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Cómo son las relaciones sexuales a los 50, 60 y 70 años …


Pareja acostada en una cama hablando entre ellos

AARP(E.Uzelac) — El sexo, y las respuestas sexuales, cambian con la edad de las personas que pasan por sus 50, 60, 70 años o más. Lo cual no significa que las relaciones íntimas empeoren. Para algunos, se pone aún mejor.

“El sexo no tiene fecha de caducidad”, dice Joan Price, educadora sexual del norte de California, que ha escrito cinco libros sobre sexo para adultos mayores. “La idea es ampliar la idea de lo que es el buen sexo. Conozco a muchos adultos mayores que dicen que mantienen las mejores relaciones sexuales en su vida porque no tienen una definición estricta de lo que es el sexo. Hay muchas opciones para escoger.»

Las relaciones sexuales en la vejez pueden convertirse en algo complicado debido a problemas relacionados con la edad como la sequedad vaginal, los problemas de erección y la libido baja. También hay que tomar en cuenta las condiciones médicas como artritis, dolor de espalda y dolor en las articulaciones.

Pero los profesionales especializados en relaciones sexuales dicen que para casi todos los problemas hay una solución, y que una vida sexual satisfactoria puede durar toda la vida. 

El sexo después de los 50 años: una década crítica

Los problemas sexuales, como el coito doloroso y las dificultades con la erección, empiezan a aparecer a los 50 años, y si no se abordan y no se tratan pueden alterar el curso de tu vida sexual. «El sexo no se acaba cuando surgen las complicaciones», dice Joan Price, educadora sexual del norte de California.

«Este es el momento de empezar a hablar franca y abiertamente con tu pareja sobre tus necesidades sexuales y los cambios que estás experimentando», añade. «Si no, las cosas pueden complicarse, y los problemas de la relación pueden enturbiarse en silencio».

A los 50 años, la mayoría de los hombres siguen sintiéndose vigorosos, aunque pueden notar que su erección no es tan firme como antes y que la testosterona, una hormona fundamental, está disminuyendo.

Pero esta edad puede ser muy difícil para las mujeres que, en promedio, entran a la menopausia a los 51 años. La sequedad vaginal y la baja libido generalmente se convierten en problemas, lo que Price denomina «discrepancia en el deseo» de la pareja, que puede poner en peligro la intimidad sexual.

Casi el 90% de las mujeres posmenopáusicas experimentarán algún dolor al mantener relaciones sexuales con penetración, afirma la Dra. Marilyn Jerome, ginecóloga de Foxhall OB/GYN Associates de Washington D.C. ¿El motivo? La atrofia o sequedad vaginal, que es una dolencia tratable. Un estudio publicado en Menopause en el 2019 mostró que casi el 71% de las mujeres de 40 a 55 años que aún no habían entrado en la menopausia experimentaban atrofia vaginal y un marcado descenso de la actividad sexual.

Jerome les recomienda a las mujeres mayores de 50 años que empiecen a utilizar lubricantes de venta libre cuando tengan relaciones sexuales; la crema de estrógeno vaginal que ella receta puede rellenar las paredes vaginales. Jerome dice que las mujeres que se preocupan por el cáncer de mama no deberían rechazar el estrógeno vaginal. Las únicas pacientes a las que no se lo receta son las mujeres que reciben tratamiento por cáncer de mama y que toman inhibidores de la aromatasa.

Si entra en juego la falta de deseo, como ocurre frecuentemente a partir de los 50 años, Price sugiere practicar la excitación «receptiva», impulsada por el contacto físico en lugar de depender del deseo hormonal espontáneo.

«Si te permites disfrutar del placer de excitarte físicamente poco a poco cuando te tocan o mediante otro tipo de estimulación, el deseo seguirá. Y esto es algo que puedes tener toda la vida», agrega.

5 trucos para tener buen sexo a los 60, 70, 80 y más – Firagran

El sexo después de los 60 años: acepta el reto

Si no se habla sobre ellos y no se atienden, los problemas sexuales que surgen de forma natural con la edad pueden arruinar la vida amorosa. Tal como lo expresa la ginecóloga de California, Lisa Webb: «Si has dejado de hablar de sexo después de los 60, es probable que ya no lo tengas».

Webb invita a las parejas a que sean «deliberadas» con respecto al sexo: «¿Qué necesitas? ¿Qué necesita tu pareja? La mecánica no importa realmente mientras te sientas satisfecho. El sexo y la intimidad pueden seguir siendo intensos y gratificantes». Este es el panorama sexual en esta década transformadora.

Después de los 60 años, muchos hombres se enfrentan a problemas de erección, lo que puede hacer que no muestren afecto. «No quieren empezar lo que no pueden terminar», dice el Dr. Abraham Morgentaler, urólogo y autor de The Truth About Men and Sex: Intimate Secrets from the Doctor’s Office.

Una solución frecuente: Viagra y sus competidoras, que Morgentaler califica de «las pastillas más estudiadas del planeta». Los medicamentos también pueden inyectarse directamente en el pene antes de las relaciones sexuales. «Suena horrible, pero es realmente fácil», añade Morgentaler.

Las erecciones normalmente duran entre veinte minutos y dos horas. Otras opciones son los dispositivos de vacío, los procedimientos quirúrgicos y los nuevos tratamientos con energía de ondas sónicas y un inyectable de plasma rico en plaquetas.

La deficiencia de testosterona puede reducir la libido de los hombres a partir de los 60 años. La buena noticia es que en el 2019, la FDA aprobó la primera de las tres formas orales de testosterona. Hasta entonces, el tratamiento consistía normalmente en inyecciones o cremas tópicas.

Según la Dra. Marilyn Jerome, ginecóloga de Foxhall OB/GYN Associates de Washington D.C., casi el 90% de las mujeres posmenopáusicas experimentarán algún dolor al tener relaciones sexuales. ¿El motivo? La atrofia o sequedad vaginal, que es un trastorno tratable. Jerome anima a las mujeres a utilizar lubricantes de venta libre; la crema vaginal de estrógenos, que puede rellenar las paredes vaginales, es la que ella receta. También puedes hablar con tu médico sobre los suplementos de estrógeno vaginal.

Si te falta el deseo, como puede ocurrir después de los 60 años, la educadora sexual californiana Joan Price sugiere practicar la excitación «receptiva» en lugar de confiar en el deseo «espontáneo» provocado por las hormonas.

«Si te permites disfrutar del placer de excitarte poco a poco haciéndote tocar como te gusta o utilizando otro tipo de estimulación, el deseo seguirá. Y esto es algo que puedes tener toda la vida», dice Price.

5 trucos para tener buen sexo a los 60, 70, 80 y más

– El sexo después de los 70 años: un panorama cambiante

Muchas parejas mayores de 70 años encontrarán formas satisfactorias de tener relaciones sexuales que difieren de las que disfrutaban cuando eran más jóvenes.

«Si le preguntas a alguien de 70 años qué entiende por tener relaciones sexuales, a menudo dará ejemplos de sexo que no implican el coito», dice la educadora sexual del norte de California, Joan Price, de 79 años, que ha escrito cinco libros sobre el sexo entre los adultos mayores. «Elimina del sexo la meta del coito y verás que hay muchísimas formas de dar y recibir placer».

Más de dos tercios de los hombres de 70 años tienen dificultades con la erección, pero eso no significa que no puedan sentir orgasmos, afirma el Dr. Abraham Morgentaler, urólogo y autor de The Truth About Men and Sex. «Quizá las erecciones no sean tan firmes, pero se pueden tener orgasmos sin una erección», afirma. «La mayoría de los hombres no lo saben».

Los problemas de erección pueden hacer que los hombres mayores no muestren afecto. «No quieren empezar lo que no pueden terminar», dice Morgentaler. Algunas de las soluciones para esto son las pastillas, las inyecciones y los suplementos de testosterona con receta médica. «He tenido muchos pacientes mayores de 80 y de 90 años que siguen teniendo relaciones sexuales», dice. «La sexualidad de los hombres y las mujeres debe celebrarse, sin importar la edad».

Según la Marilyn Jerome, ginecóloga de Foxhall-OB/GYN Associates de Washington D.C., casi el 90% de las mujeres posmenopáusicas experimentarán algún dolor al mantener relaciones sexuales con penetración como consecuencia de la atrofia vaginal. Para tratarla, Jerome anima a las mujeres a utilizar lubricantes de venta libre cuando tengan relaciones sexuales. La crema vaginal de estrógenos que rellena las paredes vaginales es su receta de cabecera.

Jerome también les recomienda vibradores habitualmente a sus pacientes. «Está bien tener placer. Está bien que lo hagas tú solo. Puedes ser sexual hasta los 80 o los 90 años. Hay muchas maneras de tener intimidad».

A algunas parejas mayores les cuesta hablar de sexo porque crecieron en un ambiente en el que el tema se consideraba tabú. Pero Price dice que nunca es demasiado tarde para hablar con tu pareja sobre tus necesidades sexuales. 

«Procura mantener la conversación para que te sientas cómodo diciendo. ‘Cambiemos de posición, me duelen las rodillas. Probemos algo diferente'», dice. «Las parejas que tienen la mejor vida sexual son las que tienen las mejores conversaciones».

nuestras charlas nocturnas.


Sexo estrambótico aquí y en Pekín …


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El sueño de la mujer del pescador.

JotDown(R.J.G./J.Lapidario) — Podríamos suponer que una cultura apartada durante siglos de la moral judeocristiana viviría las perversiones sexuales de manera menos enfermiza que la nuestra. He de señalar que cuando hablo de esto estoy despojando los conceptos de cualquier connotación peyorativa: no hay forma más sana de vivir la sexualidad que arrojándose a la perversión enfermiza y desquiciada, si eso es lo que te pide el cuerpo.

Los caminos del amor son inescrutables y confiamos en que el niño Jesús no nos esté mirando. Ese niño Jesús que tal y como nos lo muestran pudiera uno pensar que padece de cierto voyeurismo, por otro lado. La idea de que determinados entes invisibles y omniscientes nos observen apesadumbrados mientras ponemos en práctica complejos rituales de apareamiento utilizando órganos que supuestamente ellos nos otorgaron despierta cierta inquietud morbosa.

Esa moral judeocristiana que mencionaba juega un papel importante en la sexualidad, digamos alternativa, añadiendo un plus de placer gracias a la liberación que supone actuar sobre el pecado, traspasar los límites de la decencia y convertirnos en verdaderos guarros.

Pero, dejando a un lado los infinitos ejemplos de comunión entre sexo y muerte o sexo y violencia que en todas partes compartimos, ¿por qué en Japón el sexo puede derivar hacia ciertas prácticas tan extremas? ¿A qué responde que en una misma cultura conviva la inocencia mojigata con la perversidad más demencial?

Quizá porque, en una sociedad con una larga tradición erótica socialmente aceptada, los estremecimientos que su identidad nacional sufrió desde el final de la Segunda Guerra Mundial propiciaron que la ficción y la fantasía se convirtieran, más que nunca, en una vía de escape. No lo sé, sería objeto de un profundo estudio del que solo imaginar el volumen y trabajo ganas me dan de tenderme en una fría losa a esperar la muerte.

Así que vamos a centrarnos brevemente en tres ejemplos de perversiones japonesas que por extrañas que pudieran parecernos en cierto modo compartimos:

– El sexo tentacular

Todos tenemos, seguro, un amigo que ha visto hentai. En el porno animado japonés existe todo un subgénero que consiste de manera básica en inocentes colegialas presas de las violentamente cariñosas atenciones de monstruos tentaculados. Una joven deambula por los pasillos del instituto hasta que de la nada surge un horrendo bicho y la somete a una violación múltiple por todos sus orificios con el ímpetu de un marinero turco que llevara seis meses sin ver puerto.

El guión no resulta tan complejo como la coreografía, desde luego. Esta obsesión por los tentáculos responde, por un lado, a las leyes de censura japonesa. En Japón podría decirse que cualquier representación erótica está permitida, salvo mostrar de manera explícita los genitales.

Los creadores esquivan esa barrera de distintas formas: la más evidente, pixelándolos. Esto supone un ahorro, puesto que por el tamaño medio del pene japonés sólo es necesario gastar un volumen de píxels equivalente al del bigote de Mario. Pero muchas veces optan por el método creativo: sustituir los penes por tentáculos.

Nada en sus leyes impide representarlos gráficamente. Así, la natural y cabal a los ojos de Dios cópula con la polla de toda la vida resulta ilegal a la hora de mostrarse, pero imágenes de señoritas estrujadas y penetradas por innumerables tentáculos que descargarán sobre ellas litros de sustancias pringosas pueblan toda una filmografía.

Aunque el pulpo como símbolo sexual no es nada nuevo. Alrededor de 1820 el artista japonés Hokusai realizó un grabado titulado El sueño de la mujer del pescador, que mostraba a un pulpo que succionaba el sexo de una mujer mientras utiliza los tentáculos para introducírselos en la boca, sujetar sus pezones y enroscarlos por sus piernas.

En este dibujo conviven algunas de las más oscuras fantasías femeninas. Y los miedos masculinos: miedo a la incapacidad de cubrir totalmente a la mujer. Miedo a que si amanece y ves que estoy despierta cúbreme otra vez, que diría la Jurado. Pero cubrirte cómo, si no tengo tantas pollas.

El pulpo en occidente también ha sido un símbolo sexual recurrente, ya sea visto con horror como representación del malvado sexo femenino (los traumas de Lovecraft y su espanto hacia los seres húmedos, viscosos y marinos) o con violenta lubricidad por poetas como Lautréamont, o sus “hijos” surrealistas.

Desde esta perspectiva, da que pensar aquella canción de verano que popularizó un anuncio de la ONCE hace unos años. Me pica la medusa, la medusa del amor. Todo encaja. Inquietante.

El morbo sexual de comprar ropa interior usada para excitarse

– El burusera

Así se llama el negocio de compra-venta de bragas usadas por adolescentes en Japón. El comprador suele ser un hombre maduro que contacta mediante Internet con las vendedoras, y el precio varía según estén poco o muy usadas, los restos de flujo que las adornen y el olor que desprendan.

Cuanto más, mayor precio, por supuesto. En torno a esta práctica existe todo un submundo con múltiples variantes: el namasera, que consiste en quitarse las bragas frente al vendedor en un piso clandestino al efecto, con lo que se consigue un bonito nivel de romántica intimidad entre los actores de la transacción; el kagaseya, citas concertadas en locales donde la chica permite al cliente meter la cabeza entre sus piernas para embriagarse con el olor; y hasta se llegó al extremo de las buruseras shop, máquinas expendedoras que expelían cajitas con bragas usadas y una foto de la propietaria.

Evidentemente, estas máquinas fueron prohibidas hace años. La economía no suele tener en cuenta la moral -sólo hay que fijarse en la curiosa relación entre sueldos de empleados y beneficios de las empresas-, pero todo tiene un límite y por lo visto está en la edad de la empresaria, en este caso.

En cualquier caso, nuestro posible escándalo ante este tipo de fetichismo sería hipócrita: si dejamos de lado la transacción monetaria ¿quien de nosotros no siente una querencia por la ropa interior? En esto puedo empatizar perfectamente. Por la ropa interior en sí misma, de hecho.

Cuando la lencería está enfundada en el cuerpo de una mujer pierde parte de su interés y nos limitamos a quitarla cuanto antes y a ser posible con los dientes, para dejarla olvidada criando pelusas en el suelo. Despierta interés cuando está en el expositor de la tienda, y no son pocos quienes acechan disimuladamente en los Women’s Secret olisqueando bragas con la esperanza de que alguien se las haya probado.

Y muy raro es —por no expresarlo de manera que ponga en duda su virilidad— quien no guarde como tesoro más preciado las braguitas de una antigua o actual amante y duerma junto a ellas alguna vez como prueba de amor constante.

Con la precaución, obviamente, de que esas braguitas estén usadas y te hayan sido ofrecidas voluntariamente, pues apropiarse con subterfugios y sin que la propietaria esté avisada entraña riesgos como que arrebates unas quizá demasiado usadas y con la firma de una sustancia que no es la que deseabas.

Cuidado con eso, puede resultar una descubrimiento traumático que rompa el amor, ay, de tanto usarlo. Espero no haber escrito todo esto en voz alta.

– Narices Porcinas

Ignoro el término nipón para esto pero aseguro que existe. Toda una nouvelle vague de porno duro en el que se utiliza esa determinada parafernalia del bondage y la inmovilización más extrema que recuerda a instrumental médico para dilatar y estirar las fosas nasales hasta que parecen las de la cerdita Peggy.

A partir de ahí, podemos imaginar el resto, porque yo todavía no lo he visto. Ni tampoco mi amigo el del hentai. No descartaría que la penetración nasal forme parte del asunto, debido a que la escasa magnitud del pene japonés lo posibilita. Pero la imagen se me hace difícil.

Y en esto confieso que no encuentro equivalentes en el fetichismo occidental más allá de que una eyaculación facial se te vaya de las manos y termine el chorro por mal sitio, un accidente por lo demás sin consecuencias pues, al contrario que los ojos, nunca he visto un conducto nasal irritarse por el semen.

Por desquiciado que parezca, este último fetiche sin reflejo en nuestra sociedad abre una puerta a la esperanza: si tu vida sexual te parece aburrida y piensas que ya lo sabes todo, siempre puedes echarle un ojo a la moda que más fuerte esté pegando en el país del Sol naciente.

– Erotismo tentacular: de Hokusai a Picasso

Llegan la noche y tu éxtasis
Y mi cuerpo profundo
Ese pulpo sin pensamientos
Engulle tu sexo agitado
Durante su nacimiento.

Joyce Mansour. «Déchirures»,1955

1. No se juega con las cosas de comer

El pulpo agita sus tentáculos en el plato, pero el ligeramente desquiciado Oh Dae-Su no duda ni un momento: agarra al resbaladizo animal entre sus dedos y lo engulle a grandes mordiscos corriendo un riesgo cierto de morir asfixiado… Y aún con tentáculos entre los dientes, cae desmayado frente a la joven camarera.

Esta muy comentada escena de la película coreana Old Boy tiene bastantes lecturas ocultas. La práctica de comer pulpos vivos (aunque troceados) es relativamente habitual en Corea del Sur, pero el ansia con que Dae-Su se arroja sobre el pobre animal y lo devora, tras verse enfrentado a una atractiva camarera después de quince años de soledad, puede leerse de forma diferente si tenemos en cuenta la fuerte simbología sexual de los tentáculos en general y de los pulpos en particular.

A los lectores con repelús hacia la viscosidad les podrá sorprender este simbolismo erótico… Para explicar el porqué del atractivo de la sexualidad cefalópoda, tendré que empezar remontándome al Japón de finales del período Edo, allá por los siglos XVIII-XIX.

2. El húmedo sueño de la mujer del pescador

Una hermosa mujer desnuda, con el pelo húmedo y suelto, está acostada entre unas rocas frente al mar. Un enorme y expresivo pulpo estimula su vagina y rodea su cuerpo con varios tentáculos, mientras un pulpito de menor tamaño le acaricia un pezón y roza sus labios.

La mujer tiene los ojos cerrados y una actitud relajada, pero la tensión de los brazos que aferran dos tentáculos prueba que no está inconsciente sino más bien… receptiva.

El sueño de la mujer del pescador - Hokusai
El sueño de la mujer del pescador, de Hokusai

Esta famosísima estampa erótica, bautizada en principio como Buceadora y pulpo y conocida poéticamente como El sueño de la mujer del pescador, es una de las obras maestras del artista japonés Katsuhisha Hokusai, y forma parte del álbum de estampas eróticas (shunga) llamado Kinoe no komatsu y publicado en 1814.

En realidad Hokusai no fue el primero en imaginar ese tipo de escenas, aunque sí el que mejor las plasmó… Muchas de las abundantes imágenes de la época que incluyen buceadoras y pulpos se pueden interpretar como parodia erótica de una antigua historia popular en Japón durante el período Edo: la leyenda de Taishokan y en particular el episodio de la toma de la joya o Tamatori Monogatari.

En la historia original, una buceadora se sumerge en las profundidades del océano para recuperar una gema de valor incalculable que había sido robada a su hijo por el rey Dragón del Mar. Una vez con la joya en su poder, y mientras volvía a la superficie gracias a una cuerda atada a su cintura, fue perseguida por un ejército de monstruos subacuáticos y atacada por un feroz dragón marino.

En lugar de defenderse y correr el riesgo de perder la joya, la buceadora se abrió el pecho con una daga y escondió la gema en su interior… El dragón la asesinó, pero al encontrarse el cadáver de la valiente pescadora, su hijo pudo recuperar la piedra preciosa.

En su origen el Taishokan era una historia solemne y de tintes religiosos, y el episodio del Tamatori se subrayaba como ejemplo de la abnegación y sacrificio femeninos.

A más de un sacerdote sintoísta le hubiera dado un infarto de saber que no sólo Hokusai sino muchos otros artistas de su época parodiaron la leyenda convirtiendo el dragón marino que perseguía a la pescadora en un pulpo con intenciones bastante más libidinosas… siempre ha sido excitante profanar imágenes religiosas.

Y supongo que la imaginación de los artistas de la época fue estimulada por factores como que tanto la palabra tako (pulpo) como awabi (delicia marina recogida por las pescadoras) fueran sinónimos de “vagina” en el argot de la época.

Por no hablar de que las ama (buceadoras y esposas de pescadores) trabajaban tradicionalmente semidesnudas, hasta el punto de que ciertos nobles, y en cierta memorable ocasión, un emperador, pagaban para verlas en acción, como en el grabado inferior de Yanagawa Shigenobu.

Grabado de Yanagawa Shigenobu standard width 820px gigapixel

El texto que acompaña a El sueño de la mujer del pescador no deja dudas ni sobre el origen del grabado ni sobre el placer que siente la pescadora. El pulpo grande dice: “Me preguntaba cuándo, cuándo llegaría la hora del rapto, pero ese día ha llegado. Al menos ella ya ha caído en mis redes. Y digan lo que digan, es un coño de lo más rellenito y apetecible. Aún más que una patata. Chupar y chupar hasta saciarse, y luego llevármela al palacio del rey Dragón, y hacerla prisionera”.

La buceadora susurra (elimino las abundantes onomatopeyas de gemidos y resoplidos): “Ah, este pulpo odioso, chupando la piel de la boca interior de mi útero hasta dejarme sin aliento, ¡que me corro! Con su boca prominente provoca mi vagina abierta. (…) ¡A ver! ¿Qué diríais, qué diríais si ocho piernas os abrazaran? Oh, está hinchándose adentro, las secreciones rezuman como agua hirviendo. Siento cosquillas, una tras otra hasta perder la cuenta, límites y barreras desaparecen… Ya estoy… ¡Me corro! ¡Me corro!”. 

El pulpo pequeño, mientras tanto, parece más concentrado en su labor: “Cuando mi pariente haya acabado, también yo usaré mi boca prominente para restregársela desde su clítoris hasta su culo hasta hacer que se desmaye, y cuando vuelva en sí, volveré a hacérselo, jeje”.

(Algún biólogo demasiado puntilloso para su propio bien podría precisar que los pulpos no están provistos de carnosos y suaves labios en la boca, sino de una especie de afiladísimo pico poco apropiado para el cunnilingus. También podría hacer notar, eso sí, que el pulpo es el único invertebrado que dispone de tejido eréctil: un pequeñísimo órgano llamado lígula en la punta de uno de sus tentáculos. Sólo nos queda agradecer que Hokusai no estudiase zoología).

netsuke standard width 820px gigapixel

No es solamente en los ukiyo-e donde podemos encontrar pulpos y mujeres en actitud más que cariñosa. Ya en el siglo XVII se fabricaban netsuke (pequeñas estatuillas de marfil) que empleaban este motivo: a veces de forma sugerida y en otras ocasiones de manera explícitamente sexual.

Estos netsuke se empleaban a modo de broches de los que colgar monederos o bolsitas de los kimonos tradicionales, carentes por completo de bolsillos, y permitían añadir un toque de libertad y picardía en las decoraciones estrictamente reglamentadas de la vestimenta.

En la actualidad se siguen produciendo muy buenos netsuke, empleando marfil de mamut (ya que los elefantes son especie protegida), plástico o madera. Y en muchos de ellos siguen apareciendo variaciones del pasatiempo erótico preferido de la pescadora de Hokusai: piezas ideales para la colección de cualquier erotómano.

Hasta aquí la historia parece sencilla: una parodia erótica de una leyenda popular que ha quedado grabada en la psique oriental. Pero a partir del momento en que el motivo se extiende velozmente por el resto del mundo, siendo adoptado (como veremos) por artistas de muy diferentes orígenes y estilos, es válido preguntarse: ¿por qué parece tan adecuada esta compenetración sexual entre pulpo y mujer? ¿Qué extrañas teclas pulsa esta imagen en el inconsciente colectivo?

No hace falta ser discípulo de Freud para establecer una analogía entre un tentáculo y un pene, pero el atractivo de la sexualidad cefalópoda va mucho más allá.

Se puede aventurar que responde a una necesidad masculina (entiéndase este párrafo como metáfora de comportamiento sexual, no como estereotipo de género) de acariciar, multi-penetrar, poseer y, sobre todo, abrumar a la pareja sexual sublimando las propias limitaciones fisiológicas, permitiendo celebrar una orgía completa con sólo dos participantes.

Complementariamente, responde a una necesidad femenina de ver estimuladas todas sus zonas erógenas por un amante omnipresente y simultáneo, en un larguísimo orgasmo con un fuerte componente de abandono, sea activo (la pescadora del netsuke que guía al pulpito hacia su vagina) o pasivo (como en el mismo grabado de Hokusai, en que las manos que se aferran a los tentáculos no buscan resistirse sino hallar puntos de apoyo). Sexo húmedo y lascivo, resbaladizo y apasionado, animal y primario.

3. Del sashimi de pulpo al pulpo a feira

El arte japonés fue empezando a introducirse en Occidente a partir de mediados del siglo XIX, influyendo poderosamente a muchos artistas de la época. El artículo fundacional Japonismo, de Phillippe Burty, bautizó a este fenómeno artístico y cultural, que extendió sus (ejem) tentáculos desde París a la mayoría de capitales europeas.

Las influencias niponas se notaron con fuerza en autores como Van GoghGauguin, Tolouse-Lautrec, ManetWhistler… y Picasso. El 4 de noviembre de 2009 se inauguró en el Museo Picasso de Barcelona la exposición Imágenes secretas: Picasso y la estampa erótica japonesa, una muy cuidada y publicitada muestra, dirigida por Pepe Serra y comisariada por Malén Gual Ricard Bru (investigador niponófilo cuyo excelente artículo Tentáculos de amor y muerte recomiendo encarecidamente).

Tuve oportunidad de ver la exposición y asistir a alguno de los eventos complementarios organizados, y así seguir la pista a las influencias del grabado erótico oriental en Occidente.

Dibujo erótico Mujer y pulpo Pablo Picasso
Dibujo erótico: Mujer y pulpo, de Pablo Picasso

Picasso llegó a Barcelona por primera vez en 1895, poco antes de su decimocuarto cumpleaños, en pleno auge del japonismo en la Ciudad Condal.

Poco antes habían abierto las primeras tiendas especializadas en arte oriental, se había organizado una muy comentada exposición de objetos japoneses en el Paseo de Gracia, y en el café-restaurante Els Quatre Gats artistas como Santiago Rusiñol mostraban su querencia por las xilografías japonesas y fusionaban las influencias niponas con su propio arte.

La cercanía de Picasso a los motivos japoneses continuó antes de cumplir los veinte años, cuando recibió el encargo (finalmente inconcluso) de dibujar un cartel para las actuaciones en París de la actriz Sadayakko, cuyo paso por Barcelona fascinó al mundo artístico de la época.

No sorprende entonces que en Dibujo erótico: Mujer y pulpo, de 1903 (incluido en la exposición), Picasso represente a una mujer recibiendo un explícito cunnilingus de un calamar…

Situación similar a la de la mujer estimulada por un improbable pescado de larga lengua en Le Maquereau.

Es fácil deducir que las influencias japonesas recibidas incluyeron una buena ración del erotismo cefalópodo de Hokusai.

Picasso fue un coleccionista de estampas eróticas japonesas: llegó a poseer 61 grabados de grandes artistas de ukiyo-e, como Kitagawa Utamaro o Nishikawa Sukenobu. Una hermosa colección mostrada en parte (19 estampas) por la exposición del Museo Picasso.

