De la Santa Fe…
Ley XIX. Que la fe administre a los indios que tuvieran capacidad para recibir el Santísimo Sacramento de la Eucaristía” Leyes de Indias
(Libro I, Título I, De la Santa Fe Católica. Reinado de Felipe II)

MEER(F.C.A.Sanchez) — La impresión de las Doctrinas no debe considerarse un invento exclusivo del Viejo Mundo ni limitarse a ser vista solo como una herramienta para algunos libros.
La primera imprenta sudamericana funcionó en la República del Perú en Lima a partir del año 1584, estableciéndose como una empresa autárquica, lo que significaba que operaba de manera independiente y autosuficiente, produciendo no solo libros, sino también materiales esenciales para la educación y la evangelización.
Sin embargo, en la República de México, la imprenta apareció en 1539 con el propósito de difundir la Santa Fe Católica y, con ella, los sacramentos.
Desde el primer tercio del siglo XVII, los Padres de las Misiones, religiosos dedicados a la evangelización y la enseñanza, contaban con una imprenta en su orden, donde se editaban libros para la catequesis, especialmente en lengua indígena. De esta manera, se cumple con las leyes indianas, pero con un claro compromiso con la educación y el oficio dentro de las culturas locales.
La Orden Jesuita, al establecerse en Misiones, en la provincia de la actual República Argentina, creó su propia imprenta, donde era obligatorio conocer la lengua aborigen para la evangelización. Esta enseñanza se impartía en Lima, y el conocimiento de las lenguas indígenas se convirtió en una herramienta esencial para los misioneros en su labor evangelizadora en el Nuevo Mundo.
Como es sabido, un sínodo (asamblea) en Lima había establecido tiempo atrás la obligatoriedad para los misioneros de conocer las lenguas aborígenes y utilizarlas en la evangelización. Desde 1570, funcionó en Lima la cátedra de idiomas indígenas, un espacio académico donde se formaban los misioneros en el uso de estas lenguas.
En su República Cristiana de las Misiones, territorio colonial español, los jesuitas llevaron al límite esta consigna, integrando el aprendizaje de las lenguas nativas en su formación.

Pasó mucho tiempo para que la Santa Fe Católica llegara a la República del Paraguay, un proceso lleno de desafíos que requirió un esfuerzo conjunto de los misioneros, las comunidades indígenas y los reinados de Portugal en Sudamérica.
Sin embargo, los indígenas ya evangelizados trabajaron en las misiones cosiendo libros, manejando prensas y realizando encuadernaciones.
Poco a poco, la Santa Fe Católica mostró cómo los indígenas no eran solo receptores pasivos de la evangelización, sino también agentes activos en la difusión de la doctrina cristiana.
Su participación en la producción de libros fue crucial para la educación de sus comunidades, lo que les permitió acceder a las enseñanzas de la fe de una manera más directa y comprensible.
Sin embargo, la Doctrina debía mostrarse con imágenes para ayudar a los no conversos a adoptar sus enseñanzas sobre el pecado, la misericordia de Dios y el diablo, poco conocidos por ellos, así como por los esclavos y mulatos analfabetos.
Este enfoque visual era fundamental, ya que muchas comunidades indígenas y no indígenas carecían de un sistema de escritura desarrollado y dependían de la oralidad y de las representaciones visuales para comprender conceptos abstractos.
Por tanto, para cumplir con la misión de la Santa Fe Católica, la imprenta debía considerar este aspecto ilustrativo, produciendo no solo textos, sino también imágenes que acompañaran las enseñanzas.
Así, en todas las Misiones aparecieron talleres de pintura, escultura y grabado. Estos talleres no solo eran espacios de producción artística, como la escuela de arte de los ángeles arcabuceros del Virreinato del Perú y la República de Bolivia, o de imágenes religiosas de una sola pieza con ojos de vidrio en la República de Colombia, sino también centros de aprendizaje donde se enseñaba a los indígenas a crear imágenes que representaran los relatos bíblicos y los principios de la fe católica.
Para mediados del siglo XVII, en este Nuevo Mundo surgió también el arte de los copistas en las Misiones. Esta práctica, que involucraba la creación de objetos y ornamentos, se utilizaba como una forma de expresión cultural que combinaba elementos indígenas y cristianos. También se desarrolló la confección de instrumentos de viento y cuerda, así como conocimientos sobre agricultura y construcción.

La Orden Jesuita en América del Sur creó una escuela de evangelización con su universidad en Córdoba y sus misiones.
En este contexto, la educación se convirtió en un pilar fundamental del trabajo jesuita, y sus instituciones educativas se destacaron por su rigor académico y su compromiso con la formación integral de los estudiantes.
La Universidad de Córdoba, en particular, se convirtió en un centro de conocimiento y un modelo para otras instituciones de la región.
Cuatro siglos después, un miembro de esa orden que, desde joven, cada mañana antes de tomar el autobús para ir a trabajar, pasaba por la parroquia a recibir del sacerdote la Santa Fe Católica de la Eucaristía, mantenía viva la práctica de la fe en este territorio.
Luego, mientras viajaba en el autobús, oraba al Señor con la misma esperanza de recibir el banquete celestial, como aquellos jesuitas de antaño.
Hoy, ese miembro de la Orden Jesuita ocupa el lugar de Roma en la Santa Sede y, con la misma doctrina jesuita, usando aquellos mismos zapatos gastados, se hizo llamar Francisco, el Papa. Su elección ha traído consigo un enfoque renovado en la pastoral, la inclusión y la justicia social, valores que han sido parte de la misión jesuita desde sus inicios en la América colonial.
La imprenta en las Misiones y la labor de los jesuitas son un testimonio del impacto que la educación y la evangelización pueden tener en la transformación de las sociedades. A través de sus esfuerzos, los jesuitas no solo promovieron la fe católica, sino que también contribuyeron al desarrollo cultural y educativo de las comunidades indígenas, dejando un legado que perdura hasta el día de hoy.
La campaña de la historia de la Santa Fe Católica en América del Sur es, por lo tanto, una historia de encuentros, aprendizajes y transformaciones, tanto individuales como colectivas, en la que la fe se convierte en un vehículo para la comprensión mutua y la creación de oficios, todo ello en la espera de recibir el banquete celestial prometido.
nuestras charlas nocturnas.
Mochila de 72 horas: ¿qué alimentos debo incluir para que me ayuden a sobrevivir y a disminuir el estrés?…

The Conversation(I.P.Gómez/A.B.S.Robles) — El pasado 26 de marzo, la Unión Europea publicó una guía donde instaba a los ciudadanos a disponer de un kit que permita la supervivencia de una familia durante tres días.
Más allá de la alarma que provoca la posibilidad de un conflicto armado, el mensaje de la UE pretende que todos estemos preparados para una emergencia, incluyendo catástrofes naturales –como la dana de Valencia– o pandemias como la del covid-19.
La “mochila para 72 horas” no es algo nuevo. Ya existían recomendaciones desde organismos como UNICEF para países donde los desastres climáticos son frecuentes.
Y el nombre no se eligió al azar: mochila porque debe ser algo cómodo de transportar, y 72 horas porque es el tiempo que tardan en llegar los servicios de emergencia.
Dentro de esa mochila debemos guardar cosas diversas, pero es muy importante incluir comida que nos proporcione la energía y los nutrientes necesarios. Además, deben ser alimentos de larga vida útil, fáciles de transportar y de consumir.
– Lo más básico
El primer producto de la lista es el agua, el nutriente más necesario. Se puede sobrevivir semanas sin comida, pero sin agua sólo días. ¿Y cuánta? Pues depende de muchos factores, entre ellos el clima.
El mínimo es un litro de agua diario por persona, y se puede incluir también alguna pastilla potabilizadora. Además, hay que pensar en los elementos minerales. No sería mala idea algún sobre de suero fisiológico, o geles rehidratantes.
Por lo demás, los alimentos que elegiríamos serían principalmente liofilizados (leche en polvo, sopas de sobre, etc.) y enlatados o barritas energéticas. También debemos pensar si alguien tiene necesidades especiales, como ancianos o personas con intolerancias alimentarias. Y en caso de que haya bebés, es necesario incluir leche de fórmula.
– ¿Puede la dieta ayudarme a lidiar con el estrés?
Recordemos que es un kit básico para sobrevivir a una situación de emergencia, muy distinto a nuestra alimentación normal. Hay que revisarlo para retirar los productos que van caducando, aunque seguramente no lo tengamos que utilizar.
Pero ¿qué ocurre si nos vemos obligados a hacer uso de su contenido? ¿Pueden los alimentos almacenados ayudarnos a disminuir el estrés de la situación?
En momentos de estrés sostenido nuestro cuerpo sufre los efectos negativos del cortisol, la principal hormona que se libera. Al mismo tiempo, disminuyen la serotonina y la melatonina, responsables de nuestra sensación de bienestar y estado de ánimo positivo.
La buena noticia es que hay alimentos que bien bajan el cortisol, o bien aumentan la serotonina y la melatonina. Y podemos meterlos en nuestra mochila.
- Chocolate negro: las variedades con 75 % o más de cacao contienen gran cantidad de flavonoides. Estas moléculas han demostrado disminuir el cortisol. También son unos grandes antioxidantes que ayudarán a nuestro corazón.
- Frutos secos: son ricos en magnesio y potasio, que ayudan a disminuir el cortisol en sangre y, además, aumentan la melatonina.
- Legumbres: no solo son fantásticas para evitar la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardiovasculares, sino que también pueden mantener a raya el cortisol.
- Pescado azul: sus ácidos grasos omega-3 son conocidos por sus beneficios para la salud cardiovascular, a lo que se suma su efecto modulador sobre el eje hipotálamo-hipófisis-adrenales y la liberación de cortisol.
- Lácteos: ¿quién no se ha tomado un vaso de leche caliente antes de ir a la cama? Su alto contenido en triptófano, aminoácido que utilizamos para sintetizar la serotonina y la melatonina, hace que durmamos mejor y estemos más tranquilos.
En resumen, algunas latas de legumbres y de pescado azul, una tableta de chocolate negro, frutos secos y un paquete de leche en polvo pueden proporcionarnos la energía necesaria para la espera. Y también un plus de tranquilidad que agradeceremos.

– Más allá de las 72 horas: alimentos para evitar las consecuencias del estrés
A menudo no hace falta experimentar una situación de emergencia: la mayoría vivimos en un estado constante de inquietud. Pero podemos conseguir que esa incómoda sensación de estrés y ansiedad se reduzca; sólo tenemos que poner un poco de nuestra parte.
Pequeños cambios en nuestros hábitos juegan a nuestro favor. ¿Qué tal si quedamos con los amigos, salimos al campo de excursión y terminamos con una buena ensalada y algo de fruta? ¿Mejor un paseo por la playa y un espeto de sardinas?. Ambas son versiones de la dieta mediterránea.
Porque el término “dieta” no sólo describe lo que comemos: también hace referencia al ambiente, el ejercicio físico o la interacción social. Todos son aspectos que han demostrado su función como antidepresivos y ansiolíticos.
Son muchos los estudios que demuestran que la dieta mediterránea es un excelente “estilo de vida” para mejorar nuestra salud física y mental. El aceite de oliva, su principal protagonista, nos aporta multitud de beneficios. Es antihipertensivo, antioxidante y también ansiolítico. Junto a una gran variedad de frutas, verduras, legumbres, frutos secos, y pescado, conforma el patrón de dieta más recomendado para mantener alejados el estrés y la ansiedad.
Una excelente elección, no solo para cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, también el planeta. Disfruten de la buena compañía y los buenos alimentos. Es la mejor mochila para hacer frente al estrés, y estar de paso bien preparados.
nuestras charlas nocturnas.
Trama: El sobre…

MEER(M.Estevez) — Me despertó el sol de la mañana. La luz caía sobre la colcha formando dibujos. Retuve el aroma de los jazmines que traían recuerdos de otros años, de otras mañanas. De pronto alguien tocó la puerta: “Vengo a traer una carta”… Me incorporé despacio. Mis pies rozaron la alfombra. Después tomé un saco y me lo abroché confundida mientras me acercaba al picaporte.
¡Sí! Efectivamente una carta me había sido enviada. Reconocí mi nombre escrito a mano, con tinta azul y en una caligrafía que no me era familiar. Instintivamente di vuelta el sobre, descubriendo, para mi sorpresa, que no indicaba remitente. Lo apoyé en la mesa del comedor y me quedé observándolo a la distancia.
Era un sobre más bien pequeño, de papel de seda con reborde rayado, parecía de esos que se utilizan para correo aéreo. Me intrigó. Me ilusionó. Me alegró. Y esta imagen, como un eco, retumbó en algún lugar profundo.
Nunca fui de ansiar aquella carta o llamada que nunca llega, o de soñar con el amor perdido u olvidado; pero ese día sin motivo aparente, ni racional fundamento, deseos desconocidos me invadieron el alma. Tal vez fue el encanto, en nuestros días infinitamente potenciado por su extravagancia, de esta forma de comunicación, que guarda la belleza de lo dicho con la inspiración de la mano.
¡¿No lo sé?! Quizás fue simplemente el azar, el que quiso que esa mañana, y en ese instante, mágicamente me diera permiso para soñar. Me deje llevar y fantaseé infinitas posibilidades sobre lo que podría contener la extraña misiva. Inicié así un viaje imaginario en el que yo era la protagonista, la heroína, la mujer amada, la abanderada de una causa noble, una invitada especial a experimentar los secretos de la alquimia.
Es sabido que todo viaje (aún el imaginario) cuando es sorpresivo, no programado, nos produce cierto estado de anarquía, movimientos sísmicos que nos expulsan de nuestra cotidianidad. A veces es esta distancia la que nos permite tener otra visión de nuestra propia existencia. Empecé ese viaje, acepté el riesgo, y disfruté la posibilidad de verme transformada por la experiencia.
Así sin darme cuenta, ni de cómo ni porqué, me encontré frente a mi misma, indagando en mi interior más profundo, cuestionando mis creencias, mis ritos y mis promesas, replanteándome la seguridad de lo viejo y lo gastado, reavivando antiguas vocaciones, valorando mis afectos más sinceros, animada con otra fuerza.
Sospecho que a esta altura del relato se estarán preguntando… Al fin de cuentas, ¿abrió el sobre? ¿De quién era la carta? ¿Qué contenía? En honor a la verdad, les debo confesar (con sutil, pero muy sutil, desazón) que lo que ocurrió después realmente posee tal insignificancia que prefiero omitir su relato, ya que temo incluso ponerle un tono jocoso a mi maravillosa vivencia.

Lejos de mí está el romper la ilusión creada.
En definitiva, si algo me enseñó el sobre, es que el mundo no es otro que aquel que nosotros queremos ver.
P.D.: El universo de lo manuscrito, donde la ilusión y la espera son protagonistas.
La mano sobre el papel, el trazo de la tinta, el peso de la carta como objeto tangible.
La escritura manuscrita le otorga una singularidad irrepetible: la presión de la tinta, la inclinación de las letras, los pequeños titubeos que revelan el pulso de quien escribe.
El tiempo de espera entre el envío y la respuesta. Espacio de reposo, La carta viaja, cruza manos desconocidas, descansa en estantes, espera su momento.
No solo transporta palabras, sino la huella de quien la sostuvo, el roce de unos dedos, el perfume del papel.
En cada sobre que llega, hay más que tinta: hay presencia, hay memoria, hay el eco de un abrazo a la distancia.
Quizás por eso Emily Dickinson escribió: “Una carta te hace sentir inmortal, porque es solo la mente del amigo, sin el cuerpo”.
Y, quizás por eso, recibir una carta nos devuelve por un instante la ilusión de vencer el tiempo. Y es por todo eso que si alguna vez alguien decide escribirme una carta en papel que sepa que me hará feliz.
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El cometa Borisov y la importante vigilancia de los objetos interestelares…

The Conversation(J.M.T.Rodríguez) — Los cometas y asteroides han captado la curiosidad humana desde hace mucho tiempo.
Hasta hace poco, todos los ejemplos documentados pertenecían a nuestro sistema solar.
Esto cambió con el descubrimiento del primer objeto interestelar conocido, 1I/2017 U1 (‘Oumuamua), en 2017.
Dos años después, el astrónomo aficionado de Crimea Gennady Borisov descubrió un segundo objeto interestelar, dando nombre al primero de naturaleza cometaria: 2I/Borisov. Ambos proceden del espacio interestelar, tras formarse alrededor de alguna otra estrella.
Ahora publicamos un estudio sobre el cometa 2I/Borisov, realizado parcialmente desde el telescopio robótico Joan Oró, localizado en el Observatori del Montsec, en el que analizamos en detalle su evolución y propiedades.
Además, destacamos la dificultad que supone la creciente contaminación lumínica para detectar estos objetos en un futuro.
– ¿De dónde procede Borisov?
En las etapas iniciales de la formación de nuestro sistema planetario, los planetas gigantes participaron en dispersar gravitatoriamente asteroides y cometas que se encontraban a su paso.
Hoy en día los modelos dinámicos que explican mejor las características actuales del sistema solar indican que se produjo una eyección masiva de pequeños cuerpos. Este fue posiblemente el mecanismos que lanzó el cometa 2I/Borisov al espacio interestelar, pero desde otro sistema planetario.
Una vez esos asteroides y cometas abandonaron otros sistemas planetarios se convirtieron en objetos errantes. Sin embargo, cuando se produce un encuentro fortuito con otras estrellas su historia dinámica puede cambiar. Eso fue precisamente lo que les ocurrió a ʻOumuamua y al cometa 2I/Borisov cuando cruzaron a toda velocidad nuestro sistema planetario.
Una vez interaccionaron gravitatoriamente con el Sol regresaron al espacio interestelar.

– La vigilancia del cometa 2I/Borisov
Los cometas son objetos difusos, generalmente de pocos kilómetros de diámetro. Como están compuestos por hielos, desarrollan una brillante y extendida envoltura de gas y polvo llamada coma. Cuando se adentran lo suficiente en el sistema solar pueden desarrollar colas mucho más extensas al encuentro con el Sol, que los hacen reconocibles en las imágenes estelares.
A medida que el comenta Borisov viajaba por el sistema solar interior, compilamos observaciones utilizando telescopios de tamaño mediano. Queríamos comprender mejor su evolución fotométrica. Estos datos son cruciales para obtener información sobre su tamaño y composición, y sobre cómo se comportan cuando se exponen a la radiación del Sol después de millones de años en el espacio interestelar.
2I/Borisov es el primer cometa interestelar jamás observado, y conocer su comportamiento es de gran interés científico.
La apariencia débil y difusa en nuestras observaciones muestra el reto observacional que suponía, incluso para telescopios de mediano tamaño.

Aún así, la importancia de los telescopios de menos de un metro se demostró con el descubrimiento y con el seguimiento que realizaron decenas de observatorios. Los astrónomos aficionados, como el mismo Gennady Borisov, realizan una labor fundamental en el seguimiento de estos objetos, complementaria a la que realizan los observatorios profesionales.
– Las observaciones del telescopio espacial Hubble
Las imágenes obtenidas por el telescopio espacial Hubble nos maravillaron por su detalle y permitieron conocer mejor las dimensiones del cometa.
Fruto de ellas, un equipo internacional liderado por David Jewitt estimó que 2I/Borisov poseía menos de 1 km de diámetro y fue capaz de detectar su fragmentación posterior el 30 de marzo de 2020.

