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¿Cuál es la mejor canción de despecho de la historia de la música?


Hasta dónde puede llegar una mujer que está despechada?

JotDown(D.Cuevas) — Si el lector no ha vivido en una cueva horadada en el centro del planeta durante los últimos días, se habrá enterado del tremendo tumulto creado alrededor de la tiraera facturada por Shakira junto a Bizarrap en honor a la expareja de la colombiana.

Un tema que amaneció en YouTube de improviso y a la semana ya cultivaba más de ciento cincuenta millones de reproducciones de usuarios atraídos por la esperanza de ver sangre. Tres minutos y medio de canción que han resonado en las noticias de la prensa musical, en los campos de la prensa deportiva, en los callejones insalubres de la prensa del corazón y en los streamings de influencers.

El noble arte de atacar entonando, la ofensiva armoniosa, la puñalada con estribillo pegadizo. Algo tan viejo como la propia música, un medio que, al igual que el idioma francés, ha sido concebido para que incluso la barrabasada más soez suene melodiosa si se entona con estilo.

Ante este panorama, la encuesta que planteamos esta semana está inspirada por esos resentimientos postruptura que los artistas musicales han plasmado en sus versos a lo largo de nuestra historia reciente. Un sondeo cargado de corazones rotos, sexualidades altaneras y rencores rimados que tiene como objetivo tratar de responder a esta pregunta: ¿cuál es la mejor canción de despecho de la historia de la música? 

A continuación, ofrecemos una posible lista de cantinelas candidatas a ocupar el trono. Recordamos a los despistados que la caja para votar por su favorita se encuentra al final del texto, que los comentarios están abiertos y que nosotros estamos ansiosos por leer en ellos todas aquellas canciones afiladas que merecerían formar parte de la lista pero se nos han pasado por alto.


  • Shakira y Bizarrap ‑ «Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53»

Ha ocurrido lo que profetizaba nuestro Randy Meeks: la prensa del corazón se ha visto obligada a asomarse por el canal de Bizarrap para observar los disparos. Porque lo que otrora eran exclusivas para portadas de revistuchas, hoy en día ha mutado en una sesión en forma de diss track grabada en la habitación de un chaval con pinta de bebé bakala.

La gracia de «Shakira: Bzrp Music Sessions, Vol. 53» está en el trasfondo, la separación de la loba de Barranquilla y Gerard Piqué, por culpa del noviazgo del segundo con Clara Chía.

Porque el tema de la colombiana, escrito a medias con el letrista Keityn, es un rosario de hostias hacía el exmarido-exfutbolista y su nueva pareja:

«Una loba como yo no está pa novato / una loba como yo no está pa tipos como tú», «A ti te quedé grande / y por eso estás con una igualita que tú», «Me dejaste de vecina a la suegra / con la prensa en la puerta y la deuda en Hacienda», «Vas acelerao, dale despacio / Ah, mucho gimnasio / pero trabaja el cerebro un poquito también» y esos versos con espíritu de campaña publicitaria que rezan «No sé ni qué es lo que te pasó  / Tas tan raro que ni te distingo / Yo valgo por dos de veintidós / Cambiaste un Ferrari por un Twingo / cambiaste un Rolex por un Casio».

A modo de remate, un puñado de estrofas que, por si quedaba alguna duda, deslizaban entre juegos de palabras los nombres de los aludidos, con la discreción de unas señales de neón:

«Entendí que no es culpa mía que te critiquen / Yo solo hago música / Perdón que te sal -Piqué» o «Tiene nombre de persona buena / Clara-mente, no es como suena».

El asuntillo de que la gente se dividiese entre los que criticaban a Shakira por las embestidas o los que increpaban a Chía por haber ligado mientras, por otro lado, Piqué cultivaba rositas es un tema que también da que pensar.


  • Los Planetas ‑ «Pesadilla en el parque de atracciones»

La discografía de Los Planetas sería muchísimo más breve de no estar alimentada por los desamores de sus componentes. Y «Pesadilla en el parque de atracciones» no solo es un clasicazo del pop indie patrio, sino también el corte de su repertorio que mejor refleja los rencores planeteros tras las rupturas.

Dos minutos y veinte segundos que contienen la esencia del odio:

«Y quiero que sepas que espero que acabes / colgando de un pino / cuando veas lo imbécil que has sido / cuando veas que lo has hecho fatal / Y que quiero que sepas / que ha sido un infierno estando contigo / El infierno es lo más parecido / Te pareces un poco a Satán […] Quiero que sepas que me he acostumbrado / a tus putas escenas de «ahora me largo» / Lárgate ya de verdad que sería una suerte / si no vuelvo a verte en los próximos años […] Así que ya sabes / que espero que acabes pegándote un tiro / cuando veas lo imbécil que has sido / cuando veas que los has hecho fatal».

El videoclip, por algún motivo, es una carrera de karts filmada por un mono.


  • Amparanoia ‑ «Que te den»

Amparo Sánchez, pionera durante mediados de los noventa del rollito de la fusión musical por estos lares al comandar Amparanoia. O la mujer que con «Que te den» comenzó narrando el desamparo (je) ante una separación y terminó convirtiendo el arte de mandar a tomar por el culo en una farra con aires mexicanos. 


  • Paquita la del Barrio ‑ «Rata de dos patas»

En 1991, tras pelearse con sus colegas de N.W.A. y abandonar la pandilla, el rapero Ice Cube lanzó un tema titulado «No Vaseline» en el que le daba varias capas de cera a cada uno de los miembros de su antigua formación (Dr. DreEazy-EMC RenDJ Yella) y al mánager del grupo, Jerry Heller.