No fue Picasso el único artista de la época que se dejó impresionar por el poder de los tentáculos. Ya en 1880 el decadentista belga Félicien Rops había dibujado la pesadillesca obra El pulpo, en la que una especie de cefalópodo extraterrestre se introduce por la boca y vagina de una pobre mujer que se resiste a ello con todas sus fuerzas, recibiendo sangrientos picotazos.

Una obra oscura, malvada y fascinante de la que pueden hacerse múltiples lecturas… Mi favorita: el pulpo como encarnación letal de las profundidades del inconsciente, que se apoderan de la mente racional y la superan, derribando y destruyendo lo que se cruce en su camino.

El erotismo cruel de Rops nos permite asomarnos al lado más peligroso, salvaje y mortal de los pulpos, considerados al fin y al cabo como monstruos marinos en múltiples historias. Probablemente fue el mismísimo Víctor Hugo quien creó en su novela Les travailleurs de la mer el mito del poderoso pulpo asesino gigante que acecha en las profundidades…

Hace falta una cierta cantidad de imaginación para distinguir dos letras en el dibujo adjunto de Víctor Hugo, pero así fue bautizado: Pulpo con las iniciales V.H.

Una forma de firmar su obra y, en cierto modo, identificarse con ese cefalópodo que es a la vez amenazante y subyugador, un peligro y una fuente de placer, una sublimación de fantasías de poder y un reflejo del miedo tanto a la muerte real como a la petite mort del sexo.

Llegados a este punto, aprovecharé este espíritu demoníaco para saltar de Picasso y Víctor Hugo a la pornografía satánica hentai de mediados de los ochenta. Puede parecer un salto brusco, pero tiene todo el sentido del mundo si queremos continuar con cierta lógica esta exploración del erotismo tentacular…

4. Day of the tentacle

En un instituto japonés, una profesora se dispone a castigar a una colegiala sexy mientras un chico torpe espía por un agujero en la pared… Pero lo que parece una versión nipona de Porky’s se convierte de repente en algo muy diferente cuando la mandíbula de la profesora se disloca y de ella emerge un larguísimo tentáculo carmesí con un ojo abierto en la punta.

Con gran profusión de efectos de cámara y viscosos ruidos de fondo, ese tentáculo se introduce de repente en la vagina de la colegiala, seguido por otros muchos apéndices de menor tamaño que la desnudan, inmovilizan, acarician y penetran entre estallidos de líquido demoníaco de sospechosa textura espermática pero color lila brillante.

Estamos en 1987, y miles de espectadores recogen sus propias mandíbulas del suelo al ver esta surrealista escena del anime Urotsukidoji (La leyenda del señor del mal).

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Toshio Maeda, el genial creador de Urotsukidoji, ha afirmado en varias entrevistas que si empezó a salpicar sus obras de tentáculos demoníacos no fue por un repentino impulso satánico ni como homenaje a El sueño de la mujer del pescador, sino por un motivo mucho más prosaico: la censura.

La interpretación más habitual del artículo 175 del Código Penal japonés prohíbe dibujar penes, pero no contempla la censura de apéndices tentaculares de pulpos, aliens, demonios mitológicos, máquinas enloquecidas o mutantes radiactivos. Es un hecho conocido que la censura japonesa impuesta sobre el porno ha estimulado la imaginación de los dibujantes nipones hasta límites insospechados, pero este quizá sea uno de los casos más dementes y curiosos.

Y es que Maeda dio a luz, medio por casualidad, a un subgénero entero del hentai llamado shokushu zeme (literalmente, «tortura del tentáculo»), aunque se suela traducir en occidente como tentacle rape («violación tentacular»).

El éxito de la viscosa escena del anime de Urotsukidoji (no presente tal cual, por cierto, en el manga original) hizo que Maeda se diera cuenta de que había encontrado un filón a explotar con mangas eróticos como Demon Beast Invasion o el ya autoparódico La Blue Girl. Bautizado como “Tentacle Master” por sus fans, Maeda es un dibujante incansable, aún activo y famoso hoy en día a pesar del accidente que le inutilizó el brazo derecho en 2001.

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L’imaginaire erotique au Japon, de Agnès Girard

Más allá de su espectacularidad gráfica, el shokushu zeme no deja de tener cierta lógica práctica.

Un manojo de tentáculos prensiles pueden emplearse para lo mismo que unas manos (inmovilizar, desnudar arrancando la ropa a tirones, apretar los pechos, acariciar, abofetear…) y para lo mismo que un pene (arrojar líquidos de variado color y consistencia sobre la piel, penetrar por cualquier orificio corporal disponible…).

Tal cantidad de usos prácticos reunidos en un solo juego de apéndices no se veía desde Eduardo Manostijeras o, para ser más precisos, su hermano en el mundo del porno Eduardo Manospenes (absurda película que algún día habrá que reivindicar, por cierto).

Existe una diferencia probablemente significativa entre el shokushu zeme nacido en los ochenta y el erotismo tentacular de Hokusai.

En El sueño de la esposa del pescador no apreciamos nada en la expresión de la mujer ni en su lánguido abandono corporal que sugiera tortura ni violación, más bien al contrario: placer y sensualidad relajada, aunque sea en el transcurso parodiado de un “rapto”.

¿Reflejo de una sexualidad más abierta y sencilla en el periodo Edo que en nuestra época actual rebosante de tabúes y vergüenza? Según algunos autores (como la imprescindible escritora francesa Agnès Girard), la expresión torturada en los rostros de muchas mujeres asediadas por los tentáculos en el shokushu zeme moderno no viene tanto de que se estén sintiendo violadas o asaltadas, sino de la vergüenza máxima que les supone que se haga visible su excitación sexual.

En una sociedad en la que es tabú (especialmente para las mujeres) mostrar públicamente las emociones, la liberación absoluta hacia el placer viene a través de una sumisión a una fuerza externa irresistible e inhumana, lo que permite abandonarse y gozar sin límites, aunque sea avergonzadamente. No es casual el rubor en las mejillas de la Blue Girl …

Un paréntesis tal vez necesario. En este contexto de shokushu zeme hablamos de fantasías de violación, no de violaciones reales: a quien tenga problemas para distinguir ambas se le podría preguntar si también confunde a Gregory House con Hugh Laurie. Por otro lado, estas fantasías son tanto masculinas como femeninas.

En EEUU causó una enorme polémica una portada del cómic Heroes for Hire, que mostraba a tres heroínas atadas y asediadas por tentáculos al más puro estilo tentacle rape. Muchos desconocedores de la peculiar sexualidad nipona escribieron artículos indignados contra el machismo del dibujante, la degradación de las mujeres… y se sorprendieron al enterarse de que la portada era obra de una mujer, la prolífica artista japonesa Sana Takeda, que recibió tan sólo la indicación de dibujar “una portada lo más sexy que pudiera”.

5. La mujer del pescador tiene un pulpo en cada puerto

El erotismo húmedo y tentacular que popularizó Hokusai permanece aún vigente hoy en día no sólo en su vertiente más gamberra del shokushu zeme, sino como motivo artístico estimulantemente rico y variado, tanto dentro como fuera de Japón. Un repaso a algunos autores contemporáneos con querencia por el erotismo de los cefalópodos nos va a llevar desde Melbourne hasta Seattle, pasando por Tokio.

El sueño de la mujer del pescador - versión de David Laity
El sueño de la mujer del pescador, en la versión de David Laity

El artista australiano Daivid Laity creó en 2002 su propia versión del Sueño de la mujer del pescador, una deliciosa (y enorme) pintura que respeta la atmósfera desenfadada y lánguidamente erótica del original.

El cuadro causó un enorme escándalo al ser elegido por la galería Metro 5 de Melbourne como parte del escaparate de una exposición de Leity: la policía recogió denuncias de vecinos escandalizados (que llegaron a arrojar piedras contra la galería) y consultó a expertos legales sobre la posibilidad de censurar el cuadro.

Pero afortunadamente el cefalópodo continuó complaciendo a la pescadora hasta el final de la exposición. Algo diferente es la versión del artista japonés Masami Teraoka, un inclasificable pintor cuyas primeras acuarelas, formalmente inspiradas en el ukiyo-e, mezclaban irónicamente modernidad y tradición, Oriente y Occidente, realidad y fantasía: hamburguesas de McDonalds invadiendo los cielos de Japón, samurais asediados por teléfonos móviles, geishas enfermas de SIDA…

Su acercamiento al pulpo de Hokusai, una obra llamada Sarah and the Octopus/Seventh Heaven, muestra formas más estilizadas, una postura más extrema de la pescadora a la que ya no podemos ver el rostro pero que tiene un aire inequívocamente occidental, y algo que parece un condón femenino sostenido en la mano derecha.

Una parodia de un grabado que ya era paródico en su origen: una metaparodia que no resulta ridícula sino fascinante. Como fondo, otro guiño: unas olas que recuerdan poderosamente al famoso tsunami de Hokusai… Lo moderno y lo tradicional se dan la mano. O el tentáculo.

Esas mismas olas hokusianas aparecen en alguna imagen del también tokiota Yuji Moriguchi, que interpreta a su manera el motivo cefalópodo convirtiendo a la pescadora en una atractiva nadadora embarazada rodeada de tentáculos. O, en otro significativo dibujo, descubre un indudablemente fetichista uso del pulpo vivo como masajeador podal.

Aconsejo vivamente seguir el rastro a este pintor y mangaka (bajo el seudónimo “Namida Zubon”), cuyos trabajos no sólo pueden verse habitualmente en exposiciones y galerías de Tokio y París, sino también en el imprescindible libro ilustrado L’imaginaire erotique au Japon, de la ya mencionada escritora Agnés Girard.

Fotografía de Daikichi Amano

La fotografía artística permite llevar a la realidad (o al menos al fotorrealismo) este resbaladizo fetichismo tentacular. Por ejemplo, en alguna de las fotografías del estadounidense Kevin Hurdsnurscher podemos encontrar sensuales e inquietantes imágenes que mezclan elementos propios del mundo del fetichismo sadomasoquista (tacones altos, cuerdas, posturas forzadas) con un cierto erotismo lovecraftiano de lésbicos besos tentaculares.

Los Antiguos están entre nosotros, y no buscan devorarnos sino ofrecernos su amor viscoso. Y por supuesto, este repaso a los artistas contemporáneos que han empleado cefalópodos como imaginería erótica no estaría completo sin mencionar al perturbador tokiota Daikichi Amano: fotógrafo, editor, columnista, productor y pornógrafo.

Basándose tanto en la iconografía mitológica japonesa como en sus propias fantasías, Amano produce fotografías y vídeos eróticos en los que abundan pulpos, ranas, anguilas, escorpiones o gusanos, entre otras delicatessen culinarias.

Sí, culinarias: Amano sólo emplea para sus fotos animales destinados al consumo humano (que se hubieran podido comprar hasta hace bien poco en cierta parada de la Boqueria barcelonesa), y tras cada sesión fotográfica ofrece un banquete a su equipo con los bichos del día.

Por si alguien siente curiosidad, la modelo Spring Bliss, habitual en muchas fotos de Amano, comentó en cierta ocasión que los escorpiones tienen un sabor muy similar al de las gambas, y que los escarabajos resultan “deliciosamente sanos” aunque sus entrañas desprendan un fuerte olor parecido al del semen. Sin duda Spring haría buenas migas con el protagonista de Old Boy.

Yuji Moriguchi
Dibujos de Yuji Moriguchi

Resulta muy instructivo (además de divertidísimo) leer entrevistas con Amano, ya que alterna tanto reflexiones acerca de su arte como curiosas anécdotas sobre sus sesiones.

En cierta ocasión se declaró un incendio en el edificio contiguo a su estudio, y tanto Amano como sus modelos y el resto del equipo salieron corriendo a la calle… pero cubiertos de abundante sangre, restos de entrañas y fragmentos de tentáculos.

La reacción tanto de los transeúntes como de los bomberos debió ser digna de verse. Amano considera que la división entre pornografía y arte no tiene sentido: lo que importa es la potencia de la imagen y las sensaciones que provocan sus escenas tanto en el espectador como en sus modelos (generalmente mujeres, aunque también tiene fotos con modelos masculinos).

Destaca la potente sensación física que produce un tentáculo en contacto con la piel desnuda: un roce resbaladizo que despierta una mezcla de sorpresa, miedo y excitación.

Y es que a pesar de lo decididamente macabro de alguna de sus imágenes, Amano ve sus obras como algo “divertido, lascivo y hermoso”; un erotismo transgresor y fascinante que haría enrojecer al mismísimo Cthulhu.

Un recorrido exhaustivo por el erotismo tentacular debería llevarnos a hablar de las exquisitas perversiones sadomasoquistas de Toshio Saeki, las provocadoras ninfas de la neoyorquina Lisa Alisa, la sencilla elegancia de Jessica McCourt, los cuadros submarinos de Svetlana Valueva, las turbadoras fotografías de Gilles Berquet, la pornografía arty de Hajime Sawatari

Incluso las eróticas pamelas en forma de pulpo del matrimonio de Los Ángeles Kozyndan. Pero el espacio de que disponemos es limitado y la profundidad de los mares infinita…

6. En el fondo del mar

Dudo que Hokusai imaginara que con su parodia erótica de una leyenda popular iba a despertar este kraken de erotismo que se ha ido extendiendo por todo el planeta. Y sin embargo, es innegable que su obra alcanzó algún lugar oculto del inconsciente colectivo erótico que ha ido resonando a lo largo de los siglos.

Sólo queda despedir el artículo antes de salir a cenar un delicioso pulpo a la gallega con cachelos. Y lo haré recomendando precaución: del mismo modo que comerse un pulpo vivo estuvo a punto de asfixiar al actor Min-sik Choi, follar con otro cefalópodo por poco causó graves daños (sin especificar) a la pareja de performers holandeses Zoot & Genant.

¡Que el espíritu de Hokusai os acompañe y tengáis sueños húmedos con Cthulhu esta noche!

nuestras charlas nocturnas.


La vida sexual en la Unión Soviética …


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JotDown(A.C.Rural) — En la época de Stalin la frigidez femenina era un fenómeno masivo. Conviene recordar a tal fin que la mejor manifestación de feminidad quedaba inmediatamente catalogada como decadente y burguesa. Si una mujer usaba lápiz de labios o se atrevía a lucir prendas abigarradas, ya podía estar segura de sufrir las agresiones verbales de los transeúntes y de tener que presentarse en una reunión de las juventudes comunistas o del sindicato, donde la censuraban.

Si a este factor ideológico le añadimos la tradicional docilidad y el aplastamiento de la mujer, comprenderemos cómo ha podido ocurrir que una actitud indiferente con respecto al sexo haya llegado a ser un modelo de comportamiento femenino.

En enero de 1977, Simone de Beauvoir inició una campaña para exigir la liberad del médico endocrinólogo Mijail Stern, miembro del Partido Comunista, condenado a trabajos forzados en un campo de concentración soviético. Estaba acusado de recibir sobornos y envenenar niños (sic), además de no disuadir a su hijo de que emigrara a Israel, como le había pedido el KGB que hiciera. En marzo de ese año fue puesto en libertad y obtuvo permiso para salir de la URSS con su familia. En París, en 1979, publicó este libro.

La vida sexual en la Unión Soviética no es un análisis como La tragedia sexual americana de Albert Ellis, un trabajo que era el resultado de un estudio metódico de la cultura popular, estadísticas fiables y encuestas a grupos de pacientes. La obra de Stern es un compendio de recuerdos y deducciones sin más rigor científico que el de la propia experiencia de este médico en la URSS.

Está, además, escrito desde las tripas. Su autor, que ya soportó la represión estalinista, estaba recién salido de un campo de concentración en los 70, por lo que no le tenía mucha simpatía precisamente al comunismo en ese momento.

Muchos de los casos que reunió no pueden considerarse como exclusivos de la URSS, pero hay cuestiones de fondo que sí que pueden servir para formarse una idea de lo que era aquello desde el punto de vista sexual. Solo hay que separar el grano de la paja, con perdón de la expresión en este contexto.

Eso sí, antes, hay que tener en cuenta lo que supuso la Revolución rusa. Con los bolcheviques, el país pasó en gran parte de su territorio del feudalismo al desarrollo industrial en un plazo muy breve de tiempo. La mentalidad campesina seguía presente en una población que tenía que demostrar al mundo que estaba formada por hombres de una nueva sociedad. Este proceso, el cambio que se llevó a cabo, se hizo a base de propaganda, adoctrinamiento y represión.

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Además, a las penurias que arrastraba el país cuando estaba subdesarrollado, hubo que añadir una guerra civil, la peor parte de una guerra mundial, el estalinismo en toda su crudeza y, en muchas regiones, las consecuencias de las políticas de colectivización del campo.

Se sacrificaron varias generaciones para llegar a la sociedad soviética de los 60 y 70, que gozaba de estándares de vida que, por duros que fueran, nunca se habían dado en el país, y que tenía cierta estabilidad económica y servicios básicos de Educación y Sanidad aceptables.

Para todo eso, coinciden los historiadores, murieron millones, fueron encarcelados miles y los supervivientes, viene a explicar Stern, pues no eran prodigios de equilibrio mental y estabilidad emocional.

Todo esto tuvo su reflejo en el sexo.

No obstante, sin que hubiera mediado una revolución sexual, las diferencias culturales en torno al sexo que presentaban los adolescentes de los 60 y 70 con respecto a sus padres y abuelos eran abismales.

De algún modo, hubo una evolución silenciosa. Comenta Stern que era la propia de los países industrializados, aunque le añade un fenómeno característico: al joven ciudadano soviético no le quedaba más espacio para la rebeldía que su parcela sexual. No podemos comprobarlo.

En realidad, el destape propiamente dicho, no se produjo hasta la llegada de Glasnost de Gorbachov, cuando empezó a circular pornografía libremente, aparecían desnudos en televisión y se intentó difundir cierta educación sexual. Pero esto ocurrió a finales de los 80. Antes, telita. Veámoslo.

  • Los rusos ancestrales

Había una mujer tan borracha que se cayó al salir de la tienda, y destapada quedó dormida en plena calle a la luz del día, cosa que aprovechó un moscovita tan borracho como ella para acostarse a su lado y, tras haberla utilizado, durmióse igualmente a la vista de todos. Los transeúntes no dieron más que en reír hasta que un anciano, afligido por el espectáculo, los cubrió con su chaqueta. (Adam OleariusViajes de un bibliotecario alemán por la Rusia del siglo XVII)

El sexo no era considerado como una actividad culpable entre los campesinos rusos. Existían múltiples canciones populares de carácter sexual e incluso fiestas aldeanas donde se llegaba a relaciones libres entre ambos sexos. Tampoco estaban mal vistas en algunos casos las relaciones preconyugales. Pero todo en el contexto de una sociedad patriarcal y machista hasta el extremo.

El domostroi, una especie de regla de vida doméstica del siglo XVI, recomienda que el marido azote a la mujer evitando que los golpes dañen la cabeza o las partes sensibles (…) Pegar a una mujer era algo más que una realidad corriente, era un acto arquetípico, una especie de modelo ideal, digno incluso de ser cantado por el folklore.

  • La revolución roja… y rosa

Cuando llegó la ruptura, durante los primeros meses de la revolución leninista, en los años 20, hubo un periodo de locura colectiva. La subversión política y económica, con el hundimiento de las instituciones tradicionales, llegaba también de la mano de un deseo de liberación sexual. Hubo manifestaciones de nudistas. Se crearon ligas del amor libre. La juventud estaba exaltada.

Moscú. 1922. Un tropel de hombres y mujeres desnudos se manifiesta por las calles. Hay mujeres que sostienen una pancarta confeccionada a toda prisa, mientras que algunos hombres llevan flores. Varias mujeres andan cogidas de la mano y cantan, con el rostro cubierto de júbilo:

—¡Amor, amor!

—¡Abajo la vergüenza, abajo la vergüenza!

Los transeúntes observan petrificados, presa de una indignación virtuosa o de un éxtasis gozoso. A ratos, hay alguna mujer que se despoja de sus ropas y que se une a la manifestación. Un chequista, con torva expresión, duda si no convendrá disparar al bulto.

En las juventudes comunistas comienza a gestarse la opinión de que el sexo es una necesidad más que hay que satisfacer como el hambre o el sueño, sin santificarlo, sin mitos. El sexo tiene que ser como compartir un pedazo de pan, sostuvo un miembro del Komsomol citado por el autor. Hasta llegó a haber bodas a tres. El poeta Vladímir Mayakovski, cita, protagonizó una de ellas y se casó con una pareja, los Brik.

Los celos pertenecen al pasado. Desterramos de nuestra vida sentimental el sentimiento de propiedad. Quien aspire a la libertad por sí misma, debe admitirla también en un compañero. (Alejandra Kollontai, dirigente del Partido Comunista)

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Aunque la liberación no estuvo exenta de pinceladas dramáticas.

En algunas regiones se pretendió que las mujeres solteras se inscribieran en oficinas del «amor libre» donde tenían derecho a elegir esposo entre todos los hombres de 19 a 50 años.

O viceversa, ser elegida.

“A partir de los 18 años de edad, toda muchacha queda declarada de propiedad estatal”, decía un decreto del soviet de las ciudades de Vladimir y Saratov.

A los campesinos, con estos cambios, les daba taquicardia.

Pero su lucha tampoco pretendía combatir las conductas liberales, sino algo mucho más simple: el pérfido divorcio.

Eso de que una mujer se pudiera separar del marido era, ante todo, un golpe a la explotación común de las granjas.

Aunque se dieron casos de campesinos que se adaptaron.

Se casaban cuando se iniciaba la temporada de recolección, la primavera, ganaban dos manos para las faenas, y se divorciaban antes de que llegase el invierno, cuando tocaba repartir lo cosechado. Living like the CEOE en plena Rusia soviética.

El malestar entre los dueños del cotarro tampoco tardó en notarse. Había un problema que superaba incluso el disgusto de los campesinos y sus formas de vida tradicionales: el dominio de la población y el mencionado cambio al «hombre nuevo». Desde el poder, empezaron a llegar señales conservadoras con, por ejemplo, la definición de la sexualidad desde una óptica ideológica:

Sentir atracción sexual por un ser que pertenezca a una clase diferente, hostil y moralmente ajena, es una perversión de índole similar a la atracción sexual que se pudiera sentir por un cocodrilo o un orangután. (ZalkindRevolución y juventud, 1925)

No obstante, el proceso de creación del «nuevo hombre» siguió adelante. Y para ello, los comunistas se propusieron cepillarse la institución familiar, que hacía de paraguas ideológico. Esto lo cuentan varios historiadores, como el británico Robert Service. El objetivo era que el individuo recibiera la doctrina del Estado sin que su padre, su tío o su madre pudieran ponérsela en duda.

La familia era un nexo con el «viejo mundo». El problema es que cargársela tuvo consecuencias nefastas: se cuadriplicó el número de abortos y aparecieron nueve millones de niños huérfanos, vagabundos y jóvenes delincuentes. Un problemón en el caos de la Rusia revolucionaria. Entonces sí, empezaron a recular:

La misma enfermedad aqueja por igual a la juventud comunista y a los miembros mayores del partido. Entablan relaciones amorosas a la ligera, sin ganas de que duren. La constancia es algo aburrido a su juicio, y los términos de marido y mujer son invenciones burguesas. (Pravda, 7 de mayo de 1925)

“La ausencia de control en la vida sexual es un fenómeno burgués. La revolución necesita una concentración de fuerzas. Los excesos salvajes en la vida sexual son síntomas reaccionarios. Necesitamos mentalidades sanas. (Klara Zetkin)

Así se llegó a la llamada «virtud estalinista». La familia vuelve, pero no en su formato burgués, sino en una modalidad soviética como para ponerle un marco. Según el ideólogo del régimen, Makarenko, la sociedad delegaba en la familia sus poderes. Era su responsabilidad formar nuevos comunistas. Aparecía el concepto de familia como «unidad de producción humana» para adoctrinar y, entre otras cosas, poner a las madres a parir valiosos hijos para la castigada demografía de la URSS.

La medicina oficial soviética lleva diez años repitiendo con obstinación que el despertar sexual se manifiesta casi siempre en la mujer después de nacer el primer hijo (…) esta incongruente afirmación no pretende remediar la frigidez, sino más bien estimular la natalidad decreciente.

Los hijos tenían que ser pioneros, prestarle juramento al régimen, y el padre un dechado de virtudes “hiperproletarias” que “no hace apenas el amor y suele relegar incluso el amor platónico a un mañana mejor”. Amar a tu media naranja era egoísmo propio del pasado reaccionario. La pareja, la familia, se asentaba en el amor al radiante porvenir.

Los roles, por ridículos que pudieran parecer, se mantenían con la intervención del Estado en todos los órdenes de la vida mediante la delación. Había cónyuges que se denunciaban entre sí. A un niño que denunció a su padre durante la colectivización, Pavlik Morozov, se le levantaron estatuas por todo el país. Los vínculos familiares y el occidental amor romántico pasaron a ser un engendro de relaciones ideológicas y «amor de clase» bastante poco realista con las pulsiones humanas.

Una conocida locutora de la televisión de Moscú, Anna Chilova, engañaba a su marido, que decidió divorciarse. Se desataron las pasiones. Chilova recordó entonces que durante la guerra Chilov había sido evacuado al este del país con el teatro en donde trabajaba, y le espetó: ¡ni siquiera fuiste al frente! ¡no defendiste ni a tu patria!

Para dignificar estas bodas rojas pasaron a celebrarse en palacios del pueblo, que eran preferidos por la población antes que organizar su matrimonio en la frialdad de una oficina del juzgado, después de hacer cola. Las imágenes que hay de estos casamientos parecen llegadas del planeta Krypton.

Los ritos en cuestión copian con gran fidelidad las ceremonias que puedan celebrarse en un país como Francia, pero al mismo tiempo denotan un carácter ficticio, montado, e impregnado de ideología comunista.

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  • Llegan los locos 60

En 1966, una película de Marlen Khutsiyev dejó boquiabiertos a los espectadores soviéticos. Por primera vez desde hacía muchas décadas, una obra de arte mostraba el amor como algo desvinculado de la ideología:

Una de las películas más populares que se hayan proyectado en la Unión Soviética durante los años sesenta fue La lluvia de julio. Vemos que un hombre traba amistad con una chica mientras ambos esperan que pare un chaparrón. Largas conversaciones siguen a este encuentro durante los cuales los dos jóvenes se van enamorando mutuamente sin más unión que el cable de teléfono.

La película alcanzó gran popularidad por su carácter insólito y por demostrar que un hombre y una mujer, aun separados, pueden establecer contactos simples y sinceros en los que el amor adquiere tintes de ternura, de delicadeza y de humor.

  • A lo Gran Hermano, el programa de TV

Pese a todo, lo más insoportable para la vida sexual de los soviéticos fue el problema de la vivienda. Durante muchos años la mayoría de la población de las ciudades compartía apartamentos donde, en cada habitación, residía una familia entera. Los problemas de intimidad no hace falta explicarlos.

Las parejas tenían que buscar el momento en el que los abuelos se iban de paseo con los nietos para poder acostarse. Si no, esperar a medianoche y hacerlo en el suelo, para que no crujiera el colchón, mientras los demás dormían. Pero por lo general era complicado librarse de lo ojos y oídos de los vecinos, con los que compartían también el baño.

Los cementerios, los parques y los taxis, a cambio de una botella de vodka para el conductor, se convirtieron en los picaderos habituales de las parejas menos doblegadas por la propaganda y el adoctrinamiento sexual.

Al mismo tiempo, muchos ciudadanos tenían miedo de las apariciones nocturnas de la policía en los domicilios. Un pánico que, si les había tocado alguna vez, no olvidaban jamás. Stern detectó que este estado de ansiedad había llevado a la impotencia a muchos hombres. Y en las mujeres, frigidez. Incluso un síntoma curioso, que los músculos vaginales experimentaran una contracción súbita al más mínimo sobresalto durante el acto y la pareja se quedaba “pegada”.

Además, con este panorama, los manuales médicos soviéticos más acreditados recomendaban sexo no más de una vez al día y con una duración tampoco superior a un minuto. Gustarse haciendo el amor podía causar problemas mentales, advertía la medicina de aquel tiempo. Por no haber, no existía ni traducción para la palabra “orgasmo”, se decía un triste y proletario “terminar”.