Un equipo liderado por D. Bodewits descubrió en la coma de 2I/Borisov moléculas generadas en la sublimación de hielos y materia orgánica, aunque estaba dominada por monóxido de carbono (CO), mucho más abundante que el agua. La envoltura gaseosa también contenía cianuro (CN), azanida (NH2), hidróxido (OH) y cianuro de hidrógeno (HCN), entre otros.
Esa envoltura gaseosa producida al sublimarse el núcleo del cometa se mantuvo activa mientras el objeto pasó a menos de seis unidades astronómicas (unos 897 millones de kilómetros) del Sol. Sospechamos que la relativamente pobre sublimación observada es consecuencia de una sumamente larga estancia en el medio interestelar, que supuso una pérdida significativa de compuestos volátiles.
La razón es que, en ese entorno extremo, las superficies de estos cometas vagabundos estarían sujetas durante decenas de millones de años a la radiación cósmica, siendo procesadas térmicamente y alterando su composición superficial.
– El efecto de la contaminación lumínica
Las cámaras digitales se ven muy afectadas por el creciente empeoramiento de la calidad del cielo nocturno, particularmente en las longitudes de onda que emiten las tan de moda lámparas led.
Y es precisamente el brillo creciente del fondo del cielo la razón principal de que los cometas puedan pasar desapercibidos para los astrónomos hasta que no son lo suficientemente brillantes.
La adopción de políticas adecuadas a la preservación del cielo oscuro en la planificación urbana de todo el mundo desempeñará un papel fundamental en la preservación de los observatorios y en la garantía de condiciones óptimas para la investigación astronómica.
El problema crece sin control, como ejemplifica que el propio Observatorio Paranal en Chile denunciase a principios de año el impacto negativo de un proyecto industrial en la calidad de sus observaciones.
Ante este reto observacional que afrontamos, resulta cada vez más acuciante la necesidad de crear un sistema de detección espacial de asteroides y cometas.
Una serie de telescopios en órbita permitirían monitorizar todo el cielo alrededor de la Tierra para no dejar al azar ningún encuentro fortuito. Aun así, esperamos que el nuevo programa de patrullaje del firmamento LSST del Observatorio Vera Rubin permita descubrir nuevos cometas interestelares.
Si bien es cierto que el riesgo de impacto por un cometa se estima en un orden de magnitud inferior al que se asocia a los asteroides, los cometas interestelares añaden otra fuente de objetos a esa ecuación. Para aprender más sobre esos esquivos cometas, la futura misión Comet Interceptor de la ESA es el marco en el que se ha presentado este trabajo sobre el cometa 2I/Borisov.
Parece sumamente improbable que el impacto con un cometa del tamaño del 2I/Borisov ocurra en los próximos cien millones de años pero, por si acaso, todos querríamos estar informados a tiempo.
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Espionaje en Berlín: un viaje de autodescubrimiento…

MEER(L.Díaz) — En cada visita a Berlín, la ciudad me ofrece algo nuevo. Esta vez, me llevó por un camino que nunca había imaginado recorrer: el mundo del espionaje. Berlín, con su historia marcada por divisiones, muros y conspiraciones, es el lugar perfecto para un museo como el Deutsches Spionagemuseum. Decidí aventurarme allí una tarde, y lo que encontré superó cualquier expectativa.
-Un museo que despierta tu espía interior
Desde el momento en que crucé la entrada, sentí que estaba entrando en un set de película de espías. Las luces, los sonidos y el diseño moderno del museo crean un ambiente que inmediatamente te envuelve. Al principio, fui recibida por una línea de tiempo que narraba la evolución del espionaje, desde los mensajeros secretos de la antigüedad hasta los hackers modernos.
¿Sabías que el espionaje tiene raíces que se remontan a miles de años atrás? Lo que comenzó como mensajes ocultos en textiles o pergaminos se ha transformado en complejos algoritmos y redes globales.
Cada exhibición parecía una puerta a una dimensión diferente. Había vitrinas repletas de gadgets que solo había visto en películas: cámaras diminutas ocultas en botones, paraguas que disparaban dardos venenosos y máquinas de escribir que en realidad eran herramientas de cifrado.
Uno de los objetos que más me impactó fue una réplica de la famosa máquina Enigma, utilizada por los alemanes durante la Segunda Guerra Mundial para cifrar mensajes. Descubrí cómo el esfuerzo por descifrarla no solo cambió el rumbo de la guerra, sino también la historia de la computación.

– La adrenalina del túnel láser
Uno de los momentos más emocionantes de mi visita fue probar el túnel láser. Este desafío interactivo te invita a sentirte como un verdadero espía en plena misión: tu tarea es atravesar un pasillo lleno de rayos láser sin tocarlos. Me agaché, salté y me moví con torpeza, pero la experiencia fue inolvidable. A medida que avanzaba, no podía evitar imaginarme en una película, escapando con información crucial mientras el tiempo corría en mi contra.

El lado humano del espionaje
El museo no se queda solo en los gadgets y las emociones. A través de historias reales, me sumergí en el lado humano del espionaje. Aprendí sobre agentes encubiertos que arriesgaron todo, no por fama o fortuna, sino por ideales. Historias de traiciones, sacrificios y dilemas éticos que me hicieron reflexionar sobre lo complicado que debe ser vivir una vida en las sombras.
Por ejemplo, había una sección dedicada a la Guerra Fría, un período en el que Berlín fue el epicentro de las intrigas internacionales. La ciudad, dividida por el Muro, era el escenario perfecto para espías que se movían entre el este y el oeste. Los artefactos expuestos, como documentos falsificados y herramientas de vigilancia, daban vida a ese período de tensión constante.

– Más que un museo: una experiencia transformadora
Al salir del museo, me sentí diferente. No solo había aprendido sobre la historia del espionaje, sino que también había comenzado a mirar el mundo con nuevos ojos. Pensé en todas las pequeñas acciones que suceden a nuestro alrededor, las redes invisibles de información y las historias que nunca llegamos a conocer.
El Deutsches Spionagemuseum no es solo un lugar para los amantes de las películas de espías; es un recordatorio de que la verdad a menudo está oculta, y de que cada historia tiene más de un lado. Berlín, con sus cicatrices y su resiliencia, sigue siendo el mejor lugar para explorar estos misterios.
Si alguna vez visitas la ciudad, no dejes pasar la oportunidad de convertirte en espía por un día. Quizás, como yo, salgas con una nueva perspectiva sobre el mundo.
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Nuestras ciudades nos enferman más de lo que creemos, pero también pueden sanarnos…

The Conversation(S.M.Pérez/I.M.M.Pérez) — Las ciudades han sido, desde siempre, sinónimo de civilización.
Desde las majestuosas urbes de Mesopotamia y Egipto hasta la Roma imperial, el urbanismo ha ocupado un lugar preponderante en la gestión gubernamental.
En Europa, con los cambios urbanos del siglo XIX, auspiciados por el movimiento higienista, las ciudades se transformaron drásticamente, organizándose en torno a un núcleo central rodeado de una periferia en constante expansión.
Este modelo radial y centrífugo sigue vigente hoy en día, aunque con nuevas dinámicas.
Las ciudades son el epicentro de la vida moderna ya que confieren mejores oportunidades de desarrollo individual.
Sin embargo, para muchas personas con enfermedades crónicas como la fibromialgia, también pueden ser una fuente de constante sufrimiento.
¿Cómo es posible que el entorno en el que vivimos pueda influir tanto en nuestra salud?
La fibromialgia es una enfermedad caracterizada por dolor muscular crónico, fatiga y problemas del sueño. Está relacionada con el estrés y afecta predominantemente a mujeres. Estudios recientes han demostrado que el entorno urbano puede exacerbar sus síntomas, convirtiendo a la ciudad en un territorio hostil para quienes padecen de esta y otras patologías invisibles.
– La ciudad como factor de inflamación y dolor
La neurociencia ha demostrado que cuando una persona vive aislada en su casa en la ciudad, su cerebro activa las mismas áreas cerebrales implicadas en el dolor físico. A esto se le suma la ausencia de zonas verdes, cuyos efectos positivos sobre el estrés y la inflamación están comprobados.
Comparado con las personas que viven en el ámbito rural, quienes viven en entornos urbanos como los descritos presentan niveles más altos de cortisol, la hormona del estrés, lo que agrava la percepción del dolor.
Por si fuera poco, la contaminación del aire, el ruido y la hiperconectividad digital generan una sobrecarga sensorial que mantiene al sistema nervioso en un estado de alerta constante nada saludable. Esta hipervigilancia es común en personas con fibromialgia y provoca una mayor sensibilidad al dolor.
La polución también se ha relacionado con una mayor incidencia de enfermedades inflamatorias crónicas, incluidas aquellas que afectan al sistema musculoesquelético y neurológico.

– Cuando la ciudad duele más a unas que a otros
Todos estos factores afectan, sobre todo, a las mujeres. Estas son no solo más propensas a desarrollar enfermedades crónicas como la fibromialgia, sino que también suelen ser las principales cuidadoras de sus familias, lo que incrementa su carga de estrés.
Estudios realizados en entornos urbanos han demostrado que las mujeres en riesgo de exclusión, y concretamente aquellas con escaso soporte social, reportan mayor intensidad de dolor y peor calidad de vida.
En esta misma línea, otra investigación llevada a cabo en varias ciudades europeas encontró que las personas que viven en barrios con menor disponibilidad de infraestructuras de apoyo social y zonas verdes presentan tasas más altas de ansiedad y depresión.
Además, las mujeres pueden ser más vulnerables al impacto negativo del entorno debido al exceso de carga de trabajo no remunerado y al acceso limitado a recursos sociosanitarios en lugares más alejados del centro de la ciudad.
Esto nos plantea nuevos retos. ¿Cómo podemos rediseñar nuestras ciudades para que no perpetúen estas desigualdades de género?
– Soluciones urbanas para una salud integral
Si la ciudad puede enfermarnos, también puede sanarnos. Desde hace muy poco tiempo, el diseño urbano ha comenzado, aunque tímidamente, a incorporar estrategias que promueven la salud física y mental de sus habitantes.
Algunas de las propuestas más innovadoras son las que tienen que ver con la accesibilidad a la infraestructura verde. Ciudades como Singapur y Copenhague (Dinamarca) han puesto en marcha programas de “ciudad verde” que han demostrado mejorar la salud mental de sus ciudadanos.
La incorporación de parques, jardines y corredores ecológicos reduce los niveles de estrés y mejora la calidad de vida de las personas con dolor crónico. También existen proyectos pilotos, como los jardines verticales y techos verdes, que pueden proporcionar beneficios similares a los parques urbanos. Estos cuentan con la ventaja adicional de que no requieren grandes espacios para su instalación.
En ciudades como París la creación de supermanzanas ha permitido reducir el tráfico y mejorar la calidad del aire, lo que contribuye al aumento de la calidad del sueño y la disminución de la inflamación crónica. En otras urbes europeas se ha propuesto que todos los servicios esenciales estén accesibles a poco tiempo a pie o en bicicleta, lo que reduce el estrés derivado de los largos desplazamientos.
Un ejemplo es el modelo de “ciudad de 15 minutos”, como en el caso de los “barrios completos” de Portland o las “superislas” de Barcelona.
Las ventajas de convertir ciudades hostiles en caminables y con transporte público eficiente son variadas. Por ejemplo, impacta en la salud de los ciudadanos al reducir la fatiga y el dolor asociado al estrés del tráfico. Asimismo, las plazas, bibliotecas y centros comunitarios fortalecen el sentido de pertenencia y reducen el aislamiento social, lo que mitiga el impacto sobre el dolor crónico.
En pacientes con fibromialgia el acceso a programas de apoyo psicológico y comunitario en entornos urbanos ha mostrado efectos positivos en la percepción del bienestar.

– Hacia una ciudad que sane
La relación entre el urbanismo y salud es un campo que merece más atención en el diseño de nuestras ciudades.
Debemos repensar los espacios que habitamos y su impacto en nuestro bienestar si aspiramos a vivir en sociedades más saludables e igualitarias.
La ciudad no tiene porque ser sinónimo de sufrimiento. Con los cambios adecuados, puede convertirse en un entorno que mitigue el dolor en lugar de agravarlo. Es hora de priorizar el bienestar humano en la planificación urbana y de reconocer que la salud no solo depende de la medicina, sino también del entorno en que vivimos.
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La inteligencia artificial también tiene su huella ecológica…

Esfinge(C.B.Jardi) — Estamos inmersos en la Cuarta Revolución Industrial, la revolución digital, que se caracteriza por una fusión de tecnologías que está borrando las líneas entre las esferas física, digital y biológica, para llevarnos a lo que llamamos mundo virtual.
La revolución digital nos ofrece el «atractivo» mundo virtual, pero, como todo lo humano, por muy virtual que sea y por más etérea que sea la nube donde habite, está anclado en la tierra y necesita de sus recursos. El anclaje de esta conectividad del mundo virtual con la realidad física son los centros de datos y los servidores repartidos por todo el mundo que gestionan el tráfico digital.
Para que el frenético tráfico digital no se detenga y todo funcione, estos centros de datos y servidores deben estar conectados las veinticuatro horas del día los 365 días del año. El hambre de estos monstruos digitales en cuanto a energía, agua y recursos minerales es enorme. Y cuanto más complejo es el sistema, más hambre y sed tiene.
Con la aparición del ChatGPT en 2022, empezamos a conocer una inteligencia artificial (IA) más evolucionada que la tradicional, la IA generativa, que, a diferencia de la tradicional, puede crear datos nuevos a partir de los datos de entrenamiento, lo que le permite generar contenidos creativos únicos. Esta nueva faceta la ha convertido en una aliada para las tareas diarias, incrementando su índice de popularidad. Se trata de un sistema más complejo; por tanto, con más hambre que la IA tradicional.
Está claro que la inteligencia artificial (IA), ya sea la tradicional o la generativa, ofrece innumerables aplicaciones y usos, que hasta hoy parecían inalcanzables. Pero, como toda novedad, enfrenta varios retos y limitaciones que se deberían superar sin demora.
La crisis climática se está intensificando debido fundamentalmente a la actividad humana, y la IA, como actividad humana que es al fin y al cabo, también tiene su parte de responsabilidad. Es cierto que muchas de sus aplicaciones ayudan a la sostenibilidad, pero ¿los beneficios económicos y sociales de la IA compensan el coste ambiental y social de su uso? Ahora mismo esto no está muy claro.
Por tanto, uno de los principales desafíos de la IA es medioambiental: por un lado, reducir el alto consumo energético e hídrico que requiere, tanto en la fase de entrenamiento como durante su funcionamiento, y, por otra parte, reducir el alto consumo de materias primas, concretamente minerales estratégicos, para la fabricación de componentes clave de la IA como por ejemplo centros de datos, servidores, procesadores y chips.
Como nos dice el World Economic Forum (Weforum), «a menudo, la IA es considerada una bala de plata para abordar el cambio climático; sin embargo, es importante comprender su verdadero potencial y sus limitaciones. La IA puede ayudar a escalar y acelerar los esfuerzos de sostenibilidad, pero, al igual que la kriptonita, sus demandas de energía podrían socavar sus beneficios si no se gestionan cuidadosamente».
Por ello es importante tener en cuenta todo el ciclo de vida de la IA para poder hacer balance entre todos los impactos positivos y negativos que genera en lo que se llama aguas arriba —consumo de recursos energéticos, agua y materias primas— y aguas abajo —impacto del uso de la IA en sus distintas aplicaciones—.
- Impacto ambiental de la inteligencia artificial aguas arriba

Es aguas arriba donde el impacto ambiental de la IA genera más dudas, porque es aquí donde la IA puede impulsarnos hacia adelante o hundirnos por sus costes ambientales y sociales.
Con la expansión de las tecnologías basadas en la IA a todos los sectores de actividad, se prevé un aumento exponencial del consumo de recursos energéticos y minerales estratégicos. Ello obliga a reflexionar sobre el impacto que la industria digital tiene en el medio ambiente.
En este sentido, la OCDE, cuyo objetivo es mejorar el bienestar social y económico de la población mundial, pone su foco en la responsabilidad ambiental de la IA, porque considera que se está dejando de lado en su uso responsable.
La medición del impacto medioambiental de la IA no es nada fácil. Pero empiezan a aparecer informes que ofrecen datos, escenarios y previsiones.
Simplificando mucho la complejidad del cálculo, viene básicamente por dos factores: por un lado, que son muchas las empresas y organismos que están desarrollando la IA y se aplica a infinidad de sectores; y en segundo lugar, por la existencia de cierta opacidad sobre los avances. Por ello, la OCDE pone sobre la mesa la falta de un estándar para contabilizar el consumo de energías de la IA.
- El hambre de energía y minerales estratégicos de la IA
La IA requiere una potencia de cálculo considerable. Según el Weforum, «se estima que los sistemas de IA ya consumen 33 veces más energía para completar una tarea que un software específico para esa tarea».
Siguiendo con lo que nos dice el Weforum, «a medida que los sistemas de IA se usen y se desarrollen más, el entrenamiento y la operación de los modelos incrementarán exponencialmente el número de centros de datos necesarios en todo el mundo, así como su consumo de energía. Esto ejercerá una presión cada vez mayor sobre las redes eléctricas ya sobrecargadas».
Si nos fijamos en la IA generativa, el consumo de energía es muy intensivo. Consume más electricidad que las actividades tradicionales de los centros de datos.
Según un informe de Goldman Sachs, teniendo en cuenta que el uso de la IA generativa seguirá en aumento en los próximos años, para 2030 se espera que la demanda de energía de los centros de datos se incremente un 160%.
Desde la perspectiva de la sostenibilidad, la absorción de esta creciente demanda se espera que sea con energía limpia y renovable. Para ello se requiere actualizar la red eléctrica de manera que facilite la importación y exportación de energía limpia incrementando la producción de energía renovable para que el suministro sea constante.
Y todo ello, con el añadido de que los conflictos armados seguirán afectando a los precios y generando preocupación por el suministro. En un escenario así, la tentación para absorber este incremento de demanda de energía aumentando el consumo de combustibles fósiles fácilmente disponibles a corto plazo es grande y preocupante.
- ¿Qué son los minerales estratégicos?
Son recursos naturales esenciales para mantener la competitividad tecnológica de un país. Su suministro puede estar en riesgo debido a factores geopolíticos, económicos o ambientales.

Los minerales estratégicos también son vitales para la transición hacia las energías limpias y renovables en todo el mundo. Esto, junto a la expansión de la tecnología basada en la IA, hace prever que la demanda de estos materiales se incrementará exponencialmente en los próximos años.
Muchas regiones del mundo dependen de las importaciones de estos minerales para poder desarrollar las tecnologías de la IA. Por ejemplo, China es el mayor productor de tierras raras, lo que plantea un gran desafío estratégico.
Algunos de los principales minerales estratégicos esenciales para la IA:
- Litio y cobalto, fundamentales para la producción de baterías ion-litio. Presentes en muchos dispositivos electrónicos, incluidos centros de datos y servidores, son cruciales para los smartphones, ordenadores y dispositivos portátiles y autónomos qua usan algoritmos con la IA.
- Grafito, también fundamental para las baterías de ion-litio. El grafeno, derivado del grafito, es muy flexible y un muy buen conductor que se está investigando para su uso en electrónica.
- Níquel, necesario para las baterías de alto rendimiento resistentes al calor.
- Cobre, metal con excelentes propiedades de conducción térmica y eléctrica, clave para conductores y semiconductores.
- Silicio, fundamental para la fabricación de chips.
- Tierras raras, un grupo de diecisiete elementos químicos, los quince del grupo de los lantánidos más el itrio y el escandio. No es que sean raros en la corteza terrestre, pero se encuentran en bajas concentraciones y esto dificulta su extracción. Son elementos esenciales en las tecnologías modernas. Se usan para producir imanes de alta potencia, pantallas y catalizadores.
La extracción de estos minerales y de las tierras raras no son inocuos ni a nivel social ni a nivel medioambiental. En su mayor parte, se realizan en países donde los derechos humanos y los derechos ambientales están en entredicho. Países que, precisamente, en muchos casos no pertenecen al grupo de países consumidores de las nuevas tecnologías y donde lamentablemente el activismo social y medioambiental se cobra más vidas humanas por la defensa de los derechos humanos de sus habitantes.
Actualmente, las externalidades negativas que genera a nivel ambiental y social la actividad minera y sus infraestructuras para la extracción de estos minerales son muchas. Algunas de las más significativas son:
- Impactos ambientales:
- Deforestación y pérdida de biodiversidad con la destrucción de hábitats naturales.
- Contaminación del agua afectando la salud de las personas y la vida acuática.
- Emisiones de gases y polvo que afectan a la calidad del aire, repercutiendo en la salud de las personas, en la fauna y la flora.
- Impactos sociales:
- Desplazamiento de comunidades con la consiguiente pérdida de hogares y medios de vida.
- Conflictos sociales entre empresas mineras y comunidades, debido al reparto desigual de los beneficios económicos y los impactos ambientales.
- Distribución desigual de beneficios.
En los países consumidores de nuevas tecnologías no debemos olvidar estas externalidades negativas que se producen lejos de nuestras fronteras y que subrayan por activa y por pasiva la apremiante necesidad de implementar prácticas mineras responsables y sostenibles para mitigar el impacto.
- La sed de la IA

