado.

Desde Londres se le traslada a un campo de prisioneros en Calgary, Canadá. Tras unos meses es devuelto de nuevo a Inglaterra, a un campamento hospital en Shugborough Park donde fue tratado de diabetes antes de trasladado al campo de prisioneros de Island Farm.

Fue liberado en 1947 y falleció en Northeim, Alemania el 14 de junio de 1976. Como curiosidad apuntar que en 1972 se reencontró con sus captores en un programa de la televisión griega.

17 de Mayo de 1944 El General Kreipe llega a El Cairo
Llegada del General Kreipe a El Cairo

En breve publicaremos un post en el apartado multimedia con todas las fotografías que hemos encontrado sobre esta operación.

Durante el tiempo que duró la misma, «Paddy» y otros miembros documentaron la travesía con varias imágenes que os ofreceremos para que podáis haceros una idea de lo que supuso esta operación y las dificultades que tuvieron que superar para finalizarla con éxito.


El 10 de marzo de 1945, un grupo de 70 prisioneros alemanes que estaban confinados en el campo de Island Farm, en la población de Bridgend, consiguieron fugarse a través de un túnel que habían estado excavando desde uno de los barracones.

El campo de Island Farm fue destinado como campo de prisioneros a partir de 1944, cuando las tropas aliadas ya habían desembarcado en Normandía. En aquel momento surgió la necesidad de ir recluyendo a los soldados que se iban capturando por el avance a través de Europa y para los que se barajaban diferentes destinos.

Island Farm tan solo fue uno de los muchos campos de prisioneros que los albergaron. En un principio el recinto estaba destinado a soldados y oficiales, pero con el paso del tiempo se decidió que solamente hubieran oficiales. Éstos llegaron en noviembre de 1944 y no tardaron en organizarse para organizar una fuga, puesto que tan solo 4 meses más tarde tuvieron listo el túnel por el que se escaparon.

. Primer intento de fuga fallido

Los guardias ingleses frustraron un primer intento el 16 de enero de 1945. Aquel día descubren un túnel a punto de finalizarse. Como consecuencia de un chivatazo, dos guardias entran con una barra de hierro en uno de los barracones para realizar una inspección.

Tras sospechar de una baldosa que estaba frente a la estufa, la levantan y se encuentran con la boca de un túnel en el que estaba trabajando un prisionero. Aquel descubrimiento provocó que se aumentara la vigilancia y se controlase más a los internos.

En aquella época, el comandante del campo era el Teniente Coronel Darling, un veterano de la Primera Guerra Mundial que había sido hecho prisionero por los alemanes y se había fugado llegando a Inglaterra a través de Holanda. Su experiencia en ese sentido le decía que seguramente tenía que haber una segunda galería en construcción, porque los túneles de escape siempre se hacían a pares.

De entrada, si se localizaba uno de los dos, aún quedaba otro para fugarse y además, el descubrimiento de una galería producía un efecto satisfactorio en los guardias ya que creían que se había desbaratado el plan de fuga y relajaban la vigilancia. Darling había establecido unos protocolos con el Jefe de Policía William May para capturar a los posibles fugados y establecen un perímetro de 3 millas alrededor del campamento sobre el que actuarían sus hombres en vez del ejército. Pero con todo y con eso, este protocolo no logra evitar una fuga posterior.

Guardia vigilando la valla del campo de prisioneros
Guardia vigilando la valla del campo de prisioneros

. La construcción del túnel definitivo en Hut9

Por un motivo de seguridad y a fin de evitar delaciones, los participantes desconocían cuáles iban a ser sus compañeros de viaje. La consigna dada de prohibir hablar entre ellos fue tan efectiva que a día de hoy se desconoce la identidad de los cabecillas del plan. Fueran quienes fuesen lo cierto es que se ponen manos a la obra: Lo primero es decidir el emplazamiento del túnel.

El barracón más cercano a las alambradas es Hut9, por lo que es escogido para su construcción. Cuanto más cerca se esté de la valla, menos habrá que excavar y antes se acabará la obra. Ahora hay que buscar el sitio idóneo para empezar a perforar y se decide excavar bajo una cama.

El pozo vertical mide 2’7 m. desde el suelo hasta el techo del túnel, y sus dimensiones son de 90cm x 90 cm. con una longitud de 20m hasta la salida. Como obra de ingeniería, la construcción de la galería plantea varios problemas: En primer lugar, el material del que está hecho el suelo en donde se excava es arcilloso.

Lo que por un lado puede parecer una ventaja ya que obviamente la arcilla es más blanda que la roca y permite avanzar más rápido en los trabajos, por otro lado comporta un serio peligro y hay que apuntalar las paredes y el techo para evitar derrumbes a medida que se va excavando. Pero…¿De dónde sacar la madera necesaria?.

Unos bancos robados de la cantina y parte de las patas de las camas (fueron cortadas todas a la misma altura para no levantar sospechas) sirven para ese propósito.