Besarse en la calle equivale a cometer una porquería. Permitirse fantasías eróticas en las técnicas sexuales supone convertirse en adepto del marques de Sade. Prolongar la duración del acto sexual es jugar con fuego y arriesgarse a los más graves trastornos neuróticos.

De este modo, varias generaciones de soviéticos viviendo sin intimidad, con la tensión propia de un estado policial y martilleados por la propaganda, desconocían prácticamente todo sobre su cuerpo y la salud sexual.

En general la técnica sexual es muy pobre. La mujer apenas posee experiencia y es muy pasiva. El hombre carece de tacto. Suele ser brutal y expeditivo. Casi siempre se figura que basta con que la verga penetre en la vagina para que la mujer sienta instantáneamente arrebatos de felicidad.

Si tal no es el caso, o si al menos no se transparenta esa felicidad, el hombre se enfurece o se deprime. Como ignora que la mujer posee otra zonas erógenas aparte de la vagina, practica muy pocas caricias sexuales. Después de eyacular, se apresura a descabalgar, le da la espalda a la mujer y se duerme.

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El mensaje penetró en la sociedad.

El «nuevo hombre» de la «nueva sociedad» iba a estar asexuado.

Tenía el pudor como una de las grandes virtudes socialistas.

Lo cierto es que, efectivamente, existían motivos demográficos para que el poder quisiera convertir a la mujer en una máquina de parir, pero con su modelo familiar negó la naturaleza biológica del sexo.

Y de ahí, coger la senda de lo que se han llamado «desviaciones», por un lado, y del recalcitrante puritanismo, por otro, fue dicho y hecho.

—No se fijen en mí —les dice el fotógrafo— hagan como si yo no estuviera, pueden besarse, no se preocupen.

La joven saltó de indignación.

—¡Cómo se atreve! ¡que tampoco somos amantes! ¿Besarnos? ¿Olvida usted acaso que tenemos hijos?

A la población, analfabeta sexualmente, le podían ocurrir «anécdotas» como Esta:

Descubro que desde hace diez años la mujer recurre a una masturbación involuntaria, perfectamente inconsciente, cuando trabajaba con el taladro. Puede llegar a tener hasta diez orgasmos en un solo día, apoyando su bajo vientre contra la herramienta. A partir del día en que le encomendaron otra tarea, que consistía en descargar ladrillos, cayó en un estado depresivo.

  • Cruisin, voyeurs y exhibicionistas

Por otro lado, se inició un fenómeno que Stern consideró lo bastante extendido por todas las urbes de la URSS como para entenderlo genuino de este país y su sexualidad: el exhibicionismo. Los típicos hombres desnudos bajo una gabardina eran muy frecuentes. Las jóvenes llevaban la cuenta de cuántos veían cada día.

Pero la cosa no quedaba ahí. Stern también cita el caso de, por ejemplo, una adolescente que se masturbaba delante de la ventana mientras se suponía que estudiaba. En el edificio de enfrente, varios vecinos la miraban cada día. Algo así como el No amarás de Krzysztof Kieślowski, pero en plan línea dura. Y no era algo exclusivo de una chica con picores. Podía ser el caso de ancianas, profesores de universidad, hasta la propia milicia. De hecho, la situación más chocante que trae Stern a colación la protagoniza un policía:

Hace unos años, regresaba con mi familia tras pasar las vacaciones del verano en el Cáucaso. De pronto, el coche que nos precedía empezó a hacer eses. Extrañado, aminoré la velocidad y toque del claxon, pero el conductor del coche no me hizo el menor caso. Observé entonces que tanto él como los que le acompañaban parecían fascinados por algo que aún estaba fuera de mi alcance.

Divisé al fin a un miliciano que dirigía la circulación en el cruce ya cercano. No se puede negar que tenía un aspecto singular. Se había sacado el miembro de la bragueta y lo asía por la base con su mano derecha. A la izquierda, a la derecha, stop. El agente dirigía la circulación con la verga, roja como un pimiento.

En algunos casos, hasta se cerraba el círculo de excitación entre mirones y exhibicionistas:

La joven observaba a los exhibicionistas dedicados a masturbarse. Provista de su bloc de dibujo, permanecía sola mucho rato en el parque de la ciudad hasta poder presenciar la escena que esperaba. Tras una vivísima excitación, mucho antes que el exhibicionista hubiese acabado de manosearse el miembro, la mirona llegaba al orgasmo.

Pero el verdadero problema se encontraba en el transporte público. De mirar furtivamente, la gente pasaba ya a manosearse en autobuses y trenes infestados de gente. Si una joven a la que varios hombres intentaban meter mano se quejaba, se ponían a insultarla por fantasiosa y paranoica y nadie decía nada.

A otras, sin embargo, les iba el mambo y disfrutaban masturbando el miembro de sus acosadores. Mujeres que ya habían perdido el interés sexual, por la impotencia del marido, por su alcoholismo, por no haber tenido nunca un orgasmo, disfrutaban en estas situaciones con curiosidad morbosa irresistible.

Había un militar en Vinnitsa que iba en tranvía con su mujer: un bache particularmente violento le descubrió que su mujer empuñaba la verga de un sujeto pegadizo.

La gracia estaba en el anonimato. Ahí encontraban la excitación sexual miles de soviéticos, sostuvo Stern.

Uno de mis pacientes de Vinnitsa intentó trabar amistad con una chica que un minuto antes le tenía cogido el pene en el autobús. No obtuvo más respuesta que una sarta de insultos groseros y, para colmo, una acusación de… inmoralidad. En efecto, lo que más importa es el anonimato, el desconocimiento deliberado de la pareja.

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Para Stern, existía cierta relación entre el régimen y el hombre bloqueado, con complejo de inferioridad, impotente, que no puede afirmarse sexualmente si no era de esta manera. Las escenas y casos de exhibicionismo y tocamientos furtivos son numerosas en todo el libro. A veces, hasta dan ternura, penita:

Una de mis pacientes efectuaba el trayecto nocturno Vinnitsa-Moscú. Estaba a punto de amanecer, cerca de Moscú ya, cuando mi paciente despertó sobresaltada a causa de unos extraños empellones en la pierna. Entreabrió los ojos y distinguió a su vecino de compartimento completamente desnudo, erguido, en plena erección y zarandeándose el miembro con mirada vivaz. Horrorizada, la buena señora cerró de nuevo los ojos.

—Por favor, no cierre los ojos —gimió el hombre en tono quejumbroso.

—¡Pare enseguida! ¿No le da vergüenza?

La mujer se dirigió a la puerta de un salto.

—Por favor, no se vaya —dijo el exhibicionista casi llorando.

Otro problema, sensiblemente más grave, fue el de las violaciones. Durante la guerra el ejército soviético se caracterizó por violar a diestro y siniestro. Era una actividad consentida por las autoridades militares y una prueba de ello fue la protesta que el dirigente yugoslavo Milovan Djilas le trasladó a Stalin con escaso éxito.

Casi se rieron en la cara del montenegrino. Pero luego, todos estos veteranos, de vuelta en la sociedad en su país, siguieron en muchos casos con sus aficiones. En tiempo de paz, exmilitares llenaban las cárceles y los campos de concentración por delitos de violación.

Para muchos de estos hombres, si no era por la violencia, la única forma de excitarse sexualmente era desinhibiéndose con el vodka. En caso contrario eran absolutamente impotentes.

Estos dos pacientes formaban parte de mi labor cotidiana como médico. Eran tan típicos que podría citar a varios cientos como ellos. Erecciones débiles, insuficientes, muy breves o inexistentes.

Stern dice que se encontró con demasiados casos de maridos que violaban y daban palizas a sus propias mujeres como única forma de vida sexual. En otros casos, había cónyuges que solo podían tener relaciones si estaban ambos borrachos. Ese es el retrato que describe de la sociedad que vivió los años duros.

  • La nueva juventud
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Mas todo pasa en la vida y estas generaciones con una vida sexual trastornada por las guerras, las penurias y la violencia psíquica y física del Estado, dio paso a una juventud que había perdido los tabúes y empezaba a comportarse con, digamos, más armonía con la naturaleza humana.

Valga este caso como muestra del nivel de ridiculez y machismo que habían alcanzado los tabúes sexuales en la URSS:

Uno de mis pacientes solicitó el divorcio cuando se enteró de que su mujer se había masturbado… durante su infancia.

No parece que lo patológico sea lo que él acusaba, sino más bien su reacción.

Cuando le pregunté si él no se había masturbado nunca, terminó confesando: Bueno, sí, pero yo puedo. Yo soy hombre.

Casi coincidiendo con mayo del 68, la llegada de Yuri Andropov a la dirección de Seguridad del Estado, el KGB, hizo mucho por los hippies.

Sus sistemas represivos pasaron a ser mucho más selectos y sutiles.

La policía dejó de actuar con métodos de la edad de piedra, a basarse más en la información, y eso lo notaron las nuevas generaciones, que sin estar atenazados por un miedo atroz como sus padres, pudieron pensar con un poco más de claridad.

No en vano, lo primero que empezó a extenderse fue un sentimiento generalizado de tomarse a chufla las consignas del Partido. Algo así como la religión en España, que uno involuntariamente sigue todos sus ritos pero ni los entiende, ni los conoce ni le importan y ni mucho menos se los cree.

El modelo soviético, según Stalin, el del hombre y la mujer asexuados, totalmente faltos de vida privada y entregados de lleno a la causa del comunismo, es hoy un modelo vacío que solo suscita ironías.

En contraposición, empezaron las manifestaciones carcas de los guardianes de la ortodoxia.

Llevar minifaldas es algo muy lícito, pero no por eso hay que condenarse a minisentimientos reducidos, que en seguida delatan necesidades primitivas. (Komsomolskaia Pravda, 1969)

Sin el intrusismo del Estado en la vida privada de los ciudadanos, estas soflamas caían en saco roto. Lo cual no quiere decir que la liberación fuese un jardín californiano. Tuvo sus matices propiamente soviéticos:

La precocidad en la vida sexual de las chicas va unida en parte al consumo del alcohol, compañero indispensable de Eros. Muchas de ellas tienen sus primeras experiencias cuando se hallan sumidas en la embriaguez. Durante los últimos veinte años ha aumentado considerablemente en colegios y universidades el consumo de bebidas alcohólicas y también el de drogas.

Si antaño las muchachas tenían tendencia a beber solamente acompañadas de hombres, hoy en día, igual que los hombres, han aprendido a beber entre mujeres, y hasta entre chicas (…) Hay en todo ello un igualamiento de sexos al más tosco de los niveles.

Las pacientes de Stern empezaron a tener una vida sexual relativamente normal, la mayoría de las veces al margen de la educación que les habían dado sus padres. Dice que muchos adolescentes a edades muy tempranas ya se mostraban más maduros que sus progenitores. Los problemas que llenaban su consulta pasaron a ser por palizas a hijos que se masturbaban, por ejemplo, o que ya tenían relaciones. Pero, claramente, la sociedad ya iba por otro camino:

Existe asimismo un juego entre los adolescentes al que llaman «dar por dar». Se desarrolla de la siguiente manera: dos o tres niñas de doce o trece años, que se pasean por la calle Lenin de Vinnitsa o la calle Gorki de Moscú, se cruzan con un grupo de niños de parecida edad, se para y les dicen de «dar por dar». No hace falta más explicación, encuentran un lugar apartado y se masturban colectivamente.

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Claro que otra revolución pendiente, como la de la aceptación de la homosexualidad, todavía quedaba muy lejos.

De hecho, aún no ha llegado a los países eslavos un clima de respeto y tolerancia con la población LGBT.

En pleno siglo XXI, tanto en Moscú, como Kiev o Minsk, hasta en la siempre festiva Belgrado, te pueden dar una paliza un grupo de hooligans por llevar una camiseta de flores o algún detalle que cuestione su se conoce que frágil virilidad.

Entonces, en la URSS, era mucho peor. Primero, porque la homosexualidad estaba considerada un delito. Después, por la culpabilidad:

Los homosexuales viven en un perpetuo estado de terror, de quebranto y acoso. A veces, llegan a sufrir incluso graves trastornos psíquicos.

Muchos, cuando veían que se sentían atraídos por otros hombres, acudían a la consulta de Stern considerándose ellos mismos enfermos.

Su vida, su día a día, por otra parte, no difiere sin embargo de lo que podía haber en Madrid o en otras capitales.

Encuentros fugaces en urinarios, etcétera.

Hay un libro, por cierto, del polaco Michal Witkowski, que se llama Lovetown y cuenta cómo eran estos submundos en la RDA, Polonia y la Checoslovaquia comunista. Es una maravilla.

Pero lo que sí que marcaba la diferencia con respecto al resto del mundo era la percepción que tenían los propios soviéticos de la homosexualidad. No ya que si uno recibía señales de su cuerpo cuando viese a alguien de su mismo sexo se sintiera enfermo, sino un esquema de valores mucho más distorsionado.

El autor de La vida sexual en la Unión Soviética pasó varios años en la cárcel y un campo de concentración, como hemos dicho. El capítulo dedicado a esta experiencia no ofrece realmente nada nuevo o diferente. Burdeles homosexuales dentro de las cárceles han existido también en España. Igual hasta siguen existiendo.

Así como la homosexualidad como única opción posible en el mundo carcelario. Lo singular, decimos, es la forma de entenderlo. En el campo de concentración, relata, una serie de presos bien situados elegían con cuáles de los otros presos se iban a acostar. Prendían a la víctima y la violaban.

Si les gustaba, hasta se la quedaban para ellos, para su uso exclusivo. Bastaba un rostro bonito o unos glúteos redondeados para ser elegido. El asunto es que cuando se violaba a alguien, se convertía inmediatamente en «intocable» y el resto de los presos los repudiaba. Tenían que vivir apartados y donde tocaban nadie más volvía a poner las manos. Les llamaban «los pederastas».

Stern en una ocasión habló con unos violadores y les explicó que no tenía sentido que los violados se llamasen «pederastas», que en todo caso lo serían los sodomitas, no los sodomizados. Casi le dan una paliza. El que recibía era el indigno. Y todos lo asumían, incluso ellos.

El resto de cuadros que pinta de la sociedad soviética son menos exclusivos. Por ejemplo, habla de que existía prostitución a todos los niveles. Sobre todo en los recintos vacacionales del Cáucaso. Pero también en el trabajo, en la designación de secretarias y otro tipo de puestos muchas veces había intercambios sexuales de por medio.

Sobre todo en las ciudades pequeñas, que ya tú sabe cómo suelen funcionar las cosas en los pueblos de todo el globo terráqueo. Pero nada que podamos citar como genuino de aquellas latitudes.

Mención aparte merecen, eso sí, los cuerpos represivos. Stern también ofrece una muestra importante de policías y militares tocados del ala en cuestiones sexuales. Querer entrar en estos cuerpos solía responder al perfil de acomplejados, sádicos o impotentes, pero no hay datos globales que puedan sostener aseveraciones de este calado.

Es la pena, como en otros tantos aspectos de la URSS, la sociología exenta de propaganda dura brillaba por su ausencia. De hecho, esa misma falta de conocimiento estadístico fiable del propio país fue una de las causas que, entre otras, estancaron su economía. Lo que es un hecho es que, a la vista de este y otros testimonios, la URSS no logró liberar al ser humano de la esclavitud de los prejuicios y tabúes sexuales.

Uno de mis pacientes, un policía, me habló excitado de un nacionalista ucraniano al que había matado en Ucrania occidental una vez terminada la guerra:

—¿Entiende? Lo coloco al borde del hoyo que yo mismo le hice cavar, me dispongo a dispararle y entonces veo que se le empalma la verga, una verga enorme. ¡Cómo me gustaría tener un aparato como el suyo!

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nuestras charlas nocturnas.


Sexo, porno y realidad virtual: cómo, cuándo y por dónde …


Fuente: http://www.extremetech.com/extreme/181436-virtual-reality-and-the-future-of-sex

JotDown(J.Vañenzuela) — Una de las metáforas más antiguas sobre el principio de funcionamiento de la realidad virtual y la telepresencia la podemos encontrar en la situación que Platón imaginó hace más de dos mil años a través del mito o alegoría de la caverna. El filósofo griego nos presentaba en su República a un grupo de prisioneros encadenados desde su nacimiento en el interior de una cueva.

Obligados a mirar hacia la misma pared durante toda su vida, daban la espalda a un fuego frente al que paseaban personas con distintos objetos con el fin de proyectar sus sombras sobre dicha pared. Según Platón, los prisioneros en esa situación considerarían que la realidad no eran ni las personas ni los objetos que llevaban, sino las sombras que producían. Su verdad estaría así adulterada por el prisma del fuego, que la reduciría a dos dimensiones y evitaría la percepción directa de los objetos y personas que realmente son.

Más de dos mil años después y frente a la pegajosa barra de una discoteca, uno de mis amigos bravuconeaba diciendo que iba a hablar con una chica a la que había echado el ojo y que se dirigía en esos momentos a la sala contigua. Creía que nosotros, como los prisioneros del relato de Platón, solo sabríamos la verdad a través de las sombras de su narración, pero no se dio cuenta de la existencia de una puerta traicionera que comunicaba directamente a aquella otra sala que debía quedar oculta y nos ofrecía una visión sin obstáculos de la afortunada joven, y con ella, del fuego de aquella cueva de ritmos electrónicos.

Mi amigo desapareció a través de otra puerta y no vimos en ningún momento que alcanzara a la chica, pero a su vuelta nos afirmó con vehemencia que ya sabía su nombre y que incluso le había presentado a una amiga. El pobre gañán desconocía que nosotros, a diferencia de nuestros antecesores, habíamos podido girarnos y ver el fuego y con él la mentira de la que nos íbamos a reír durante el resto de la noche.

Tanto la alegoría de la caverna como la banalización que he realizado de la misma a través de un recuerdo personal sirven para comprender que el conocimiento directo de la realidad que nos rodea se reduce a una porción muy pequeña del conjunto de nuestros saberes. Dicho de otra manera, la mayoría de nuestras convicciones no son fruto de nuestra propia experiencia, sino de la transmisión de conceptos e ideas a través de un tercero (una persona, un libro, un vídeo, un dispositivo).

A su vez, esa experiencia personal no es más que el resultado de un análisis subjetivo realizado por nuestro cerebro de todos los estímulos externos, por lo que decir que «esto es lo que pasó y no hay otra explicación» tal vez se nos quede grande en determinadas circunstancias.

Solo tenemos que observar fenómenos como la pareidolia (esa nube que parece un perro) o anomalías genéticas como el daltonismo para comprender cómo una persona puede percibir una misma realidad de forma muy distinta a otra sin que por ello esa realidad cambie. Vivimos tras las gruesas barreras de nuestra propia interpretación del mundo.

Internet y las redes sociales son, a día de hoy, el paradigma de esta nueva forma de interaccionar con nuestro entorno. Basta pensar en la posibilidad de conocer a gente a través del ordenador para comprender que añadimos velos a una percepción de por sí difusa.

La aparición de las tecnologías de realidad virtual y su posible desembarco a corto plazo en una importante proporción de los hogares del llamado primer mundo podría ser un punto de inflexión en esa tendencia: sentirse transportado a un lugar virtual y encontrarse de frente con la otra persona tal vez nos ayude a sentirnos más cerca de los otros, a experimentar una relación más directa, que no más real.

Irónicamente, como si del mito de la caverna se tratara, las imágenes, sonidos y tal vez el contacto que sentiríamos no serían más que sombras de esas personas que se mueven frente a un fuego situado a quién sabe si miles de kilómetros de aquí. Ese es (muy probablemente) uno de los motivos que llevaron a la empresa de Mark Zuckerberg a comprar Oculus VR y a los directivos de dicha empresa a aceptar su oferta frente a las de otros gigantes como Microsoft o Google.

Tanto unos como otros saben que la tecnología de realidad virtual tiene mucho potencial dentro del mundo de las redes sociales gracias a que nuestra mente se siente trasladada al entorno virtual y con ello, en compañía física —sí, física— de otras personas. Nuestro cerebro sabe perfectamente que se encuentra en un entorno creado por ordenador, pero a su vez nuestros sentidos nos indican que estamos ahí, en ese otro lugar.

El potencial de estos dispositivos es abrumador: desde crear un Second Life en el que andar por nuestra propia cuenta sin necesidad de teclado ni ratón —vamos, caminando sobre una superficie destinada a ese fin—, a un Skype con el que sentirnos transportados al lado de ese familiar o esa pareja que vive en otro continente.

Incluso algunas empresas trabajan actualmente en proyectos destinados a que podamos mantener relaciones sexuales a distancia sin perder parte de las sensaciones que tendríamos en vivo. La realidad virtual puede provocar un enorme salto cualitativo en ámbitos como el cibersexo o la pornografía. O puede quedarse en un fiasco estrepitoso comparable al del Laser Disc.

Imagen de la película Johnny Mnemonic. TriStar Pictures.
Imagen de la película Johnny Mnemonic.
  • Sexo a distancia: siento que mi pene entra en su vagina

Imaginemos a una mujer que sale de la ducha y se mete desnuda en la cama. Enciende un sistema de captación de movimientos, se pone sus guantes hápticos para la ocasión, coge de la mesita de noche un casco de realidad virtual y se lo pone en la cabeza. Acto seguido coge de uno de los cajones un dispositivo fálico y se lo pone en la entrepierna.

Conecta todo el sistema y tras unos segundos de adaptación se ve transportada a la habitación de una casita en un entorno tropical con el sonido del mar de fondo. Mira su cuerpo virtual (lo llamaremos avatar) y observa que obedece sus movimientos reales, por lo que en poco tiempo su sensación de embodiment es total: siente como si ese cuerpo fuera su cuerpo.

Entonces se produce un pequeño fogonazo y un chico aparece frente a la cama, también desnudo. Roza su piel —solo eso, sabe que no puede apretarlo contra ella igual que sabe que él no notará esas caricias— y disfruta del tacto de su cuerpo en la yema de los dedos. Se tumban y tras un intercambio de susurros y ciertos preliminares masturbatorios empiezan a hacer el amor, notando perfectamente cada centímetro de penetración.

Esta escena tan aparentemente alejada del presente podría llegar a formar parte de la rutina de muchas parejas dentro de pocos años. Toda la tecnología que he descrito existe o está en desarrollo y nuestra mente actuaría de forma similar a como he mencionado en el párrafo anterior.

De hecho, se han realizado muchos experimentos en el ámbito de la psicología y la neurociencia en relación con la realidad virtual y los resultados nos empujan a pensar que nuestra forma de percibir el entorno e incluso nuestro propio cuerpo no es tan rígida e inamovible como quisiéramos pensar.

En concreto, para lograr esa ilusión de inmersión será necesario engañar a nuestra mente mediante distintos tipos de trucos que tendrán que ver tanto con nuestro propio cuerpo como con el entorno (físico y social) al que nos veremos transportados.

Al final, lograr construir una realidad alternativa en la que sentirnos sumergidos como si estuviéramos allí será posible gracias a, por un lado, la ilusión de encontrarnos en un escenario plausible y coherente, y por otro lado, a la ilusión de estar de cuerpo presente en el entorno virtual —lo que tendrá mucho que ver con la sensación de poseer el cuerpo de un avatar como propio (lo que se conoce como body ownership).

Un sistema de realidad virtual ideal deberá por tanto constar de un conjunto de dispositivos que envíe información sensorial al usuario de un entorno creado por ordenador (cuanta más información, mejor: visual, auditiva, táctil, incluso olfativa) y de otro grupo de dispositivos que recoja sus movimientos y acciones y los incorporen al escenario virtual. Volvamos con nuestra protagonista e intentemos comprender qué sucede en su cerebro a medida que pasan los minutos en el encuentro virtual con su pareja.

Esquema de un sistema de realidad virtual inmersiva (modificado del artículo How to build an embodiment lab: achieving body representation illusions in virtual reality).
Esquema de un sistema de realidad virtual inmersiva (modificado del artículo How to build an embodiment lab: achieving body representation illusions in virtual reality).

Tal como hemos dicho, para lograr una sensación verosímil del entorno virtual serán necesarias dos condiciones: que la persona sienta que se encuentra en ese lugar como si se tratara de un escenario real y que le parezca una situación plausible. El investigador Mel Slater describe esa primera triquiñuela como una fuerte ilusión de estar en un lugar a pesar de estar seguro de que no estás allí.

Puede sonar paradójico, pero nuestra protagonista será perfectamente consciente de la virtualidad del entorno y pese a ello, si está bien generado y todo funciona correctamente, se sentirá allí dentro y actuará como si todo fuera real. Podrá pasear y curiosear dentro de un entorno en tres dimensiones. Mirará hacia atrás y no se encontrará con un vacío o una pantalla negra, sino con el resto de la cabaña tropical.

La realidad virtual la rodeará por completo. No olvidará que está en una habitación de hotel (no entraremos en psicopatologías que puedan ir en la dirección contraria), pero a la vez percibirá que está en esa casita frente a la playa con el rumor del oleaje de fondo. Podrá ver los muebles, las paredes, los cuadros y unas palmeras a través de la ventana. Incluso si se fija con atención apreciará el movimiento de sus hojas mecidas por el viento.

Todos estos elementos ayudarán a crear una ilusión de lugar que estará relacionada con cómo nuestra protagonista percibe el mundo virtual, pero a su vez estarán logrando que la situación en la que se encuentra sea plausible. Palmeras, playa o casa de madera encajarán con ese tipo de entorno igual que encajaría la presencia de una pareja practicando sexo en la cama de al lado o de un voyeur oculto tras las cortinas, por qué no.

Pero la cosa cambiaría si ese voyeur apareciera masturbándonse en mitad de una lección virtual de historia para cincuenta alumnos de secundaria. Por mucho que el entorno sea de un realismo asombroso, si existen cosas fuera de lugar o si cuando hablamos con las personas que lo habitan no tenemos respuesta por su parte, actúan como si no existiéramos o lo hacen de forma extraña, estaremos dentro de un entorno poco plausible y con ello se romperá la ilusión de inmersión.

En el caso del encuentro que estamos relatando no debería haber problemas del segundo tipo, ya que los dos avatares de la escena seguirían los movimientos (y el comportamiento) de dos personas reales que están actuando a través de ellos.

Pero si el avatar del chico funcionara mediante un programa de inteligencia artificial muy rudimentario o incluso si sus movimientos estuvieran preprogramados como los de los malos de Super Mario Bros —adelante, atrás, adelante, atrás—, nuestra chica tal vez perdería la libido y gran parte de su paciencia cuando tras decirle frases picanticas su acompañante se la quedara mirando callado, indiferente y con la bandera en alto —aunque es muy probable que esta situación no sea exclusiva de la realidad virtual.

Habiendo cumplido con el entorno, sería el momento de centrarnos en la persona. Para que nuestra protagonista se sienta «allí» será necesario que posea un cuerpo que le dote de presencia en el escenario y le permita navegar por él. Si la chica conecta el sistema de realidad virtual y ve aparecer el escenario pero al mirar hacia abajo no encuentra unas piernas, unos pechos o unos brazos sino un vacío, no estaremos creando la sensación de estar allí sino simplemente la de estar observando el entorno inmersivo como un mero espectador de televisión.

A la chica le hará falta ver un cuerpo y que ese cuerpo ocupe el mismo lugar que su propio cuerpo en la vida real, ya sea mirándose directamente o a través de espejos virtuales —una herramienta muy útil para aumentar el embodiment, ya que «verte» reflejado y observar que todos tus movimientos se corresponden con lo que estás viendo es una ayuda enorme para sentirnos sumergidos en ese entorno—.

Aun así no hay que relacionar un alto grado de realismo con un alto grado de inmersión: para que la protagonista sienta como propio un cuerpo virtual, un avatar del aspecto de cualquier personaje de videojuegos del estilo del Grand Thief Auto o el Assassin’s Creed será suficiente. No servirá un bloque de madera ni una pelota de playa —también se ha investigado—, aunque distintos estudios han demostrado que se puede jugar con nuestro tamaño (poniéndonos en el cuerpo de un niño), nuestro color (poniendo a blancos en el cuerpo de negros) e incluso la proporción de alguno de nuestros miembros (alargando nuestro brazo hasta el doble de su longitud).

Juguemos o no con esas características, el aspecto realmente relevante para no romper la sensación de pertenencia de un cuerpo se encontrará en que la información que nuestra protagonista reciba de sus sentidos sea coherente en todo momento. Este último proceso es conocido como integración multisensorial y lo llevamos a cabo a diario de forma inconsciente en el mundo real.