El peor enemigo de los centros de datos es el calor.
Ya hemos comentado que los monstruos digitales no pueden dejar de funcionar. El non stop del frenético tráfico digital calienta sobremanera los centros de datos, que necesitan ser refrigerados y, para ello, requieren una cantidad ingente de agua. Esto se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza para las empresas propietarias, que invierten miles de millones en infraestructuras que demandan muchos recursos hídricos.
Según el Weforum, en Estados Unidos el agua consumida por el «Data Center Alley» en Virginia (donde hay la mayor concentración mundial de centros de datos, ya que se estima que el 70% del tráfico de internet del mundo pasa por allí) se ha disparado casi dos tercios desde 2019.
Haciendo referencia a los datos de Dglt Infra (el grupo de investigación especializado en infraestructuras digitales), los centros de datos en Estados Unidos usaron más de 283 millones de metros cúbicos de agua en 2023, lo que equivale al consumo de agua de la ciudad de Londres durante cuatro meses.
Evidentemente, el impacto ambiental de este crecimiento podría ser muy sustancial, sobre todo en regiones de estrés hídrico, como la propia Virginia.
- Impacto ambiental de la IA aguas abajo
Es aguas abajo donde se ven los impactos positivos. Realmente, la IA tiene potencial para acelerar y ampliar los esfuerzos hacia la sostenibilidad.
Según el Weforum, los informes predicen que de aquí a 2030 la IA puede ayudar a mitigar entre un 5% y un 10% las GEI (emisiones de gases de efecto invernadero).
Desde la gestión de cadenas de suministro complejas hasta la optimización de las redes energéticas, pasando por la agricultura de precisión, la IA permite medir, predecir y optimizar el impacto ambiental de maneras que los métodos tradicionales no pueden igualar. Incluso una parte importante de la integración de las energías renovables a la red depende de la IA para optimizar el almacenamiento de la energía.
Todo ello nos puede hacer pensar que la IA resolverá la crisis medioambiental, pero sería un error. Como nos dice el Weforum, la IA sola no es un salvoconducto hacia la sostenibilidad, pero es una potente herramienta que puede ayudar mucho.
Para que realmente sea una potente ayuda para conseguir la sostenibilidad, la respuesta a la pregunta «¿los beneficios de sus aplicaciones compensan su desmesurado consumo energético, hídrico y de recursos minerales?», debería ser que sí.
El reto que supone equilibrar su creciente consumo de energía, agua y recursos minerales con su beneficio social es mayúsculo. Requiere superar muchos hitos complejos e interrelacionados donde todas las partes interesadas sean capaces de llegar a un punto de encuentro que nos beneficie a todos, no solo a las partes que obtengan «tajada» monetaria, o, como los llamamos comúnmente, «los de siempre».
Se requiere un ejercicio de generosidad por parte de los intereses económicos, los intereses políticos y los intereses sociales. Todos deberán ceder para que, al final, gane la humanidad entera, sin distinción de origen, religión, sexo o edad.
Viendo el panorama tan deshumanizado que está generando la Cuarta Revolución Industrial, parece imposible que se pueda producir este ejercicio de generosidad y se logre la integración económica de todos los servicios productivos, la integración social y política que reduzca las brechas sociales (económicas, digitales, de género…), y la integración medioambiental que reduzca la huella ecológica de la humanidad.
Pero no perdamos la esperanza. Se dice que la Quinta Revolución Industrial será conocida como «la revolución de la sostenibilidad digital», donde la humanidad estará en el centro.
Aunque los expertos dicen que la Quinta ya está llamando a la puerta de la Cuarta para que la deje pasar, todavía nos queda la difícil tarea de superar la asignatura pendiente más importante y trascendente para llegar al bien común, que sitúe a la humanidad en el centro de todas las decisiones: la aceptación y el respeto a la diversidad que supone la humanidad, que se manifiesta de forma múltiple y diversa en cada uno de los seres humanos que la formamos.
«Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto; así se rompe el frágil contrato social que sostiene a una nación; porque un gobierno sin ética desmorona la confianza del pueblo» (Confucio).
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Sueños, relatos y trances: aceptar es cromprender no resignarse…

Tanto los sueños, como los relatos y los patrones de trance hipnótico comparten esto. Aceptar partes de nuestra personalidad que aparentemente son negativos porque no nos son gratos.
JotDown(B.Ortin) — Vienen a buscarme para que recuerde la cita que tenemos en el teatro. Me ilusiona hasta que me explican que uno de los actores soy yo. Entonces experimento el pánico escénico, esta vez el de verdad.
Me defiendo tímidamente para que no se me note. Les digo que faltan ensayos, que hace un año me propusieron participar en una obra de teatro, pero que todo quedó en eso, que ni siquiera recuerdo el tema.
Todos insisten en que no me preocupe, lo cual dispara mi angustia.
Finalmente vamos al teatro y está abarrotado. Hay una gran algarabía jubilosa. No se puede pasar de la gente que hay. Todos están excitados con la misma intensidad de mi propia excitación, pero la mía es de miedo… tendente al pánico.
Vuelvo a cuestionar el proyecto y me explican que es un ensayo pero que ahora se ensaya así, con público. Me parece extraño, todo tiene la pinta de un estreno en toda regla.
Camino por el pasillo central del teatro y subo al escenario, el griterío sube.
Lentamente voy dándome la vuelta hacia el público, siento el miedo a la misma velocidad que noto cómo mi conciencia emerge con lucidez, hasta que me despierto.
(Denia, 20 de agosto de 2011)

Una de las funciones de la ensoñación onírica es mostrarnos las polaridades a las que debemos enfrentarnos. En realidad, lo que provoca sufrimiento es negar la que consideramos negativa. Los sueños traen a veces el mensaje de lo sombrío, para que podamos convertir el problema en un recurso.
Soñar siempre historias positivas no nos ayudaría con nuestro aprendizaje. Visionar lo negativo y lo sombrío nos permite ver la adversidad de frente para convertir la tragedia en un obstáculo que podemos salvar con los recursos que a menudo nos hace intuir el sueño.
Partir del miedo, en ocasiones nos ayuda a identificar al depredador que pone en riesgo nuestra vida.
- Aceptar la tensión o ansiedad para entrar en trance
No es necesario estar relajado para entrar en trance hipnótico. Si te encuentras en un estado de gran tensión o ansiedad y encuentras que te resulta demasiado difícil relajar esa tensión para entrar en trance, es posible utilizar ese mismo estado de estrés, tensión o ansiedad para inducir un estado hipnótico.
En su libro Trancework (1990), el psicólogo Michael Yapko describe la manera de aprovechar la ansiedad y la tensión para inducir un trance:
Usted acepta el estado mental en que se encuentra, sea cual sea (ansiedad, recelo, o incluso escepticismo) y de esa manera, con la aceptación sin críticas, no crea ningún conflicto con esa situación.
Entonces comienza a pensar en alguna experiencia pasada en que se sentía tan cómodamente sumido en la experiencia que no prestaba atención a las cosas que sucedían a su alrededor.
Otra estrategia es la que propone Ernest Rossi (1976), quien refiere el modo cómo Erickson aprovechaba la ansiedad de sus pacientes para inducir un estado de trance. La concentración en algún blanco visual o, incluso, en la propia experiencia física de tensión o ansiedad es un punto de foco que sirve para absorber y distraer la atención.
Por ejemplo, como lo describe Rossi en Hypnotic Realities, Erickson consigue que un paciente muy angustiado y nervioso se concentre en un reloj:
Quizá podría concentrarse en la manecilla del reloj que se mueve. Puede seguir con los ojos el movimiento del segundero. Permita que su atención se absorba en ese movimiento. Observe de qué manera siente su tensión mientras se centra en el movimiento del segundero. Podría imaginarse cómo giran los engranajes del reloj, imagínese cómo podría estar huyendo la corriente eléctrica igual como fluye al mismo tiempo la energía en su propio cuerpo.
Envuélvase en esa experiencia de concentración, y si otros pensamientos vienen a distraerlo, acójalos, siempre con su atención visual centrada en el reloj. Tal vez va a sentir que el corazón le late apresuradamente, es posible incluso que descubra que el ritmo del corazón es similar o parecido al del movimiento del segundero. vea si logra encontrar un ritmo y absorberse en él.
Este tipo de enfoque permitirá la generación de un trance y entonces avanzarás por un estado de transición hacia otro foco u objetivo de tu elección.
El paso siguiente es imaginarse o visualizar las sugestiones.

- Relato: el dolor ha sido uno de mis maestros
El dolor está íntimamente unido a mi memoria. Me recuerdo desde (casi) siempre con dolor. Especialmente de hueso.
El dolor ha contribuido a crear y aumentar mi conciencia. Conciencia del cuerpo y de la realidad en la que habita. Cuando la atención se despista y dispersa en otros focos, el dolor la centra en lo esencial. Avisa de lo importante para mantener la vida a salvo marcando un eje indiscutible de prioridades.
Me enseñó a determinar lo esencial y a diferenciarlo de lo secundario. Indica de modo instantáneo de qué hay que ocuparse.
No lo deseo, pero su vigor me obliga a aceptar su existencia. Porque si lo niego es peor, él se encarga de recordarme su presencia aumentando su intensidad. Los mejores patrones hipnóticos de analgesia que conozco se basan en centrar la atención en él, en lugar de evitarlo. Le viene mal que lo ignoren, se rebela contra ello, creciendo. Porque su objetivo final es defender la vida, aunque su lenguaje sea tosco y poco refinado.
El dolor marcó grandes vías de mi orientación existencial. De la vida deportiva que deseaba de niño, cuando era capaz de jugar al fútbol cuatro horas diarias, me detuvo a observar el transcurso del tiempo. Recuerdo horas de contemplación de la evolución del sol durante el día a través de la ventana de la habitación que fue mi primer lecho de dolor. En la casa de mis padres.
La primera respuesta que genera el dolor es el rechazo: —Me estoy convirtiendo en un niñato flojo y malcriado. Me escucho demasiado. Debo sobreponerme a estas pequeñas molestias —me digo a mí mismo. Y cuando él percibe esta respuesta se incrementa hasta que tomo conciencia de que no es un invento mío sino un estado que emerge y debo atender.
El dolor me enseñó el camino para comprender cómo la queja lo multiplica de modo estéril y lo convierte en algo más pesado de llevar. Me enseñó a evitar relaciones y ambientes sociales presididos y centrados en la queja y carentes de respuestas de solución.
No dije, por obvio, que el dolor organiza mi agenda, me hace cambiar el eje de prioridades a atender de modo inmediato.
El dolor ha sido y es mi gran vía de autoconocimiento e investigación acerca de cómo puedo estarlo provocando y cómo puedo evitarlo.
(Bernardo Ortín, 2023)

Tanto los sueños, como los relatos y los patrones de trance hipnótico comparten esto. Aceptar partes de nuestra personalidad que aparentemente son negativos porque no nos son gratos.
Conviene reafirmar que aceptar no significa desear ni aprobar, simplemente reconocer que son elementos que forman parte de nuestra existencia.
Mantén cerca a tus amigos, pero aún más cerca a tus enemigos
(Michael V. Gazzo. El padrino)
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La Tierra estuvo a punto de ser impactada por una tormenta solar de clase X1.1, dicen científicos…

Infobae(D.Mérida) — La Tierra evitó consecuencias mayores tras una llamarada solar de clase X1.1 registrada el 28 de marzo de 2025 a las 15:20 UTC, según informó el Centro de Predicción del Clima Espacial (SWPC) de la NOAA.
El fenómeno fue detectado como una explosión repentina de radiación proveniente de la región activa AR4046, ubicada en la superficie del Sol, y fue clasificado como un evento R3 por su potencial de interferencia en comunicaciones de alta frecuencia. Aunque el evento fue fuerte, la mayoría de la energía no se dirigió hacia la Tierra, lo que limitó los impactos inmediatos.
Las imágenes publicadas por la NOAA muestran la intensidad del fenómeno, acompañado de una eyección de masa coronal (CME) visible como una nube de plasma saliendo del borde solar. Según explicó Fox News, aunque el estallido fue potente, no generó alteraciones graves en la magnetósfera terrestre.
Aun así, expertos en clima espacial señalan que la región AR4046 se mantendrá activa al menos una semana, lo que eleva la posibilidad de nuevos episodios, sobre todo si se produce una alineación más directa entre el Sol y la Tierra.
El evento se produce en un contexto de alta actividad solar, poco después del pico del Ciclo Solar 25, alcanzado a finales de 2024. De acuerdo con la NASA, durante los picos solares aumentan las probabilidades de que ocurran tormentas solares, provocadas por una compleja red de campos magnéticos que se distorsionan y reconectan, liberando grandes cantidades de energía.
Las llamaradas como la reciente X1.1 pueden generar desde apagones de radio hasta auroras polares visibles en latitudes inusuales.
Según la NOAA, las erupciones de clase X pueden degradar o interrumpir señales de radio en la cara diurna de la Tierra, afectando especialmente las bandas de frecuencia alta (HF) utilizadas en aviación y navegación marítima.
Estas interrupciones pueden durar desde minutos hasta un par de horas. Aunque esta llamarada no causó efectos generalizados, los usuarios de radio HF en zonas del hemisferio iluminado reportaron pérdidas temporales de señal.
Los especialistas también advierten que si una CME se dirige directamente a la Tierra, podría generar una tormenta geomagnética, con efectos sobre satélites, redes eléctricas y sistemas de navegación.
De acuerdo con la NASA, las CMEs más rápidas pueden alcanzar el planeta en aproximadamente 15 horas, mientras que otras tardan varios días. Por eso, el monitoreo constante de la actividad de AR4046 será clave en los próximos días.
Actualmente, el Sol atraviesa una fase de declive dentro del ciclo solar, que dura en promedio 11 años. Según investigadores de la Universidad de Harvard, el Ciclo Solar 25 se extenderá hasta al menos 2031. A pesar de que el máximo de actividad ya fue superado, eventos intensos pueden continuar, como ha ocurrido en ciclos anteriores.
La NASA recuerda que los campos magnéticos del Sol se invierten durante estos ciclos, un proceso que genera inestabilidad y fenómenos como las llamaradas solares y las eyecciones de masa coronal.

Precedentes históricos: 2003 y 2024
Aunque las llamaradas solares clase X no son comunes, tienen antecedentes significativos. En mayo de 2024, la Tierra fue impactada por una serie de llamaradas entre X5 y X8.7, que provocaron auroras visibles hasta Florida y el Caribe. Y en octubre de 2003, el conocido evento como la “Tormenta Solar de Halloween” interrumpió servicios satelitales y comunicaciones aéreas durante varias horas. Aquel episodio subrayó la capacidad de estos fenómenos para alterar sistemas tecnológicos en el planeta.
Los expertos consideran que la actividad solar puede mantenerse intensa incluso años después del máximo solar, lo que implica que fenómenos como el registrado el 28 de marzo no son inesperados. El SWPC de la NOAA continúa emitiendo alertas y monitoreos en tiempo real para anticipar posibles tormentas geomagnéticas si se detectan CMEs dirigidas hacia la Tierra.
La atención de los científicos se centra ahora en la evolución de la mancha solar AR4046, que ya ha demostrado un alto nivel de inestabilidad. Si esta región gira hasta alinearse plenamente con la Tierra, nuevas llamaradas podrían tener efectos más directos sobre la atmósfera y los sistemas de comunicación global.
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Opinión: Lo que el 2015 no nos advirtió que venía…

Meer(J.A.Rodríguez) — En el 2015, un inicio aceptable nos engañó con la posibilidad de una maravillosa nueva trilogía: Star Wars: Episodio VII – El despertar de la Fuerza. Tendrían que pasar algunos años para darnos cuenta que el camino no era ese, que todo era un espejismo y que dichas cintas pondrían en entredicho la calidad del director J.J. Abrahams, dedicado ahora a roles distintos, menos creativos; lejos está de su película Super 8 (2011).
También me atrevo a decir que la nueva trilogía prendió ese incendio en Hollywood que trae reencauches y remakes por montones: las productoras prefieren los estudios de mercado y el fanservice a un buen guión.
Hace una década, Colombia gozaba de Nairo Quintana, el ciclista que nos ilusionaba con ganar un Tour de Francia. Teníamos a uno de los mejores exponentes de ese deporte dominado por Europa. Nadie veía que el futuro rey venía de un país más cerca al este: Eslovenia.
Nairo logró ser segundo del Tour, campeón de la Tirreno-Adriático y el tercer mejor ciclista del 2015 en el ranking de la Unión Ciclista Internacional (UCI). Extrañamos esos momentos ahora que Tadej Pogačar se lleva títulos de manera continua. Podemos, al menos, decir que nos quitamos la espinita del Tour: cuatro años después, Egan Bernal se convirtió en el primer latinoamericano en ganarlo y el más joven en 110 años.
Con el fútbol nos sentíamos mejor: en 2014 volvimos al Mundial, a Brasil; el primero en el siglo XXI. En la Copa América de 2015, la primera que ganó Chile, además de local, Colombia quedó fuera en segunda ronda: penaltis con Argentina. Se repetirá en 2021 ese desenlace en la Copa América de Brasil; se repetirá eso de sufrir por penaltis ante Inglaterra en Rusia 2018. Ha sido una mejor década, pero las derrotas dolorosas jamás se han ido. Ni hablemos de la final de la Copa América del 2024.
Pero no solo de fútbol vivimos en mi país: firmamos el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en 2016. Llegó el primer presidente de izquierda, Gustavo Petro. También le dijimos ‘No’ a la paz en un plebiscito y tuvimos un mandatario que ahora es DJ.

El expresidente Álvaro Uribe fue llamado a juicio por un tema de testigos falsos y la cifra de civiles asesinados por las fuerzas militares (6402) y presentados como bajas de combate, según la Comisión de la Verdad, se ha puesto en duda.
En 2015 me sentí reivindicado como periodista: la bielorrusa Svetlana Alexiévich ganó el Nóbel de Literatura, el primero otorgado a una autora tan cargada de no ficción.
Fue ese año que me lancé a leer por primera vez Voces de Chernóbil. Libro duro, denso, extenso, doloroso, necesario e increíble.
En 2018 vería fragmentos en la serie Chernóbil. En 2023 me decidí a releer el libro y en 2024 repetir la serie.
Puedo decir que esa marca me quedará, aún cuando llegue la década en que no pueda recordar cómo me la hice.
Quizás esa marca, ahora que lo pienso, haya sido la semilla de mi escritura.
Ya lo había intentado, pero el convencimiento que solo ocurrió en ese 2015, se reforzó en el 2018 y desembocó en un libro en el 2023.
Para ese proceso, leí en esta década tremendas obras como Una historia del mundo en diez capítulos y medio de Julian Barnes, Temporada de huracanes de Fernanda Melchor, El ruido y la furia de William Faulkner, Me llamo Hokusai de Christian Peña, Los suicidas del fin del mundo de Leila Guerreiro, Sofoco de Laura Ortiz. Releí Pedro Páramo dos veces; pocas, considero.
Retomando los premios, creo que en esta década perdí cualquier interés de todo reconocimiento de la industria musical. Puedo entonces hablar de los artistas que descubrí en estos diez años: Stromae, Metronomy, Karen y los Remedios, Alcolírycoz y Apparat.
En estos diez años se fue el artista plástico más reconocido de Colombia, Fernando Botero. También el primer campeón de la Vuelta a Colombia, el ‘Zipa’ Forero. ¡Murió Maradona! Ahora sí de verdad. Se murió la carrera deportiva de Miguel Ángel López, uno de los mejores ciclistas que tuvimos en esta década.
En marzo de 2015, escribí de ese día en que Ronaldinho Gaucho jugó ante Independiente Santa Fe, que en 2015 ganaría la Copa Sudamericana. Fue mi primer artículo aquí. Fue mi primer ejercicio periodístico fuera de las conexiones universitarias y de las dependencias publicitarias. En marzo de 2015 empecé este ejercicio que por diez años me ha permitido crecer como jamás lo pensé.
Me tardé en decidir el tema de este texto, pero, luego de diez años, considero que hay situaciones que permiten revivir y hacer memoria. Tengo curiosidad de saber cuál será el tema del artículo que escriba en el 2035. Quizás para ese momento lo romántico ya no tenga espacio y deba usar las letras para decir algo más… si para entonces la IA lo permite.
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¿Cómo ser feliz estando solo? 10 claves desde la psicología…