Esquema del tunel de Hut9
Esquema del túnel construido en Hut9

Otro tema a solucionar son los escombros que se van generando: La arcilla que se va evacuando es de diferente color a la tierra que hay en superficie, por lo que para deshacerse de la misma no vale la opción de mezclarla con la del exterior. A alguien se le ocurre una solución.

En uno de los barracones hay una habitación que no se utiliza y que está tapiada. Se puede hacer un agujero disimulado y a través del mismo se pueden ir lanzando bolitas de la arcilla compactada al interior, con lo que quedan fuera de la vista de los guardias, siempre y cuando se tenga la precaución de que no supere el nivel de las ventanas, porque entonces se vería desde fuera.

Este ingenioso sistema fue ocultado por los fugados y era un misterio hasta mediados de los años 80, cuando fue desvelado por culpa de un acto vandálico que tiró abajo la pared tapiada, saliendo desparramadas las bolas de arcilla.

El suministro eléctrico del interior del túnel se consiguió conectando unos cables a la alimentación del barracón y la ventilación del mismo se hizo con una bomba manual conectada a una tubería hecha con latas de leche condensada. Lo que se desconoce hasta la fecha son las herramientas utilizadas para su construcción, aunque se cree que fueron utilizados cubiertos y latas de conserva adaptados para poder excavar. ¿Y cómo lograr amortiguar el ruido?. Pues con el clásico método de los cánticos. Los prisioneros cantaban canciones típicas alemanas a todas horas, por lo que los encargados de excavar tenían cobertura acústica.

. Garfield Davies casi frustra la fuga

Sólo hubo un momento de pánico en el que estuvo a punto de dar al traste con el plan de fuga. Un granjero local llamado Garfield Davies se encuentra arando su campo contiguo al campamento y se da cuenta que hay un grupo de prisioneros junto a la valla que están muy interesados en ver por donde va pasando.

A medida que se aleja, observa por el rabillo del ojo que los prisioneros pierden interés, pero cuando vuelve a aquella zona, vuelve a contemplar como los prisioneros se muestran un poco inquietos. El arado ha de pasar por encima de una piedra plana que hay justo en medio, pero Garfield decide rodearla para no dañarlo.

Al día siguiente, entendió el porqué de aquella agitación entre los prisioneros: La piedra plana cubría la salida del túnel y al golpearla podía haber descubierto la salida o haber causado un derrumbe.

Salida del tunel en el campo de Davies
Salida del tunel en el campo de Davies

. La fuga definitiva de Island Farm

El túnel se ha finalizado y se fija como fecha el 10 de marzo de 1945. Es de noche. Después de las 22:00h los prisioneros pasan el último recuento antes de acostarse. Se ha dispuesto que los primeros grupos de 3 o 4 hombres vestidos con ropas civiles accedan a la galería. Todos ellos llevan mapas de las zona, una brújula para poder orientarse y documentación falsa.

El suelo del túnel por el que empiezan a avanzar está forrado con ropa vieja para evitar que la ropa se manche de barro y las luces del túnel cumplen con un doble propósito: Van iluminando el camino y también sirven para advertir de un peligro: Un prisionero apaga las luces cuando el guardia que hace una ronda exterior está cerca y las vuelve a encender cuando se aleja.

Poco a poco van saliendo por el otro extremo hasta completar la cifra más aceptada de 70 prisioneros fugados. Habían acordado como punto de encuentro un árbol alto que se encontraba a 150 m. de la salida. Ese recorrido lo hacían a través de campo abierto hasta llegar a cubierto.

Pasadas las 2:15h le toca el turno de salir a un oficial de la Luftwaffe llamado Hermann Schallemberg. Cuando está atravesando el campo es descubierto por un guardia que le da el alto y efectúa un disparo. En la confusión que sigue, un guardia cae por el hueco de salida del túnel, lo que provoca que un grupo de fugados que están escondidos en unos arbustos estalle en carcajadas.

Tunel construido por los prisioneros de Island Farm
Sección del tunel construido por los prisioneros

Los primeros 11 evadidos son arrestados y a partir de ahí se inicia la persecución de todos los demás. Algunos de ellos logran recorrer distancias considerables de casi 200 kms ya que logran llegar hasta Birmingham pero fueron todos capturados. La opinión pública se escandalizó y acusaron a los guardias del campo de negligencia.

Fue tal el revuelo provocado, que poco después del episodio sus 1634 prisioneros fueron trasladados a otro campo de prisioneros (el campo 181) y Island Farm fue renombrado como Campo Especial XI, quizás en un intento de pasar página. En el año 2003, una empresa llamada Terradat localizó el túnel con la ayuda de un georadar y éste se ha vuelto a abrir.

A pesar del tiempo transcurrido desde su construcción se hallaba en un buen estado de conservación, ya que incluso las maderas que se habían utilizado para apuntalarlo estaban aún en su sitio.

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