Movemos una mano y recibimos información sensorial que nos confirma que hemos realizado esa acción: hemos visto el movimiento de nuestra mano (vista), hemos notado cómo se movía (propiocepción o percepción de nuestro propio cuerpo) e incluso si hemos tocado algo habremos sentido el contacto en los dedos (tacto).

Si la chica quiere hacerle una mamada a su pareja y sentir la ilusión de que lo está haciendo, tendrá que ver sus manos acercándose a la polla y notar cómo la coge y cómo entra en su boca. Para lograr estas sensaciones tendremos que combinar la información visual de los dos cuerpos con la información táctil del pene del chico y de las manos y boca de la chica.

Otra cara 'O' de Oculus Rift

La primera parte será fácilmente asequible, ya que solo tendremos que capturar en tiempo real los movimientos de las dos personas y enviarlos como órdenes dirigidas a las articulaciones de sus avatares (gira ese codo, levanta esa rodilla). La segunda parte será algo más compleja por la naturaleza del sentido del tacto, difícilmente replicable en realidad virtual.

Pero imaginemos que la chica cuenta con ese artilugio fálico que se había colocado en la entrepierna, un dispositivo con la textura de un pene real y forrado en su interior por decenas de sensores de presión que notarán cada movimiento de la boca y la lengua y lo procesarán en forma de unos y ceros.

Esos unos y ceros viajarán por la red y llegarán hasta otro artilugio del tipo de una vagina enlatada donde pequeños actuadores realizarán el paso inverso: convertirán los unos y ceros en movimientos articulados que harán sentir a su compañero cada caricia y cada mordisquito de la chica. Y lo mismo sucederá en sentido contrario.

Si la chica llega al punto en que se encuentra tumbada bajo su pareja y le pide que se la meta, verá cómo la polla empieza a desaparecer en el interior de su coño y sentirá a la perfección cada centímetro de penetración. En este caso la pareja de sistemas hápticos habrá realizado el camino inverso al de transmitir la mamada de la chica.

El chico la meterá en el bote con textura de coño y los sensores de presión procesarán toda la información morfológica de su polla, transmitiendo en tiempo real su forma, tamaño y movimiento al dispositivo de la chica, que con la forma de un consolador tradicional adquirirá mayor tamaño y consistencia a medida que su pareja la meta hasta el fondo.

Todo esto puede sonar a fantasía sexual de un ingeniero pero empresas como Kiiroo ya comercializan dispositivos de este tipo. Conocidos como «teledildonics», se trata de juguetes que no hacen más que mejorar la calidad y verosimilitud de las sensaciones que transmiten a medida que avanza la tecnología.

Por último, si queremos hacer de nuestra experiencia virtual un acto lo más personalizado posible no tenemos por qué limitarnos a personajes creados por ordenador. Existe la posibilidad de escanear nuestro cuerpo real e introducirlo en el escenario. A día de hoy podemos encontrar multitud de dispositivos que permiten crear nuestro propio avatar y animarlo con movimientos propios o ajenos, lo que no deja de ser inquietante.

Con esa información pululando por la red, cualquier brecha de seguridad como el reciente Celebgate podría llevar a que miles de depravados practicaran sexo virtual con nuestro avatar y tuvieran la ilusión de estar haciéndonos la caidita de Roma. Podrían vestirnos de lencería o disfrazarnos de Pantera Rosa y programarnos para realizar todas las posturas ridículas y obscenas que desearan que hiciéramos.

O quién sabe, un error en la dirección de envío de la información morfológica de nuestro pene podría llevar a su uso como modelo en la impresión en 3D de decenas de velas aromáticas para una residencia de ancianos. Y es que pese a que me he centrado casi exclusivamente en las relaciones de pareja, las posibilidades de interacción sexual que permiten son enormes.

Videojuegos en los que fornicar con los enemigos que vayan apareciendo en el camino, cibercuartos oscuros en los que disfrutar del placer de no saber dónde la vamos a meter (o quién nos la va a meter) u orgías virtuales al más puro estilo de un Call of Duty multijugador son ejemplos del potencial que tiene el sexo virtual en red gracias a juguetes que pueden estar a día de hoy en nuestro propio hogar. Y no olvidemos el porno.

La industria de la pornografía está dando sus primeros pasos en este terreno aún inestable tratando de aprovechar las virtudes de la realidad virtual. De eso tratará la segunda parte del artículo. Me interesa conocer la forma en que hombres y mujeres disfrutamos de la pornografía y de la adaptabilidad de este tipo de cine a las nuevas tecnologías.

También en conocer la opinión de quienes trabajan en esta industria y comprender si el uso de realidad virtual será minoritario o si por el contrario será una auténtica revolución del porno. Supongo que todo dependerá de si en unos pocos años la mayoría de hogares del primer mundo cuente con un dispositivo de Oculus VR en casa —y no menciono esta empresa por casualidad—.

Quién sabe, tal vez en el futuro vivamos encerrados en nuestras habitaciones y lo único que necesitemos sean las sombras de un mundo proyectado a través de un casco de realidad virtual. ¿Se preguntó Platón si los prisioneros de su caverna eran felices?

Fotografía: Gisela Giardino (CC)

Decía el filósofo Kendall Walton que al participar como espectadores de una narración —literaria, cinematográfica— disminuimos la distancia entre nosotros y la obra, no por ascender las ficciones a nuestro nivel sino por descender nosotros a ellas. Que de algún modo, en lugar de pensar en las ficciones como reales, somos nosotros los que nos convertimos en ficcionales. Años después, con los pantalones bajados y frente a alguna obra menor cuyo esfuerzo creativo más considerable venía de un título como Fue a por trabajo y le comieron lo de abajo o Tetanic, una versión adolescente y onanista de quien escribe estas palabras se planteaba una pregunta muy relacionada con su propia experiencia: ¿Disfrutamos del porno por nuestro papel de observadores o porque nos ponemos en la piel de alguno de los protagonistas?

Desde la inmersión del espectador en los mundos de ficción hasta la función que tienen nuestras emociones —y placeres— en ese efecto de traslado a la escena, son muchas las cuestiones asociadas a nuestra participación en las narraciones que nos rodean a diario. Distintos formatos audiovisuales pelean por su nicho de mercado entre toda la oferta de ocio actual y uno que viene haciendo mucho ruido es el de la realidad virtual (RV).

Esta tecnología está permitiendo que algunas productoras investiguen los límites de introducir al espectador en la escena y jueguen con la ilusión de que, de alguna forma, está allí. Si al ver una película para adultos podemos elegir entre ser el actor o verlo todo a una distancia prudencial libre de salpicaduras, probablemente la pregunta con la que se cierra el párrafo anterior encuentre por fin su respuesta y comprendamos mejor nuestro interés por participar en la narración.

Como es lógico, la barrera tecnológica (y con esta la económica) tendrá un papel fundamental en el desembarco de estas tecnologías en cualquier hogar. A las pantallas de televisión, ordenadores, tabletas y teléfonos móviles que ya son comunes en nuestras casas, habrá que sumar distintos dispositivos que, si no por precio, aún tardarán en llegar por las aún potenciales necesidades que cubren.

El principal dispositivo de esta nueva experiencia multimedia es el casco o visor de realidad virtual, la «pantalla» que nos permitirá tomar un punto de vista inmersivo dentro de la película o videojuego con (o en) el que estemos. Desde hace unos meses las noticias tecnológicas no dejan de traer información sobre una guerra de precios en los HMD (del inglés Head Mounted Display) donde distintas compañías tratan de lograr la mejor calidad de imagen y sensación de inmersión a costes competitivos que les permitan ser la punta de lanza en esa invasión de los salones del consumidor medio.

En otra liga, otros desarrolladores tratan de aprovechar el potencial de los teléfonos móviles para utilizarlos como el propio visor gracias a soportes que pueden hacerse en casa con cuatro cartones y algo de paciencia y pulso.

Independientemente del dispositivo que se utilice, al casco habrá que añadir complementos que potencien la ilusión de estar dentro del mundo virtual. Los principales serán aquellos dispositivos que monitoricen nuestros movimientos y los conviertan en los de nuestro avatar; sistemas hápticos que permitan añadir el tacto a la experiencia; y por qué no, plataformas que nos permitan andar sin movernos del sitio en el mundo real para movernos a nuestras anchas por esos ciberandurriales.

El Cyberith Virtualizer o el Virtuix Omni son dos alternativas con mucho potencial que muy probablemente llevarán la experiencia de inmersión en el entorno virtual a otro nivel. Obstáculos en un camino a recorrer por la tecnología de realidad virtual, independientemente del uso que se haga de ella.

Con mucha probabilidad serán los jóvenes nativos digitales y los geeks de cualquier pelaje los primeros en aprovecharse de esta nueva forma de interactuar en videojuegos, películas o redes sociales. Ellos son el objetivo de la mayoría de campañas de promoción de esta tecnología.

Por si fuera poco, el mundo del porno virtual tendrá que sumar a esos escollos otros asociados a la producción y el consumo de material audiovisual. ¿Qué dificultades entrañará una sesión de rodaje? ¿Será un negocio rentable o quedará como una simple curiosidad que no llegó a desarrollarse? ¿Tendrá el mismo público que el porno no virtual?

Interesados en conocer la opinión de profesionales de este ámbito, decidimos realizar un conjunto de entrevistas que nos permitieran profundizar en la visión que se tiene del porno virtual desde la dirección, la actuación y la producción. Es así como en primer lugar nos pusimos en contacto con Erika Lust.

Erika es escritora, directora y productora de cine erótico y tal como describe en su propia web, «se dio cuenta de que las voces femeninas eran inexistentes en la industria pornográfica, un género y un negocio hecho por hombres para hombres, y se dispuso a cambiar las cosas».

Nos interesa conocer la opinión de una profesional que ha sido capaz de romper con los esquemas preestablecidos y tener éxito en su cometido, lo que garantiza una mente orientada al cambio (no hace falta más que buscar en Twitter el hashtag #ChangePorn para comprender su repercusión en las redes sociales):

Erika Lust. Fotografía: Alberto Gamazo
Erika Lust.
  • ¿Conoces el porno virtual? ¿Se habla de él dentro del mundillo?

El porno virtual es una tecnología que apenas está surgiendo, por lo cual es un nicho al cual no mucha gente tiene acceso. Sin embargo, suena interesante y me gustaría ver en qué resulta. Aún no he tenido la oportunidad de participar en un rodaje de una película virtual. Y creo que falta mucho para eso.

  • ¿Ves sitio (en un futuro hipotético) para la realidad virtual en tus creaciones?

A pesar de que se me suele etiquetar con porno, yo soy en esencia una directora de cine independiente. Para un director es indispensable tener control creativo sobre la obra, así que tendríamos que tener en cuenta hasta qué punto puede interactuar el usuario sin llegar a cambiar la visión del autor del film. De alguna manera, mi proyecto XConfessions involucra al usuario en la experiencia en la medida en que le da una voz en el guion. Son mis usuarios quienes me dicen lo que quieren ver. De esta manera forman parte de una fantasía que ellos mismos crearon.

  • Incluir realidad virtual en el porno implicaría, por un lado, un gasto extra en los rodajes (adecuar las cámaras, el procesado de las imágenes, etcétera), y por otro lado, un gasto extra en los espectadores (cascos de realidad virtual). ¿A qué lado de la cámara crees que se encuentra el mayor impedimento?

Probablemente el gasto más fuerte sería el de producción. Para obtener alta calidad cinematográfica en mis películas utilizamos equipos de primera categoría [tales como la cámara Alexa] los cuales son ya muy costosos. En estos momentos sería complicado invertir en tecnologías que no dominamos y que aún no tienen un mercado desarrollado. Supongo que habría que esperar hasta que tales tecnologías fueran más accesibles para que el porno virtual pudiera hacerse viable comercialmente.

  • ¿Crees que verse metido en la escena podría eliminar sensaciones que ahora sí disfrutamos los que vemos porno? ¿Es mejor ver de forma pasiva que «participar» como si fuéramos la actriz o el actor?

Parte del estímulo de las películas eróticas está en la fantasía y la inaccesibilidad. La experiencia audiovisual consiste en despertar los otros sentidos a través de la imagen y el sonido. Esto hace que las sensaciones se optimicen y conlleven un incremento del deseo y el apetito sexual. Si la realidad virtual permite hacer tangibles las fantasías generadas por la imagen y el sonido, esto resultaría en una experiencia fantástica para el usuario, pero que tendría el peligro de que podría quitarle la magia. Algo similar pasó con las películas 3D. Cuando salió la tecnología, parecía que todas las pelis que se estrenaban en el cine eran en 3D. Finalmente, la gente se cansó de tener que ponerse las lentes cada vez que iba al cine, sobre todo cuando el efecto no estaba justificado. Me parecería una opción muy interesante para el género adulto, pero no mataría la forma tradicional.

  • ¿Ves un futuro donde se extiende el uso de la realidad virtual en el porno o crees que quedará como una rareza para una minoría de productores y directores (y espectadores, claro)?

Donde haya un mercado aparecerá la oferta. Si la gente se interesa por la realidad virtual, este mercado crecerá y sus costes serán cada vez más bajos.

  • Consideras el cine tradicional como fálico y visual, mientras que el tuyo es más mental, de sentimientos. ¿Piensas que podría ser una revolución que los espectadores se vean como protagonistas de las distintas escenas?

El cine mainstream está dominado por los gustos de ciertos hombres, mientras que en las películas que yo hago, impongo mi visión artística, valores y una representación más justa de la mujer moderna. Dicho esto, sería interesante ver la reacción del público ante escenarios que no son posibles con la tecnología actual. Sin duda es una propuesta que muchos querrían probar.

  • La realidad virtual se caracteriza por una inmersión en la escena que puede llevar a reacciones emocionales muy parecidas a las del mundo real. Tú defiendes un cine sobre sentimientos, relaciones, intimidad y sexo y en alguna entrevista has dicho que quieres «una sensación de realidad y de piel». Pasar de espectador «pasivo» a verte participar en la escena sería ideal para esa idea de intimidad, ¿no crees?

Como ya te he dicho previamente, es acerca de los estímulos y de la realidad que tu propia imaginación te hace crear y vivir. La mente humana es tan poderosa que puede intensificar una fantasía de tal manera que te haga sentirla como real, como de piel…

El consumo de porno en realidad virtual está al borde del orgasmo (en Asia  sobre todo) - Marketing Directo
  • Estás en contra del porno de pose, ¿crees que será lo primero que se busque a la hora de usar realidad virtual?

Eso depende del público que esta oferta genere.

Los clichés son lo que son, porque se han popularizado y se han sobregenerado productos que retratan estas historias.

Así que búsquedas existirán, pero poco a poco la gente irá viendo que tiene el poder de hacer su propia fantasía realidad. Se parece algo a XConfessions.

  • Por último, existen investigaciones que demuestran que al ponerse en la piel de otra persona en realidad virtual se han modificado prejuicios por parte de los usuarios (hacia otras razas, hacia otros sexos). ¿Crees que verse en el cuerpo de una actriz o un actor en una película porno sería una gran herramienta de educación? ¿Y de juego (ponerse una mujer en la piel del hombre o viceversa, o cambiar de raza)?

Hablé del porno como medio de educación en mi charla TED el año pasado.

La realidad virtual permitiría a la gente probar ciertas cosas con las que nunca se atreverían o que simplemente serían difíciles de lograr en la vida real: orgías, sexo con famosos o incluso con personajes ficticios. Las puertas están abiertas y este nuevo medio podría ayudar a derrumbar estereotipos.

La fortuna hizo que durante la labor de documentación sobre el trabajo de Erika Lust apareciera el nombre de una actriz que había colaborado con Erika y a su vez lo había hecho en alguna película producida por VirtualRealPorn, empresa que ya utiliza la tecnología de realidad virtual en sus rodajes. Amarna Miller ha demostrado en nuestras distintas conversaciones estar muy interesada en la llegada de estos dispositivos al porno y una muestra de ello es su reciente nombramiento como manager de producción de VirtualRealPorn. Estas fue la entrevista que realizamos:

  • ¿Cuál (y qué tal) ha sido tu experiencia en el porno virtual? Has participado como actriz y de hecho apareces bien destacada en la web de VirtualRealPorn. ¿Qué opinión te merece el desembarco de este tipo de tecnología en el porno?

Encontré la web de VirtualRealPorn prácticamente cuando empezaron, les mandé un mensaje pensando que era una compañía extranjera y para mi sorpresa, ¡me dijeron que estaban grabando en Zaragoza!. Rodé mi primera escena con ellos unos meses después, junto a la preciosa Onix Babe. Un solo y dos escenas lésbicas, con técnica muy cuidada y un ambiente cómodo. Los chicos de VirtualRealPorn son gente joven y vienen del mundo de la producción audiovisual. Aunque parezca mentira, eso se nota en lo rodajes y en el contenido final.

En el porno, lamentablemente casi nadie se preocupa de hacer las cosas bien. Lo mínimo aceptable ya es más que suficiente y no hay afán de mejora ni ambición, por eso me encanta trabajar con ellos: han puesto su esfuerzo, su dinero y su tiempo en un proyecto novedoso, intentando llenar un hueco de mercado en el que la competencia es voraz. Tienen mi ayuda en todo lo que necesiten.

Personalmente, creo que el porno enfocado a la realidad virtual puede ser el siguiente paso en el mercado del cine X. Pero para poder saberlo con seguridad habrá que esperar a ver cómo se desarrolla la tecnología que lo rodea y si el Oculus Rift tiene cabida (y acogida) en el mercado.

  • Hablemos de tus propias creaciones como directora. ¿Se te pasaría por la cabeza el uso de realidad virtual en algún tipo de vídeo/película? Si es que sí, ¿cuáles y por qué?

No, al menos en estos momentos. Decidí dejar a un lado mi faceta como directora hace algunos meses: quien mucho abarca poco aprieta. Por ahora quiero centrarme en mi carrera como actriz, produciendo vídeos a pequeña escala para mi web personal y dedicándome a viajar y trabajar con productoras extranjeras. En un futuro no descarto volver a dirigir, pero a menor escala que como hace unos años.

  • Incluir realidad virtual en el porno implicaría, por un lado, un gasto extra en los rodajes (adecuar las cámaras, el procesado de las imágenes, etcétera), y por otro lado, un gasto extra en los espectadores (cascos de realidad virtual), ¿a qué lado de la cámara crees que se encuentra el mayor impedimento?

Personalmente, el gran impedimento que veo para que la pornografía aplicada a la realidad virtual se generalice es la acogida del mercado. El precio del Oculus Rift debería bajar para poder tener cabida en todos los hogares, y habría que hacer entender al público que esto no es algo que solo pueden usar unos pocos escogidos. Supongo que en el fondo, todo es marketing, pero sí que veo posible que este supuesto se pueda llevar a cabo.

Si el usuario finalmente quiere consumir realidad virtual, habrá cientos de compañías que se lanzarán a producir material de este estilo, es la ley de la oferta y la demanda. Eso sí, espero que para entonces los chicos de VirtualRealPorn hayan establecido su hueco en el mercado, porque en cuanto las grandes empresas decidan apostar por este nicho, las pequeñas productoras tendrán un gran problema luchando contra los monopolios de la industria. ¡Así que vamos a apoyar desde el inicio a las empresas que merecen la pena!

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VirtualRealPorn.
  • Una de las opciones que más interés suscita en el porno virtual es que puedes verte en el cuerpo del actor/actriz y verte como si fueras tú quien practica sexo con la otra persona, ¿crees que puede ser un salto cualitativo respecto al porno «de espectador»? ¿O crees que habrá gente que prefiera verse dentro de la escena pero sin participar en ella? En resumen, ¿consideras el porno como algo que no debe saltar la barrera de la « pasividad» del espectador?

Sí, en cuanto a experiencia es un cambio tremendo. El consumidor de porno pasa de ser un mero espectador a introducirse de lleno dentro de la acción, siendo él mismo el que protagoniza la película, pero sin los riesgos que conllevaría una relación sexual verdadera. ¿No suena increíble, y tremendamente futurista? Me recuerda a Desafío total. Elimina de raíz la visión voyeurista y la fantasía de «ver sin ser visto», así que supongo que habrá personas a las cuales no les estimule la idea. Pero desde luego a mí, como consumidora, es una novedad que me encantaría.

En cuanto a la última pregunta, considero que la barrera de la pasividad del espectador puede traspasarse sin ningún problema. Cualquier innovación que se salga de las reglas de consumo que todos tenemos en mente y hemos aprendido, está bien. Las creación de nuevas miradas y acercamientos a un mismo tema siempre me parece algo positivo.

  • ¿Crees que gustará por igual el porno virtual a hombres que a mujeres?

No soy partidaria de una división por géneros, y me parece una visión un tanto simplista de la sexualidad humana. Creo que dependiendo de cómo esté enfocada la película o la escena, puede gustar más a un tipo de personas que a otras. Eso sí, desde luego de lo que estoy segura es de que la realidad virtual tendrá una mejor acogida entre los amantes de la tecnología.

  • Volviendo a tu experiencia como actriz en este tipo de porno, ¿hay una gran diferencia respecto a los rodajes de cine con cámara tradicional, o solo se nota a la hora de la posproducción?

¡Es totalmente diferente! De hecho, me hace gracia cuando mis compañeros de rodaje llegan por primera vez a un set de grabación de este estilo. La primera reacción es «¿Pero y todo esto para qué sirve?». Las cámaras son diferentes, hay cables por todas partes, micrófonos especiales y un largo etcétera.

Además, como las grabaciones son siempre POV (Point of view, es decir grabado «desde los ojos» de uno de los participantes), tienes que mirar constantemente a la cámara, en vez de a tu compañero para que parezca que estás mirando al espectador a los ojos. Si está rodado desde tu punto de vista, no puedes mover los brazos ni apenas el cuerpo, ya que el usuario quiere sentirse identificado contigo. Tampoco puedes gemir, ni emitir ningún sonido que distraiga de la acción.

Pero si estás en el otro papel, ¡es muchísimo más divertido! Tienes que hablar un montón y seducir a la cámara para que el usuario se sienta cercano a la escena, puedes susurrar a los lados de la cámara para que piense que estás muy cerca de él… Al final eres tú quien lleva la voz cantante. ¿Pegas? En las posturas, ¡sólo puedes moverte tú! Así que al final acabas con agujetas. Pero en el fondo es muy sencillo.

  • ¿Has visto/probado alguna de las películas que has rodado en porno virtual? ¿Te has probado a ti misma? Si es así, ¿qué sensaciones has tenido?

He podido ver alguna película, pero solo cuando los chicos de VirtualRealPorn han traído el Oculus Rift a los rodajes. Yo no tengo uno. La sensación al principio es curiosa, como si te metieses en otro mundo de cabeza. Yo hasta me sentí un poco mareada al principio, pero es tremendamente excitante.

Y no, «a mí misma» nunca me he probado, pero tampoco he grabado ningún vídeo en el que sea la parte pasiva… ¡así que sería imposible!

  • ¿Qué sensaciones te causa pensar que un espectador o espectadora se pueda poner «en tu piel»?

Me resulta curioso y un tanto extraño, pero abre un nuevo abanico de posibilidades. Se pueden llegar a realizar fantasías que en la vida real sería imposible llevar a cabo. Por ejemplo, me encantaría meterme en la piel de un chico y «sentir» como penetro a una chica. Es algo que jamás podré hacer en el mundo real pero que gracias al Oculus Rift puedo, en cierto grado, realizar. ¡Me parece increíble!.

La industria del porno se prepara para el 'boom' de la realidad virtual
  • La realidad virtual se caracteriza por una sensación de inmersión que nos hace vernos físicamente en el lugar de la película, acompañados por los actores. Eso, a su vez, causa que nuestras emociones frente a los acontecimientos sean casi reales. Desde el punto de vista de una licenciada en Bellas Artes, ¿crees que habrá espacio para emociones de tipo estético (desde un punto de vista cinematográfico) o solo habrá lugar para lo explícito?

Estás abriendo un debate muy pero que muy amplio, y en el que tocamos cuestiones prácticamente filosóficas. Puestos a fantasear, me encantaría que pudiese aplicarse la tecnología de la realidad virtual a campos que vayan más allá de lo pornográfico. Por ejemplo, imagínate una grabación de alguien haciendo escalada, o practicando un deporte de riesgo. Estoy seguro que los niveles de adrenalina y la tensión del usuario que lo consume a través del Oculus Rift serían iguales o muy parecidos a los de la persona que lo está haciendo realmente. Esto abre una discusión sobre los límites de nuestra percepción, ¿y qué hace que algo sea real o no?

Podríamos ver de primera mano los lugares más remotos del mundo, vivir situaciones de riesgo y hacer todo aquello que nos gustaría pero desde la seguridad de nuestra propia casa. ¿No es maravilloso? Podríamos visitar museos sin esperar colas, analizar arqueología sin miedo a dañar la pieza… ¿Te imaginas poder entrar a las pirámides de Egipto sin erosionar las piedras con nuestras emisiones? Me estoy emocionando.

Dicho esto, si alguien quiere grabar viajes por el mundo para visionarlos en el Oculus Rift, me ofrezco voluntaria como conejillo de indias. Veo aquí un nicho de mercado muy pero que muy interesante.

  • En tu web ofreces la posibilidad de realizar vídeos bajo demanda. Por otro lado, existen dispositivos que permiten sentir que estás penetrando (o que te están penetrando) y cada vez transmiten sensaciones más reales. En el futuro, y si fuera viable, ¿qué te parecería la posibilidad de realizar vídeos en realidad virtual bajo demanda donde además se pudieran preprogramar los movimientos y así el usuario sintiera que realmente te está penetrando?

Si fuera viable, ¡estaría encantada! Pero creo que es una tecnología que todavía tiene que evolucionar mucho para poder ser producida de forma medianamente sencilla. Ahora mismo no tengo los conocimientos técnicos ni el equipo necesario para grabar —¡ni editar!— contenido enfocado a la realidad virtual. Pero para un futuro, me parece una idea maravillosa. Y esto puede ser el futuro del mercado de las webcams, por otra parte.

  • Y ya por último, ¿serías usuaria de porno virtual? ¿Te gustaría, en general, tener un HMD en casa (para cine, videojuegos…)?

¡Me encantaría! Aunque si te soy sincera ahora mismo no tengo demasiado tiempo para nada, ni siquiera juego a videojuegos ni tengo apenas tiempo de ocio. Pero por pedir que no quede: ¡Arriba el porno virtual!

*****

El entusiasmo que transmite Amarna no quedó limitado a sus respuestas y, para alegría nuestra, nos ofreció la posibilidad de ponernos en contacto con el equipo de VirtualRealPorn. Tras conocer las impresiones de Erika y Amarna, poder hablar con Linda Wells, responsable de comunicación de VirtualRealPorn, nos permitió cerrar el ciclo de entrevistas con el punto de vista de una empresa productora de porno virtual:

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VirtualRealPorn.
  • Hablemos del origen: ¿Cómo nace VirtualRealPorn? ¿Desde la VR hacia el porno, desde el porno hacia la VR, o en el cruce de caminos? ¿Tenéis expertos en el equipo que vienen de otros ámbitos donde ya se utiliza la realidad virtual o ha sido una formación «autodidacta»?

Todo empezó cuando nuestro técnico jefe se compró el casco Oculus DK1 y quedó impresionado por la experiencia; empezó a buscar contenido para adultos pero no encontró nada más que unas pocas demos con modelos creados por ordenador. Justo había conocido hacía unos meses a una actriz porno por unos amigos comunes (Onix Babe, que nos ha ayudado muchísimo desde el principio) y se le ocurrió la idea de ser los primeros en el mundo en crear vídeos con actores y actrices reales para VR.

Lo habló con su mujer y decidieron invertir el dinero que tenían para el viaje de novios (acababan de casarse) en este proyecto. Nuestro técnico jefe ha aprendido de manera totalmente autodidacta, ya tenía algo de experiencia en el campo del vídeo 3D estereoscópico y ese fue el comienzo para seguir experimentando con la VR.

  • ¿Qué diferencias existen entre un rodaje porno con tecnología tradicional y uno con tecnología de realidad virtual?