La mente es maravillosa(G.Matamoros) —- Pasar tiempo sin compañía puede fortalecer tu bienestar. Descubre cómo ser feliz en soledad y aprovechar esos momentos para crecer, sin sentir que falta algo que te complete.
¿Te has preguntado cómo ser feliz solo? Quizás ese escenario haya ocurrido en tu mente, al menos, una vez en la vida. Y es que hay que ser sinceros, a todos nos incomoda la idea, pues pensamos que la ausencia de un familiar, pareja o amigos significa estar aislado.
Pero la felicidad no depende de otros, sino de nuestra relación con nosotros mismos. Aprender a disfrutar de la propia compañía es una habilidad poderosa que fortalece la autoestima y nos permite vivir con plenitud.
En lugar de verla como algo negativo, conviene convertirla en una oportunidad para conocernos mejor y para desarrollar rutinas que nutran nuestro bienestar emocional. Bien gestionada, la soledad permite descubrir qué nos motiva, identificar nuestras verdaderas necesidades y encontrar satisfacción en pequeñas cosas.
Cuando aprendemos a estar bien con nosotros mismos, no buscamos validación externa y vivimos con mayor libertad y autenticidad. Te dejamos las claves.
1. Aprende a disfrutar de tu propia compañía
La relación más importante que tendrás en la vida es la que construyes contigo. Aprender a disfrutar de tu propia compañía no es resignarte a la soledad, sino aprovecharla como un espacio de crecimiento personal. Recuerda que el bienestar emocional no depende de la presencia de otros, sino de la capacidad de sentirnos bien con quienes somos en nuestra esencia.
Para desarrollar esta habilidad, dedica tiempo a actividades que disfrutes sin la necesidad de validación externa. Redescubre pasatiempos que te llenen de satisfacción, como leer, pintar, escribir o hacer deporte. También, puedes incorporar momentos de introspección a tu rutina, como llevar un diario donde reflexiones sobre tus pensamientos y emociones. Al fortalecer la relación contigo, te volverás menos dependiente de estímulos externos para sentirte pleno.
Además, el secreto está en cultivar el autodiálogo positivo. En lugar de ser tu crítico más severo, conviértete en tu mayor aliado. Practica la autocompasión, háblate con la misma amabilidad con la que tratarías a un ser querido y celebra tus logros, por pequeños que sean.
2. Reestructura tu percepción de la soledad
La manera en que interpretamos la soledad tiene un impacto directo en el bienestar emocional. La psicología cognitiva explica que nuestros pensamientos determinan nuestras emociones y, en consecuencia, nuestras acciones. Si vemos la soledad como un castigo o un fracaso, es probable que experimentemos angustia y tristeza.
Sin embargo, si la percibimos como una oportunidad para el autoconocimiento, puede convertirse en una experiencia enriquecedora.
Reestructurar la percepción de la soledad implica desafiar creencias limitantes. Pregúntate: «¿Por qué considero que estar solo es algo negativo?». «¿Realmente significa que soy menos valioso o que algo falta en mi vida?». Cuestionar estos pensamientos puede ayudarte a desarrollar una visión más objetiva y positiva de tu situación.
Un ejercicio útil es cambiar el lenguaje interno. En lugar de decir «estoy solo», intenta «estoy conmigo mismo». Esta pequeña modificación refuerza la idea de que tu compañía es suficiente y valiosa. Aparte, es importante diferenciar la soledad elegida de la soledad no deseada. Mientras que la segunda puede generar malestar, la primera resulta un espacio de descubrimiento personal.
3. Practica el autocuidado
El autocuidado es clave para disfrutar de la soledad, porque cuando te sientes bien contigo, la necesidad de compañía externa disminuye. Atender nuestras necesidades físicas, emocionales y mentales refuerza la autoestima, lo que nos permite disfrutar más del tiempo a solas sin que se transforme en vacío o malestar.
Cuando asumes esta práctica, le envías el siguiente mensaje a tu mente: «Mi bienestar es importante». Esto ayuda a sentirte más autosuficiente y a evitar la sensación de abandono que, a veces, puede acompañar a la soledad. Incorporar hábitos como una alimentación equilibrada, ejercicio y descanso de calidad impacta en tu estado de ánimo y en tu capacidad para disfrutar del tiempo a solas.
El autocuidado también abarca el ámbito emocional y mental. Saber gestionar el estrés, practicar la gratitud y dedicar tiempo a lo que te guste contribuye a que la soledad sea un medio de crecimiento y no un motivo de angustia. Al cuidarte, tu percepción de la soledad pasa de ser temida, a un regalo para conectar contigo, reflexionar y construir una vida alineada con lo que te hace feliz.
4. Encuentra un propósito o ikigai
El ikigai es un concepto japonés que representa la razón de ser de cada persona. Está en la intersección de lo que amas, en qué eres bueno, lo que el mundo necesita y lo que puede ser recompensado. Tener un propósito claro da dirección a la vida y hace que la soledad sea una experiencia enriquecedora, en lugar de un vacío que deba llenarse con distracciones o compañía.
Un sentido de propósito fortalece el bienestar y la resiliencia. Cuando sabes por qué te levantas cada día, el tiempo a solas deja de ser angustiante. La soledad deja de sentirse como una falta y se transforma en una oportunidad para enfocarte en tus pasiones, mejorar tus habilidades y aportar algo valioso al mundo. Para descubrir tu ikigai, pregúntate:
- ¿Qué actividades disfruto tanto que el tiempo vuela?
- ¿Cuáles son mis talentos o qué me gustaría mejorar?
- ¿Cómo puedo aportar algo valioso con mis habilidades?
- ¿De qué modo hacer sostenible esta pasión en mi vida?
No es necesario encontrar respuestas inmediatas. Tu ikigai puede evolucionar con el tiempo, pero el simple hecho de buscarlo ya transforma la manera en que experimentas la soledad. Cuando tu vida tiene sentido para ti, la compañía se vuelve una elección, no una necesidad.
5. Practica la gratitud
Ser agradecido te ayuda a desarrollar una relación más positiva contigo mismo. Partiendo de ello, la soledad ya no sería un problema que resolver; la ves como una oportunidad para disfrutar de lo que ya está presente en tu vida.
Cuando aprecias los momentos cotidianos, como una caminata tranquila, una comida que te gusta o la sensación de libertad al tomar decisiones por tu cuenta, estar solo evoluciona a un espacio de plenitud. Para cultivarla en tu vida, prueba los siguientes ejercicios:
- Lleva un diario de gratitud: escribe cada día tres cosas por las que sientas agradecimiento, como un buen descanso o una conversación agradable.
- Cambia tu diálogo interno: en lugar de pensar «estoy solo», reformula la idea como «tengo tiempo para mí y lo estoy aprovechando de esta manera…».
- Expresa gratitud de manera activa: no solo pienses en lo que agradeces, sino dilo en voz alta o compártelo con alguien. Reconocer lo positivo fortalece el bienestar emocional.
Cuando haces de la gratitud un hábito, aprendes a disfrutar lo que tienes aquí y ahora, y la soledad se vuelve un espacio donde puedes encontrar satisfacción en lo simple, en lugar de buscar llenar vacíos con distracciones externas.
6. Viaja solo
Viajar solo es una herramienta poderosa para fortalecer la independencia, vivir experiencias transformadoras y ser feliz. De esta manera, aprendes a depender por completo de ti, lo que refuerza la seguridad personal y te ayuda a descubrir que puedes disfrutar de tu propia compañía.
Salir de la rutina y enfrentarse a lo desconocido estimula la resiliencia y la capacidad de adaptación. Cuando estás solo en un entorno nuevo, tu mente se enfoca en la exploración y el aprendizaje. Esto te permite experimentar el presente con mayor atención, sin preocuparte por cumplir con las expectativas de otros.
Asimismo, contribuye a descubrir qué disfrutas y te da la oportunidad de construir recuerdos relevantes por y para ti.
7. Establece metas personales
Tener metas claras te da una razón para levantarte cada día con motivación y propósito. Cuando estás solo, el riesgo de sentirte perdido o estancado es mayor si no tienes un objetivo que te impulse. Avanzar hacia una meta mejora la autoestima y el bienestar emocional, ya que te enfocas en lo que puedes construir y no en lo que te falta.
Las metas personales también te enseñan a gozar de la soledad como un espacio productivo en el que puedes aprender, mejorar y desafiarte.
Para que una meta sea efectiva, debe ser clara, alcanzable y medible. En lugar de decir «quiero mejorar mi vida», define acciones concretas, como «leer un libro al mes», «ahorrar una cantidad específica de dinero» o «hacer ejercicio tres veces por semana». Celebrar cada logro favorece la motivación y la construcción de una relación más positiva contigo.
Cuando trabajas en tus objetivos, tu tiempo en soledad permite concentrarte en lo que quieres sin desviarte de ello.
8. Busca un pasatiempo
Al sumergirte en una actividad que te apasiona, la ausencia de compañía deja de ser una preocupación y se transforma en una oportunidad para explorar tu creatividad, mejorar tus habilidades y fortalecer tu bienestar emocional.
Lo más importante es elegir una que disfrutes, sin importar si es productiva o no. Lo que importa es que te brinde placer y un sentido de propósito, reforzando la idea de que tu felicidad no depende de otras personas, sino de lo que decides hacer con tu tiempo.
9. Amplía tu círculo social
Aprender a disfrutar de la soledad es importante, pero también lo es contar con relaciones significativas que aporten valor a tu vida. El apoyo de personas afines te hace bien y repercute en que tengas una identidad más sólida.
Ampliar tu círculo social no es rodearte de personas por obligación, sino conectar con quienes en verdad compartes intereses y valores. Tener amistades de calidad te permite disfrutar de la independencia sin sentirte desconectado del mundo. Saber que puedes elegir cuándo compartir y cuándo disfrutar de tu espacio propio, refuerza la seguridad en ti y evita que la soledad se convierta en aislamiento emocional.
Para conocer gente nueva, explora actividades que te interesen, como cursos, deportes o voluntariados. Unirte a comunidades con intereses en común es provechoso si quieres generar conexiones genuinas.

10. Fomenta la independencia y la autonomía
Ser independiente no quiere decir rechazar la ayuda de los demás, sino aprender a confiar en ti para tomar decisiones y manejar tu vida con seguridad. Cuando desarrollas autonomía puedes fortalecer tu identidad.
Saber que es posible enfrentar desafíos por ti mismo, reduce la ansiedad y aumenta la sensación de control sobre tu vida. Asimismo, encuentras satisfacción en tu capacidad de resolver problemas y adaptarte a nuevas situaciones. Comienza con acciones que refuercen tu autosuficiencia, como ejecutar pequeñas reparaciones en casa o atreverte a hacer diligencias sin compañía.
– Estar solo es una oportunidad para desarrollar la autoestima, construir tu amor propio y ser feliz
Ser feliz estando solo no se trata de llenar el tiempo con distracciones, sino de fortalecer la relación más importante en la vida: la que tienes contigo mismo. Cuando valoras tu compañía, la soledad ya no es un vacío; se convierte en un espacio de crecimiento, bienestar y autenticidad.
Cada una de estas claves es una oportunidad para construir una versión más plena y segura de ti. Al desarrollar tu autoestima, descubres que tu felicidad no depende de la presencia de otros, sino de cómo te cuidas, te conoces y te retas a crecer.
La verdadera independencia emocional no significa aislarse, sino tener la capacidad de disfrutar de la soledad sin que pese y de la compañía sin que sea una necesidad. Al construir amor propio, entiendes que estar solo no es sinónimo de estar incompleto, sino de ser suficiente por ti mismo.
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Antiprimos: la historia secreta de los rivales de los números primos…

Infobae(G.Rimati) — Seguramente, si alguna vez has tenido contacto con la matemática, habrás oído hablar de los números primos: esos números que solo tienen dos divisores, el 1 y ellos mismos. Los más conocidos son 2, 3, 5, 7, 11, entre otros, y han sido el objeto de estudio de matemáticos a lo largo de la historia.
Pero, ¿sabías que existe un concepto aún más fascinante que los números primos? Hablamos de los números antiprimos, una categoría matemática que merece ser explorada.
Los números antiprimos, también llamados altamente compuestos, son aquellos que tienen más divisores que cualquier otro número menor que él. En otras palabras, un número antiprimo es un número que supera en divisores a todos sus predecesores.
Para entenderlo mejor, consideremos un ejemplo simple: el número 12. El 12 tiene exactamente seis divisores: 1, 2, 3, 4, 6 y 12. Ningún número menor que el 12 tiene tantos divisores, por lo tanto, el 12 es un número antiprimo. Esta propiedad de tener más divisores que cualquier otro número más pequeño es lo que caracteriza a los antiprimos.

– ¿Cuáles son los Primeros Números Antiprimos?
Es interesante observar que el número 1 es considerado un antiprimo. Dado que no existen números más pequeños que él, cumple con la condición de tener más divisores que cualquier número menor que él. Por otro lado, el número 2 es un caso peculiar: es considerado un número primo porque solo tiene dos divisores, el 1 y el 2. Sin embargo, también puede clasificarse como antiprimo, ya que tiene más divisores que cualquier otro número menor (el 1, que solo tiene un divisor). Así, el 2 se convierte en un número único que es tanto primo como antiprimo al mismo tiempo.
Algunos de los primeros números antiprimos son 1, 2, 4, 6, 12, 24, 36, 48, 60, 120, 180, 240, 360, 720, 840, 1260, 1680, 2520, 5040, entre otros.
Un número que generó bastante atención es el 5040, al que el filósofo Platón le atribuía una relación especial con la organización social. Según él, este número era ideal para organizar a los habitantes de una ciudad en grupos de diferentes tamaños, debido a la cantidad impresionante de divisores que posee. Y, en efecto, el 5040 es un número antiprimo con un total de 60 divisores, entre ellos los primeros números naturales del 1 al 10.

– ¿Qué Características Debe Cumplir un Número para Ser Antiprimo?
Para que un número sea considerado antiprimo, debe cumplir con ciertas características que lo diferencian de otros números compuestos. Estas son tres reglas fundamentales que definen a un número antiprimo:
- Los factores primos del número deben ser consecutivos. Esto significa que, si descomponemos un número en factores primos, estos deben ser números primos que aparezcan en orden consecutivo. Por ejemplo, el número 10 (2 x 5) no sería antiprimo, porque el 2 y el 5 no son primos consecutivos: falta el 3.
- Cuando descomponemos un número en sus factores primos, los exponentes no deben ser crecientes. Un ejemplo de esto es el número 18, que se descompone en 2 x 3². Como los exponentes (1 y 2) son crecientes, el 18 no es un antiprimo.
- El exponente final de los factores debe ser 1. Es decir, si un número tiene un factor primo elevado a un exponente mayor a 1, generalmente no será considerado antiprimo, como le pasa al pobre 72, que se descompone en 2³ x 3². Hay 2 excepciones para esta regla: los números 4 y 36.

Uno de los matemáticos que más investigó sobre los números antiprimos fue el prodigioso Srinivasa Ramanujan. En 1915, Ramanujan publicó una nota en la que exploraba las propiedades de estos números, y a lo largo de su carrera descubrió más de 100 nuevos números que cumplían con las condiciones para ser considerados antiprimos. Su trabajo en este campo amplió considerablemente nuestra comprensión sobre estos números y dejó un legado matemático invaluable.
Los números antiprimos son una maravilla de la teoría de números. Aunque no son tan conocidos como los números primos, su estudio revela patrones y estructuras interesantes que nos invitan a seguir explorando el misterio de los números. En un futuro, quizás más matemáticos, como lo hizo Ramanujan, puedan seguir desentrañando los secretos de estos enigmáticos números.
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Hablemos de los residuos que genera la industria textil…

The Conversation(J.V.Micoulaud) — La producción textil genera alrededor del 10 % de las emisiones globales de carbono.
Esto supera las emisiones combinadas de todos los vuelos internacionales y el transporte marítimo.
Además, consume aproximadamente 93 000 millones de metros cúbicos de agua al año, lo que equivale a las necesidades de cinco millones de personas.
El proceso de teñido y acabado textil contribuye al 20 % de la contaminación mundial del agua potable debido al uso intensivo de productos químicos.
En Europa, el consumo de textiles tiene un impacto ambiental considerable.
En 2020, las compras de textiles en la Unión Europea produjeron alrededor de 270 kilos de emisiones de CO₂ por persona, sumando un total de 121 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero.
– Generación y gestión de residuos textiles
Cada año, los europeos consumen casi 26 kilos de textiles por persona y desechan aproximadamente 11. De estos residuos, menos de la mitad se recogen para su reutilización o reciclaje. Además, debido a limitaciones tecnológicas y logísticas, solo el 1 % de lo que se recoge podrá reconvertirse en ropa nueva.
En 2020, se generaron en la UE unos 16 kilos de residuos textiles por persona, de los cuales solo una cuarta parte se recogió de manera selectiva. Pero no todos los residuos textiles procedían de los consumidores: entre el 4 % y el 9 % de los textiles comercializados en Europa se desechan sin haber sido utilizados, lo que representa una pérdida significativa de recursos y una contribución innecesaria a la producción de residuos.
– El papel de la economía social
Las entidades de economía social desempeñan un papel clave en la reducción de residuos textiles y la inclusión social. En España, la Asociación Española de Recuperadores de Economía Social y Solidaria (AERESS) –que reúne a 36 entidades especializadas en la inserción sociolaboral y la gestión de residuos– gestionó en 2022 un total de 76 971 toneladas de residuos.
El 65,76 % de dichos residuos se pudieron reutilizar y reciclar, evitando así que se emitieran a la atmósfera más de 42 000 toneladas de CO₂, el equivalente a retirar de la circulación más de 20 000 coches en un día. Además, estas entidades generan empleo. La reutilización de 1 000 toneladas de textiles puede crear hasta 35 puestos de trabajo.
A nivel europeo, la Red Europea de Empresas Sociales de Reutilización, Reparación y Reciclaje (RREUSE) agrupa empresas sociales activas en la reutilización, reparación y reciclaje, y actualmente representa a más de 102 000 empleados, aprendices y voluntarios en 29 países. En 2021, sus entidades recogieron 1 200 000 toneladas de residuos, de las que 181 000 pudieron ser reutilizadas, reduciendo emisiones y conservando recursos.
Ejemplos destacados incluyen Koopera, una red vinculada a Cáritas que combina reciclaje, consumo sostenible y apoyo a personas en riesgo de exclusión, o Emaús, que gestiona residuos textiles mientras fomenta la inclusión social. Estas iniciativas muestran que la economía circular y el impacto social pueden avanzar juntos.

– Desafíos y oportunidades
Desde el 1 de enero de 2025, la Unión Europea exige la recogida selectiva de textiles. No obstante, muchas regiones no cuentan todavía con las infraestructuras y la financiación adecuadas. Además, la calidad decreciente de los materiales de fabricación dificulta su reutilización, aumentando los costes de gestión.
La falta de un sistema de financiación estable ha llevado al sector al borde del colapso. Aunque se va a implementar la responsabilidad ampliada del productor (EPR, según sus siglas en inglés) –por la que los productores deberán rendir cuentas de esos materiales a lo largo de todo su ciclo de vida–, su aplicación total tardará entre dos y cinco años.
Empresas líderes en clasificación textil ya han quebrado, y muchas organizaciones se ven obligadas a incinerar ropa reutilizable. Por ello, RREUSE ha solicitado un plan de emergencia para garantizar la continuidad del sector.
Pese a todo, la Unión Europea está promoviendo políticas para fortalecer la economía circular. La estrategia europea para textiles sostenibles y el Reglamento de diseño ecológico de productos sostenibles obligarán a los fabricantes a diseñar ropa más duradera y reciclable.
Además, los pasaportes digitales de producto van a facilitar la trazabilidad de los textiles, optimizando su reutilización y reciclaje. Sin embargo, su efectividad va a depender de que el apoyo de las instituciones asegure su implementación en toda la cadena de valor.
– Visión de futuro
Para asegurar el futuro del sector, la Unión Europea debe garantizar una financiación estable y reforzar su apoyo a las entidades de economía social, esenciales en esta transición. Sin medidas concretas, aumentará la pérdida de empleo y la exportación de residuos textiles fuera de Europa. Estas entidades combinan reducción de residuos, creación de empleo e inclusión social, pero su éxito dependerá de un marco normativo y financiero que impulse su viabilidad a largo plazo.
Los datos muestran que el modelo actual es insostenible y que se necesitan medidas urgentes. Para transformar el sector textil es imprescindible aplicar soluciones que equilibren sostenibilidad, eficiencia económica e innovación. Más allá de las políticas públicas, se requiere del compromiso de fabricantes, consumidores y entidades sociales para construir una industria textil responsable y competitiva.
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Recuperar horas de sueño reduce el riesgo de infarto…

Meer(S.Gil) — Compensar el sueño perdido en semana laboral durmiendo más los días de descanso puede disminuir en un 20% el peligro de sufrir cardiopatía.
El sueño es lo primero que sacrificamos en aras de mantener un estilo de vida que parece ignorar la importancia de un buen descanso.
(Sonia Moreno, periodista)
Sin embargo, aunque se ha demostrado que el déficit crónico de sueño es un factor de riesgo de diferentes enfermedades, un nuevo estudio considera que el efecto nocivo de no dormir lo suficiente se puede compensar.
La investigación, que se ha presentado en el congreso de la Sociedad Europea de Cardiología –ESC 2024- celebrado el pasado mes de agosto en Londres, indica que si no se duerme lo mínimo recomendado durante la semana, recuperar esas horas perdidas el fin de semana ayudaría a reducir el riesgo cardiovascular. El estudio se ha realizado con datos de 90.903 sujetos participantes en el proyecto Biobanco del Reino Unido.
El coautor del trabajo Zechen Liu, del Hospital Fuwai y del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares de Pekín, en China, concluye que «nuestros resultados demuestran que, para la proporción significativa de la población de la sociedad moderna que sufre privación de sueño, los que tienen el sueño más «compensatorio» los fines de semana presentan tasas de cardiopatías significativamente menores que los que tienen menos».
Siete horas de sueño como mínimo
Los autores definieron como privación de sueño cuando se dormía (de manera regular, no de forma ocasional) menos de 7 horas por noche, lo que se encontró en un total de 19.816 (21,8%) de los participantes.
Así se vio tras una media de seguimiento de casi 14 años de mediana, en la que se utilizaron los registros de hospitalizaciones por enfermedades cardiovasculares, que los participantes del grupo con mayor sueño compensatorio (los que dormían más durante el fin de semana para recuperar la privación de sueño en la semana laboral) tenían un 19% menos de probabilidades de desarrollar cardiopatías que los del grupo menos compensado.
(Sonia Moreno)
Mientras, “en el sub grupo de pacientes con privación diaria de sueño, los que compensaban más el sueño presentaban un riesgo un 20% menor de desarrollar cardiopatías que los que lo hacían menos. Además, el análisis no mostró diferencias entre hombres y mujeres”, añade la periodista.
Sueño compensatorio suficiente
Otro de los investigadores, Yanjun Song, también del Hospital Fuwai y del Centro Nacional de Enfermedades Cardiovasculares de Pekín, en China, concluye en una nota de la ESC que «un sueño compensatorio suficiente está relacionado con un menor riesgo de cardiopatías; la asociación es aún más pronunciada entre los individuos que duermen de forma inadecuada con regularidad entre semana».
Por su lado, Manuel Anguita, portavoz de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), comenta que está ampliamente demostrado mediante estudios científicos que un sueño adecuado «es fundamental no ya para la salud cardiovascular, sino para la de todo el organismo». De hecho, centrados en el ámbito cardiaco, este especialista, concreta que se ha establecido que dormir menos de una media de siete horas diarias se asocia al aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares y, aunque puntualiza que tampoco es bueno dormir en exceso, probablemente sea más nocivo privarse de horas.
Según explica el cardiólogo, el sueño preserva un complejo equilibrio de mecanismos fisiológicos que protegen al corazón y dormir de forma insuficiente «se asocia al riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero sobre todo de enfermedades coronarias, como infarto o angina de pecho, y de fibrilación auricular, arritmia cada vez más frecuente».
Cantidad y calidad en nuestros sueños
Junto a la duración del sueño, el portavoz de la SEC ha destacado la importancia de la calidad. «El síndrome de apnea obstructiva del sueño (SAOS), que conlleva pausas ventilatorias con una duración importante, genera una menor oxigenación durante la noche, retención de anhídrido carbónico y eso produce cansancio al día siguiente, pero a largo plazo también se asocia a un aumento de la hipertensión arterial, más arritmias y más enfermedad cardiovascular, incluso a insuficiencia cardiaca».
Para Manuel Anguita es interesante que este estudio se haya centrado en la posibilidad de «compensar» la falta de sueño, «un aspecto menos investigado». Además, destaca que se haya realizado con una amplia muestra de individuos.
El especialista remarca que, junto a la alimentación, el tabaco y el ejercicio, los cardiólogos son cada vez más conscientes de la importancia de incidir en una higiene del sueño adecuada.
Sobre todo en las unidades de rehabilitación cardíaca y prevención secundaria y, en general, en las consultas de cardiología; en especial, preguntamos más sobre la apnea del sueño. Estudios como el que se presenta en el congreso ESC 2024 ayudan a tener más información sobre estos aspectos; es más, ahora sabemos que si se recupera sueño, se reduce el riesgo cardiovascular. Otra cosa es que el estilo de vida actual nos lo permita.
(Manuel Anguita)
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La IA podría estar debilitando el pensamiento crítico de las personas…

Psicología y Mente(J.Soriano) — La inteligencia artificial está transformando rápidamente la forma en que interactuamos con el mundo, desde la educación hasta el trabajo y la vida cotidiana. Estas herramientas ofrecen eficiencia y accesibilidad, pero también plantean preocupaciones sobre su impacto en habilidades cognitivas esenciales, como el pensamiento crítico. Un estudio reciente sugiere que el uso frecuente de IA puede debilitar el pensamiento crítico, haciendo que delegamos tareas cognitivas a herramientas externas.
Este impacto es particularmente notable entre los jóvenes, quienes tienden a depender más de estas tecnologías. Veamos cómo la IA puede debilitar nuestra capacidad para analizar, evaluar y reflexionar de forma independiente, y qué podemos hacer para mitigar sus efectos negativos.
– ¿Qué es el pensamiento crítico?
El pensamiento crítico es una habilidad cognitiva esencial que permite a las personas analizar, evaluar y sintetizar información para tomar decisiones fundamentadas y resolver problemas de manera efectiva. Es un proceso que va más allá de aceptar datos de forma pasiva; implica cuestionar su validez, identificar sesgos, considerar múltiples perspectivas y llegar a conclusiones razonadas.
En un mundo saturado de información, especialmente con la proliferación de herramientas generadas por inteligencia artificial (IA), el pensamiento crítico se ha vuelto más importante que nunca.
Esta capacidad no solo es crucial en contextos académicos o profesionales, sino también en la vida cotidiana. Desde interpretar noticias hasta tomar decisiones financieras o éticas, el pensamiento crítico nos protege contra la desinformación y nos ayuda a navegar en un entorno cada vez más complejo.
Sin embargo, como señala el estudio citado, el uso frecuente de herramientas de IA puede estar debilitando esta habilidad al fomentar un fenómeno conocido como “cognitive offloading”. Este término describe la tendencia a delegar tareas cognitivas en dispositivos externos, como asistentes virtuales o motores de búsqueda, en lugar de procesar la información de manera independiente.
El impacto potencial de la IA sobre el pensamiento crítico plantea preguntas importantes sobre nuestra relación con la tecnología. Si bien estas herramientas pueden hacernos más eficientes, su uso excesivo podría reducir nuestra capacidad para reflexionar profundamente y tomar decisiones autónomas. Por ello, entender qué es el pensamiento crítico y cómo preservarlo en la era digital es clave para mantener nuestra autonomía intelectual.

– La IA y el fenómeno del “cognitive offloading”
El “cognitive offloading” es un fenómeno mediante el cual las personas delegamos tareas cognitivas a herramientas externas, como la inteligencia artificial, para reducir el esfuerzo mental. Aunque esta práctica puede ser beneficiosa al liberar recursos cognitivos para tareas más complejas, su uso excesivo plantea riesgos significativos, especialmente en la erosión de habilidades como el pensamiento crítico.
Un estudio reciente desarrollado por Michael Gerlich, publicado en Societies, reveló una correlación negativa entre el uso frecuente de herramientas de IA y las habilidades de pensamiento crítico. Los participantes que dependían más de la IA para resolver problemas o tomar decisiones mostraron un desempeño inferior en evaluaciones de pensamiento crítico.
Este enfoque se atribuye principalmente al “cognitive offloading”, ya que los usuarios tienden a aceptar respuestas generadas por IA sin analizarlas profundamente.
La investigación también destacó que este impacto es más pronunciado entre los jóvenes de entre 17 y 25 años, quienes crecieron rodeados de tecnologías digitales. Este grupo demográfico mostró una mayor dependencia de la IA y puntuaciones más bajas en pensamiento crítico, en comparación con adultos mayores (46 años o más), quienes utilizan menos estas herramientas y mantienen mejores habilidades analíticas.
Por otro lado, el nivel educativo demostró ser un factor protector: las personas con mayor formación académica eran menos propensas a aceptar ciegamente las respuestas generadas por IA y tendían a verificar la información de forma crítica.
El problema radica en que las herramientas de IA no solo proporcionan datos, sino que también ofrecen soluciones completas, eliminando la necesidad del razonamiento independiente. Esto fomenta una actitud pasiva hacia la información y reduce las oportunidades para desarrollar habilidades críticas esenciales.
Además, el sesgo algorítmico inherente a muchas herramientas de IA puede limitar la exposición a perspectivas diversas, reforzando prejuicios existentes y debilitando aún más el análisis crítico.
Aunque el “cognitive offloading” tiene ventajas como mejorar la eficiencia y reducir errores en tareas específicas, su uso indiscriminado puede tener consecuencias cognitivas negativas a largo plazo. Por ello, es crucial fomentar un equilibrio: aprovechar las capacidades de la IA sin comprometer nuestra autonomía intelectual ni nuestra capacidad para pensar críticamente.
– Los efectos de la IA en diferentes grupos demográficos
El impacto del uso de herramientas de inteligencia artificial en el pensamiento crítico varía significativamente entre diferentes grupos demográficos, como lo demuestra el estudio analizado de Michael Gerlich.
Uno de los hallazgos más destacados es la diferencia generacional: las personas jóvenes, particularmente aquellas entre 17 y 25 años, son las más afectadas por el fenómeno del “cognitive offloading”.
Al haber crecido en un entorno digital en el que las respuestas están a un clic de distancia, este grupo tiende a depender más de la IA para resolver problemas, lo que debilita su capacidad para analizar y evaluar información de manera independiente.
En contraste, los adultos mayores, especialmente aquellos mayores de 46 años, muestran una mayor resiliencia cognitiva frente a la influencia de la IA.
Esto se debe en parte a que su formación y experiencia previa no estuvieron tan influenciadas por herramientas digitales, lo que les permitió desarrollar habilidades críticas más sólidas antes de la llegada masiva de estas tecnologías. Además, suelen ser más cautelosos al aceptar respuestas generadas por algoritmos.
Otro factor importante es el nivel educativo. El estudio indica que las personas con mayor formación académica son menos propensas a aceptar ciegamente las soluciones ofrecidas por la IA. Estos individuos tienden a cuestionar la información y a buscar fuentes adicionales para verificar su validez, mostrando una mayor resistencia al debilitamiento del pensamiento crítico.
Por último, los participantes del estudio expresaron preocupaciones sobre su creciente dependencia de la IA. Aunque reconocen su utilidad para tareas cotidianas, también perciben que esta dependencia podría estar limitando su capacidad para tomar decisiones autónomas y reflexivas.
Este hallazgo subraya la necesidad de abordar estas diferencias demográficas mediante estrategias educativas y culturales que promuevan un uso más consciente y crítico de las herramientas tecnológicas.

– Implicaciones para la educación y el trabajo
La creciente integración de herramientas de IA en la educación y el ámbito laboral plantea desafíos significativos para el desarrollo y la preservación del pensamiento crítico. Aunque estas tecnologías ofrecen ventajas como eficiencia y accesibilidad, su uso excesivo puede fomentar una dependencia que debilite habilidades cognitivas esenciales.
1. Educación
En el ámbito educativo, las plataformas impulsadas por IA están transformando la forma en que los estudiantes acceden al conocimiento. Estas herramientas pueden proporcionar respuestas rápidas y personalizadas, pero también pueden desalentar el análisis profundo si se utilizan de manera pasiva.
Según el estudio, los jóvenes que han crecido rodeados de tecnología digital tienden a depender más de la IA, afectando negativamente su capacidad para evaluar la información críticamente.
Esto subraya la necesidad de integrar enfoques pedagógicos que promuevan un uso reflexivo de la tecnología. Por ejemplo, los educadores podrían enseñar a los estudiantes a cuestionar las respuestas generadas por IA, verificar datos en fuentes confiables y desarrollar habilidades analíticas independientes.
2. Trabajo
En el ámbito laboral, la IA está transformando procesos en sectores como el marketing, la salud y las finanzas. Aunque estas herramientas pueden optimizar tareas complejas, existe el riesgo de que los profesionales confíen demasiado en algoritmos, dejando de lado su propio juicio crítico. Esto podría ser especialmente problemático en situaciones en las que los algoritmos presentan sesgos o limitaciones.
Por ello, las empresas deben fomentar capacitaciones que combinen el uso de tecnologías avanzadas con habilidades humanas como el pensamiento crítico y la resolución creativa de problemas.

– Cómo mitigar los efectos negativos
Para contrarrestar los efectos negativos que el uso excesivo de herramientas de IA puede tener sobre el pensamiento crítico, es crucial adoptar estrategias que fomenten un equilibrio entre el aprovechamiento de la tecnología y el desarrollo de habilidades cognitivas.
1. Análisis independiente
En primer lugar, es fundamental promover hábitos de análisis independiente. Los usuarios deben cuestionar la validez de las respuestas generadas por IA, verificarlas en fuentes adicionales y reflexionar sobre su contenido antes de aceptarlas como ciertas. Este enfoque fomenta una interacción con la información, fortaleciendo las habilidades críticas.
2. Instituciones educativas
Además, las instituciones educativas tienen un papel clave para mitigar este impacto. Diseñar currículos que integren el pensamiento crítico como una competencia esencial y enseñar a los estudiantes a interactuar reflexivamente con datos generados por IA puede reducir la dependencia pasiva.
3. Políticas reguladoras de IA
Por último, las organizaciones y desarrolladores tecnológicos deben establecer políticas y diseñar herramientas para motivar un uso consciente de la IA. Esto incluye incorporar funciones que fomenten la verificación de datos o incluso advertencias sobre posibles sesgos en la información generada.
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La importancia de pedir ayuda ante una idea suicida…

Psicología y Mente(P.Alonso) — ¿Estás pensando en acabar con tu vida porque no encuentras otra solución? En momentos de crisis, especialmente cuando se vive una emergencia emocional, es crucial actuar con rapidez y buscar apoyo. Las emergencias psicológicas pueden surgir de manera repentina y abrumadora, haciendo que la persona se sienta sin salida y vulnerable.
– Qué hacer ante un momento de crisis
Reconocer estas señales y actuar de inmediato puede marcar la diferencia, brindando el respiro necesario para iniciar un proceso de recuperación y protección personal. Antes de hacerte daño, lee este artículo, por favor.
. Reconocer la necesidad de ayuda
Cuando los pensamientos oscuros se apoderan de nuestra mente, podemos sentirnos solos y atrapados en un ciclo de desesperanza. Es fundamental entender que estas ideas no son un reflejo de quiénes somos, sino una respuesta a un sufrimiento intenso. Reconocer que necesitamos ayuda es el primer paso para comenzar a buscar otras posibles salidas al problema o situación.
. Hablar con alguien de confianza
Compartir lo que sentimos con alguien cercano, ya sea un familiar, amigo o profesional, puede marcar la diferencia. Hablar abiertamente sobre nuestros sentimientos permite que otros nos brinden el apoyo emocional que necesitamos. No estás solo, y muchas personas están dispuestas a ayudarte a encontrar soluciones y alivio.
. Buscar ayuda profesional
Un psicólogo especializado en crisis y en prevención y gestión de conductas suicidas puede ofrecer herramientas y estrategias efectivas para enfrentar el dolor emocional. Estos profesionales tienen la experiencia y la empatía necesarias para acompañarnos en el proceso de recuperación. Si sientes que ya no puedes manejar solo el sufrimiento, buscar ayuda profesional es un paso crucial.
. Atención a emergencias
Como profesional comprometido con la salud emocional y la prevención del suicidio, atiendo emergencias psicológicas. Si te encuentras en una situación crítica o sientes que estás al borde de una crisis, estoy disponible para ofrecer una evaluación inmediata y apoyo en estos momentos difíciles. No dudes en contactarme o acudir a un servicio de emergencia, ya que tu seguridad y bienestar son lo más importante.
¿Qué pasará? Me escribirás sin compromiso por whatsapp, te atenderé en menos de 2 horas (en horario laboral – horario diurno de España) y en menos de 4 horas los festivos o fines de semana. Realizaremos una sesión de dos horas de duración a través de videollamada.
En esta sesión te escucharé y comprenderé tu sufrimiento y la situación tan compleja y aterradora que estás atravesando. Asimismo, te daré herramientas de emergencia para salir de la crisis. Una vez que te encuentres calmado, veremos la periocidad que necesitas para las siguientes sesiones, con el fin de evaluar con profundidad y trabajar las diversas causas que te han llevado a esta crisis.

– Recuerda: pedir ayuda es un acto de fortaleza
A veces, la idea de pedir ayuda puede generar miedo o vergüenza, pero es importante recordar que nadie está obligado a cargar con todo el dolor. Al abrirnos y expresar nuestras emociones, permitimos que otros nos acompañen en el camino hacia el bienestar. Pide ayuda, habla, y no te encierres en un aislamiento que solo aumenta el sufrimiento.
Si te encuentras en una situación de crisis, por favor, comunícate con un psicólogo especialista en prevención del suicidio, con los servicios de emergencia o líneas de ayuda. Si no te puedes permitir costearte un psicólogo, existen números gratuitos de asistencia inmediata para personas en riesgo. Recuerda que tu vida es valiosa y que hay quienes están dispuestos a ayudarte a encontrar un camino hacia la esperanza.
Las ideas suicidas pueden nublar nuestra visión y hacernos creer que no hay salida, pero pedir ayuda es el primer paso para encontrar luz en medio de la oscuridad. No dudes en hablar, en buscar el apoyo que necesitas y en recordar que, incluso en los momentos más difíciles, hay esperanza. Tu bienestar importa, y juntos podemos superar los desafíos que la vida nos presenta.
Si tú o alguien que conoces está en crisis, busca ayuda de inmediato. La vida merece cada esfuerzo, y pedir ayuda es el comienzo de un camino hacia la recuperación.
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La Meditaciones de Marco Aurelio, la nueva biblia del conformismo moderno para emprendedores de LinkedIn y asalariados resignados…

Si te duele algo externo, no es eso lo que te perturba, sino tu juicio sobre ello.
Y tienes el poder de revocar ese juicio ahora mismo.
(Meditaciones, Libro VIII, 47)
JotDown(H.Ledesma) — Amigas, amigos, lectores masoquistas que a pesar de tener un espíritu crítico cultivado en nuestras estupendas universidades públicas han tenido la infeliz idea de buscar sentido en la última moda de autoayuda disfrazada de filosofía: Marco Aurelio y sus Meditaciones, este artículo es para vosotros.
Sí, porque parece que el nuevo mantra del coaching empresarial y del influencer con ínfulas de filósofo es que uno debe abrazar el estoicismo como si se tratara de un bálsamo para las neurosis modernas.
Ya sabéis, los mismos que antes recomendaban ayunar para alcanzar la iluminación ahora recitan las Meditaciones entre reels de Tiktok y fotos instagrameras de su desayuno con chía y aguacate. Si Epicuro levantara la cabeza, se la volaría con una recortada.
El malentendido comienza con la imagen que se ha construido en torno a Marco Aurelio. Al parecer, ha pasado de ser el último de los «cinco buenos emperadores» —lo que, teniendo en cuenta la competencia, tampoco es para sacar pecho— a convertirse en una especie de gurú del crecimiento personal.
Y todo porque escribió un diario privado en el que intentaba convencerse de que la vida no era tan miserable como parecía. Por algún motivo, ahora se nos presenta a Marco Aurelio como un asceta de la fortaleza mental, un precursor del mindfulness con paludamentum, un precursor del «sé tú mismo» con ejército y con la capacidad de decidir quién vivía y quién moría. Si eso no es ironía, que baje Séneca y lo vea.
Si uno se permite el lujo de escarbar bajo la pátina dorada con la que el tiempo y los entusiastas del desarrollo personal han revestido a Marco Aurelio, pronto descubre que su fulgor no es el de un sol naciente, sino el reflejo tardío de una llama ajena. No fue él el artífice de la fortaleza estoica, sino apenas un eco, un discípulo aplicado de Epicteto, el esclavo lisiado que, en un giro perverso del destino, terminó sus días instruyendo a los poderosos en el arte de sobrellevar su propia insignificancia sin alzar demasiado la voz.
Su enseñanza no prometía redención ni transformación, solo una aceptación férrea del implacable devenir: «No pretendas que las cosas ocurran como tú quieres». Acepta, sométete, respira hondo y sigue caminando.
Este mensaje ha sido reciclado, convenientemente, en el siglo XXI para que el asalariado medio lo asuma con una sonrisa mientras aguanta sueldos de miseria y una inflación que parece diseñada por Escher. ¿Qué más da que la sociedad sea injusta si puedes practicar el estoicismo y sentirte espiritualmente libre mientras te explotan?
Un hallazgo maravilloso para los departamentos de recursos humanos del mundo, que han encontrado en Marco Aurelio el coach ideal: no pide aumentos, no exige derechos, y, lo mejor de todo, enseña a sus seguidores a convencerse de que la culpa de su sufrimiento es solo suya por no aceptar la realidad con la suficiente serenidad.
Y ojo, que este humilde y provocador articulista no está en contra del estoicismo. Javier G. Recuenco y Guillermo de Haro han conseguido en El pequeño libro de la filosofía estoica lo que la mayoría de los seguidores contemporáneos de Meditaciones de Marco Aurelio ni siquiera intentan: una aproximación rigurosa, con perspectiva histórica y sin caer en la caricatura de la autoayuda.
Mientras que el estoicismo ha sido secuestrado por entusiastas de LinkedIn que lo reducen a frases motivacionales sobre la resiliencia en el entorno corporativo, este libro se detiene a explicar por qué el estoicismo no es un simple manual para aguantar el chaparrón, sino una herramienta filosófica para enfrentarse al mundo con lucidez.