La diferencia fundamental es el tiempo que es necesario invertir para crear los vídeos: la preparación de la escena es más compleja, en cuanto a la posición de todo el equipo de filmación, la iluminación, y en la posproducción, para conseguir una buena calidad de imagen adaptada para la realidad virtual, es necesario un workflow muy costoso y artesanal.

  • ¿Los directores tienen que pensar que están rodando para porno virtual o simplemente es una cuestión de «cambiar la cámara» y seguir con las mismas metodologías?

Hay que cambiar radicalmente el esquema mental, hay que tener en cuenta un sinfín de limitaciones técnicas y artísticas para conseguir una buena experiencia VR para el usuario. En nuestro primer año hemos ido perfeccionando la técnica gracias al apoyo de nuestros betatesters y usuarios.

  • Incluir realidad virtual en el porno implica, por un lado, un gasto extra en los rodajes (adecuar las cámaras, la posproducción, etcétera), y por otro lado, un gasto extra en los espectadores (cascos de realidad virtual), ¿a qué lado de la cámara pensáis que se encuentra el mayor impedimento?

El mayor impedimento está en la producción, los costes son muy altos en comparación con el gasto que deben hacer los usuarios para disfrutar la VR.

Ahora además se están poniendo muy de moda los visores para móviles con precios que empiezan desde unos quince euros como el DODOcase Cardboard, Durovis Dive y otros visores basados en las Google Cardboard, con los que consigues una correcta experiencia de VR, aunque si de verdad quieres experimentar una mayor inmersión, debes ir al Oculus DK2 de unos trescientos cincuenta euros o el Samsung Gear VR de cien dólares (más el precio del Samsung Galaxy Note 4).

Actualmente nuestros vídeos son compatibles con todos los visores VR para móviles iPhone y Android, Oculus DK1/DK2 para PC y Mac y Samsung Gear VR con el Samsung Galaxy Note 4.

  • ¿Veis un futuro donde se extiende el uso de la realidad virtual en el porno o creéis que quedará como un nicho de mercado bien definido pero minoritario?

Estamos completamente seguros de que su uso se extenderá con el tiempo, es posible que vaya poco a poco, pero se convertirá en un medio masivo.

  • He podido ver que ofrecéis tanto porno en primera persona (POV) como en tercera persona, ¿creéis que con el tiempo todo será POV o seguirá habiendo interés por la «participación como voyeur»?

Hemos experimentado con las dos técnicas pero nos hemos dado cuenta de que nuestros usuarios prefieren los POV en una inmensa mayoría, así que estamos intentando especializarnos en ese tipo.

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VirtualRealPorn.
  • No he tenido la oportunidad de ver vuestras películas, ¿en las que pueden verse en tercera persona dais un cuerpo al espectador o se encuentra en modo «suspendido en el aire»?

El efecto es como dices, como suspendido en el aire, lo que quita realismo e inmersión a la escena. Todavía existen pocos usuarios de VR en el mundo, y conforme se vayan extendiendo, deberemos adaptarnos a todas las peticiones que nos hagan llegar.

  • ¿Os atreveríais con porno basado en avatares creados por ordenador o preferís quedaros en el cine con actores reales?

Actualmente preferimos centrarnos en crear la mejor calidad posible de filmaciones de sexo real con actores reales, pero es difícil saber hacia dónde irá el mercado a medio plazo y cómo se distribuirán las preferencias de los usuarios. En cualquier caso, intentaremos estar ahí para satisfacer todas sus fantasías.

  • ¿Qué tal está siendo la aceptación por parte de los usuarios? ¿Tenéis mucho público?

El público está reaccionando muy bien con cada nuevo vídeo que publicamos, nos envían muchos comentarios por email con sus fantasías y otras peticiones técnicas, pero por el momento es un nicho de mercado muy pequeño. De entre nuestros usuarios también existen mujeres y para ellas estamos creando vídeos POV desde el punto de vista de la mujer basándonos en todas las peticiones que nos envían.

  • Relacionado con lo anterior, ¿habéis recibido comentarios sobre el uso de vuestras películas? Hombres que disfrutan desde el punto de vista de una mujer, alguna anécdota graciosa…

Recibimos comentarios muy a menudo, y cada vez hay más hombres que disfrutan con los POV de mujer. Una vez nos escribió un hombre entusiasmado contándonos que había disfrutado «como nunca lo había hecho antes» (palabras textuales) viendo el vídeo My Squirt, un POV desde el punto de vista de la mujer, en el que Gigi Love acaba haciendo un squirt impresionante.

  • ¿Creéis que gusta (o gustará) por igual el porno virtual a hombres que a mujeres?

Absolutamente convencidos, el tema es saber crear el contenido adecuado para mujeres, que dista mucho del estándar que existe actualmente para mujeres. Actualmente somos dos mujeres en el equipo y eso nos ayuda a poder llegar de manera más directa a lo que nuestras usuarias necesitan.

  • Sobre las diferencias entre sexos, ¿más o menos qué porcentaje hacéis de POV entre mujeres/hombres? ¿Creéis que con el tiempo irá cambiando?

Aproximadamente un 15% de nuestros vídeos son POV para mujeres. Poco a poco estamos aumentando ese porcentaje porque cada vez hay más mujeres suscritas a nuestra web y además hay algunos hombres que disfrutan también con estos vídeos.

  • Contáis con una comunidad de usuarios en la web, ¿recibís feedback de sus experiencias? ¿Sienten que realmente es «dar un paso más» en el cine gracias a esa sensación de inmersión?

Sí, estamos haciéndonos un buen hueco porque les escuchamos activamente y les seguimos en todo lo que nos piden. Hay muchos que están encantados y nos felicitan por la alta calidad que estamos consiguiendo, la mayoría son programadores de videojuegos y son gente que piensa realmente en el futuro con la VR.

El porno en realidad virtual generará 16 mil millones de dólares en 2026 |  Zonamovilidad.es
  • ¿Qué creéis que produce un mayor impacto en el espectador (o lo que la gente valora más), la ilusión de sentirse en otro lugar como si fuera real, o la ilusión de sentirse en la piel del actor/actriz?

Creemos que la ilusión de sentirse en la piel de otra persona, vivir sexo, emociones, experiencias a las que no tenemos acceso en nuestra vida diaria.

  • Leí en una entrevista que añadir interactividad y el uso de los teledildonics es uno de los planes de futuro de la compañía. ¿En qué punto estáis? ¿Cuál es el objetivo a medio plazo?

Ahora mismo estamos focalizados en mejorar la calidad de imagen para los nuevos dispositivos VR que están apareciendo y poder llegar a más gente con visores para móvil. Esperamos tener las primeras demos con teledildonics en unos meses.

  • Una vez alguien vea una película porno en realidad virtual y con teledildonics, ¿creéis que nunca volverá a ver de la misma forma el cine en formato tradicional o simplemente serán maneras distintas que combinar?

Durante bastante tiempo serán maneras complementarias, sobre todo por lo relativamente complicado que es ver actualmente en VR en comparación con entrar en cualquier web porno y darle al play, pero conforme los dispositivos se vayan haciendo más pequeños y sencillos, es muy posible que acabe siendo masivo.

  • ¿Dónde creéis que no os meteríais nunca dentro de los distintos géneros de porno que hay?

Cualquier género en el que se denigre a la mujer/hombre o no tenga en cuenta su dignidad, escenas con excesiva violencia, fetichismos extremos, etcétera.

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Sexualidad y autoestima: cómo influye la imagen corporal en la intimidad …


Rouge — Es importante sentirnos bien con nuestro propio cuerpo y aprender a cuidarnos, la autoestima tiene que ver con quererse a uno mismo/a y la autoimagen es lo que cada persona piensa de sí. 

Tener una autoestima y autoimagen positiva ayuda a vivir mejor nuestra sexualidad. 

El Fondo de Población de las Naciones Unidas o UNFPA para la educación integral de la sexualidad, dijo en (2014) que: Las personas desarrollamos nuestra autoestima desde que nacemos y está en revisión toda la vida, incluye nuestras experiencias y lo que nos sale bien y también lo que hacemos para mejorar nuestra forma de vivir. 

Una persona con buena autoestima se vincula con sus parejas amorosas o parejas sexuales en una relación donde hay respeto, buena comunicación y sin mediar violencias, pudiendo manifestar por ejemplo, que no se tendrán relaciones sexuales sin preservativo o sin anticonceptivos.

Por su parte la imagen corporal que ha sido definida como “la visión que una persona tiene en su mente del tamaño, forma o figura de su cuerpo”, puede influir negativa y positivamente en los encuentros sexuales. Si se tiene una buena imagen de mí mismo/a se puede saber con precisión lo que le resulta más fácil o difícil de hacer, también relacionarse mejor con las demás personas, tener amistades, trabajar y tener encuentros sexuales y parejas. 

Las mujeres de la sociedad occidental estamos inmersas en una cultura dominante masculina en la que se trata de forma diferente los cuerpos de los hombres y de las mujeres. 

Esto tiene como consecuencia que sea mucho más probable que el cuerpo de las mujeres se mire, evalúe y sea potencialmente más objetivado que el de los hombres. La información que se recibe de los medios de comunicación afecta nuestra autoimagen. 

Sexualidad y métodos anticonceptivos 20220428

El sex appeal o atractivo físico

La imagen corporal también involucra el conjunto del atractivo físico, el “sex appeal” y la evaluación y percepción de los genitales. Según varias investigaciones, el atractivo físico y la imagen corporal son más importantes en la mujer que en el hombre como determinante de citas y de experiencia sexual.

Las mujeres recibimos mensajes sociales de cuerpos delgados, siguiendo modelos irreales de belleza, mientras que en los hombres los niveles de autoestima y autoconcepto en relación a la imagen corporal, serán modulados a partir del desarrollo muscular que presenten y al tamaño de sus genitales.

La imagen corporal (apreciación positiva o negativa) influye significativamente en la frecuencia sexual de las mujeres jóvenes, muchas de ellas no están en sobrepeso, pero se preocupan por su apariencia corporal, lo cual influye en sus relaciones sexuales.

Las disfunciones sexuales

Las disfunciones sexuales relacionadas a una imagen corporal negativa están relacionadas con:

– Dispareunia: coito doloroso (hombre y mujer)

– Vaginismo: contracciones espasmódicas de los músculos de entrada de la vagina, que impiden la penetración (mujer)

– Anorgasmia: incapacidad de alcanzar el orgasmo por distracción o falta de atención debida (mujer)

– Disfunción eréctil: imposibilidad de lograr la erección en el encuentro sexual (varones)

El temor de merecer la desaprobación o el repudio de la persona del sexo opuesto afecta la posibilidad del encuentro sexual placentero.

Por ello es muy importante y necesaria la construcción de una autoimagen positiva, la cual está relacionada con el haber recibido cariño y buenos cuidados en la niñez y la adolescencia y también, poder reconocer en la adultez desde que lugar se vive la sexualidad, analizar los condicionantes y buscar ayuda profesional para potenciar aspectos influyentes negativamente.

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El erotismo contra la pornografía …


Huffington Post(J.Errasti) Es un acierto por parte del Gobierno atender al problema que supone el protagonismo de la pornografía en la educación sexual de los niños y adolescentes.

En medio de una sociedad cambiante a velocidades de vértigo, nos pasan desapercibidas situaciones muy inquietantes que tenemos delante de las narices.

El Gobierno demuestra valentía encarando esta cuestión.

(Nota previa antes de meterme al lío: la pornografía es un fenómeno abordable desde muchos planos diferentes. Urge debatir su dimensión ética y el maltrato que supone contra las mujeres. Como psicólogo, no obstante, y dado el interés del gobierno, centraré la columna en su impacto sobre la adolescencia, sin que esto niegue la relevancia de los otros problemas)

Es difícil hincar el diente a este tema. Propongo las siguientes ideas como punto de partida:

– no hay forma tecnológica ni disciplinaria de impedir que chicos de 12 años, solos o en grupo, se asomen a los móviles para ver porno, eligiendo aquél que sea más bestia y extremo por la curiosidad que despierta este tema a esa edad,

– en la adolescencia se aprenden los estilos básicos de lo que será la vida sexual futura; se aprenden por imitación, por ensayo y error, por influencia grupal,

– aunque nunca se deja de aprender, no ejerce la misma impronta la visión de pornografía en un adulto cuyo deseo está formado que en un joven cuyo deseo se está formando a través de esa pornografía,

– la mayor parte de lo que se considera pornografía es vejatoria para las mujeres; a los 12 años nadie puede tener una visión crítica, distinguir entre tipos de pornografía o distanciarse de su propia excitación o repulsión,

– cuando las personas se encuentran excitadas —sean por alegría, dolor, miedo, sexo, hambre…— aprenden muy rápidamente y sus elecciones futuras tienden a ratificar y fortalecer los estilos conductuales y emocionales aprendidos,

– en la adolescencia no hay todavía madurez para distinguir la realidad de la ficción, y el deseo de encajar socialmente y en pareja es tan fuerte que no es extraño confundir lo que gusta con lo que se cree que debe gustar. Esto es especialmente cierto en el sexo, y provoca problemas diferentes a chicos y a chicas, y

– el porno tiene tanto que ver con el sexo como el Capitán América con el ejército.

¿Qué hacemos entonces? No lo sé, pero la mejor forma de eliminar una conducta es sustituirla por otra. ¿Por cuál? Tampoco lo sé, pero cabría explorar el erotismo como el mejor antídoto contra los problemas de la pornografía. Erotismo y pornografía se distinguen no sólo por su crudeza.

Se distinguen por su inteligencia, sus pactos implícitos, su seducción. Se distinguen en su lenguaje, en que las experiencias sexuales forman un recorrido y no un montón, en que el deseo no es una caricatura. El porno está matando al erotismo, cuando es su única alternativa viable en el aprendizaje sexual de los jóvenes.

¿Cómo promover este cambio desde las agencias públicas? No cabe ser optimista. La responsabilidad está en manos privadas, así que continuaremos con este turbio experimento durante mucho tiempo más.

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8 mitos sexuales que se deben derribar, según los expertos …


Infobae(C.Pearson) Que los hombres tienen más deseo sexual que las mujeres o que el sexo planificado es aburrido son creencias falsas que limitan el placer.

Atribúyelo a la variabilidad de la educación sexual, en el colegio o en las facultades de medicina, o al hecho de que a muchos adultos les cuesta hablar de sexo incluso con quienes los ven desnudos regularmente.

Sea cual sea la razón, la desinformación sobre la sexualidad y el deseo es muy común.

“Existen muchos mitos”, dijo Laurie Mintz, profesora emérita de psicología de la Universidad de Florida, quien se centra en la sexualidad humana. Y, añadió, pueden “causar mucho daño”.

Por eso, la sección Well se puso en contacto con un grupo de terapeutas e investigadores sexuales y les pidió que compartieran un mito que desearían desaparecer. Esto es lo que dijeron.

  • Mito 1:

Los demás tienen más sexo que tú. ”Curiosamente, este mito se mantiene a lo largo de toda la vida”, dijo Debby Herbenick, directora del Centro de Promoción de la Salud Sexual de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Indiana y autora de “Sí, tu hijo: lo que los padres necesitan saber sobre los adolescentes y el sexo de hoy” (“Yes, Your Kid: What Parents Need to Know About Today’s Teens and Sex”).

Muchos adolescentes creen que “todo el mundo lo está haciendo”, dijo, lo que los lleva a lanzarse a mantener relaciones sexuales para las que no están preparados. Este mito también puede hacer que las personas mayores en relaciones largas se sientan fatal, como si fueran las únicas que atraviesan un periodo de “sequía”, cuando en realidad solo experimentan el sube y baja natural del deseo.

“Es bastante habitual que una de cada tres personas no haya mantenido relaciones sexuales en pareja durante el año anterior”, afirmó Herbenick, refiriéndose a varias encuestas representativas a nivel nacional. También señaló que los estudios en los que ha trabajado muestran que la actividad sexual ha disminuido en los últimos años por razones que no se comprenden del todo. (Los investigadores han planteado la hipótesis de que el descenso tiene que ver con factores como el aumento del sexting o sexteo y la pornografía en línea, así como la disminución del consumo de alcohol entre los jóvenes).

“Normalizar que hay períodos de poco o ningún sexo en pareja puede ser de ayuda”, dijo Herbenick. “Dicho esto, para aquellos que buscan algo de longevidad en su vida sexual en pareja, es importante pensar en el sexo de una manera holística”. Eso significa cuidar la salud física y mental, explicó, y hablar de los sentimientos con la pareja para mantener la sensación de intimidad y conexión.

  • Mito 2:

Sexo significa penetración. Los terapeutas sexuales suelen lamentar que la gente se quede atrapada en ciertos “guiones sexuales”, o en la idea de que el sexo debe desarrollarse de una manera determinada: normalmente, un poco de juegos preliminares que conducen al coito.

Pero “tenemos que ir más allá de definir el sexo por un único comportamiento”, dijo Ian Kerner, terapeuta sexual y autor de “Ellas llegan primero”, señaló que este tipo de pensamiento estrecho ha contribuido a la prolongada brecha de placer entre hombres y mujeres en los encuentros heterosexuales. Por ejemplo, un estudio reveló que el 75 por ciento de los hombres heterosexuales afirmaban haber tenido un orgasmo cada vez que habían mantenido relaciones sexuales íntimas en el último mes, frente al 33 por ciento de las mujeres heterosexuales.

Una encuesta reveló que el 18 por ciento de las mujeres alcanzaban el orgasmo solo con la penetración, mientras que el 37 por ciento afirmó necesitar también la estimulación del clítoris para llegar al orgasmo durante el coito. En lugar de precipitarse hacia el coito, hay que centrarse en el “coito sin penetración”, un término que engloba cualquier actividad sexual que no implique penetración, explicó Kerner.

“Si nos fijamos en la mayoría de las películas convencionales, la imagen es la de mujeres que tienen estos orgasmos rápidos y fabulosos durante la penetración, y los juegos previos son apenas la antesala de ese evento principal”, dijo Mintz. “En realidad, científicamente, eso es realmente perjudicial y falso”.

En una encuesta realizada a miles de mujeres para su libro “Becoming Cliterate”, Mintz descubrió que el porcentaje de mujeres que afirmaba haber tenido un orgasmo solo con la penetración era del 4 por ciento o menos.

Equiparar sexo con penetración también deja fuera a las personas que tienen sexo de otras formas.

Por ejemplo, Joe Kort, terapeuta sexual, ha acuñado el término sides, (costados en inglés), para describir a los hombres homosexuales que no practican sexo anal.

Lexx Brown-James, terapeuta sexual, afirma que ese punto de vista también pasa por alto a las personas con ciertas discapacidades, así como a quienes simplemente no disfrutan con la penetración. Muchas personas encuentran mayor satisfacción sexual en cosas como el sexo oral o “incluso apenas el contacto corporal”, dijo.

  • Mito 3:

Las vaginas no necesitan lubricante adicional. Las mujeres posmenopáusicas a veces describen el dolor que experimentan durante las relaciones sexuales con penetración como una sensación de “lija” o “cuchillos”. Pero aunque la sequedad vaginal afecta en mayor medida a las mujeres de más edad, puede producirse en cualquier momento de la vida, afirmó Herbenick, lo que tiene implicaciones para la vida sexual de las mujeres.

Se calcula que el 17 por ciento de las mujeres de entre 18 y 50 años sufren sequedad vaginal durante las relaciones sexuales, mientras que más del 50 por ciento la experimentan después de la menopausia. Señaló que también es más frecuente durante la lactancia o la perimenopausia, y que ciertos medicamentos, incluidos algunos anticonceptivos, pueden reducir la lubricación.

“Como suelo decir a mis estudiantes: las vaginas no son selvas tropicales”, dijo Herbenick, señalando que su investigación ha encontrado que la mayoría de las mujeres estadounidenses han utilizado un lubricante en algún momento. “Podemos sentirnos excitadas o enamoradas y aun así no lubricar como quisiéramos”.

  • Mito 4:

Es normal que el sexo duela. Aunque el lubricante puede ayudar a algunas mujeres a experimentar más placer durante las relaciones sexuales, es importante recordar que el sexo no debe doler. Se calcula que el 75 por ciento de las mujeres experimentan dolor durante las relaciones sexuales en algún momento de su vida, lo que puede tener muchas causas: problemas ginecológicos, cambios hormonales, tratamiento del cáncer, traumatismos, y la lista continúa.

Shemeka Thorpe, investigadora y educadora en sexualidad especializada en el bienestar sexual de la mujer negra, afirmó que muchas mujeres creen que el dolor durante o después del acto sexual es señal de buen sexo.

“Sabemos que muchas veces las personas que acaban teniendo algún tipo de trastorno de dolor sexual más adelante en la vida en realidad tuvieron dolor sexual durante su primera vez, y continuaron teniendo dolor sexual o dolor vulvar”, dijo Thorpe. “No se dieron cuenta de que era un problema”.

También los hombres pueden experimentar dolor durante el coito. Los expertos insisten en la importancia de que toda persona que experimenta dolor durante las relaciones sexuales acuda a un médico.

  • Mito 5:

Los hombres siempre quieren más que las mujeres. ”La discrepancia en el deseo es el problema número uno que trato en mi consulta, y de ningún modo la pareja más deseosa es siempre masculina”, afirmó Kerner. “Pero debido a este mito, los hombres suelen sentir vergüenza en torno a su falta de deseo, y una presión para iniciar siempre”.

Herbenick señaló el mito relacionado de que las mujeres no se masturban, que según ella les impide explorar plenamente su sexualidad. Pero aunque hay datos que sugieren que los hombres se masturban con más frecuencia que las mujeres, es falso que las mujeres no deseen sexo o que los hombres siempre lo deseen, dijo Brown-James. Por ejemplo, un estudio reciente descubrió que el deseo de las mujeres tendía a fluctuar más a lo largo de su vida, pero que hombres y mujeres experimentaban fluctuaciones del deseo muy similares a lo largo de la semana.

  • Mito 6:

El deseo debe producirse al instante. 

En general, los terapeutas e investigadores sexuales creen que hay dos tipos de deseo: el espontáneo, o sensación de querer sexo de la nada, y el receptivo, que surge en respuesta a estímulos, como el tacto.

La gente tiende a pensar que el deseo espontáneo -que es lo que muchos amantes experimentan al principio de la relación- es de algún modo mejor.

Sin embargo, Lori Brotto, psicóloga y autora de “Mejor sexo con Mindfulness” (”Better Sex Through Mindfulness”), afirmó que gran parte de su trabajo consiste en normalizar el deseo receptivo, sobre todo entre las mujeres y las personas que mantienen relaciones duraderas.

Les ayuda a entender que es posible practicar sexo sin deseo espontáneo, siempre que haya voluntad y consentimiento. Brotto lo compara con ir al gimnasio cuando no te apetece. “Las endorfinas empiezan a fluir, te sientes muy bien y después agradeces haber ido”, dijo.

  • Mito 7:

El sexo planificado es aburrido. Brotto tampoco está de acuerdo con la idea de que “el sexo planificado es mal sexo”, porque lo convierte en “clínico, seco y aburrido”. Este punto de vista es “muy perjudicial”, dijo. Y hace que muchas personas traten el sexo como algo secundario, que solo lo practiquen a altas horas de la noche, cuando están agotados o distraídos, si es que sacan tiempo para ello.

Cuando a sus clientes les molesta la práctica de programar las relaciones sexuales, ella les pregunta: ¿hay muchas otras actividades en tu vida que te gustan o son importantes para ti y que nunca planificas ni anotas en el calendario? La respuesta suele ser no. El sexo programado también puede prestarse a responder al deseo, dijo Brotto, dando “tiempo a que escale la excitación”.

  • Mito 8:

Tu pene no está a la altura. Los hombres están sometidos a cierta presión en lo que se refiere al aspecto o el funcionamiento de su pene, dijo Kerner. Los más jóvenes creen que no deberían tener disfunción eréctil, mientras que los mayores reciben el mensaje de que la eyaculación precoz es algo que se supera con la edad y la experiencia.

Los datos hablan de otra cosa. Aunque la disfunción eréctil -que se define como una incapacidad constante para lograr o mantener una erección, no solo problemas ocasionales de erección- tiende a aumentar con la edad, también afecta a un porcentaje estimado del 8 por ciento de los hombres de 20 años y al 11 por ciento de los de 30 años. Y el 20 por ciento de los hombres de entre 18 y 59 años afirman sufrir eyaculación precoz.

“No tenemos una pastillita azul que haga desaparecer la eyaculación precoz, así que no estamos teniendo la misma conversación cultural que con la disfunción eréctil”, dijo Kerner. “Solo nos quedamos con los mitos de que los chicos con eyaculación precoz son malos en la cama, o sexualmente egoístas”.

Asimismo, los estudios demuestran que a muchos hombres -homosexuales y heterosexuales- les preocupa que su pene no esté a la altura, aunque muchas parejas digan que no prefieren un pene especialmente grande. “El sexo en pareja es complejo”, afirmó Kerner. “Implica tocarse, sintonizar, conectar, comunicarse”.

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Pussypedia: ¿las mujeres eyaculan? y otras preguntas que llevaron a crear la enciclopedia en línea sobre la vagina …


Stefania Gozzer/BBC News Mundo –¿Las mujeres eyaculan?

Tras discutir este tema a finales de 2016 con su entonces novio, la periodista estadounidense Zoe Mendelson decidió hacer lo que hacemos todos cuando no hay acuerdo y necesitamos que un tercero aclare la duda: recurrir a Google.

«Encontré un montón de información tonta y de poca calidad, así que consulté publicaciones médicas e intenté leer lo que decían. Pero no entendía nada porque no sabía de qué partes del cuerpo estaban hablando ni dónde estaban ubicadas o para qué servían», recuerda en una conversación telefónica con BBC Mundo.

La joven sacó dos conclusiones: «Pensé que era un verdadero problema que toda la información a la que podía acceder o bien eran sandeces o no era aceptable para mí». Y la segunda: «Que no sabía nada sobre mi propio cuerpo».

Más de dos años después, ella y una amiga, la ilustradora mexicana María Conejo, acaban de estrenar el proyecto que surgió de aquella discusión entre Mendelson y su expareja: la Pussypedia, una enciclopedia digital gratuita con la que se proponen ofrecer información amplia y confiable sobre el cuerpo femenino.

Está dedicada a la «pussy», un término que en inglés coloquial se usa para la vulva pero al que ellas han dado su propia definición: «una combinación de vagina, vulva, clítoris, útero, vejiga, recto, ano y quién sabe, quizá algunos testículos», según explican en su página web, pussypedia.net.

Pero, en pleno siglo XXI, con el movimiento #MeToo en boga, la educación sexual integrada en muchos currículos escolares e internet al alcance de la mayoría de la población, ¿por qué consideran las fundadoras de Pussypedia que un proyecto así era necesario?

Conejo lo responde en dos frases: «La vergüenza es peligrosa» y «el conocimiento es poder».

«Creo que sobreestimamos la cantidad de progreso que ha habido (en la igualdad entre hombres y mujeres). Seguimos viviendo con muchísima desigualdad y muchísima vergüenza de nuestros cuerpos y nuestra sexualidad y aunque esté más aceptado en la sociedad, lo seguimos teniendo internalizado», afirma Mendelson desde Estados Unidos.

Conejo, en conversación con BBC Mundo desde México, coincide: «Todos tenemos una actitud de que asumimos que ya sabemos cosas de nuestro cuerpo y también por eso mismo no hacemos preguntas sobre ciertas cosas: porque se supone que ya las deberíamos saber. Pero en realidad, esa misma actitud nos limita un montón».

Con la ayuda de colaboradores, Conejo y Mendelson armaron un portal que cuenta con una versión en inglés y otra en castellano. Hasta ahora, han recibido unas 130.000 visitas desde que empezaron a funcionar en julio.

Allí, resuelven dudas que pueden ir desde los temas más simples, como la forma en que se ha de lavar la vulva, hasta otros más complejos, como la relación entre los pesticidas y la fertilidad. Cada uno de los artículos incluye la lista de las fuentes usadas para su elaboración.

  • ¿Y una «penepedia»?
Pussypedia: ¿todas las mujeres eyaculan? y otras preguntas que llevaron a  crear la enciclopedia en línea sobre la vagina - BBC News Mundo

Pese a sus esfuerzos por encontrar información de calidad y ser transparentes, a veces, hay preguntas que simplemente no tienen respuesta.