En lugar de transformar a Marco Aurelio en un coach emocional con laureles imperiales por la apropiación indebida de los publicistas que saquean la historia de filosofía para vender productos ideológicos, Recuenco y de Haro recuperan la raíz filosófica del estoicismo, su conexión con la incertidumbre y su utilidad para comprender, más que para simplificar, el caos de la existencia.
No venden humo, no prometen que el estoicismo hará de nadie un CEO de éxito ni que con disciplina y control emocional se resolverán todos los problemas. Su propuesta es más honesta: entender el estoicismo en su contexto y examinar por qué sigue despertando interés en una época que, más que nunca, necesita pensamiento crítico y no placebo filosófico enlatado.
El estoicismo original era radical en su aceptación del destino, en su creencia de que la verdadera libertad consistía en no resistirse a lo inevitable. ¿Tienes hambre? Acéptalo. ¿Te han degradado en el trabajo? Acéptalo. ¿Te han partido una pierna? Acéptalo también. Y así, en un hermoso círculo de aceptación que, por algún motivo, a los poderosos les pareció fascinante.
No es casualidad que Marco Aurelio, el emperador más poderoso del mundo conocido, decidiera que esta filosofía era la ideal para gobernar su propia ansiedad imperial. El estoicismo era perfecto para justificar el orden establecido: no luches, no cuestiones, solo acepta. La vida es dura, el poder es arbitrario, los dioses son indiferentes y tú no puedes hacer nada al respecto. ¡Qué consuelo!
Ahora bien, ¿cómo es posible que este mensaje, diseñado para resignar a los esclavos y emperadores por igual, haya sido transformado en una herramienta de autoayuda? Fácil. Se ha pasado por la trituradora de la positividad tóxica. Los modernos entusiastas de Marco Aurelio han eliminado la parte en la que la resignación era el punto final de la reflexión.
En su lugar, han insertado una especie de estoicismo de gimnasio, donde la disciplina personal se convierte en una herramienta para alcanzar el éxito.
Lo que Epicteto veía como un camino de aceptación de la impotencia ante el destino, ahora se vende como un método para ser más eficiente en el trabajo y menos quejica ante la explotación. Los estoicos originales habrían vomitado ante tal tergiversación.

Pero no se preocupen, que la cosa empeora. Porque el estoicismo de Marco Aurelio, en esta versión de supermercado, ya no es una filosofía, sino una actitud de vida optimista con citas sacadas de contexto y mezcladas con eslóganes motivacionales promovidas por el esnobismo de los que por ignorancia voluntaria han perdido la capacidad de raciocinio y se someten a los dictados dominantes.
«Controla lo que puedas y acepta el resto» se ha convertido en una frase perfecta para ilustrar camisetas en congresos de emprendedores, justo al lado de «El éxito es cuestión de mentalidad» y «Si puedes soñarlo, puedes hacerlo». Es decir, una reducción grotesca de un pensamiento que, en el mejor de los casos, era una forma elegante de rendirse ante la inevitabilidad del sufrimiento.
Lo más divertido es que, cuando uno lee realmente el primer diario espiritual de Europa, lo que encuentra es a un hombre que está tratando de convencerse de que todo tiene sentido mientras lidia con la peste, las guerras y la certeza de que su hijo Cómodo es un inútil absoluto que arruinará el Imperio en cuanto él muera.
No es un libro de autoayuda, es un ejercicio de autoflagelación mental. Marco Aurelio se repetía que debía ser fuerte, que no debía dejarse llevar por las pasiones, que debía recordar que todo es efímero. Y lo hacía porque, en el fondo, estaba aterrorizado por la vida que le había tocado vivir. ¿Suena a alguien que haya alcanzado la paz interior? No lo parece mucho.
Así que la próxima vez que alguien les asegure que Marco Aurelio puede mejorar su vida, pregúntenle si estaría dispuesto a aceptar una rebaja salarial en nombre del estoicismo. Si, después de eso, sigue entusiasmado con la filosofía del emperador, quizás estemos ante un auténtico discípulo del viejo Marco.
O, más probablemente, ante un directivo de recursos humanos con talento para disfrazar el control ideológico de desarrollo personal.
Y no olviden, queridos y pacientes lectores, que la perspectiva desde la que Marco Aurelio escribió sus Meditaciones pertenece a un emperador del siglo II, no a un asalariado de la era industrial.
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Llevamos milenios utilizando muñecas de vudú…

The Conversation(M.M.M.Marqués) — Pocos elementos del vudú son tan popularmente conocidos –gracias especialmente a las películas– como las voodoo dolls, muñecos o muñecas vudú.
En la pantalla grande aparecen en escenas en las que alguien les clava algún objeto con la intención de causar daño a las personas que, teóricamente, representan –con mejor o peor fidelidad–.
Aunque su creación puede deberse a razones tanto buenas como malas, también pueden ser muñecos meramente representativos. Por ello, algunos reivindican dentro de esta misma categoría a la denominada Venus de Willendorf y a otras figuras del Paleolítico Superior, el Neolítico o la Edad del Bronce.
Las muñecas mágicas pertenecen al amplio campo de la magia de la imagen, y buscan canalizar una fuerza sobrenatural hacia un propósito concreto. Con su elaboración se persigue que las acciones ejecutadas sobre una imagen se reproduzcan en la persona representada.
Para potenciar su efecto, en el relleno de las muñecas se incluyen pelo, recortes de uñas, saliva u otros fluidos corporales de quien será afectado por el hechizo, o bien una pequeña pertenencia personal, como una pieza de joyería o un peine.
Independientemente del propósito último que tengan, las muñecas mágicas tienen que ser activadas para acceder a su poder, en ceremonias o rituales que suelen exigir el trabajo de un experto hechicero o sacerdote.
– Muñecas mágicas desde la Prehistoria

Ya en el Calcolítico europeo, puede relacionarse la rotura de figurillas de arcilla, el acto de envolverlas u otras manipulaciones con acciones mágicas.
Sabemos de inscripciones y referencias literarias de la Grecia y Roma antiguas, en el siglo VI a. e. c., con muñecas de cera o lana que son quemadas (en muchos casos), atravesadas con agujas o sacrificadas de otro modo.
Se conocen actos mágicos “protagonizados” por muñecos –a veces reforzados con elementos orgánicos del sujeto del hechizo– desde el reinado de Ramsés III (en el siglo XII a. e. c.) hasta el Éufrates del siglo XIV, pasando por Juan XXII –que se sintió amenazado por figuras de cera– o las elaboradas por hechiceros en el siglo XIV para hacer perecer a Carlos de Valois.
Sabemos también de la existencia de figurillas perforadas durante los reinados de Carlos IX y Enrique III de Francia, y otras de uso mágico durante el reinado de Luis XIII, así como en sucesos posteriores.
También se dieron casos en Inglaterra, como el intento de atentado a Enrique VI mediante la exposición a fuego lento de una efigie suya de cera elaborada por hechiceros.
En Canarias –a donde llega la magia desde Castilla, Andalucía y Portugal– el método más utilizado para maleficiar era precisamente utilizar al muñeco que representa a la víctima del hechizo.
Lo encontramos desde los primeros decenios del siglo XVI hasta el siglo XIX. Suelen estar hechos de cera, o de tela procedente, generalmente, de la ropa del maleficiado. El muñeco es normalmente clavado con alfileres y enterrado.

Hay testimonios de que un tipo de muñecos mágicos muy frecuente en el folclore inglés, los poppets, llegaron a América al menos a finales del siglo XVII, probablemente llevados por los colonos.
En concreto, aparecieron en los “juicios de las brujas de Salem”.
Durante el interrogatorio de Candy, el 4 de julio de 1692, esta presentó dos rudimentarios muñecos de trapo.
Los objetos causaron terror entre las testigos, que se afligieron cuando los pellizcaron y dijeron que se sentían quemar cuando se prendió fuego a uno de los trapos.
Al sumergir estos objetos en agua dos de las testigos sufrieron ataques como si se ahogasen.
– Muñecos de poder
La magia de la imagen puede presentar también otros aspectos muy interesantes. En el vudú la efigie tiene, en ocasiones, un papel meramente representativo, con esencia espiritual y fuerza simbólica, pero sin que haya acción física sobre ella.

Así, se conoce la existencia de un muñeco que representa un hungan, sacerdote del vudú haitiano, un personaje muy respetado al que se atribuyen los poderes de clarividencia y adivinación.
En la película de terror La serpiente y el arco iris, de Wes Craven (1988), se puede ver a un hungan con atuendo característico, gorro y pañuelo rojos, dirigiendo una ceremonia.
Igualmente en el documental Los Misterios del Vudú aparece a un hungan de Artibonito (Haití) con gorro y pañuelo rojos invocando al Baron-Samedi, uno de los loa (espíritus) del vudú haitiano.
Durante esa ceremonia, vemos que, colocadas cerca del lugar donde el sacerdote desarrolla el rito, reposan unas muñequitas rojas y negras que representan a personas.
La ceremonia que se desarrolla tiene como objetivo que el Baron-Samedi imparta justicia en un litigio, ejecutando su sentencia sobre el culpable. Las muñecas serán las encargadas de transmitir el resultado a las personas que representan.
En resumen, la tradición de muñecos mágicos existe desde hace miles de años, y perdura, sobre todo, en Luisiana y Haití, donde el sistema mágico-religioso del vudú sigue vivo.
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Arthur C. Brooks, experto de Harvard: «Una forma de hacer feliz a alguien es pidiéndole un favor»…

National Geographic(C.Vacas) — Enseñar, ofrecer, regalar, proveer y dedicar, entre otros, son verbos que reflejan el impulso humano de ser generoso: la evolución nos ha programado para socializar y cooperar con el prójimo, independientemente de cuáles sean las normas culturales que moldeen estas interacciones.
Varias investigaciones así lo han demostrado: una de los más recientes, publicada en la revista científica Nature, realizó un análisis sobre la forma en que personas de distintos países y contextos sociales compartían recursos, y confirmó lo que ya sugería Aristóteles allá por el IV a.C.: que los actos de bondad son universales, y que nos enriquecen como seres humanos.
Así, que sabemos dar está claro, como también que ello nos llena. Pero, ¿qué papel ocupa nuestra capacidad para recibir cuando hablamos de satisfacción personal? Arthur C. Brooks, científico de Harvard y experto en felicidad, responde a esta pregunta con una metáfora simple: «la generosidad es más sana y mejor cuando, como la circulación de la sangre, da vueltas y vueltas».
– Si quieres hacer feliz a alguien, pídele un favor
Si dar —sea cariño, conocimiento, bienes materiales o tiempo— nos hace más felices, inevitablemente tendremos que aprender a recibir lo mismo para hacer felices a los demás.
El científico, de hecho, cuenta en su columna Cómo construir una vida, en The Atlantic, que la filosofía del «dar pero no tomar» esconde detrás una forma de egoísmo, «porque se apropia para el dador de todo el prestigio moral de la generosidad, mientras que impone al receptor un sentimiento de deuda«, explica.

Aunque la clave del altruismo reside en no esperar nada a cambio, Brooks insiste en que debemos ofrecer a nuestros amigos, familiares, cercanos, e incluso a los extraños, la oportunidad de ser generosos con nosotros. Solo con esta reciprocidad se llega, en palabras del experto, a la plena felicidad, tanto personal como de los individuos con los que interactuemos.
Asimismo, los estudios en la materia sostienen que pedir a alguien un pequeño favor puede abrir la puerta a que, más adelante, la generosidad de esa persona aumente, debido a la sensación de felicidad que ha producido ese primer acto de ayuda: citando a Benjamin Franklin en su columna, «aquel que una vez te ha hecho un favor estará más dispuesto a hacerte otro, que aquel a quien tú mismo has obligado».
– Pero no de cualquier manera
No significa esto, sin embargo, que, por la premisa de hacer felices a los demás, vayamos a estar pidiendo favores a diestra y siniestra. Las investigaciones realizadas hasta la fecha apuntan más bien a actos cotidianos como invitar a un café, abrir la puerta a alguien que va cargado, hacer compañía durante la realización de una actividad tediosa (trámites y gestiones, por ejemplo) o incluso dar un consejo.
Y en cuanto a lo último, aconsejar es precisamente una acción que a la gente le encanta llevar a cabo: nos sentimos bien cuando alguien nos pide opinión acerca de una cuestión sobre la cual pensamos que tenemos cierta experiencia o autoridad, independientemente de que al final la otra persona no siga nuestras recomendaciones.
Así pues, es una buena práctica social, dice Brooks, pedir consejo expresamente a los demás: un pequeño gesto recíproco que, además, no genera gran gasto ni de energía ni de dinero.
Con todo, es importante saber dónde está el límite y tener en cuenta lo que el experto describe como «escandalosa presunción de generosidad»: las personas con las que nos relacionamos no tienen la obligación de ser generosos con nosotros, por lo que una exigencia por nuestra parte podría desencadenar su rechazo y, en consecuencia, un episodio de descontento.
Del mismo modo, la deuda nunca puede ser un ingrediente presente en la receta de las interacciones sociales: «los favores son solo eso, favores», señala Brooks, y pensar que la persona que nos los ofrece busca un beneficio de nuestra parte constituye no solo una ofensa a su bondad, sino también un reflejo de lo que somos.
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Cambio climático: lo que ocurrió y seguirá ocurriendo…

Meer(R.A.Torres) — Años después del “decepcionante y colosal fracaso” de la Cumbre Río+20, entre el 2019 y el 2022, el presidente Jair Bolsonaro permitió que intencionalmente se deforestaran cerca de 34,000 kilómetros cuadrados de selva amazónica para favorecer la explotación comercial del terreno, dedicarlo a la ganadería y la agricultura intensiva y promover la minería, aplicando políticas de gobierno tendientes a la reducción de la protección ambiental que favorecían abiertamente la comercialización y la explotación agrícola y empresarial.
Todo esto fue en detrimento de las tribus indígenas que habitaban las zonas devastadas y, ni que decir, de la devastación de la vida silvestre y la contaminación ambiental provocada.
A la Cumbre Río+20 del 2012 le siguieron varias Conferencias de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático o COP. La última y más importante fue la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2023.
¿Por qué? Porque esa COP (más conocida como COP28 de Dubái, Emiratos Árabes Unidos), por primera vez en la historia, concluyó con varios resultados significativos:
- Principio del fin de la era de los combustibles fósiles: Se acordó la necesidad de abandonar los combustibles fósiles, sentando las bases para una transición justa y equitativa.
- Objetivos de energía renovable y eficiencia energética: Se estableció la meta de triplicar la capacidad de energía renovable y duplicar las mejoras en eficiencia energética para 2030.
- Fondo para pérdidas y daños: Se creó un fondo con aportaciones iniciales de 700 millones de dólares para apoyar a las comunidades vulnerables.
- Compromisos de empresas del sector energético: Varias empresas del sector del gas y petróleo se comprometieron a reducir sus emisiones de CO2 y metano.
- Participación récord: La cumbre contó con una participación sin precedentes de países y grupos de la sociedad civil.
Y también, por primera vez, se tomaron medidas importantes para abordar la deforestación:
- Legislación más estricta: Se acordó fortalecer las leyes que regulan la tala de árboles y proteger los bosques.
- Áreas protegidas: Se establecieron nuevas reservas forestales y parques nacionales para conservar ecosistemas críticos.
- Monitoreo y control: Se implementaron sistemas avanzados de monitoreo para detectar y prevenir actividades ilegales de tala y explotación forestal.
- Restauración de ecosistemas: Se lanzaron iniciativas para restaurar áreas degradadas mediante la reforestación y la rehabilitación de suelos.
- Participación comunitaria: Se promovió la participación de comunidades locales en la gestión y conservación de los bosques.

Esas medidas no solo buscaban proteger los bosques existentes, sino también restaurar los ecosistemas degradados y asegurar un enfoque sostenible y equitativo sobre el tema por parte de los países miembros en las futuras cumbres.
Muy tristemente debo decir que eso no se cumplió. La COP 29 celebrada en Bakú, Azerbaiyán, concluyó con resultados insuficientes.
El principal acuerdo fue triplicar la financiación a los países en desarrollo, pasando de $100.000 millones anuales a $300.000 millones de dólares anuales para el año 2035, con el objetivo de proteger las vidas y medios de subsistencia de los habitantes de esos países.
¿Por qué digo insuficientes?
Porque, actualmente, el cambio climático le cuesta al mundo cerca de $16 millones/hora, según dio a conocer un informa del Foro Económico Mundial en el 2023, y se espera que ese costo vaya en aumento, año tras año.
Teniendo en cuenta que 1 año tiene 8760 horas, para el año 2035 el cambio climático le habrá costado al mundo más de $1.681.920 millones, más de 5,6 veces lo propuesto en la COP 29.
Otro informe señala que el costo global de los daños causados por el cambio climático rondará entre los $1.7 y $3.1 trillones al año para el 2050. Estos daños incluirían la infraestructura, la propiedad pública y privada, la agricultura y la salud humana.
Para el 2025, la COP 30 será en Belém de Pará, Brasil. Esperemos que, para esa ocasión, los países sí alcancen acuerdos suficientes. De lo contrario, estaremos sentenciando a la humanidad a nuestro propio antropoceno.
No obstante, a partir de la COP 30, la humanidad (es decir, los representantes de los gobiernos que la representan, valga la redundancia) debería centrarse en reducir al máximo la contribución al cambio climático por la acción humana, con las causas ya mencionas: gases de efecto de invernadero, contaminación industrial y de productos de consumo como plásticos, deforestación y sobrexplotación de los recursos naturales.
¿Por qué? Porque, al igual que crecerá el costo global de los daños causados por el cambio climático, también crecerán, año a año, los efectos del cambio climático sobre el planeta.
Los eventos como huracanes y ciclones tropicales serán cada vez más fuertes y frecuentes. También las inundaciones y sequías, y el aumento de la temperatura se hará más drástico.
De hecho, las proyecciones de modelos climáticos del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) concluyó que, durante el Siglo XXI, la temperatura superficial global subirá entre 0,3 °C y 1,7 °C para su escenario de emisiones más bajo, a entre 2.6 °C y 4.8 °C para el mayor escenario.
Conclusiones que, desde que dio el Quinto Informe de Evaluación (AR5) en el año 2013 (informe en el que se basó la primera proyección de escenarios) no han sido disputadas por ninguna organización científica de prestigio nacional o internacional. Por el contrario, han sido respaldadas por las academias nacionales de ciencia de los principales países industrializados, usando modelos de mitigación.
¿Qué nos traerá todo eso a futuro? Los efectos anticipados del cambio climático a futuro proyectan aumento en las temperaturas globales, la subida del nivel del mar, un cambio drástico en los patrones de las precipitaciones y una expansión de los desiertos subtropicales.
Se espera, además, que el calentamiento sea mayor en la tierra, principalmente en las superficies cubiertas por concreto y en las ciudades. Y, en relación a los océanos, que el más acentuado se de en el Ártico, con un continuo retroceso de los glaciares, el permafrost y la banquisa.
Ya lo estamos viendo: fenómenos meteorológicos extremos más frecuentes, olas de calor y frio, sequías, lluvias torrenciales, fuertes nevadas, acidificación del océano, extinción de especies animales y vegetales.
Para nosotros los humanos, se espera una clara y fuerte amenaza a la seguridad alimentaria global por la disminución del rendimiento de las cosechas, la pérdida de los hábitats naturales y la migración masiva.
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Ser abuelo en tiempos modernos: ‘Todo es diferente en la crianza, nos sentimos desplazados’…