Según las fundadoras de Pussypedia, esto se debe a que los genitales femeninos (dejando de lado su función reproductiva) han sido menos estudiados que los masculinos.

«No pude ni contestar mi pregunta original», comenta Mendelson. «Falta muchísima información que aún no se sabe o sobre la que, simplemente, todavía no se ha puesto de acuerdo la comunidad científica. Por ejemplo, de qué tipo de tejido está hecho la mayoría del cuerpo del clítoris».

Por eso, descarta la necesidad de una «penepedia».

«Si buscas pene en cualquier libro médico o de salud, vas a ver muchísimas entradas. De vagina, menos», dice la periodista.

Aunque, el hecho de que los hombres tengan más información disponible sobre sus genitales no significa que haya más interés de su parte en este tema, como admite Conejo.

«Yo creo que ellos saben menos», afirma la artista mexicana. «A pesar de que existe mucha información sobre los penes creo que hay una actitud sobre la masculinidad que tampoco les permite querer enterarse de qué pasa en su cuerpo y menos en el de nosotras».

En el caso de las mujeres, el interés es tal que, cuando comenzaron una campaña en Kickstarter para recaudar fondos para crear Pussypedia, lograron su objetivo en apenas tres días. Al final, consiguieron tres veces más: cerca de US$22.000.

El dinero les sirvió para arrancar, pero tras «dos años trabajando gratis», ahora necesitan que Pussypedia genere ingresos si quieren cumplir con su ambición de actualizarla continuamente y poder pagar a los colaboradores en un futuro.

Para conseguirlo, ofrecen en la web la opción de patrocinar un artículo y venden mercadería con las ilustraciones de Conejo.

«Llevo como cinco años tratando de hacer justamente representaciones del cuerpo femenino que exploren la sexualidad o que la reflejen de una manera distinta, como cambiar la manera en que percibimos el cuerpo desnudo», asegura la ilustradora. «Entonces, creo que Pussypedia fue un proyecto en el que todo lo que he estado aprendiendo en todo este tiempo por fin logró cuajar en algo«.

Mientras tanto, Mendelson espera poder añadir al portal más artículos sobre salud sexual transgénero, un tema que hasta ahora les ha sido esquivo.

Y, con suerte, algún día contará con suficiente información científica para responder a la pregunta de la que nació Pussypedia: ¿Las mujeres eyaculan?.

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Opinión: Las mejores formas de poneros calientes para disfrutar del sexo …


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ACV.ElConfidencial/A.Nuño – Quizá suene un poco a estereotipo, pero los hombres, por lo general, no tienen muchos reparos para decir «sí» al sexo. Para las mujeres suele ser un poco más complicado, aunque sabemos que no es bueno generalizar. El problema es cuando la pareja no se encuentra en sintonía y a uno le apetece mientras que al otro no y viceversa. Si la situación se repite durante mucho tiempo, puede conllevar verdaderos altibajos.

Las complejidades de la química del cerebro son difíciles de comprender, pero hay maneras posibles de calentaros mutuamente para acabar gozando, que de eso se trata, al fin y al cabo. Si tu pareja o tú no estáis atravesando el mejor momento tenemos algunos trucos para vosotros que podréis poner en práctica y que seguro que os ayudan a reavivar de nuevo la llama.

– Un masaje

A nadie le amarga un dulce. Las manos sirven para mucho, y los masajes eróticos pueden ser una manera fantástica de relajaros o dar pie a algo más. No solo sirven para liberar la tensión, sino que también excitan, aunque es fundamental saber hacerlos con propiedad y no frenar a la primera de cambio. Si tienes a mano un buen aceite o loción, tu pareja disfrutará mucho más. Puedes comenzar lentamente, tocando cada músculo, y luego acercarte poco a poco hacia otras partes más sexys.

El agua es otro lugar en el que podéis despertar vuestros instintos. Tanto en una ducha como en un spa, tiene un efecto relajante que disparará vuestra libido. ¿Pensabas que era una casualidad que los anuncios sobre medicamentos para la disfunción eréctil siempre muestren parejas caminando por la playa y mirando al mar? No, amigo.

– Mensajes picantes

Son otra manera de avivar la llama. Conoces a tu pareja mejor que nadie, así que sabes qué tipos de mensajes pueden ponerla a tono, pero lo que nosotros aconsejamos es comenzar con mensajes más dulces y cariñosos y, poco a poco, durante el día, ir virando hacia los picantes. Cuando lleguéis a casa te garantizamos que ambos os moriréis por cumplir todas esas fantasías de las que habéis estado hablando.

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– Las fantasías

Según un informe publicado en el ‘Journal of Sex Research‘, ellas piensan en el sexo un promedio de 19 veces al día. Según una encuesta de ‘Men’s Health’, una de cada tres mujeres tiene en mente algo que se mueren por probar en la cama pero, a la hora de la verdad, no se atreven a confesarlo. Hay muchas maneras de hacerle saber a tu pareja que estás dispuesto a cumplir sus fantasías. Podéis ver porno juntos, regalaros libros eróticos o (¡aunque suene increíble!), atreverte a preguntarle si hay algo que quiera probar o contarle eso que quieres hacer tú. La comunicación es importante.

– Deporte y un buen descanso

A veces el cansancio tiene mucho que ver con el apetito sexual (o la falta de). Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan descubrió que una buena noche de sueño puede aumentar la libido de una mujer. Dormid una siesta y aprovechad cuando estéis descansados para comenzar, de manera relajada, a tocaros. Algunas investigaciones han demostrado que dormir las horas adecuadas aumenta las hormonas sexuales, lo que puede influir en los sentimientos de deseo.

De la misma manera, el ejercicio también es vuestro aliado. Investigadores de la Universidad de Texas en Austin descubrieron que la actividad física puede preparar el cuerpo de una persona para la actividad sexual al hacer que el cuerpo sea más sensible al tacto. Esto se debe a que acelera la red de neuronas que forman el sistema nervioso simpático, que a su vez controla la excitación. Más ejercicio fuera de casa implica más ejercicio en el dormitorio.

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Las luces

Quizá también tengáis que pensar en el ambiente. Las luces de la habitación a veces tienen mucho que ver, todos preferimos hacerlo en un lugar relajado, con buena ambientación, aunque no sepamos muy bien por qué. Quizá es porque al apagar las luces nos sentimos menos cohibidos y, por tanto, más relajados. Si tienes un interruptor con el que las luces se puedan atenuar, un minipunto.

– Y recuerda…

El sexo no se basa solo en la penetración. Si ves que escasea por culpa de la rutina y las obligaciones, lo que debéis hacer es programarlo. Podéis probar a masturbaros o a intimar de cualquier otra manera que os haga sentir cómodos. Además, los expertos dicen que tomar un descanso a corto plazo de todas las formas de sexo puede ayudaros a redescubriros.

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Del superhéroe al aventurero: los 5 tipos de infieles …


Conoces los tipos de infidelidad que existen? Te mostramos 7 - Cadena Dial

Infobae/NCN – La dinámica de las relaciones amorosas mutó a lo largo del tiempo.

Las parejas comenzaron a reflejar cambios en los roles, las expectativas de sus protagonistas se equilibraron, y los tiempos de duración del vínculo se acortaron.

También se incrementaron las licencias y las búsquedas de nuevas satisfacciones, tal vez encontradas en un tercero en discordia.

“La infidelidad es un comportamiento narcisista. Las ganancias de saberse atractivo/a, de conquistar, de tener una sexualidad con otros u otros cuerpos e intensidades se guarda en el secreto de la valoración personal.

Respecto a la repercusión que tiene en lo sexual, los beneficios eróticos de estar con una tercera persona se extienden a la cama de la pareja estable; es posible que la persona esté más abierta y proponga más juegos y poses.

Existe el mito de que la persona infiel rehuye a tener sexo con su pareja estable y no es así. Por lo general el sentirse seguro/a con otro cuerpo aumenta la confianza personal”, aseguró a Infobae Walter Ghedin, psiquiatra y sexólogo.

“Aunque el 91% de los infieles confiesa que busca una aventura por una atracción física, lo cierto es que un 34% también afirma que necesita una conexión emocional”, aseguran desde el portal Ashley Madison, un sitio web para personas infieles.

Por otro lado, según una encuesta, el 61% de las personas afirmó buscar intensidad, retos y cumplir sus fantasías, mientras que el 35% necesita aventura y emoción. En definitiva, hay una variedad de caminos por los que las personas terminan experimentando una infidelidad.

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Más allá de los argumentos que se esgrimen, los factores que llevan a una persona a violar el acuerdo de fidelidad son numerosos y no asientan solo en desajustes de la pareja. De acuerdo a Ghedin, no hay resultados concluyentes de esta conducta, ya que no hablamos de una patología sino de un comportamiento humano: “Ni los andrógenos (testosterona) ni la falta de sexo en la pareja llegan a ser factores únicos y determinantes de la infidelidad.

En cambio, la búsqueda de experiencias nuevas ligadas al placer aparece como un estímulo irrefrenable. La persona que es infiel sabe que su comportamiento transgrede una pauta vincular, más allá de eso, y aun sintiendo culpa, el beneficio sobre la estima es mayor que cualquier obstáculo”.

En base a la encuesta realizada, Ashley Madison enumeró los cinco tipos de infieles. Estos son:

  • 1. Super héroe: Ser otra persona 

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Dentro del espectro de los infieles, el 12% de los encuestados suele engañar con este método

Un engaño Superhéroe es aquel en el que una o ambas partes se hacen pasar por una persona diferente a la que realmente son con el tercero. Así, consiguen sentirse empoderados y les aporta nuevas sensaciones de control.

No conocer demasiados detalles sobre su amante da a los infieles la posibilidad de hacerse pasar por esta imagen idealizada de sí mismos. Dentro del espectro de los infieles, el 12% de los encuestados suele engañar con este método.

  • 2. Abrelatas 

El Abrelatas es el tipo de infidelidad en el que el infiel quiere ser descubierto en el acto para que su pareja lo abandone. Según datos de Ashley Madison, el 3% de los encuestados responde a este tipo de categoría.

  • 3. Despertador 

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Es una alarma que indica que algo tiene que cambiar en la relación para que pueda prosperar y mejorar

Parecido al Abrelatas, alguien de este tipo de categoría desea que su actitud distante y rara lleve a su pareja a darse cuenta de que algo está pasando. Como su propio nombre indica, es una alarma que indica que algo tiene que cambiar en la relación para que pueda prosperar y mejorar. Únicamente el 3% de los encuestados responde a este tipo de infidelidad.

  • 4. Oportunista 

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El oportunista suele ser uno de las infidelidades más dolorosa

Un affaire oportunista es aquel en el que una relación casual y platónica se convierte en una relación seria tras concretarse. Aunque la primera intención de esta infidelidad pueda ser de algún modo inocente, estos affaires pueden llegar a ser los más dolorosos. Este tipo de actitudes responden al 16% de los encuestados.

  • 5. Aventurero: En búsqueda de nuevas emociones 

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Las personas que actúan como aventureros buscan emociones y un cambio de ritmo

Una infidelidad aventurera busca un buen cambio de ritmo. Aquellos que están “enganchados” a relaciones aventureras necesitan emoción, intensidad y diversión. Esta suele ser la más elegida por los infieles, ya que el 81% de los encuestados responde a esta categoría.

“Descubrir la infidelidad cuando era un valor a respetar provoca crisis de diferentes intensidades. En muchos casos ayuda a comunicarse mejor, a descubrir al otro que se había perdido en la cotidianidad.

Las parejas que afrontan la infidelidad y deciden continuar juntos deben saber que los reproches, el ‘pase de factura’ constante, el malhumor y la necesidad de saber los pormenores del hecho infiel no ayudan para nada. Tampoco es un ‘dar vuelta la página’ y hacer como si nada hubiera pasado.

Aunque hoy en día hay mayor tolerancia, es menester afinar la comunicación y no dejar que la rutina arrase con todo”, concluyó Ghedin.

  • Infieles seriales: Quien engaña una vez ¿engaña siempre? 

La premisa se sostiene: quien engaña una vez, engaña muchas veces. La reincidencia del infiel siempre estuvo en el tapete, pero nunca había podido ser comprobada. El saber popular rara vez coincide con el saber científico. No obstante, esta vez, un estudio vino a corroborarlo.

Investigadores de la University College de Londres ratificaron que quienes fueron infieles alguna vez, tenían posibilidades mucho mayores a volver a engañar a sus parejas que quienes nunca lo habían hecho.

¿A qué se debe el fenómeno? La respuesta, como siempre, está en el cerebro. De acuerdo al psicólogo Neil Garrett, autor del estudio publicado en Nature Neuroscience, «el cerebro se adapta a la deshonestidad».

La amígdala cerebral o cuerpo amigdaliano arroja distintas emociones a cada acción de la persona. Por caso, cada vez que alguien miente reporta vergüenza o culpa. No obstante, la reacción disminuye una vez que el individuo se repite en la conducta. Por ende, el remordimiento desciende en forma gradual ante cada engaño.

«Lo que nuestro estudio y otros sugieren es que nuestra reacción emocional es un factor poderoso que nos impide engañar. Lo mal que nos sentimos cuando lo hacemos esencialmente», dijo Garrett a Elite Daily. «El proceso de adaptación reduce esta reacción. Los infieles seriales ya no se sienten mal por hacerlo», agregó.

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El sentimiento de culpa disminuye ante cada engaño

En la misma línea, científicos de la Universidad de Denver publicaron un estudio en los últimos días en Archives of Sexual Behavior. La investigación siguió a 484 participantes de ambos sexos. A todos ellos les preguntaron por sus relaciones sexuales más allá de su pareja y si tenían sospechas de una infidelidad de parte del otro.

Las resultados fueron los mismos del anterior. Después de cinco años de observar a los voluntarios a través de entrevistas, descubrieron que quienes habían engañado una vez a sus parejas tenían tres veces más posibilidades de reincidir en su conducta con la siguiente pareja que quienes habían respetado la fidelidad.

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¿Cuánto tiempo debe durar el sexo? …


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Perfil.com – La más reciente edición de la prestigiosa revista Men´s Health resuelve una de las preguntas más difíciles de contestar ¿Cuánto debe durar el sexo para ser satisfactorio?

Según el estudio llevado a cabo y después de contrastar distintas opiniones de diversos terapeutas sexuales, el tiempo ideal de la actividad sexual oscila entre los 7 y los 13 minutos. Es importante destacar que se entiende como “actividad sexual” al acto de penetración del hombre hacia una mujer.

Por otra parte, los especialistas también arribaron a la conclusión de que aquellos hombres que no pueden mantener la actividad sexual por más de 2 minutos sin llegar a un orgasmo entran en la categoría de eyaculadores precoces.

Además, basándose en un estudio elaborado en 2005 que interpeló a 500 hombres, pudieron arribar a la conclusión de que el promedio de duración del acto sexual se ubica en torno a los 5.4 minutos, ya sea con o sin preservativo.

Por otro lado, también pudieron determinar la importancia del juego previo a la penetración a la hora de tener sexo. Dado que solo el 17% de las mujeres es capaz de llegar al orgasmo a través de la estimulación mediante la penetración, el juego previo tiene un rol fundamental para la satisfacción sexual femenina.

Tal es así que se necesitan por lo menos 20 minutos de estimulación continua para que la mujer pueda alcanzar un orgasmo de calidad. Lógicamente la diferencia radica esencialmente en el clítoris. Durante la penetración, explican los especialistas, es muy difícil estimular el clítoris con la misma intensidad que en el juego previo.

Durante el juego previo, la posibilidad de estimular el clítoris con los dedos o vía oral resulta de vital importancia a la hora de que la mujer alcance el orgasmo. Por otro lado, los especialistas también recomiendan que el proceso de penetración sea lento y paulatino dado que la vagina puede presentar cierta sequedad después de disfrutar un orgasmo.

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Estudian prácticas sexuales de pueblos prehispánicos …


A.Nájar(México) Un secreto que permaneció virtualmente oculto durante casi 500 años empieza a develarse.

Un grupo de arqueólogos publicó una serie de ensayos sobre las costumbres sexuales de pueblos prehispánicos de México y Centroamérica.

Son prácticas que escandalizaron a los españoles que llegaron a la región en el siglo XVI, refieren los documentos.

Y es que el concepto de sexualidad de los pueblos originarios era muy distinto al de Europa, que tenía una visión moral y religiosa sobre el tema, mientras en las culturas mesoamericanas el sexo era un elemento de orden social, explica Enrique Vela, editor de la revista Arqueología Mexicana, que reunió los ensayos.

«La sexualidad va más allá de lo reproductivo, fue visto como una manera de asegurar la marcha del mundo», dice en conversación con BBC Mundo.

  • Salón secreto

Durante cientos de años, las prácticas sexuales de los pueblos mesoamericanos fueron dejadas de lado, e incluso en la época moderna el tema se abordó desde un punto de vista moral.

En 1926, por ejemplo, el antropólogo Ramón Mena reunió una muestra de esculturas fálicas y otros objetos prehispánicos alusivos a la sexualidad.

La colección, sin embargo, no fue abierta al público y permaneció durante varias décadas en un salón secreto del antiguo Museo Nacional de Antropología en Ciudad de México.

Muchas piezas resultaron falsas, pero las que fueron validadas se distribuyeron después en las muestras de cada cultura prehispánica.

  • Rito de paso

Los ensayos publicados en Arqueología Mexicana revelan que las relaciones homosexuales eran una práctica frecuente entre la civilización maya.

Era un elemento más en la formación de los jóvenes, explican los antropólogos Stephen Houston y Karl Taube en su ensayo «La sexualidad entre los antiguos mayas».

«Las relaciones entre miembros del mismo sexo eran propias del tiempo de los ritos de paso, en los que un niño se convertía en hombre», explican.

La homosexualidad es un elemento presente en casi todas las culturas prehispánicas, aunque se abordó de manera distinta.

Por ejemplo entre los mexicas, que dominaban en la región centro de lo que hoy es México, las relaciones entre personas del mismo sexo no eran bien vistas.

Un elemento que se reflejó en las deidades prehispánicas, muchas de las cuales tenían, en mayor o menor medida, aspectos femeninos y masculinos a la vez, explica el historiador Guilhem Olivier en su ensayo «Entre el pecado nefando y la integración. La homosexualidad en el México antiguo».

  • Masturbación ritual

En algunas culturas la masturbación era un tema vinculado con la fertilidad.

Los mayas, como otras civilizaciones de Mesoamérica, solían practicar la masturbación ritual, como una manera de fecundar a la tierra que en algunas civilizaciones era considerada un símbolo femenino.

Otro ejemplo de la importancia que tuvo la masturbación son los hallazgos que describen Houston y Taube:

«Hay indicios de que los mayas tenían objetos sexuales de madera, usados como consoladores y descritos pudorosamente en un reporte arqueológico como efigie fálica», aseguran.

La actitud frente a la masturbación es una de las prácticas que hace más evidente la diferencia entre las culturas prehispánicas y la española, dice Vela.

Hay, además, un elemento adicional: en algunas culturas mesoamericanas el erotismo no era un elemento central en la sexualidad, sino que se veía como una forma de ordenar el planeta, que tiene un lado femenino y uno masculino, como existe arriba o abajo, añade el editor de la revista.

  • Fuego y sal a los adúlteros

En términos generales, las transgresiones sexuales eran severamente castigadas en las culturas mesoamericanas.

El adulterio, por ejemplo, era castigado con la muerte en algunos pueblos, y en otros como los mexicas se permitía al marido arrancar a mordidas la nariz de los adúlteros.

Los purépechas tenían otro castigo: en caso de que los adúlteros hubieran asesinado al marido, el varón era quemado vivo mientras le arrojaban agua y sal hasta su muerte.

El castigo a las prácticas tenía una razón, pues en algunas culturas se les creía causantes de desequilibrios para la comunidad y el cosmos, señalan Miriam López y Jaime Echeverría en su ensayo «Transgresiones sexuales en el México antiguo».

La presencia del trasgresor provocaba desgracias, como la pérdida de cosechas o la muerte de niños, y en algunos casos se creía que podían producir el fin de una época.

Por ejemplo, señalan, el tlatoani Moctezuma, líder del pueblo azteca, destruyó un lugar de prostitución «porque atribuyó a sus transgresiones públicas que los dioses hubieran permitido a los españoles llegar e imponer su dominio».(BBCMundo)

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El sexo tres veces por semana alarga la vida 10 años


Lo afirma un estudio de la universidad de Harvard. Se trata del posgrado de un profesional quien detalla las bondades de una buena vida sexual.

«Hacer el amor al menos tres veces por semana extendería la expectativa de vida un promedio de diez años», destacó el doctor Adrián Jaime entre una de las conclusiones más importantes del posgrado que acaba de realizar en Harvard University sobre LifeStyle Medicine.

El especialista mencionó que hay parejas que se asustan porque después de los primeros años de matrimonio la frecuencia sexual disminuye, pero, tras los reveladores estudios científicos, «el verdadero motivo de la preocupación debería radicar en la pérdida de los beneficios para la salud debido a la falta de sexo», consideró.

Existe una serie de bondades emanadas de una buena vida sexual. Según el director de Doctor Adrián Jaime Medical Center, además del placer y sus naturales connotaciones eróticas, la excitación sexual y el orgasmo pueden: mejorar la capacidad respiratoria, beneficiar el sistema cardiovascular, contrarrestar la depresión y la ansiedad, ayudar a aliviar dolores, proporcionar flexibilidad, fuerza y tono muscular, disminuir los síntomas asociados a la menstruación, la artritis y la osteoporosis y, por si fuera poco, logran significativos beneficios psíquicos .

«El proceso se logra debido a que en el acto sexual son liberadas una serie de sustancias bioquímicas que favorecen las posibilidades de lograr una vida más larga y saludable», explicó el especialista, quien remarcó que «todo nace a partir del deseo sexual».

Jaime detalló que «a medida que aumenta la excitación, el organismo secreta endorfina, sustancias asociadas a la sensación de placer que alcanzan su máxima expresión durante el orgasmo».

Así es que durante esta fase, «la mujer libera oxitocina, sustancia responsable de las contracciones uterinas. A nivel cardiovascular se observa un aumento de las pulsaciones del corazón y mayor flujo sanguíneo, principalmente hacia la región genital que tiende a llenarse de sangre y dilatarse para el coito».

También se descubrió la liberación, tanto en hombres como en mujeres, de serotonina, dopamina y otros siete neurotransmisores «capaces de una renovación hormonal en cascada», que provoca en el organismo una serie de reacciones de reparación celular que harían al cuerpo volver a un eje de «revitalización».

Hace sólo diez años no se sabía a ciencia cierta si eran correctas las afirmaciones en cuanto a las bondades del sexo. Éste fue el gran cuestionamiento de un grupo de médicos, encabezados por el doctor George Davey-Smith y sus colegas de la Universidad de Bristol.

Hasta ese momento la relación entre el sexo y la mortalidad se había estudiado muy poco. Sin embargo, algunas indagaciones iniciales habían sugerido que quizás existía una conexión entre los orgasmos y la longevidad.

Motivados por descubrir las bases científicas que confirmaban tales aseveraciones el equipo se dispuso a trabajar.

El estudio incluyó a 918 varones ingleses de entre 45 y 59 años de edad; a todos se les hizo una historia clínica, un chequeo médico y se les preguntó acerca de la frecuencia de su actividad sexual.

Tras diez años de seguimiento de la vida sexual y del estado de salud de cada uno de los participantes, se concluyó que cuanto más alta era la «frecuencia orgásmica» más probabilidades tenían de estar saludables y que la probabilidad de morir era un 50% menor entre los hombres que sólo mantenían relaciones sexuales dos veces a la semana, que en comparación con los que lo hacían una vez al mes, más proclives a sufrir enfermedades.

Por otra parte, el equipo de investigación liderado por el profesor Manuel Castillo, catedrático de la Universidad de Granada, señaló que el ejercicio sexual «es el tipo de actividad fisiológica que más influye positivamente en el ánimo y en el bienestar de la persona».

Por lo tanto, «quienes tienen una actividad sexual satisfactoria cuentan con una mayor esperanza de vida». Según sus trabajos de investigación, el sexo mejora el sistema inmunológico, previene el desarrollo de las enfermedades y tiene un efecto analgésico que ayuda al individuo a resistir mejor el dolor.

Hay otros estudios que respaldan estas afirmaciones. Por ejemplo, la del psicólogo David Weeks, investigador del Royal Hospital de Edimburgo de Escocia, que concluyó que la actividad sexual es una terapia antiedad.

Weeks llegó a esas conclusiones luego de entrevistar a 3.500 personas que lucían más jóvenes de lo que eran en realidad, el profesional determinó que «hacer el amor al menos tres veces por semana alarga la expectativa de vida un promedio de diez años».

«Pertenezco a un equipo de investigación que inició en junio de este año un trabajo en el Massachussets General Hospital sobre Sexualidad y Medicina AntiAge para la Universidad de Harvard, esperamos en tres años tener nuevas y más conclusiones al respecto», cerró el doctor Jaime.(diariopanorama.com)

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Qué hacer cuando no sintonizamos


La mirada de Facundo busca debajo de las sábanas hasta descubrir el otro cuerpo semidesnudo.

Los chicos se quedaron a dormir en lo de la abuela, y la ocasión parece ideal por dónde se la mire.

Casi un mes ha pasado, y si bien intentó acercarse a ella varias veces, su esposa tenía obligaciones: “los niños, la comida…”.

Pero ya no importa, porque la libido le carcome la cabeza y ella está ahí, a medio dormir, y sin excusas válidas que la eximan.

Entonces se mete en la cama, mientras su mano ciñe la cintura de su mujer, la acaricia con suavidad; tentándola a la aventura. Y sucede lo inesperado: “ahora no tengo ganas”. Un cachetazo, un balde de agua fría, y sus ansias intentando salir airosas de las sábanas.

  • Qué sí…, que no…

Esta situación, que parece tan cotidiana, tiene una explicación científica. Se la denomina “discronaxia sexual” y se la define como la diferencia en los ritmos sexuales de la pareja, que no puede ser solucionada a través de la comunicación entre ambos integrantes. Hasta ahí la teoría: una conceptualización clara, pero que en lo concreto se transforma en un golpe duro para quien lo experimenta.

Mariela tiene 40 años, es profesora de inglés en un Instituto de Godoy Cruz, y hace 10 que está casada. Tiene tres hijos y su marido, Ernesto, es visitador médico.

“Los tiempos se modifican de una manera que no podés manejar cuando tenés chicos. Las obligaciones, los horarios y el cansancio son inevitables; sobre todo cuando son más chiquitos. Tuvimos una época dura: si él me buscaba en la noche o en la mañana, yo lo rechazaba. Lo deseaba, sí; pero el cansancio crónico hizo mermar mi libido. El llegó a pensar que yo tenía a otra persona. Fue una época dura y sólo cuando pudimos hablar, y pedir ayuda, comenzamos a visualizar el problema”.

El término “discronaxia” proviene del griego, y se compone de varios elementos semánticos: “dis” (alteración, alterado), “khronos” (tiempo) y “axia” (valor u orden); y, más allá de este detalle lingüístico, es importante que “si los integrantes de la pareja lo resuelven por sí solos, no hay disfunción o problema; pues estas diferencias se manejan al igual que otras variaciones, en gustos y estilos -detalla el médico especialista en sexología clínica, Miguel Palmieri-: alimentación, vestimenta, salidas, pasatiempos; sin generar conflicto”.

Pero con las idas y vueltas actuales, en realidad cualquier persona es susceptible de padecer este problema en algún momento de la vida en pareja.

“Es importante mencionar que aquí debe hacerse hincapié en que los dos tienen deseo normal -uno alto y el otro bajo- pues si hubiera deseo ‘anormal’ o patológico, inhibido o exacerbado, la problemática que se presenta no debe ser catalogada como ‘discronaxia’ sino como trastorno del deseo, que requiere otro enfoque y tratamiento”, argumenta Palmieri.

La discronaxia se presenta fundamentalmente porque la sexualidad es un ámbito que todavía encierra grandes incógnitas para la pareja. Es culturalmente importante comenzar a desarrollar el hábito de la comunicación íntima.

  • Los fantasmas mentales

“Yo buscaba a mi pareja, con la que convivo, hace seis años a nivel sexual; y él dejó de acusar recibo. Entonces, en lugar de hablarlo, decidí seguirlo durante un mes para ver si me engañaba; y pescarlo. Lo único que pesqué fueron multas y un buen resfrío, y sobre todo el hecho de sentirme como una loca perseguida. No pude más y le conté todo lo que había hecho, y sobre todo, que vivía la situación como un rechazo de su parte. Ahí fue cuando me contó que, en realidad, estaba con problemas por un préstamo que habíamos pedido; y eso, sumado a mi presión, le restaba ganas de todo”.

Este es el testimonio de otra mendocina, Silvina: dueña de un gimnasio; una profesora a la que, a sus 30 años, la inseguridad emocional le jugó tan mala pasada que la llevó a situaciones muy angustiantes.

Muchos especialistas coinciden en ratificar que se prioriza la praxis (el reclamo o los intentos fallidos) antes que hablar. No es que esté mal el accionar sin una charla previa: el problema se presenta cuando hay vacíos de información sobre la propia sexualidad, y la de la pareja.

Como, además, el tema está cargado de implicancias afectivas que involucran al compromiso, a los proyectos, etc., si hay variaciones en la estructura del ritmo erótico, aparecen en la cabeza de muchas personas fantasías amenazantes respecto de esas situaciones. Así es como se llega a la película que nadie quiere ver.

“Las frases ‘ya no le gusto’, ‘no la/o satisfago’, “estará pensando en otro/a”, “estará enferma/o’, ‘se habrá acabado el amor’, entre otros pensamientos deserotizantes, o generadores de enfado, se presentan en general en el miembro más activo de la pareja. Mientras que en el de menor deseo, la presión y el enfado empiezan a generar otros razonamientos relacionados con las sentencias: ‘lo único que le interesa es el sexo’, ‘me desea pero no me ama’, ‘si no cedo puede irse con otra’, etc. De esta manera surgen trastornos emocionales (y en forma creciente) para ambos integrantes de la pareja”, opina el Miguel Palmieri.

Entonces, y casi como en una mala novela centroamericana, los desentendimientos no se dejan esperar. Incluso se hacen cosas que no se desean, con tal de ceder a la demanda y no generar más conflictos. Se oculta el problema bajo una aparente sincronización de los tiempos. Pero, como esto es artificial, el que se esfuerza por alcanzar al otro termina transformando su relación sexual en un “deber”.

Así es posible que suceda que, si no se trata este síntoma a tiempo, se generen verdaderos trastornos del deseo; por la falta de placer al mantener relaciones. A veces una patología sexual puede iniciarse con una discronaxia que no supo ser hablada, y solucionada, a tiempo. (Analía de la Llana – LosAndesOnLine)

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Masaje erótico …


Al que inventó los masajes tendrían que hacerle un monumento más grande que las pirámides de Gizeh.

Y es que hacer el amor y limitar las caricias a los genitales es como ir al parque de atracciones y subir solo a la montaña rusa.

Exactamente lo mismo.

Porque los masajes no son más que eso, una excusa para acariciar desde la nuca hasta los dedillos de los pies.

Es el mejor y más dulce de los preliminares.

  • Finalidad del masaje erótico

Un masaje erótico puede ser un acto satisfactorio en s? mismo tanto si acaba en orgasmo como si no. Es un acto del que algunas parejas disfrutan de modo especial, puesto que es una oportunidad para que uno se concentre en el hecho de dar y el otro de recibir, y no en dar y recibir simultáneamente, tal como ocurre en el coito y en otros actos.

Es una manera muy buena para que los dos miembros de la pareja se exciten uno al otro y prolonguen la intimidad. Así pues, la maestría en técnicas de tacto sexual y no sexual es muy importante para una relación sexual satisfactoria. Para la gente que ya goza de una buena relación sexual, el masaje puede acrecentar el goce; para la mayoría de nosotros representa una forma de mejorar.

El masaje es importante no solo porque tiene el efecto general de relajar y dar la oportunidad de pensar y gozar el tacto sino porque permite afinar la agudeza y profundidad de los sentidos en lo que se refiere a la excitación corporal y, de este modo pueda mejorar su conducta sexual. Durante el masaje, algunas personas experimentan esos «focos sensitivos» por primera vez.

El masaje es en especial importante para las mujeres porque puede tener exactamente el mismo efecto del beso, la caricia y otras formas de juego previo. Esto permite que se incrementen las hormonas sexuales femeninas responsables de la excitación y preparación de su cuerpo para el coito. También ayuda a los hombre que tiene dificultades con la erección o que sufren de impotencia.

Uno de los objetivos del masaje es proporcionar la oportunidad de descubrir que es lo que le causa placer y el acercamiento entre la pareja debe hacerse con la mente abierta por completo. Con frecuencia, hombres y mujeres se sorprenden al sentirse tan sensuales cuando se les acarician ciertas partes de su cuerpo que ni remotamente habían considerado eróticas.

  • Preparación para el masaje

Conocer al milímetro el cuerpo de su amante figura entre las más placenteras experiencias compartidas y vale la pena tomarse el trabajo de preparar la escena adecuada. Es importante elegir una hora en la que sepamos que no vamos a tener interrupciones y un lugar acogedor e ?intimo, utilizando una cama que no sea demasiado blanda o el suelo con los cojines necesarios. También puede contribuir una iluminación tenue y música de fondo.

Para obtener el máximo beneficio, ambos deben adoptar posturas cómodas y estar desnudos. La persona que da el masaje debe asegurarse de que sus manos están calientes y, a poder ser engrasadas. El hombre y la mujer deberán alternar las funciones de dar y recibir el masaje, en el momento que toque proporcionar placer habrá que concentrarse en la labor y cuando reciba gozar cada minuto.

Es interesante comenzar con un masaje exploratorio y suave por todo el cuerpo de la pareja salvo los genitales y pechos, si resulta tan excitante que se pasa a los genitales probablemente ser? imposible evitar la unión sexual.

Una gran variedad de aceites perfumados dejan la piel suave y agregan su fragancia a la ocasión, el aceite se aplicar? con moderación sobre las manos, para extenderlo por todas las partes del cuerpo mientras se masajea. Plumas, telas y otras texturas suaves pueden friccionarse contra la piel.

  • Técnicas de masaje

Respecto a las técnicas, son variadas y libres pero podemos establecer algunos métodos recomendables.

El masaje depende del uso de las manos y los dedos para presionar rítmicamente el cuerpo de la pareja, es interesante utilizar todas las variedades posibles para obtener el máximo placer.

Lo más importante es mantener un ritmo firme y lento, con suficiente presión asegurándonos de que las manos se deslizan con suavidad sobre el cuerpo de la pareja, a modo de floración.

Para dar un masaje en la espalda, primero se comenzará¡ con los  pulgares colocados a cada lado de la espina dorsal y los dedos en dirección a la cabeza, después se acariciará alternativamente, es decir, una mano con firmeza hacia arriba y la otra deslizándose hacia abajo.

También se pueden mantener las dos manos a la misma altura trabajando hacia arriba con toques firmes y las manos relajadas, o extendiéndolas sobre la parte baja de la espalda para presionar los músculos espinales a ambos lados.

Los dedos se pueden mover de diferentes maneras:

– Amasar – Resulta muy útil en las zonas más musculosas como caderas y muslos. El efecto puede cambiarse cambiando la velocidad y profundidad, asi es, lento y profundo o rápido y superficial. Levantar, apretar y enrollar la carne entre el pulgar y los dedos de una mano, deslizándola hacia la otra mano.

– Masaje ondulatorio – Se realiza curvando los dedos como en un puño semiabierto, manteniendo la mitad de los dedos presionando la piel, y haciendo pequeños movimientos en círculo. Esta forma es muy placentera si se recibe en los hombros, pechos, palmas de las manos y pies.

– Acción de ventosa  – Los movimientos rápidos y ligeros estimulan y refrescan la piel. Se dan golpes suaves sobre el cuerpo alternando las manos, con los pulgares hacia dentro y los dedos juntos. Cuando las manos tocan el cuerpo debe producirse un sonido semejante al de el descorche de una botella.

– Golpecitos – Movimientos vigorosos, percusivos y enérgicos, serán utilizados para las areas carnosas y musculares. Con los puños cerrados, se rebota con suavidad alternativamente el reverso de la mano contra la piel. Es interesante utilizar estos movimientos hacia el final del masaje para excitar a la pareja.

Cuando un hombre acaricia a su pareja con lentitud y delicadeza, le confirma su amor por ella y por su cuerpo. La mujer tiene muchas zonas eróticas, y el hombre debe detenerse en ellas tocándolas con suavidad y presionando levemente, a la vez que realiza algunos movimientos circulares para provocar fuertes y placenteras sensaciones.

El rostro se tocara con suavidad, recorriendo la boca, la línea de las mandíbulas, el cuello y las orejas, ya que son zonas especialmente sensibles y receptibles al tacto, como también lo son la línea de nacimiento del cabello, la frente, las sienes y las cejas.

Para masajear el pecho de una mujer se puede colocar las manos sobre las costillas de la misma y deslizarlas después con firmeza hacia abajo, curvándolas después hacia fuera. Una postura muy cómoda y estimulante para acariciar los pechos es que la mujer
se siente recostada sobre el pecho del hombre, que acariciara suavemente sus pechos, esta postura permite que el contacto con la piel le confiera más sensualidad.

Además de tocar con las manos y acariciar con suavidad, un masaje sensual puede incluir otros estímulos, como besar, lamer, soplar y palpar el cuerpo de la pareja con el pecho o el cabello. Si una mujer proporciona un masaje a un hombre, puede sentarse, arrodillarse a un lado o sentarse a horcajadas sobre el para que sienta la calidez del interior de sus muslos, lo que provoca una gran reacción. Puede utilizar toda la mano, los dedos, solo los pulgares o el dorso de las manos.

Puede masajear y friccionar con suavidad su espalda y parte superior del cuerpo palpando de manera prolongada y rítmica, o deslizando los dedos ligera y seductoramente por los lados de la espalda hacia arriba y hacia abajo.

O puede masajear otra zona diferente, como por ejemplo, el interior de sus muslos, nalgas o pies; todas ellas son erógenas en alto grado y aumentan el placer de su pareja. También se puede acariciar con suavidad la espalda de la pareja con el cabello o pechos, si se mantienen el cuerpo separado y se sostiene sobre sus propias manos y codos.

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¿Quieres un orgasmo múltiple? 6 tips para conseguirlo


El Nuevo Día-laopinión.com – De seguro has escuchado o leído sobre nuestra capacidad para tener orgasmos múltiples.

Somos privilegiadas en ello a diferencia de los hombres.

Bien por nosotras.

Lo único desalentador del asunto es que una no siempre sabe cómo llegar al clímax potente y multiplicado.

Si se supone que –como se asegura hace varios años– solo un tercio de las mujeres logramos el orgasmo, ¿cómo haríamos para obtener dos o tres o cuatro veces lo que ya de por sí se nos escurre de las manos? Como con todo lo que vale la pena: se requiere trabajo, esfuerzo e ingenio.

Prueba estas tácticas que, con la práctica, te llevarán al orgasmo múltiple.

No pienses demasiado: Suena a cliché, pero en verdad con algunas cuestiones es mejor no pensar de más. No te condiciones a tener una relación sexual con un orgasmo múltiple, así no funciona. Eso solo te hará sentir más nerviosa o estresada. Disfruta de todo el proceso (los previos, las caricias, los besos), no pienses solamente en el fin.

Vibrador a la mano: No se llaman “consoladores”, olvida esa palabra para este amiguito. Los vibradores no alivian tus penas, te ayudan a obtener placer. Los hay de distintos tipos –clitorianos, vaginales, uterinos– y son una gran y muy buena fuente de estimulación. Por supuesto no está prohibido emplearlos con tu pareja. Anímense a usar alguno juntos.

Combina técnicas: Ya seas tú misma o tu pareja quien te esté dando placer, no trabajes solo en una zona y nada más que de una forma. Esto es: pueden emplear dedos, labios y llevarlos por distintas partes del cuerpo.

Atenta con el ritmo: Al tener un orgasmo nuestro clítoris queda altamente sensible al contacto. Si intentamos manipularlo de inmediato en aras del placer múltiple lo más seguro es que duela. Espera unos segundos para recomenzar –en tanto puedes concentrarte alrededor de la vulva o en la vagina–. El segundo orgasmo vendrá más rápido que el primero porque tu clítoris estará más estimulado.

La respiración: En el momento máximo de placer, intenta respirar pausada y profundamente unas cuantas veces. Esto ayuda a relajarte y potenciar mucho más el placer que estás sintiendo. También prueba llevando la tensión que se concentra en la zona pélvica hacia la punta de tus pies y manos.

Prueba contigo misma: Antes que nadie, tú debes ser quien mejor conozca tu cuerpo ¿sabes en verdad qué te gusta y cómo te gusta? Pues averígualo masturbándote. La masturbación además de darnos placer, funciona para conocer las formas más efectivas en las cuales podemos lograr un orgasmo.

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Adicción al sexo (trastorno cuya existencia esta en discusión)


La Nación(S.A.Ríos) — «En la actualidad, el manual diagnóstico de enfermedades mentales DSM-IV no contiene ninguna categoría en la que se haga referencia a la adicción al sexo», respondió a LA NACION el doctor Amado Bechara, experto en disfunciones sexuales y director del Instituto Médico Especializado (IME).

Pero si bien en su cuarta y más reciente edición el DSM (o Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales), de la Asociación Americana de Psiquiatría de los Estados Unidos, no contempla la adicción al sexo, es probable que la quinta edición sí lo haga.

«La adicción al sexo es una categoría controvertida, pero hay algunas investigaciones y algunos investigadores que hablan de adicciones sexuales», comentó el doctor Adrián Helien, médico psiquiatra y sexólogo del sector de Disfunciones Sexuales del hospital Durand.

«Los que proponen incluir las adicciones sexuales en el DSM-V sostienen que se trata de un comportamiento que puede funcionar para producir placer y aliviar sentimientos dolorosos y que responde a dos patrones: se caracteriza por una recurrente falla en el control del comportamiento y tiene continuidad a pesar de las consecuencias destructivas que pueda tener para la persona.»

En otras palabras, la persona adicta al sexo no puede controlar su comportamiento, que se repite aun cuando eso impacte negativamente en su vida familiar, social o laboral.

  • Detrás de una fantasía

«El comportamiento sexual compulsivo -llamado hipersexualidad, ninfomanía o adicción sexual- puede implicar una experiencia sexual normalmente disfrutable, pero que se convierte en una obsesión. O un comportamiento sexual compulsivo que involucra fantasías o actividades que van más allá de los límites culturales, legales o moralmente aceptables para el comportamiento sexual.»

Esa es la descripción de adicción sexual de la Clínica Mayo, de los Estados Unidos. En ella se encuentra una de las características de la adicción sexual que, en palabras de Helien, es «la presencia repetida de fantasías o de escenarios sexuales muy específicos que son los que provocan en el individuo la excitación».

Dicho en forma llana: el adicto al sexo no es adicto al sexo, sino a ciertas fantasías específicas que son las que trata de cumplir compulsivamente y que, muchas veces, no son compatibles con los deseos de su pareja o con lo que se considera culturalmente aceptable.

«Si una persona, por ejemplo, tiene la fantasía de incluir a una tercera en la relación sexual, esto puede ser complejo de satisfacer en algunas parejas -comentó Helien-. Por otro lado, estas fantasías o escenas pueden ser más o menos obligatorias: la persona a veces puede controlarlo. Pero existen ciertas situaciones, un episodio de depresión o de ansiedad, que pueden hacer que esto sea más inmanejable.»

En general, agrega Helien, «estas personas consultan sólo cuando su adicción al sexo les trae problemas de pareja, familiares, sociales o incluso legales. O también pueden consultar porque como no cumplen con estas fantasías o escenarios no se excitan y padecen disfunciones sexuales».

Un dato aún no explicado, pero que se observa en la consulta, es que la adicción al sexo es un trastorno casi exclusivamente masculino. En cuanto a su tratamiento, el abordaje es múltiple e incluye fármacos, psicoterapia y hasta terapias de grupo similares a las de alcohólicos anónimos.

  • Rasgos que caracterizan a una persona con adicción al sexo:
  1. Actuar de forma compulsiva y obsesiva en relación con rituales sexuales: relaciones interpersonales sexuales, masturbación, visionado de pornografía por internet, vouyeurismo y captura de fotografías…
  2. Demostrar incapacidad de controlar la pulsión sexual. A pesar de que ésta repercute negativamente en su vida, la persona se ve permanentemente incitada a pensar y actuar en torno al sexo.
  3. Sufrir graves consecuencias a causa de esa incapacidad de controlar: enfermedades sexuales, distanciamiento o ruptura de relaciones, embarazos no deseados, endeudamiento, problemas laborales…
  4. Mantener diariamente esta conducta sexual autodestructiva o de alto riesgo como eje vertebrador del día a día.
  5. Fantasear y obsesionarse con el sexo de forma recurrente en momentos y lugares dedicados a otras necesidades: reuniones laborales, familiares, de amistades, desplazamientos, conversaciones cotidianas orientadas a otros temas…  
  6. No poder parar. Persiste y recae en esta conducta, aun cuando sus consecuencias negativas resultan evidentes.
  7. Realizar propuestas de enmiendas constantemente en relación al objeto sexual e incumplirlas. “No volveré a hacerlo”, “Esperaré más tiempo para volver a hacerlo”. Pero siempre son autopromesas rotas por la pulsión incontrolable.
  8. Desarrollar de tolerancia al estímulo. Cada vez, la persona necesita más dosis de estímulos sexuales para poder sentirse “satisfecha”, como ocurre con la droga en las adicciones con sustancias.
  9. Invertir gran cantidad de tiempo diario a la busca de satisfacción sexual en la modalidad que sea y a través del recurso que sea.
  10. Actuar de forma negligente consigo y con el entorno. Desatender responsabilidades de la vida: trabajo, relaciones, salud, economía.
  11. Síndrome de abstinencia o mono cuando no puede consumir. Se torna irritable, ansiosa y se manifiesta profundamente insatisfecha cuando no dispone del hecho sexual y no puede, por tanto, saciar la necesidad de consumo.
el riesgo contraer SIDA en la adicción al sexo

Consecuencias de la adicción al sexo

  • La pérdida de autocontrol y, por tanto, de libertad para elegir
  • Bajo nivel de autoestima por la incapacidad de mantener el impulso
  • Depresión
  • Insomnio
  • Cambios de humor frente a la insatisfacción
  • Agotamiento físico y psicológico
  • Deudas económicas
  • Infidelidad y ruptura de relaciones
  • Autolesiones por excesos
  • Contagio de enfermedades de transmisión sexual como SIDA, hepatitis C, sífilis…
  • Pérdida de trabajo y bago rendimiento de estudios

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SEXO-SEXUALIDAD: LAS CARICIAS EN EL SEXO


Hablar de sexualidad humana es hablar de personas, de seres. De ella y de él. Tanto en cuanto a sentimientos como en cuanto a sentidos.

De fisiología y de emotividad. De pasión y de voluntad. De razón y de sinrazón. Es hablar de nosotros.

Petting es el termino que utilizan los anglosajones para denominar ese gran abanico de juegos, caricias, masajes, y lo que se nos ocurra, que rodea las relaciones sexuales.

Esto enriquece en dos líneas igual de importantes, la sensitiva o física, y la emocional.

Hay una relación directa entre la cantidad de tiempo que se dedica a la estimulación propia y de la pareja y el placer sentido.

Asimismo, es sabido qué tanto la mujer como el hombre necesitan a mayor edad mayor estimulación, variada y diversa, para alcanzar un nivel de excitación suficiente que proporcione una respuesta satisfactoria.

Cuanto más tiempo se dedique a la estimulación propia y de la pareja, tanto más placentera será esa relación, y, llegado el orgasmo, tanto más intensamente se vivirá.

Desde un punto de vista emocional, el darnos ese tiempo para un contacto más provocador e insinuante, antes, y más delicado y relajante, después, nos brinda la oportunidad de comunicarnos, de llegar a la pareja y de que ella llegue a nosotros. Porque no debemos olvidar que ante todo, es comunicación, y la comunicación no es siempre verbal.

Las caricias, los pellizcos, los besos, los suspiros, una ducha “a dos”, un masaje con aceite de bebés…, todo vale dentro de esa comunicación, dentro de ese petting.

El hecho de que siempre se haya afirmado una mayor demanda de petting por parte de las mujeres, tiene su razón de ser en dos causas. Por un lado, un mayor grado de emotividad intrínseco a la feminidad –patente en los diferentes instintos más antropológicos. Y por otro lado, debido a una más lenta y prolongada Fase de Excitación de la Respuesta Sexual Humana en la mujer – lubricación y acomodación de los genitales como receptores.

Concluyendo, todo el tiempo y dedicación que asignemos a los preámbulos y prolegómenos de nuestras relaciones de pareja – válido y aplicable a la autoestimulación- es una inversión de frutos asegurados, tanto emocionales como físicos.

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Masajes eroticos para el goce de la mujer.


Las mujeres pueden sentir orgasmos de dos maneras: mediante la estimulación de su punto G o por estimulación del clítoris.

Muchas mujeres caracterizan el orgasmo del clítoris como más fuerte y el orgasmo del punto G como más profundo.

La excitación femenina toma mejor tiempo en obtenerse pero permite tener orgasmos múltiples, si continua la estimulación.

Tener orgasmos múltiples puede mantener la excitación por mucho tiempo a un nivel muy alto.

  • Masaje Labial

Coloca una mano bien lubricada sobre los labios de su vagina con los dedos hacia en ano. Avanza hacia el ombligo y alterna ambas manos. Explora los labios internos y externos con tus dedos. Suavemente arrastra uno y después el otro. Frota los labios exteriores suavemente con tu pulgar e índice, y después los labios interiores.

  • Y Uno, y Dos, y Tres…

Inserta tus dedos índice y medio dentro de ella y arquea tu pulgar como si estuvieras «haciendo dedo», penétrala hasta que tu pulgar toque el clítoris. Puedes usar una variedad de movimientos lineales y circulares en esta posición. También puedes hacer vibrar tu mano.

  • Casi Casi

Si ella tiene un sitio en el cual le gusta ser acariciada o lamida, hazlo bien cerca, pero no exactamente en ese punto, excepto muy ocasionalmente. Esto hace que ella tarde más en alcanzar el orgasmo, pero probablemente sea mucho más intenso en el momento en que llegue.

  • Presione Aquí Para Comenzar

Inserta un dedo suave y profundamente en la vagina y cuando esta lista y lubricada, inserta un segundo dedo. Coloca tú pulgar cubriendo el ano. No lo penetres. Presiona el ano ligeramente mientras mueves tus dedos.

  • Cuente Hasta Diez

Coloca la palma de tu mano en su monte de Venus (donde está el vello púbico), y coloca tus dedos ligeramente sobre los labios vaginales. Coloca tu pulgar en el muslo. Ligera pero firmemente presiona tu palma contra el monte de Venus y comienza a mover tu mano en un movimiento circular.

Tu palma no debe hacer deslizar la piel en este proceso. En cambio, debes notar que la piel de ella se mueve por debajo. Repite hasta que haya hecho diez círculos. Levanta tus dedos y golpea muy ligeramente los labios vaginales a un ritmo de una vez por segundo hasta que llegue a diez golpes.

Nota que son golpes muy, muy suaves; no deben doler. Después, descansa tu mano por cinco a diez segundos. Repite los círculos, repite los golpes, descansa nuevamente, repite los círculos, etc.

  • Reloj Cervical

La cerviz se suele ubicar en la parte superior interna de la vagina. La cerviz se siente como una pequeña protuberancia de piel. En algunos casos puede tener una ranura pequeña en la mitad, tal como un mentón. Cuidadosamente estimula el área que rodea la cerviz. Ella disfrutara de este masaje y posiblemente quiera que lo hagas más a menudo; o tal vez, no lo disfrutara para nada.

  • Dedos en los Labios

Debido a que la piel del clítoris es mucho más sensible que cualquier parte de los genitales, no querrás que la piel de tus dedos lo lastimen. Suavemente empuja y separa la piel que rodea al clítoris cuando toques los genitales femeninos. Usando los labios vaginales como protección podrás darle estimulación placentera sin la fricción dolorosa.

  • Desde Afuera

Coloca tu mano libre en la parte inferior del abdomen de ella. Experimenta aplicando distintos tipos de presión con la mano de arriba mientras tienes los dedos de tu otra mano dentro de la vagina.

  • Copión

Una forma excelente de aprender cómo darle placer es colocar tus dedos sobre los de ella mientras ella se masturba. Después háganlo al revés, con los dedos de ella actuando como guía para los tuyos.

  • Desde el Borde

Otra forma de masaje genital se puede hacer colocando el labio vaginal bien lubricado entre el pulgar y el índice. Pellizca muy ligeramente y tira suavemente hacia afuera de su cuerpo. Tus dedos terminaran en el aire a unos tres o cinco centímetros del cuerpo de ella, tal cual como si los hubieras arrastrado desde el borde de una mesa. Si a ella le gusta repítelo varias veces.

  • Solo por Invitación

Comienza con unas leves caricias que apenas toquen sus muslos internos y vello púbico. No avances hasta que ella alce su pelvis hacia arriba. Acaricia los labios vaginales hasta que su vagina se abra e invite a tus dedos a entrar.

  • Trazador Labial

Aplica abundante lubricación, puede ser mejor que comiences con uno de los labios externos. Coloca el labio entre tu pulgar e índice, agarrándolo en la base inferior donde se une al cuerpo. Recorre con tus dedos desde la parte inferior hasta la parte superior. Repítelo cuantas veces ella lo desee. Cuando este mejor lubricado hazlo con el labio interior.

  • Aquí y Ahora

Inserta tu dedo índice dentro de la vagina muy lentamente.

Déjalo quieto.

Luego deslízalo hacia adentro y hacia afuera.

  • Luna Creciente

Inserta tu pulgar en la vagina, cubre con tu mano el clítoris y deja que tus dedos se posen en su monte de Venus.

Alterna la estimulación entre el punto G interno (techo de la vagina), el clítoris y el punto G externo (encima de la vejiga).

  • Timbre

Presiona firmemente en el punto G, como pulsando un timbre. Presiona, suelta, presiona, etc.

  • Cuatro Direcciones

Con dos dedos presiona firmemente arriba, al lado, abajo, al lado en la vagina, ocho veces cada lado.

Toque y Cosquillas. Toca el clítoris muy ligeramente. Pellizque y Hale. Suavemente pellizca y hala del clítoris.

Rápido y Profundo, Ella puede querer penetraciones rápidas y profundas. Asegúrate de que siempre este relajada, no dejes que se ponga rígida.

Rodee el Clítoris. Con tu dedo índice haz círculos pequeños, parando en cada vuelta.

Puerta del Templo. Con un dedo acaricia la abertura vaginal lo más suavemente posible. Haz que ella quede «hambrienta».

Circulo. Con tu dedo índice haz círculos desde el perineo (área entre la vagina y el ano) hasta más arriba del clítoris.

  • Los Dedos Mágicos

Usa tus tres dedos más largos, con tu dedo medio deslizándose por la apertura de la vagina y tus otros dos (índice y anular) por el borde de los labios vaginales externos. Puedes, de vez en cuando, insertar el dedo medio dentro de la vagina.

Twist . Usando uno o más dedos masajea hacia adentro y hacia afuera de la vagina rotando tu muñeca.

Ahora que conoces casi todas las técnicas de masajes, a practicarlas.

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Los diez mejores lugares para el sexo


Un estudio realizado en los Estados Unidos reveló en qué sitios hombres y mujeres aseguraron haber vivido sus máximas experiencias de placer.

Como consideraron que la cama no es el único lugar en el que las parejas -constituidas u ocasionales- pueden disfrutar de un amorío, investigadores norteamericanos consultaron a varias personas de ambos sexos y elaboraron un ránking de los lugares preferidos a la hora del placer.

  • Estos fueron los resultados:

1. Escaleras de un edificio:

… los expertos confirmaron que son elegidas porque ofrecerían todos los elementos para una relación divertida y sorpresiva: oscuridad, soledad, peligro y varias posiciones amatorias.

En ese sentido, los consultados recomendaron las de emergencia de edificios grandes de oficinas u hoteles, porque son más oscuras, no son visitadas por nadie, no hay cámaras de seguridad, ofrecen privacidad y además siempre dan sensación de peligro.