Psicología y Mente(N.Pérez) — Los tiempos cambian y también la forma de criar a los niños. Prácticas como la lactancia a demanda, el colecho, la alimentación sin azúcares, la crianza sin castigos y la validación emocional han reemplazado el modelo tradicional por uno más centrado en el apego seguro y la autonomía infantil. Para muchos abuelos, estos cambios resultan desconcertantes y generan fricciones con sus hijos, ahora convertidos en padres.
Pilar, abuela de un niño pequeño, lo ha vivido así: “A veces tenemos que decirles: ‘Te acuerdas que yo te he criado?’”, explica con una mezcla de asombro y resignación. Crió a su hija en otra época, cuando volver al trabajo a los tres meses y alimentar con biberón era la norma. “Le di biberón porque lo de dar el pecho ni en mis mejores sueños”, recuerda.
Hoy, le sorprende la importancia que tiene la lactancia materna en la crianza de su hija. “Es genial que las madres puedan elegir, pero ahora parece que todo gira en torno a eso”. Lo que más le pesa, explica, es la sensación de ser «cuestionada». “A veces nos sentimos demonizados”, admite. Pilar nunca imaginó dar indicaciones a su madre o suegra sobre cómo criar a su hija, pero ahora percible que ella, como abuela, recibe instrucciones detalladas sobre qué hacer y qué evitar.
Para María Rosa Resola, psicóloga infanto-juvenil y directora del Centro Imago en Villalba, Madrid, el problema no es solo la diferencia de enfoques: «Ha habido un cambio de paradigma en pocos años. En cuestión de tres décadas, se ha avanzado mucho en investigación en salud y el modelo de crianza ha cambiado», explica a Psicología y Mente.
Esto, argumenta Resola, hace que muchos abuelos, que en su momento recibieron una crianza en la que sí se invalidaron sus emociones infantiles, ahora tengan dificultades para entender cómo validar y acompañar emocionalmente a sus nietos. A la vez, esto hace que se sientan juzgados por sus propios hijos.
La nueva generación de padres tampoco sienten tenerlo fácil. El sistema actual, las jornadas maratonianas y la precariedad laboral y de conciliación han convertido a los abuelos en una red indispensable para la crianza. En España, un 35% de los mayores de 65 años cuidan de sus nietos varios días por semana, según Aldeas Infantiles SOS (2023). Este porcentaje es superior al de países como Francia (13%) o Alemania (15%), pero menor que el de México (61%) o Ecuador (86%).
Laura, madre de dos niños, ha tenido que encontrar un equilibrio entre su crianza y la participación de los abuelos. “Intentamos que los niños vayan con sus abuelos para estrechar vínculos y que no sea solo para sacarnos trabajo a nosotros”, explica. La maternidad cambió su relación con su propia madre.
“Cuando te conviertes en madre, revisas mucho tu relación con ella, porque ya no eres solo su hija, eres la madre de su nieta” y cuenta como ha tenido que ir moldeando la comunicación con sus propios padres para que no se sintieran «fiscalizados». Una tarea que, segun apunta, no ha estado exenta de conflictos: “Antes, si un niño se enfermaba, enseguida le daban antibióticos.
Ahora seguimos otras recomendaciones médicas, y eso les cuesta entenderlo”. También le ha resultado difícil explicarles por qué sus hijos no consumen azúcar ni sal en los primeros 3 años de vida. “Al principio les costó mucho aceptar que no les podrían dar un helado, pero con el tiempo han entendido que es un regalo en forma de salud”.
Para muchos abuelos, estas restricciones pueden ser difíciles de asimilar. Alberto, de 67 años y abuelo de dos, lo expresa con frustración. “Hablo con amigos de mi edad y todos se sienten igual: desplazados”, dice. Y añade: “Cuando se trata de comida, te hacen sentir como si fueras un asesino en serie”, comenta con ironía. Si bien reconoce que los nuevos padres están bien informados, cree que a veces son “demasiado radicales”.
“Los padres de hoy están demasiado influenciados por los ‘gurús’ de la crianza y la alimentación», se queja. Aunque entiende la importancia de una alimentación saludable, no comparte las restricciones extremas. “No le voy a dar caramelos todos los días; pero soy su abuelo, y el domingo debería poder comprarle un helado o un capricho”, rebate.
Sobre los límites y las licencias que los abuelos pueden tener con los nietos, Resola señala: «Un abuelo que un domingo da un helado no es un problema. Los niños entienden la flexibilidad. Pero si los abuelos pasan demasiado tiempo con ellos, como está pasando, no pueden estar constantemente dándoles caprichos, porque deja de ser una excepción y se convierte en norma», apunta la psicóloga.
– Del “no” al azúcar al “no” a los regalos
En el caso de Laura, el choque con sus propios padres también se ha dado con el tema de los regalos y el consumismo.
“Nos cuesta hacerles entender que, en lugar de comprar un juguete nuevo, los niños pueden heredar uno usado”.
Para los abuelos, que crecieron con carencias materiales, esta idea es difícil de aceptar.
En esa línea se expresa Pilar, su hija también le puso restricciones en el número de regalos en Navidad: “Al final, lo acabas entendiendo, pero te apenas”, explica resignada.
Otro tema que genera debate es la educación emocional. “Tienen muy interiorizado el ‘No llores por esta tontería’, mientras que nosotros procuramos evitar esas frases”, explica Laura. Para evitar conflictos, en su familia han optado por que cada uno hable con sus propios padres y que no haya cruces tensionales.
“En los temas de salud, aunque sea a regañadientes, nos hacen caso. Pero la ‘sorpresita’ de los abuelos para sus nietos es una batalla perdida”, dice con resignación esta madre.
A pesar de las tensiones, Pilar y Alberto no se resignan a perder su identidad como abuelos a la vez que interiorizan los cambios. Pilar admite que lee mucho sobre crianza para entender a su hija pero confiesa: “Cada vez voy ejerciendo de abuela como yo quiero”. Alberto, tambien admite saltarse algunas de las normas de crianza que le imponen sus hijos: “Me las salto porque quiero ejercer de abuelo”.
– Cómo hablar con nuestros padres sobre crianza y sin conflictos

Para evitar que estas diferencias generacionales se conviertan en conflictos, María Rosa Resola recomienda algunas estrategias:
- Validar su experiencia: «Sé que hiciste lo mejor que pudiste con lo que sabías en ese momento, y te lo agradezco».
- Explicar que la ciencia avanza: No es cuestión de modas, sino de nuevos conocimientos sobre el desarrollo infantil.
- Hablar desde el ‘yo’ en lugar del ‘tú’: En vez de «Vosotros lo hicisteis mal», decir: «Nosotros hemos decidido hacerlo de esta forma porque nos hace sentir más tranquilos».
- Involucrarlos: Ponerlos en situaciones donde puedan colaborar sin sentirse excluidos.
- Compartir información sin imponer: Libros, artículos o videos pueden ayudar a generar un cambio de perspectiva. “Desde la empatía y la claridad, es posible explicar por qué criamos diferente, sin culpar ni herir. Al final, todos —padres y abuelos— queremos lo mismo: el bienestar de los niños”, concluye Resola.
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La vanguardia ¿mira al futuro o al pasado?

Para que una idea sea aceptada debe pasar por tres fases:
En primer lugar, será ridiculizada; después, sufrirá una oposición violenta; y, por último, será aceptada como evidente.
(Arthur Schopenhauer, 1788 -1860)
JotDown(B.Ortín) — La primera referencia de la palabra vanguardia nos remite a su etimología Avant garde: los que van delante protegiendo al resto.
Lo vanguardista comporta un riesgo, ya que puede poner en peligro lo ya conseguido. Y eso conecta con un temor atávico que se refiere a la posibilidad de expulsión de la propia tribu. Esto nos pasa cuando lanzamos alguna idea nueva a nuestros grupos de referencia y tememos que no sea aceptada y, en consecuencia, que podamos sufrir desaprobación. También pasa cuando las publicamos, como es el caso de la inquietud incipiente que siento al escribir este artículo
La vanguardia quiere dar respuesta a una necesidad colectiva detectada, aunque su aceptación no sea inmediata.
En el caso de las disciplinas que estudian el comportamiento humano, uno de los primeros y vanguardistas relatos de construcción de la personalidad estuvo a cargo del psicoanálisis freudiano. Teoría que aspiraba a ordenar el discurso de la propia historia biográfica y con ello a mitigar el sufrimiento existencial del paciente.
Hasta entonces el pensamiento colectivo estaba más orientado a que la persona se adaptara mecánicamente a la sociedad en la que le había tocado vivir sin tener en cuenta sus peculiaridades subjetivas. El psicoanálisis enfatiza una teoría de la personalidad que devuelve al ser humano el poder y autogobierno sobre su propia vida.
Más adelante, a algunos pensadores les pareció que era una disciplina demasiado racional y muy volcada al pasado. En este tiempo emerge la escuela Gestalt, entre otras, que hace valer la importancia de lo que sentimos emocionalmente en el momento presente.
También surge la Terapia Breve y Estratégica con el fin de acortar tiempos de duración del proceso terapéutico y orientar la atención al tiempo presente en lugar del pasado. Este enfoque enfatiza que la clave del cambio personal no está tan vinculada a generar un nuevo discurso sobre la propia vida sino a orientarse a la acción en el aquí y ahora, comportándose de un modo diferente al que se tenía por costumbre.
Imaginemos la historia de alguien que se está ahogando en el río y pide ayuda a una persona que está en la orilla. En ese momento, este le responde:
—Disculpe, antes de socorrerlo y para hacerlo correctamente, voy a visitar el nacimiento del río para poder comprender las causas que le han llevado a usted a esta situación.
Es fácil imaginar que la persona del río incremente su inquietud por lo que le va a tocar esperar hasta que su rescate se realice. El tipo piensa que quizá hubiera sido más eficiente que le ayudara a salir del río como fuera y con más serenidad investigar el proceso que le llevó a esta situación.
Este sería el relato que quizá le contaría la Terapia Breve al psicoanálisis.
El enfoque cognitivo conductual también está vinculado con la prescripción de acciones y comportamientos adecuados para el paciente.
Otras escuelas como la arteterapia o la neurolingüística echaron de menos la mente sensorial. Defendieron que además del pensamiento racional, es relevante nuestro sistema perceptivo. Ya que todo lo que pensamos se inició con un proceso de percepción de imágenes, sonidos y sensaciones. Y esta es la base del pensamiento. Si logramos cambiar esa percepción, podremos alterar nuestro pensamiento y emoción sobre lo que nos preocupa.
El enfoque sistémico también nos llamó la atención sobre la importancia del contexto familiar y social en el que se produce el síntoma para poder interpretarlo correctamente.
Recuerdo la historia del joven que estaba interno en un centro de reforma judicial en alguna ciudad de Rusia. Este joven tenía la costumbre de embadurnarse a diario con sus propias heces. Este comportamiento está identificado como síntoma grave de desorden mental.
En una ocasión, un adulto que estaba a cargo de los internos y que estaba observando a este joven, se preguntó a sí mismo en voz alta: —¿Por qué hará esto este muchacho? Otro interno que pasaba por ahí y lo escuchó, le respondió: —¿Qué haría usted para no ser violentado sexualmente en un lugar como este? Y era cierto, a este joven nadie se le acercaba jamás. De modo que lo que parecía un síntoma de desorden mental funcionaba como sistema de defensa en un contexto altamente amenazante.
Volviendo a la evolución de las disciplinas del comportamiento.
Más adelante, se volvió a echar de menos la influencia de nuestro pasado en el presente y cobró nuevo vigor, el trabajo con el árbol genealógico.
La psicogenealogía nos dio excelentes claves para relacionar lo que nos preocupa ahora con las vivencias de nuestros ancestros.
Algunos psicoanalistas del este de Europa como María Torok, Eiguer y Boszormeny Nagy, entre otros, comprobaron el daño de la Segunda Guerra Mundial, cinco o seis generaciones posteriores, cuando todo había ya pasado hace tiempo.
El pasado es hermoso porque nunca comprendemos una emoción en el momento. Se expande más tarde, y por eso no tenemos emociones completas sobre el presente, tan solo sobre el pasado.
(Virginia Woolf)
Tampoco deseo repasar y nombrar todas las disciplinas que estudian el comportamiento humano. Existen muchas escuelas significativas en este sentido. Solo pretendía mostrar el mecanismo por el que se genera el cambio de enfoque en distintas épocas históricas y cómo pueden llegar a convertirse en propuestas innovadoras.
Y entonces, podemos entender la vanguardia como la mejora permanente de la comprensión de la realidad. Pero ¿cuándo ocurre? ¿Cómo sentimos que hay que renovar lo que nos es conocido?
En líneas generales, cuando los humanos detectan una necesidad que no está cubierta con la actual línea de pensamiento, se disponen a generar alguna solución para ello. Sin embargo, no me parece fácil detectar una nueva necesidad a estas alturas. Más bien me inclino a pensar que la mentalidad colectiva detecta algo esencial que el tiempo presente ha olvidado. Y en esas épocas de transición entre lo clásico y lo novedoso se produce una crisis que genera inseguridad individual y colectiva.
El viejo mundo muere
El nuevo tarda en aparecer
Y en ese claroscuro
surgen los monstruos.
(Antonio Gramsci)
Entonces, ¿la vanguardia mira hacia adelante o hacia atrás en el tiempo? ¿Se orienta al futuro o revisa que no se pierda la completitud alcanzada en el pasado? ¿Busca lo novedoso o desea recuperar lo clásico?
¿El tiempo es lineal o circular? El mito del eterno retorno
(Mircea Eliade)
Cada época tiene una vanguardia que conecta con cosas antiguas con el objetivo de dar completitud a la vida, como si vigilara que no se pierda lo esencial.

Por ejemplo, el arte abstracto nació a partir del exceso de realismo figurativo. Por otra parte, los impresionistas se inspiraron en Goya y los artistas tradicionales japoneses. Y Picasso, con el cubismo, se inspiró en el antiguo arte africano para iniciar una de las vanguardias más relevantes del siglo XX.
El realismo y, por otro lado, la expresividad pictórica altamente simbólica en pintura, dio nacimiento a la práctica del collage, que buscaba incorporar un fragmento de la realidad vital a la obra artística. Como si dijera: no nos olvidemos de lo que ocurre en la realidad.
De otro modo, pero en una línea parecida, el discurso punk quiso recuperar la parte sombría de nuestra civilización ante la luminosidad amorosa y globalizadora de la cultura hippy.
A veces pienso que es posible que la época que vivimos en la arquitectura con ese predominio actual de lo blanco y lo liso está preparando una nueva etapa de formas y colores hiperexpresivos y voluptuosos.
En otro sentido, podríamos definir lo clásico como un espacio intermedio que conecta el presente con lo que sirvió a la humanidad en el pasado. Quiero decir: desde siempre.
Plantear ideas innovadoras o recuperar dimensiones de la realidad que con la evolución histórica han quedado olvidadas. Esta es la paradoja que debemos afrontar.
Una idea bastante vanguardista es la que aborda la educación de niños pequeños basada en el concepto del continuum de Jean Liedloff.
La autora cuenta en su obra que asistía a contradictorias propuestas educativas relacionadas con temas como que:
—Hay que dar lactancia materna hasta que el bebé quiera.
O por el contrario:
—No. Hay que destetar al niño tras varios meses de lactancia.
—Hay que acostumbrar al niño a que duerma solo a partir de tal o cual edad.
—No, no. El niño debe dormir en la cama de los padres hasta que él mismo decida independizarse.
—Es mejor educar al niño en la escuela.
—No. Lo mejor es la educación sin escuela.
Saturada de escuchar propuestas tan contradictorias para abordar la educación de la infancia, decidió investigar cuál era la mejor para los niños, y se planteó el ambicioso proyecto de contrastar la educación de niños pequeños en todas las culturas de la Tierra.
La autora concluye que la mejor educación es la que responde a las necesidades más básicas del ser humano y que se refieren a los siguientes aspectos:
- Comer.
- Defendernos.
- Huir.
- Agruparnos.
- Reproducirnos.
- Cuidar a la prole.
Además de la supervivencia, también estamos dispuestos a:
- Reír
- Mantener interés por la naturaleza.
- Pertenecer a grupos de referencia.
Este es un excelente ejemplo de cómo la vanguardia recupera el pasado y conecta con lo más importante y esencial para defender la vida. El concepto del continuum: propuesta avanzada y orientada a recuperar la atención a las necesidades esenciales humanas.
Necesitamos la capacidad de re imaginar lo que ya conocemos
(Mary Shelley)
En el campo de la salud tenemos ejemplos similares. La medicina integrativa de tipo naturista o la psiconeuroinmunología se basan en recuperar los mecanismos naturales que el ser humano tiene desde siempre para defender su salud.
Disponemos de un mecanismo natural que nos sirve para elegir lo mejor para defender la vida y que se conoce como circuito de recompensa.
Este mecanismo nos indica de modo natural qué acciones son mejores o peores para defender la vida.
En esto se basa la sensación de satisfacción que nos envía nuestro sistema perceptivo cuando ejecutamos acciones que favorecen la propia existencia e incluso la del género humano.
En el campo de la pedagogía, los sistemas educativos más vanguardistas defienden la recuperación de pedagogías de la vieja escuela.
Como la propuesta peripatética que practicaba la enseñanza de la botánica, por ejemplo, caminando por la naturaleza contrariamente al concepto de guarderías, cuyo nombre ya describe las instituciones que guardaban a los niños mientras las madres y los padres realizaban interminables jornadas laborales.
Hay que recordar que muchas de esas guarderías se ubicaban en la puerta de la fábrica en los inicios de la industrialización.
No hay nada más clásico que la educación actual de vanguardia. La cual defiende una educación sin libros de texto, explorando la sociedad saliendo en lo posible fuera del espacio de las aulas y favoreciendo el proceso de investigación de cada alumno. Palabra que, por cierto, viene etimológicamente de la expresión: sin luces.
En el campo de lo afectivo relacional, la propuesta poliamorosa está conectada con la crianza colectiva de los niños pequeños. En este punto conviene recordar que la Patria Potestas se regula por primera vez en el Código Romano, en el año 753 a. C. Antiguamente, la crianza de los niños se abordaba en el seno comunitario de la tribu.
En este contexto, estaba claro quién era la madre. Y quizá los padres se hartaron de no saber quiénes eran sus hijos e implantaron esa ley. Por cierto, cuando los conquistadores españoles fueron a América, se encontraron un panorama muy parecido en cuanto a la crianza comunitaria de los niños e impusieron este Código Romano también en las culturas indígenas.
En consecuencia, podemos decir que la vanguardia se moviliza para atender las necesidades básicas del ser humano. Esas son las que insisten y se abren espacio en la vida porque su satisfacción es lo que ha llevado a la humanidad hasta aquí.
Una vida es un periodo demasiado corto para saber cómo hay que vivir una vida
(Carl Jung)
nuestras charlas nocturnas.
Relato: ¿De dónde provienen los Acuñas, seremos muchos?…

Meer(C.Acuña) — Un relato de este apellido original, personal, que viajó y terminó en paisajes variopintos. Una historia de algunas personas y personajes que lo llevan, de por qué parece que vivo en más de un lugar al mismo tiempo y me lo hacen saber con cartas, e- mails y facturas que llegan a mi buzón.
– Acu, Acuñense, Acuñalogía ¿De dónde venimos?
Me paseo por las secciones de un supermercado francés en Madrid que vende productos del mundo a buenos precios y que visito frecuentemente. Entre latas de cochinita pibil, dulce de leche argentino y salsa korma de la India, me encuentro con un bote de mermelada de cereza, con un diseño y etiquetado artesanal muy cuidado que enseguida atrae mi atención.
Lo tomo y descubro que la mermelada está elaborada con cerezas de Serra da Estrela, en Portugal, en la zona central del país. Cunha Alta, en la región de Viseu, es un freguesía de esta zona y todo apunta a que de ese lugar salió el primer Acuña a recorrer los caminos del mundo.
Para resumir la genealogía debemos tomar en cuenta los dos posibles puntos de orígenes: el primer miembro documentado de este linaje es Gutierre Peláez, quien recibe tierras entre el Duero y el Miño. Su hijo, Paio Gutierre, recibe más tierras de su padre porque apoya la consolidación del reinado portugués.
Uno de sus hijos, de los tres matrimonios que tuvo, Fernâo Pais, participa en la Toma de Lisboa, una de las tantas batallas de la Reconquista. A cambio, recibe la concesión del señorío de Cunha-Alta, en Viseu, a tres kilómetros de Serra da Estrela, de donde tomaron su apellido, pues desde el siglo XII se usaban ya los apellidos toponímicos.
Entre los siglos XV y XVI, se conoce por la historia de Portugal, país que más ha estudiado el origen del apellido, que varios Acuña partieron hacia el gran suceso que originó el descubrimiento o la colonización de América. Manuel José da Costa Felgueiras Gayo es autor del libro Nobiliário de Famílias de Portugal, compuesta por 33 volúmenes, por mencionar un ejemplo.
Del lado español de la Península Ibérica, el origen lo reclaman tanto la región de Tuy/Tui en Galicia y también de Teverga, en Asturias/Asturies.
Los tratadistas que se han encargado de estudiar el apellido y la investigadora medieval Margarita Torre, coinciden en que el linaje viene de la Casa Real de León, del mismo Gutierre Peláez, que vino desde Tuy/Tui, cruzando Castilla y Portugal a lo largo del tiempo y desde ahí embarcándose a América.
Cuentan que Pedro Toribio Vásquez de Acuña, es el primer Acuña en llegar a Lima, al entonces ya Virreinato del Perú y desde ahí sus descendientes suben hacia el norte, bajan hacia el sur.