2. Auto:

… en las opciones que ofrecieron los encuestados están las relaciones «sobre ruedas» los días de lluvia, con los vidrios del vehículo empañados -lo cual evita la mirada de curiosos-, o, para los más osados, la noche y un oscuro callejón.

3. Piscina o pileta:

… si bien es considerada por muchas parejas como una alternativa con un alto contenido de erotismo, los especialistas aclararon que el agua podría llevar a que el preservativo se salga.

4. Cine:

… ofrece las ventajas de la oscuridad, los sonidos y la privacidad de los últimos asientos. En ese sentido, los consultados recomendaron las películas por la mañana o muy tarde, cuando la sala tenga pocos concurrentes.

5. Autobús:

… los viajes de varias horas fueron escogidos por los participantes del estudio como buenos momentos para mantener relaciones. Los asientos traseros, o los del medio si el vehículo transporta a pocos pasajeros, son buenos sitios para acercarse al otro en momentos en que los demás duermen.

6. Probadores:

… aquí, aconsejaron experimentar en los que son mixtos o están divididos por una pequeña puerta. Los distintos elementos que lo forman aportan un toque especial al momento: espejo, espacio, asiento, luz y peligro. Pero habrá que ser creativo para que los pies de uno de los dos no se vean por debajo, y finalmente salir del habitáculo de a uno por vez.

7. Bosque:

… también serviría un espacio al aire libre con muchos árboles. Lo importante, según los consultados, es aprovechar la naturaleza.

8. Baño de un bar:

… son considerados espacios alternativos «casi ideales» para el sexo, ya que la música alta, el desorden y el movimiento ayudan a obtener la privacidad deseada.

9. El mar:

… el ir y venir de las olas puede ser muy excitante para algunos. Para ello recomendaron una playa tranquila y donde la marea no sea muy alta.

10. Cualquier rincón:

… por último, los encuestados respondieron que los lugares en los que alcanzaron un mayor placer fueron aquellos en los que utilizaron la imaginación y aprovecharon la espontaneidad del momento.

Estas nuevas opciones, aclararon los consultados, no desplazan a las famosas relaciones sexuales en los baños de aviones o en una oficina vacía… pero añaden algo de imaginación a los actuales -y complicados- vínculos humanos.

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La ansiedad que causa la crisis económica facilita la eyaculación precoz


(ACN) — La preocupación por la situación económica puede provocar ansiedad y esta ansiedad, eyaculación precoz.

Ésta es una de las principales conclusiones del primer Estudio demográfico sobre la eyaculación precoz, presentado este martes en Barcelona por la Asociación española de andrología (Asesa).

‘El estrés puede afectar en la esfera sexual en todos a los parámetros: problemas de erección, de deseo sexual y de eyaculación precoz porque la situación provoca un grado de ansiedad importante’, explica la presidenta del Asesa, Ana Puigvert.

Según datos de este informe, el 43% de los catalanes ha tenido alguna vez en la vida problemas de eyaculación precoz y el 9% la sufren de manera habitual en cada relación sexual.

El estudio concluye que la eyaculación precoz es el trastorno sexual más frecuente entre los hombres pero que sólo el 38% son conscientes de que sufren este problema.

La presidenta de la Asociación española de andrología (Asesa), Ana Puigvert, ha definido qué entienden los especialistas por eyaculación precoz: ‘los pacientes presentan una buena rigidez pero cuando se empieza la actividad sexual no pueden controlar la eyaculación’. Puigvert explica que este problema sucede incluso ‘antes de la penetración, al recibir un estímulo sexual’.

Los factores psicológicos y fisiológicos son los principales causantes de la eyaculación precoz. El doctor especialista Urología del Hospital Clínic de Barcelona, Eduardo García Cruz, ha apuntado durante la presentación en Barcelona de este estudio que ‘los problemas en la gestión de los neurotransmisores y los problemas neurobiológicos’ favorecen la eyaculación.

García Cruz, ha recomendado que si se sufre este trastorno hay que consultar al médico porque hay algunas enfermedades que provocan eyaculación precoz ‘que no son de la esfera sexual y que se pueden tratar’, explica. García Cruz ha concretado estas enfermedades en ‘alteraciones tiroideas e infecciones e inflamaciones de la próstata que es importante diagnosticarlas y tratarlas’.

Para Ana Puigvert, el perfil de las personas que sufren este problema sexual son ‘las personas que podríamos denominar hipercinéticas, que lo hacen todo muy rápidamente y así como la sexualidad’. La eyaculación precoz produce un impacto psicológico importante entre los que la sufren. Según este informe, el 20% de los entrevistados afirma que las relaciones sexuales no son importantes en su vida.

A pesar de no contar con datos documentados, la ansiedad por la crisis económica ha causado un aumento de personas que visitan las consultas en los últimos tiempos, ha explicado Puigvert. ‘En la situación social que se está viviendo de estrés hay gente que consulta por eyaculación porque la tensión es muy grande. Es un círculo vicioso, se deteriora la relación sexual porque está relacionado con el estado del bienestar El miedo a perder el trabajo afecta. Uno pierde la capacidad de autosatisfacción’, asegura.

Ana Puigvert concluye que solucionar este trastorno es muy importante porque ‘la esfera sexual es parte de nuestro organismo y es la característica de una buena calidad de vida’. Puigvert apunta un dato: ‘se rompen más parejas por eyaculación precoz que por disfunción eréctil. Además, las personas que sufren eyaculación precoz suelen acudir a la consulta acompañadas mientras que las que sufren disfunción eréctil acuden normalmente solas, hecho que da una pista sobre la dimensión del problema, según concluye la presidenta de la Asociación española de andrología’.

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Sexo en la tercera edad …


«En el aprendizaje sexual cada quien es maestro
y discípulo de sí mismo. Este proceso de
aprendizaje termina cuando finaliza la vida»

Todos los científicos que estudian la actitud sexual y tratan de establecer un número aproximado de relaciones sexuales con relación a la edad coinciden en que entre los 16 y los 25 años existe la máxima frecuencia de relaciones sexuales.

Pasada esta edad, cada persona tiene un esquema diferente e individual de comportamiento y frecuencia sexual; este comportamiento está influenciado directamente por factores educacionales, sociales y morales.

Como ejemplo pondremos la diferencia de comportamiento sexual que existe entre un hombre del campo y uno de la ciudad, entre un religioso practicante y un ateo o no practicante, entre un hombre de la sierra y uno de la costa o del oriente.

Cuando un hombre o mujer establecen su tipo de conducta sexual y llegan con esta a la edad madura y cambian o se encuentran cerca de la vejez sufren una presión social negativa, pues muchísimas personas le califican de viejo y le quitan todo derecho de ejercer la gran mayoría de funciones y especialmente las sexuales; se ve ridiculizado cuando realiza intentos de mejorar su apariencia personal, y más aun si está acompañada de un toque de coquetería o juventud como expresión de su vitalidad y de su espíritu dinámico y emprendedor.

Existen muchos y magníficos ejemplos de hombres y mujeres que han mantenido y mantienen gran vitalidad y productividad en etapas de la vida muy avanzadas. Podemos citar como simples ejemplos a Miguel Ángel que en la séptima década de su vida construye la basílica de San Pedro en Roma; Leonardo da Vinci; Víctor Hugo; Churchill. Mujeres como Madame Courier y su trabajo en los rayos X, Golda Meir, la hermana Teresa de Calcuta.

Una investigación estadounidense demuestra que, aunque el paso de los años conlleva una reducción de la actividad sexual, la mayoría opta por seguir manteniendo relaciones pasados los 70.

Ésta es una de las principales conclusiones a las que llegó un grupo de expertos de la Universidad de Chicago tras estudiar los hábitos sexuales de 3.005 adultos (1.550 mujeres y 1.455 hombres), con edades comprendidas entre los 57 y los 85 años.

Tal y como señalan estos autores en ‘The New England Journal of Medicine’ (‘NEJM’), casi tres de cada cuatro (un 73%) adultos entre 57 y 64 años afirmaron ser activos sexualmente. Es decir, haber mantenido algún contacto sexual (sin necesidad de coito u orgasmo) durante los 12 meses anteriores a la entrevista.

Esta cifra se redujo hasta el 53% entre los participantes de 65 a 74 años y hasta un 26% entre los 75 y 85 años. Aunque este último grupo mostró una menor actividad sexual, la mitad de los que seguían manteniendo relaciones, en esta franja de edad, aseguró hacerlo con una frecuencia de dos o tres veces al mes.

Un 58% de los participantes más jóvenes (de 57 a 64 años) afirmó seguir realizando sexo oral, frente al 31% de los adultos con edades entre los 75 y lo 85 años. Al valorar la masturbación se encontró un patrón similar; mayor frecuencia en función de una menor edad.

  • Menor actividad sexual en las mujeres

En todas las edades analizadas las mujeres se mostraron menos activas sexualmente.

Y presentaron una menor probabilidad de tener un compañero sexual o estar casadas (un 40% frente al 78% de los hombres, entre los 75 y 85 años).

Este último factor puede guardar relación, comentan los firmantes, con que los hombres suelen casarse con mujeres más jóvenes o que ellos suelen fallecer a edades más tempranas.

Además, ellas fueron más propensas a considerar que el sexo no es «importante del todo». Un 41% de las de mayor edad lo calificó de esta forma.

  • Problemas sexuales

La mitad de los participantes declaró sufrir algún tipo de problema sexual. Entre los hombres, los más comunes fueron la dificultad de llegar o mantener una erección (37%); la falta de interés en el sexo (28%), alcanzar el clímax muy pronto (28%) o no llegar a él (20%) y tener ansiedad durante el acto (27%).

En las mujeres, la falta de interés (43%), las dificultades para lubricar (39%), la imposibilidad de alcanzar el clímax (34%), no obtener placer (23%) y el dolor (17%) fueron los principales trastornos.

A pesar de la alta incidencia de estos trastornos, sólo un 38% de los varones y un 22% de las mujeres habían hablado de sexo con su médico en alguna ocasión desde los 50 años. En este sentido, los expertos, dirigidos por Stacy Tessler Lindau, recalcan que «los problemas sexuales pueden ser un signo de alerta o la consecuencia de enfermedades de base seria como la diabetes, una infección, problemas urogenitales o cáncer».

De hecho, las mujeres con diabetes fueron más propensas a no tener contactos sexuales. Y los hombres con este mismo trastorno presentaron más dificultades para lograr una erección.

Entre los participantes con pareja, que se mostraron sexualmente activos, la principal razón argumentada para no mantener relaciones fue la salud del hombre (un 40,3% en el caso de ellos y un 63,2% en el de ellas).

Los problemas sexuales más que ser meros achaques de la edad suelen ser consecuencia del mal estado físico del que los sufre. «Los adultos de mayor edad con problemas médicos o que estén considerando tomar un tratamiento que pueda afectar a su funcionamiento sexual deberían recibir consejo en función de su estado de salud en lugar de su edad», afirma el documento aparecido en ‘NEJM’.

  • Tratamientos para la disfunción

El uso de pastillas (con o sin receta), dirigidas a mejorar la función sexual, estuvo presente entre un 14% de los hombres y un 1% de las mujeres. A este respecto, el autor de un comentario, aparecido en la misma publicación, recomienda que cada pareja negocie si prefiere optar estas terapias o por no mantener más relaciones.

«Los profesionales médicos deberían animar a sus pacientes de mayor edad para que se sientan cómodos a la hora de hablar sobre sus problemas sexuales y de decidir cuál de las dos opciones les encaja mejor», subraya John H. J. Bancroft, de la Universidad de Indiana (Bloomington, EEUU).

Como posible limitación del estudio, además de que los resultados se basan solamente en las respuestas aportadas por los participantes, los investigadores reconocen que no se tuvieron en cuenta los problemas sexuales de aquellos que no mantenían relaciones. Es posible que estas personas suspendieran su actividad sexual por culpa de los trastornos que padecían.

«El conocimiento por parte de los especialistas de la sexualidad en las edades más avanzadas podría mejorar la educación y los consejos a los pacientes, así como la posibilidad de identificar clínicamente el espectro de problemas sexuales relacionados con la salud, que cuentan con una gran prevalencia y pueden ser tratados», concluye el estudio.

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Cuando las mujeres dicen que han pasado una buena noche …


El buen sexo es diferente para cada mujer y no se puede formular una regla general.

Pero siempre pueden encontrarse algunas pistas…

Existen mujeres que aseguran que una buena noche de sexo depende más que nada de la preparación anterior.

Es decir, un buen vino, una buena comida, y la intención y la actitud de complacer al otro bastan.

Luego, solo hay que dejarse llevar. Otras dicen que lo que prefieren es un hombre que sepa hacerse cargo de la situación.

Así como en el tango, donde el hombre guía a la mujer para que ella se luzca. Es decir, el hombre debe saber ser firme pero sin dejar de ser un caballero, hacer que la mujer se sienta más mujer pero sin dejar que ella tome el control. La lucha escondida de poder parece ser algo divertido.

Muchas mujeres juzgan una buena noche de sexo a partir de cuanto ellos se han esforzado en complacerla. Es necesario un trabajo previo, por así decirlo. Besos en la oreja y en la nuca, besos por todas partes, susurros, suspiros y caricias. Todo lo que parece accesorio es lo que en realidad hace la diferencia de una buena noche de sexo con otra que se prefiere olvidar.

A decir verdad, no solo depende de que mujer se trate sino también de en qué momento se encuentren. Una misma mujer puede querer una cosa un día pero de seguro, al día siguiente, pretender otra cosa distinta. Un día amabilidad y delicadeza, al día siguiente arrancar las ropas y hacerlo sobre la mesada de la cocina. Si, nunca puede saberse lo que ellas quieren.

Hacerse desear, esa parece ser otras de las claves. Muchos dicen que la histeria es lo que hace girar al mundo y esto es aplicable al sexo. Caricias y besos que excitan hasta lo insoportable y aún así esperar un poco más antes de entrar en el sexo propiamente dicho. Es el juego de quien espera más, quien puede resistir más tiempo.

Parece ser que es una buena herramienta para asegurarse una mujer satisfecha al terminar la noche. También es posible que ella se aburra y se vaya. Siempre hay que correr riesgos. Ser espontaneo. El mejor sexo llega cuando menos se lo espera. Cuando los dos están excitados sin otra razón que estar uno cerca del otro, y no esperar hasta llegar al cuarto sino hacerlo ahí mismo.

Saber interpretar el ritmo. Para muchas mujeres, gran parte de llegar a un orgasmo depende del ritmo. Comenzar de forma lenta y suave y luego acelerar e intensificar. Se debe sentir a la pareja, interpretar lo que la pareja necesita en el momento preciso. Muchas mujeres se quejan del sexo automatizado, como una máquina. Es necesario que los hombres estén atentos y con todos sus sentidos alertas para los cambios de ritmos, posiciones y sensibilidades.

También hay que decir que muchas mujeres no se animan a decir lo que las hace sentir mejor, y muchas veces es difícil para los hombres adivinarlo. Un par de palabras o un pequeño movimiento de la mano pueden hacer toda la diferencia.

La conclusión que se puede sacar de todo esto es que no existen dos mujeres iguales que le satisfagan exactamente las mismas cosas. La solución: perder los miedos, despojarse de los tabúes y mucho diálogo. Preguntar qué es lo que más le gusta, probar cosas nuevas, experimentar y, sobre todo, intentar complacerla. Y cuidarla.

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Sexualidad, sensualidad y sexo …


J.T.M.Hernández — El sexo despierta, probablemente, más interés y, al mismo tiempo, más confusión que cualquier otro aspecto de la vida humana.

Concepto de sexo: A nivel puramente biológico, el sexo es un mecanismo mediante el cual los humanos, al igual que cualquier otra especie animal y vegetal evolucionada, se reproducen.

El proceso consiste en llevar una célula reproductiva masculina (espermatozoide) hacia la célula reproductora femenina (el óvulo) la cual es fecundada.

Durante 9 meses, el óvulo fecundado se desarrolla dentro de la madre y se convierte en un nuevo individuo, en una nueva vida.

Concepto de sexualidad: Es la capacidad de expresar sentimientos y emociones profundas como el amor que enriquece el espíritu y condiciona muchos aspectos del comportamiento afectivo del individuo.

La función sexual no es otra cosa que la integración armónica del sexo (netamente biológico) con la sexualidad (que se manifiesta mediante la actitudpsicológica frente al sexo e implica, al mismo tiempo, la expresión de sentimientos).

Mientras la sexualidad se limita exclusivamente a los órganos genitales, es una respuesta instintiva y tiende a la repetición, la sensualidad abre una amplia gama de posibilidades que «junto con el despertar de la imaginación» logra innovadores efectos en quienes saben cómo utilizarla.

Algunas personas suelen atribuirle la sensualidad a la mujer y la sexualidad al hombre. Pero, la verdad es que ambos tienen una porción de cada una en su personalidad, tal como los dos comparten lo masculino y lo femenino en su ser. La combinación perfecta incluye sensualidad y sexualidad por igual, un lado sensible y dulce con un aspecto práctico y directo. De hecho, si la relación carece del aspecto sensual, pronto se llega a la monotonía y al consecuente aburrimiento.

Una mirada sugestiva, un suspirar al oído o una caricia en el lugar adecuado pueden decir más que mil palabras. Y, lo más importante, de esto es que conlleva la magia de iniciar un juego inagotable que invita a explorar las posibilidades de los cinco sentidos, sin limitarse específicamente al acto sexual.

  • No se nace, se hace

La sensualidad, lejos de ser un instinto, es algo que se aprende , la mayoría de las veces, por imitación. Pero, para poder ser sensual necesitas estar en armonía con tu interior, tener confianza en ti misma y sentirte bien con tu forma de ser.

La sensualidad es una postura ante la vida es una forma de relacionarnos con los demás en todos los aspectos, no necesariamente buscando un encuentro sexual. Lo interesante es que cualquier persona puede ser sensual si se lo propone, lo único que necesita es tener su autoestima alta y saber expresarse a través de los sentidos de manera asertiva.

Con estas dos herramientas provocarás reacciones en las personas que te rodean. Y los beneficios de ser notada son muchos: desde el gusto que puedan sentir las personas cuando están a tu lado, hasta la satisfacción de sentirte deseada por el simple hecho de saber cómo mirar o tocar a tu pareja.

  • Despertando el deseo

Una persona sensual es aquella que provoca atracción o reacción en los sentidos de otra. Pero, para cautivar a tu pareja no sólo es necesario que sepas utilizar tus sentidos, también debes tener en cuenta otros aspectos de tu persona que conforman el concepto de sensualidad: tu forma de ser, de vestirte, hablar y moverte.

1. Tu forma de ser denota quién eres realmente y de dónde provienes. Es importante que aprendas a conocerte y logres confianza en ti misma para llegar a ser una persona sensual.

2. A través de tu vestimenta las personas juzgan tus gustos y preferencias. Pueden definir rasgos de tu persona y, en algunos casos, hasta tu profesión. Es importante que poseas un estilo propio y no te esfuerces en «producir» uno determinado para agradar: lo más seguro es que termines por sentirte incómoda y los demás lo noten.

3. Aquello de que «por la boca muere el pez» suele ser bastante cierto. A través de tus palabras y tono de voz indicas datos adicionales que pueden ir desde tu estado de ánimo hasta tu nivel cultural. Recuerda que ser educada, culta y sofisticada son atributos de una persona sensual. Otra cosa que debes tener en cuenta es la modulación y dicción: por lo general, las personas que hablan muy duro o rápido suelen provocar tensión en quienes las rodean.

4. Saberse mover es todo un arte. Si tus gestos son bruscos y secos, seguramente inspirarás más apatía y torpeza que amor. No olvides que tu imagen exterior es lo primero que la gente ve y que no importa cuán interesante sea tu manera de ser, lo que digas o tu forma de vestir: si no combinas este conjunto de cosas con los gestos adecuados, nunca despertarás la curiosidad en los demás.

  • El imperio de los sentidos

La sensualidad emana a través de los sentidos y saber cómo explotar su potencial es importante para revitalizar el deseo de tu pareja.

Si quieres volverlo loco, es importante que tengas en cuenta lo siguiente:

1. Olfato: el olor natural de una persona puede desencadenar un vivo deseo en su pareja y además define la esencia de cada persona, pero es importante tener en cuenta que los olores fuertes no producen una respuesta positiva en la mayoría de las personas.

2. Oído: hay muchos sonidos que tienen un carácter extremadamente erótico: los gemidos, jadeos e incluso el sonido que produce un beso puede ser suficiente para excitar a tu pareja.

3. Vista: a través de la mirada se pueden expresar todas las emociones posibles y producirlas también, por lo que saber qué efectos producen en las personas es muy importante para la sensualidad.

4. Tacto: a través del tacto exploras el cuerpo de tu pareja y encuentras zonas específicas en las que una determinada caricia puede producir una respuesta inmediata.

5. Gusto: besar es uno de los placeres más grandes de la vida en pareja. El intercambio de afecto que produce un beso es determinante para poner alerta a los otros sentidos. También debes prestar especial atención a tu higiene bucal: una boca mal cuidada o el mal aliento arruinan lo que los demás sentidos logran.

  • El yin-yan de la sensualidad

Tanto mujeres como hombres pueden explotar su sensualidad. Sin embargo, muchas personas tienden a asociar el comportamiento con el género femenino exclusivamente. Lo ideal es que el hombre sepa que ser sensual no implica afeminamiento.

Si bien la sensualidad femenina es más delicada, evidente y aceptada socialmente, el hombre posee su propia forma de expresarla: ser viril, galante, caballeroso y educado son algunas de las características que todo hombre sensual debe poseer. Además, la sensualidad masculina viene dada por una confianza bastante grande en sí mismo que le permita expresarse con soltura y sentirse bien con su forma de ser.

  • Contra la monotonía

La sensualidad debe estar estrechamente ligada a la sexualidad cuando de vida en pareja se trata. Algunas parejas sienten que la cotidianidad del «matrimonio» mata la magia de las relaciones sexuales, pero los verdaderos culpables de dejar que la chispa se extinga son las personas que llevan esa relación.

No cabe duda de que con el matrimonio cambia la relación sexual. Es posible que se convierta en algo monótono, pero precisamente por eso se debe prestar especial atención a la estimulación de la sensualidad para, a partir de ahí, recuperar la sexualidad. La sensualidad tiende a la innovación, despierta la curiosidad y la imaginación debido a que no es tan limitativa como la sexualidad.

  • Sexo

Diferencia física y de conducta que distingue a los organismos individuales, según las funciones que realizan en los procesos de reproducción. A través de esta diferencia, por la que existen machos y hembras, una especie puede combinar de forma constante su información genética y dar lugar a descendientes con genes distintos. Algunos de estos descendientes llegan a adaptarse mejor a las posibles variaciones del entorno.

El sexo está presente en todos los niveles de organización biológica, excepto en los virus. Ya en los niveles más simples, las bacterias intercambian un cromosoma sencillo y largo que pasa desde el macho (por analogía), o célula donante, a la hembra, o célula receptora. En grupos más avanzados, los seres multicelulares tienen órganos especializados (gónadas), que producen células sexuales (gametos).

En el momento de la fecundación, la información genética se transfiere desde unos espermatozoides pequeños y móviles (gametos masculinos), a unos óvulos más grandes (gametos femeninos). Muchos organismos, entre los que se incluye a la mayoría de las plantas, muchos protozoos e invertebrados y algunos peces, poseen tanto gónadas masculinas como femeninas y se denominan hermafroditas (véase Hermafroditismo).

Sin embargo, en los organismos hermafroditas es rara la autofecundación. Los órganos reproductores masculinos y femeninos suelen madurar en distintos momentos, que coincidan con la maduración de otros individuos, lo que hace posible una fecundación cruzada. Es frecuente en el mundo de los peces la sucesión de sexos en el mismo individuo pero de modo completo, es decir, el pez es totalmente macho o totalmente hembra según el momento de su vida.

  • Sexualidad

Conjunto de fenómenos emocionales y de conducta relacionados con el sexo, que marcan de forma decisiva al ser humano en todas las fases de su desarrollo.

El concepto de sexualidad comprende tanto el impulso sexual, dirigido al goce inmediato y a la reproducción, como los diferentes aspectos de la relación psicológica con el propio cuerpo (sentirse hombre, mujer o ambos a la vez) y de las expectativas de rol social.

En la vida cotidiana, la sexualidad cumple un papel muy destacado ya que, desde el punto de vista emotivo y de la relación entre las personas, va mucho más allá de la finalidad reproductiva y de las normas o sanciones que estipula la sociedad.

Además de la unión sexual y emocional entre personas de diferente sexo (véase Heterosexualidad), existen relaciones entre personas del mismo sexo (véase Homosexualidad) que, aunque tengan una larga tradición (ya existían en la antigua Grecia y en muchas otras culturas), han sido hasta ahora condenadas y discriminadas socialmente por influencias morales o religiosas.

Durante siglos se consideró que la sexualidad en los animales y en los hombres era básicamente de tipo instintivo (véase Instinto). En esta creencia se basaron las teorías para fijar las formas no naturales de la sexualidad, entre las que se incluían todas aquellas prácticas no dirigidas a la procreación.

Hoy, sin embargo, sabemos que también algunos mamíferos muy desarrollados presentan un comportamiento sexual diferenciado, que incluye, además de formas de aparente homosexualidad, variantes de la masturbación y de la violación. La psicología moderna deduce, por tanto, que la sexualidad puede o debe ser aprendida.

Los tabúes sociales o religiosos —aunque a veces han tenido su razón de ser en algunas culturas o periodos históricos, como en el caso del incesto— pueden condicionar considerablemente el desarrollo de una sexualidad sana desde el punto de vista psicológico.

El neurólogo Sigmund Freud postuló la primera teoría sobre el desarrollo sexual progresivo en el niño, con la que pretendía explicar también la construcción de una personalidad normal o anormal en el mismo. Según Freud, el desarrollo sexual se inicia con la fase oral, caracterizada porque el niño obtiene una máxima satisfacción al mamar, y continúa en la fase anal, en la que predominan los impulsos agresivos y sádicos.

Después de una fase latente o de reposo, se inicia la tercera fase del desarrollo, la genital, con el interés centrado en los órganos sexuales (véase Aparato reproductor). La alteración de una de estas tres fases conduce, según la teoría de Freud, a la aparición de trastornos específicos sexuales o de la personalidad. Con el paso del tiempo, algunas de las tesis postuladas en su teoría del psicoanálisis han sido rechazadas, en especial sus teorías sobre la envidia del pene y sobre la vida sexual de la mujer.

A partir de la década de 1930, comenzó a realizarse la investigación sistemática de los fenómenos sexuales. Posteriormente, la sexología, rama interdisciplinar de la psicología, relacionada con la biología y la sociología, tuvo un gran auge al obtener, en algunos casos, el respaldo de la propia sociedad, principalmente durante los movimientos de liberación sexual de finales de la década de 1960 y principios de la de 1970.

Los primeros estudios científicos sobre el comportamiento sexual se deben a Alfred Charles Kinsey y a sus colaboradores. En ellos pudo observarse que existen grandes diferencias entre el comportamiento deseable exigido socialmente y el comportamiento real.

Asimismo, se observó que no existe una clara separación entre el comportamiento heterosexual y el homosexual ya que, según encuestas de esa época, el 10% de las mujeres y el 28% de los hombres admitían tener comportamientos homosexuales y un 37% de los hombres estar interesados en la homosexualidad. En la década de 1960, William H. Masters y Virginia E. Johnson investigaron por primera vez en un laboratorio los procesos biológicos de la sexualidad, elaborando el famoso «Informe de Masters y Johnson».

Actualmente, en el límite de las formas ampliamente aceptadas de comportamiento sexual se encuentran las llamadas perversiones. La evolución en los usos y costumbres y el ensanchamiento del margen de tolerancia ha hecho que conductas consideradas tradicionalmente perversas se admitan como válidas en el marco de los derechos a una sexualidad libre.

Sólo en los casos de malestar o de conflicto del propio individuo con sus tendencias, o en aquellos en los que se pone en riesgo la integridad física y moral de terceros, se impone la necesidad de tratamiento psicoterapéutico. La sexualidad, en definitiva, no debe apartarse de dos principios fundamentales: el mutuo consentimiento y la superación de la autocensura, para que cada individuo se acepte a sí mismo, aunque ello exija a veces lograr el difícil equilibrio entre las inclinaciones individuales y ciertos prejuicios y atavismos sociales.

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