Entonces recuerdo que a finales del siglo XX, poniéndome histórica e histérica por igual, a una parte de mi familia Acuña, unos 200, casi todos descendientes de algún Acuña fundador en Ecuador y de otro Acuña fundador en un pueblo llamado Ayabaca, en la zona noroccidental de los Andes en Perú, se les ocurrió realizar un reencuentro de Acuñas y me ofrecí a indagar sobre nuestros orígenes y, sobretodo, a saciar la curiosidad de los mayores de dar con nuestro escudo, bandera, estandarte o el símbolo que diera cuenta de nuestra “importancia”. Di con ella: impresión de camisetas y banderines por doquier.
Los García, Pérez y González nos sobrepasan en cantidad, de lejos, no hay quién lo ponga en duda. Pero para entonces yo ya sabía que los Acuña veníamos de una casa de linaje portuguesa (también creo que fuimos pastores pero no es tan chic contarlo así), que el apellido se castellaniza y que Cunha Alta había tenido alguna relevancia durante su época romana por su situación geográfica central y los caminos que la enlazaban con el resto de Lusitania.
En el pasillo de los productos lácteos dos sorpresas más: mantequilla de Serra de Estrela y Queijo da Serra, queso de la Sierra, con Denominación de Origen Protegido, uno de los quesos más producidos y consumidos de Portugal. En el pasillo de los chocolates, otra más: chocolate puro de Serra de Estrela en una caja metálica con la imagen de una mujer estilo años 60 con traje de ski.
Según algunos libros consultados que hablan de las genealogías y castas europeas para la formación de alianzas, el Acunha y D’Acunha en portugués devino en Acuña y de Acuña, en su forma castellana, y Gascuña, según otros, oriundo de la región francesa de Gasconne, casi sin registros que lo avalen. Así, estas son las variantes asociadas más conocidas.
Como les pasará a muchos, o quizá sólo a las que somos análogas, con el diccionario y con la RAE una tiende a tener una relación contradictoria. A mí me pasa a menudo y, así, rescato del verbo acuñar el significado que me parece más acertado con nosotros y nostras: “Dar forma a expresiones o conceptos, especialmente cuando logran difusión o permanencia.”
Permanecer. Vaya si hemos permanecido tanto Acuña regado por el mundo. En la actualidad, es en Latinoamérica donde más presencia tenemos y la descendencia viene más de la rama gallega o asturiana o castellano-leonés que antes les contaba. Yo provengo de la rama portuguesa que nombraban algunos de mis tíos, refiriéndose a Serra de Estrela, incluso algún Acunha de Castelo Branco, también muy cerca de la zona original.
Mi querida Argentina es el país con mayor cantidad de personas que llevan este apellido. He intentado buscar en su censo más reciente la cantidad exacta, sin éxito. Pero el futbolista argentino Marcos Acuña, parte de la selección argentina que ganó la Copa del Mundo 2022 en Qatar, me hizo “agrandarme” entre mis amigos argentinos y hasta llorar.
Amiga argentina durante el partido, cada una conectada en su lado del Atlántico. Ella: “¿Podría ser primo tuyo?” Yo, descarada: Si, es primo lejano por parte de padre” Amiga de nuevo: “¿Posta? (“¿de verdad?”). Después aclararada la broma entre risas.

Mi vecino desconocido, Chile, es pródigo y fecundo de Acuñas.
Aquí saben que el primer Acuña en Chile data de 1863.
El origen de todos ellos es español, según las páginas web que encontré de algunas familias ahí.
Se reúnen, faltaría más, y a lo mejor hasta hacen asados.
Me dieron ganas de enviarles un email, decirles que soy una oveja Acuña extraviada y que necesito un asado para curarme la nostalgia de vivir a 10 mil km del continente.
Es curiosa la relación con mi vecino y sus Acuña.
Cuando aún vivía en Lima, descubrí las empanadas de pino y el pebre, en el único lugar donde las hacían en Lima, La Casa de las Empanadas – cerró hace unos años, en mi barrio Jesús María- y una señora chilena en el local me preguntó si lo era, a lo que respondí que no, hipnotizada por ese delicioso relleno que no me dejaba hablar.
Luego me preguntó por mi nombre a lo que respondí segurísima “Claudia Acuña”. Se me quedó mirando con suspicacia y me preguntó sí sabía que en Chile había una cantante con mi nombre.
Le dije que nanay* – del quechua, es una negación más amorosa- y me fui a casa a buscarla en Internet. La Claudia Acuña chilena es una fantástica cantante de jazz que os recomiendo escuchar si no la conocen.
También hay otra Claudia Acuña chilena, de la que me llegan facturas que van directo a la papelera de mi correo electrónico. No obstante, recibo sus multas de tráfico o la activación del Via T de su coche por la autopista Vespucio de Santiago. Firme defensora de la GDPR no mencionaré sus recorridos. Pero la curiosidad mató al gato.
Por eso, a ella mi agradecimiento por hacerme circular por esa autopista y otras calles de Santiago sin nunca haber estado ahí, al mismo tiempo que trabajo en Madrid.
Pienso: si voy a Chile algún día, ¿sería confundida con ella o con otra Claudia Acuña?¿me preguntarían si tengo claro los límites de velocidad?. Tendría que mostrar este artículo y sus infracciones (lo siento tocaya), explicarle al oficial de inmigración que somos muchos Acuña y que las empanadas no pueden esperar. Y me dejaría entrar al país, casi segura.
De la verde Colombia, que ocupa el tercer lugar por el número de Acuñas, sólo tengo un “primo” Carlos, al que le pido, si acaso leyera este artículo, que escriba bien su correo y que sus estados de cuenta los tenga al día. También a la papelera. Encontré Acuñas en Tolima, Cundinamarca, Santa Marta, Pasto, en prácticamente cada uno de los departamentos colombianos.
Tampoco pude acceder a ninguna base de datos oficial con el número exacto. Compartimos en Latinoamérica, el gusto por las reuniones.
De Perú, el país de los amores y dolores por igual, tenemos más claro, por parte de mi familia, comparando los relatos de los más viejos, el origen portugués. Un día se me ocurrió indagar sobre si algún tío bisabuelo podría tener documentos que acrediten ese origen. Todos categóricos, yo ya vivía en Europa, me contestaron: tienes que ir a Serra da Estrela, a ti que te queda cerca y hablar en la municipalidad o en la iglesia.
Me tiento. Dudo, reculo y calculo: vivo a 4h de Cunha Alta si voy en coche, a 10h si tomo el autobús y el tren, a un día completo si me da por ir en bicicleta. Planeo un viaje a Cunha Alta este próximo invierno europeo.
En Perú, los Acuñas se asentaron mayormente en la zona norte del país. Me he cruzado con Acuñas de Cajamarca, que tiene sentido por el devenir de la historia de la Conquista Española, ya saben, la historia de Atahualpa y el cuarto lleno de oro, pero que nada sabían de los Acuñas del norte, más cerca de Ecuador, razón por la que, hasta hace unos años, nos reunimos las familias a los dos lados de la frontera.
Dos historias definen la relación con mi apellido. La primera: un político Acuña, de dudosa reputación, se presentó a las elecciones de 2016, lo que provocó tener que aclarar durante un tiempo, entre mis conocidos, que yo nada tenía que ver con él. Este candidato me hizo rabiar durante aquella campaña. Fiel a mi misma, no iba a dejar las cosas así, sin aclarar.
Como en cada elección presidencial, las campañas de los candidatos inundan los barrios de los expatriados-inmigrantes-desarraigados, léase todo junto, que vivimos en distintos barrios de Madrid. Un día volviendo del trabajo, me encuentro empapelada la estación cerca de mi casa con la cara de este señor. Pues bien, me dediqué a despegar los afiches y ya de paso le hacía un favor ciudadano a algún compatriota desinformado que pasara por ahí.
La segunda anécdota es todo lo contrario. Me da orgullo porque compartimos apellido y porque es una mujer que vale oro, ese mismo oro que las codiciosas mineras quisieron extraer cerca de su tierra, tratando de tergiversar los registros de propiedad, destruyendo su casa, hostigando a su familia, con complicidad de la policía y el gobierno.

La historia de Máxima Acuña que se enfrentó a dos mineras estadounidense y peruana en Cajamarca se hizo eco en varios medios nacionales e internacionales por el ataque indiscriminado hacia ella y los agricultores que apoyaron su lucha. Amnistía Internacional intervino pidiendo protección para ella, la CIDH no dio respuesta ni la defendió. Con el apoyo de sus abogados, Máxima demostró que las tierras eran suyas. En 2016, recibió el premio Goldman por su defensa del medio ambiente.
En Paraguay, Costa Rica, Venezuela, Nicaragua también un nutrido grupo de Acuñas viven ahí. Encontré una web que menciona un número aproximado en cada país. No puedo precisar el año en el que se hace ese conteo. En México, lindo y querido, encontré una ciudad, Ciudad Acuña, ¿mi ciudad?, nombrada así por el escritor méxicano Manuel Acuña. Es una ciudad fronteriza del Estado de Coahuila en el estado de Texas.
Ningún rincón del mundo se nos escapa. Descubro que la isla de Tristán de Acuña, llamada así por el navegante portugués, es la isla más remota del planeta, territorio británico de ultramar (¿de quién sino sería? Es una ironía, de las mías, pero al fin verdad, continúo), en el Atlántico, sin aeropuerto y a 3360 km de Suramérica. Para llegar, según el artículo de la BBC en español, se toma un vuelo a Ciudad del Cabo, Sudáfrica y buscas a algún pirado con velero que quiera llevarte navegando por 18 horas, casi rezando por tu vida en medio de las aguas bravas. Con suerte, empapada pero viva, llegas a su capital Edimburgo de los Siete Mares.
En España, donde vivo, sólo sé de un pueblo, Acuña de Pontevedra, también en Galicia, que desconocía. Una amiga gallega me la mencionó y yo, descreída, tuve que confirmarlo en Google Maps. ¿Encuentros de Acuña en este lado del mundo? Ninguno. Aquí la Acuña más cercana con la que me encontré fue una chica de Zamora que trabajaba de cajera en un Carrefour y que se sorprendió cuando le dije que yo tenía el mismo apellido. “Somos pocos, eres la primera que conozco” -me dijo-.
Y así, investigando estos cruces históricos leo sobre Pedro de Acuña, que fue gobernador de Filipinas, caballero de la Orden de San Juan, en el siglo XVI. Tengo amigas filipinas a las que tendré que preguntar con sutileza. Yo les preguntaré en inglés, ellas debatirán en tagalo sobre qué decirme y las heridas históricas seguirán abiertas y vigentes en español, en portugués, en inglés.
– La redención Acuña o el karma nos lo cobrará
Preparando este artículo en la biblioteca de mi barrio encuentro el libro “¿Heredar la historia familiar?: lo que la ciencia nos revela sobre la psicogenealogía” de Bárbara Couvert, donde se menciona que “Recientes descubrimientos científicos (…) describen procesos fisiológicos que nos permiten comprender cómo la historia de un ancestro puede alcanzarnos y marcarnos incluso antes de nuestra concepción. También muestran que podemos transformar ese legado y cómo hacerlo.”
El otro libro que reviso se titula “¡Ay mis ancestros!: Vínculos transgeneracionales, secretos de familia, síndrome de aniversario, de transmisión de traumatismos y práctica del genosociograma” de Anne Ancelin Schuetzenberger y en una de sus páginas se lee: “Una especie de lealtad invisible nos impulsa a repetir, queramos o no, situaciones agradables o acontecimientos dolorosos y muchas veces debemos pagar las deudas contraídas en el pasado por nuestros ancestros”.
Entonces me olvido de los aventureros, nobles, conquistadores, inquisidores, gobernadores y toda clase de sátrapas de la historia pasada y me redimo leyendo sobre, por ejemplo, Rosario de Acuña (Madrid, 1 de noviembre de 1850- Gijón, 5 de mayo de 1923) escritora, pensadora y periodista española que fue considerada en su época como una de las más avanzadas vanguardistas en el proceso español de igualdad social de la mujer y el hombre. En 1876 se introdujo en la dramaturgia con su primera obra de teatro, Rienzi el tribuno, un alegato contra la tiranía.
Rosario de Acuña Villanueva de la Iglesia. Grabado publicado en La Ilustración de la Mujer, 8-6-1884.
Con apenas 16 años, visitó la Exposición Universal de París de 1867 lo que da cuenta del valor de la libertad y la educación que tenía de sus padres pero también fue objetivo de las iras de los sectores más conservadores de la España de su época.
Se ganó el reconocimiento de los sectores sociales y culturales afines al libre pensamiento, vinculados en ocasiones con agrupaciones republicanas. En abril de 1891, Rosario de Acuña estrenó su drama más valiente y desde luego el más famoso por atrevido y escandaloso, Obra anticlerical por antonomasia, acusando a la Iglesia católica de institución «manipuladora y moldeadora de conciencias».
Se trata, al fin y al cabo, de saber un poco de dónde viene una, qué tenemos en común los que compartimos este singular apellido, qué pasaría si dos Acuñas se cruzan por la calle, más allá de fronteras o países. ¿Nos reconoceríamos? ¿Nos daríamos un abrazo? Claro que sí, sin dudarlo, por supuesto.
nuestras charlas nocturnas.
Los 10 avances científicos y tecnológicos que transformarán el mundo para 2050…

Infobae(O.Ortíz) — La velocidad a la que se desarrollan los avances científicos parece encaminar a la humanidad hacia un cambio estructural en la manera en que se vive, trabaja y se habita en el planeta (incluso más allá de él). Proyectos que alguna vez fueron terreno exclusivo de la ciencia ficción empiezan a delinearse como realidades factibles.
Desde innovaciones médicas a escala nanométrica hasta modelos energéticos sostenibles fuera de la Tierra, los próximos 25 años podrían inaugurar una nueva era tecnológica. El portal Science Focus identificó diez invenciones emergentes que podrían definir nuestra vida diaria hacia mediados de siglo.
1. Nanotecnología médica y terapias dirigidas

La nanotecnología médica aprovecha las propiedades físicas y biológicas que se manifiestan a escalas minúsculas para ofrecer terapias más precisas. La posibilidad de encapsular medicamentos en nanopartículas permite dirigir el tratamiento al sitio exacto donde se necesita, reduciendo efectos colaterales y evitando que el sistema inmunológico los bloquee antes de cumplir su función.
Estas tecnología podría sortear barreras biológicas como la hematoencefálica, clave para tratar enfermedades como el Alzheimer. Además promete mejorar el contraste de imágenes en resonancias magnéticas mediante nanopartículas de óxido de hierro. La combinación de estas técnicas con metamateriales promete procedimientos más complejos y menos invasivos.
2. Minería espacial y economía fuera de la Tierra
La extracción de recursos fuera del planeta es ya técnicamente viable. Asteroides ricos en metales raros y la Luna —con abundantes depósitos de helio-3, útil para reactores de fusión— se perfilan como fuentes energéticas y materiales estratégicos. Sin embargo, los riesgos económicos persisten: el ingreso masivo de ciertos minerales podría desestabilizar los mercados.
Para Andrew May, doctor en astrofísica y autor de The Space Business, aunque proyectos como la minería de asteroides son plausibles desde la ingeniería, el retorno financiero a largo plazo hace que resulten inciertos para empresas privadas. En cambio, señaló que los gobiernos podrían concentrarse en la captación de energía solar desde el espacio, una fuente inagotable y mucho más eficiente que la terrestre.

3. Nuevas baterías y supercondensadores
El almacenamiento energético representa uno de los mayores desafíos para la transición ecológica. Las actuales baterías de ion de litio no son suficientes para cubrir las exigencias de transporte o almacenamiento masivo. Según John-Joseph Marie, analista principal del Faraday Institution, hacia 2050 se espera la adopción de nuevas químicas como las baterías de flujo o metal-aire, y los ánodos de silicio en dispositivos portátiles.
Por su parte, los supercondensadores que almacenan energía mediante cargas eléctricas en lugar de reacciones químicas, también ofrecen tiempos de carga extremadamente breves y una durabilidad de hasta medio millón de ciclos, una ventaja potencial para vehículos eléctricos.
4. Computación espacial y realidad aumentada
Asimismo, la interacción con el entorno digital podría evolucionar hacia interfaces tridimensionales inmersivas, similares a las vistas en la ficción cinematográfica. El avance de la computación espacial apunta a superar los límites de los visores actuales (pesados, incómodos y poco discretos) hacia tecnologías integradas en gafas ligeras.
A su vez, trabajan en mejoras como el reconocimiento facial y la detección de movimientos que permitan una interacción natural con entornos digitales superpuestos. A largo plazo, la masificación dependerá de reducir el tamaño y costo de estos dispositivos, repitiendo la evolución experimentada por los teléfonos móviles en las últimas dos décadas.

5. Gemelos digitales para medicina preventiva
La creación de réplicas virtuales del cuerpo humano basadas en datos en tiempo real podría cambiar el paradigma de la medicina. Estos “gemelos digitales” permitirían detectar anomalías de salud antes de que se manifiesten clínicamente.
Roger Highfield, director científico del Science Museum Group y coautor de Virtual You, prevé un uso extendido de estas simulaciones en la personalización de tratamientos, incluyendo predicciones sobre efectos a largo plazo de cambios en estilo de vida. Aunque sus versiones más sofisticadas estarán reservadas a la investigación o sectores con mayor poder adquisitivo; modelos simplificados podrían llegar al uso generalizado.
6. Edición genética con CRISPR
La herramienta CRISPR transformó la investigación genética al permitir modificaciones precisas del ADN. Si bien su uso en embriones humanos sigue siendo controvertido, se iniciaron ensayos clínicos para su aplicación en infecciones virales, enfermedades hereditarias y ciertos tipos de cáncer. Para la viróloga Nessa Carey, la edición genética será una opción terapéutica relativamente habitual en 2050, incluso en embriones con patologías sin alternativas eficaces.
7. Materiales inteligentes y metamateriales
El desarrollo de materiales capaces de adaptarse o repararse a sí mismos redefine los límites de la ingeniería. El hormigón autorreparable emplea bacterias inactivas que se activan con la humedad para producir carbonato de calcio y cerrar grietas.
Otros materiales podrán programarse para modificar su forma, como estructuras que se adaptan a la demanda de espacio. Pero los más prometedores son los metamateriales, que manipulan las ondas de luz para aplicaciones que van desde cascos más seguros hasta capas de invisibilidad funcionales en el espectro visible.

8. Computación cuántica e inteligencia artificial
Aunque todavía en fase experimental, las computadoras cuánticas tienen el potencial de procesar información a velocidades inalcanzables para los sistemas actuales. Podrán realizar múltiples cálculos simultáneamente y resolver búsquedas complejas en segundos. Su integración con la inteligencia artificial permitiría que los algoritmos expliquen sus decisiones, mejorando la confianza en su uso en sectores como salud o finanzas, sin requerir condiciones de laboratorio extremo.
9. Gestión de la basura espacial
El creciente volumen de objetos en órbita representa una amenaza para la infraestructura espacial. Desde restos de satélites hasta partículas de pintura, el riesgo de colisiones crece. Según la NASA, incluso fragmentos de apenas un centímetro pueden causar daños catastróficos por su velocidad.
Se están desarrollando técnicas como redes, vehículos de captura o láseres para remover o desorbitar estos objetos, aunque la falta de coordinación internacional limita su aplicación efectiva.
10. Fusión nuclear: una promesa energética
La fusión nuclear fue durante décadas una promesa postergada. A diferencia de la fisión, no genera residuos peligrosos ni riesgo de colapso. Consiste en unir núcleos atómicos para liberar energía, replicando el proceso de las estrellas.
Aunque se experimenta desde los años 50, la presión por abandonar los combustibles fósiles podría acelerar su implementación. “Espero que en los próximos 25 años, la fusión empiece a alimentar las redes eléctricas en el mundo”, concluyó Sharon Ann Holgate, física y autora científica.