La canción era tan delicada como un rodillazo en la garganta e incluía, como uno puede imaginar por el título, unas muy poco refinadas alusiones a la introducción de diversos tipo de elementos, animados e inanimados, por la vía rectal. En aquellas rimas, Cube también aconsejaba colgar de un árbol a uno de su excolegas y meterle un tiro en la cabeza a su exmánager.

La publicación de «No Vaseline» fue recibida entre aplausos con la boca abierta por la sobrada que suponía, y el tema está considerado como una de las mejores diss tracks (esas canciones que se defecan muy fuerte en un enemigo) de la historia musical.

Pues bien, en el escenario de una hipotética batalla de gallos, O’Shea Jackson Sr. a.k.a. Ice Cube no aguantaría ni medio cuarto de asalto frente a Francisca Viveros Barradas a.k.aPaquita la del Barrio. Porque no hay nada que un rapero negro de la calle pueda hacer ante la furia de una mexicana ranchera hasta el coño de todo.

Y aquí tenemos «Rata de dos patas» para confirmarlo, la canción que Paquita entonaba para homenajear a un marido infiel:

«Rata inmunda / Animal rastrero / Escoria de la vida / Adefesio mal hecho / Infrahumano / Espectro del infierno / Maldita sabandija / Cuánto daño me has hecho / Alimaña / Culebra ponzoñosa / Deshecho de la vida / Te odio y te desprecio». Paquita dedicaba «Rata de dos patas» a su exesposo Alfonso Martínez, aunque lo cierto es que el tema había sido escrito por Manuel Eduardo Toscano inspirándose en otro tipo de ex, Carlos Salinas de Gortari, expresidente de México. Pero esto último es un detalle que vamos a ignorar para no restarle magia al asunto.


  • Adele – «Rolling in the Deep»

El día posterior a una dolorosa ruptura, Adele acudió a la reunión que tenía concertada con el letrista y productor Paul Epworth para fabricar una canción a cuatro manos.

La cita había sido sugerida por el mánager de la cantante, pero aquella no lo veía claro porque Epworth tenía tablas colaborando junto a formaciones que se le antojaban más indies, gente como Sonic YouthFlorence + the Machine o Kate Nash.

«Me dije “esto no va a funcionar”», reconocía la cantante, «pero pensé que podría ir a emborracharme con él, así que quedamos en un pub».

Al final, ambos se cayeron bien, y lo más importante es que planearon una empresa conjunta: «Nunca me enfado, pero en aquel momento tenía ganas de matar a alguien. Me presenté llorando y dije: “Escribamos una balada”.

Y él me dijo: “De ninguna manera. Quiero escribir una canción con rabia”». Y así se gestó «Rollling in the Deep», un tema que para Adele era la respuesta a «alguien que me dijo que mi vida iba a ser aburrida, solitaria y miserable.

Que sería una persona débil si no permanecía en esa relación. Me sentí muy insultada y le escribí eso como una especie de “Que te jodan”». ¿El resultado de encaminar toda esa furia y desencanto? Número uno en medio mundo.


  • Putochinomaricón ‑ «Ojalá (te murieras)»

A ver, no vamos a pedirle sutilezas a alguien que tiene Putochinomaricón como nombre artístico.

Y tampoco las vamos a encontrar aquí, porque en las cuatro primeras líneas de «Ojalá (te murieras)» el caballero ya rezuma maldad en su forma más pura:

«Y sí, sí me jode mucho ver tu puta cara en Lavapiés / Aquí habla mi remordimiento / Y sí, ojalá te dieras con el dedo pequeño del pie / y que el dolor te dure así eternamente». En el fondo, es hermoso contemplar un arranque tan honesto de sinceridad. En la forma, su estribillo lo mola todo y es absurdamente pegadizo: «Desearía que supieras / que ojalá te murieras / y que desaparecieras / para no verte nunca más». Mirad, es un temarral.


  • Justin Timberlake ‑ «Cry Me a River»

Ruptura pop: el chaval de McDonald’s y Britney Spears lo dejan. Y el primero saca una canción, sisando el título de otro tema famoso, en donde se dedica a poner a caldo a Spears aireando que le encasquetó una bonita cornamenta:

«You don’t have to say, what you did / I already know, I found out from him». Bonus points por colocar en el videoclip oficial a una versión Hacendado de Spears y darle una simbólica patada (minuto 2:16) a la foto enmarcada de la doppelganger.


  • María Jiménez ‑ «Se acabó»

Natural del barrio de Triana, María Jiménez Gallego se presentó en 1978 ante el gran público subiéndose al escenario con las formas de un huracán:

«Todo lo que yo te haga, antes ya tú me lo hiciste / y ahora, ¿qué quieres conmigo? Si tú para mí no existes». En una época donde el empoderamiento femenino no era algo que se viese tan a menudo, su «Se acabó» se convirtió en éxito y al mismo tiempo reivindicación de la mujer independiente.

A día de hoy, es imposible leer la frase «Se acabó porque yo me lo propuse» sin escuchar la voz de la sevillana haciendo la paradita dramática después de la segunda palabra.


  • Pink ‑ «So What»

Seis meses después de separarse del motociclista Carey Hart, la cantante P!nk publicó «So What» para comunicarle al hombre que mira, que muy bien, pero que ella se lo pasaba todo por el papo:

«I guess I just lost my husband / I don’t know where he went [… ] So, so what? / I’m still a rock star / I got my rock moves / And I don’t need you / and guess what / I’m having more fun / And now that we’re done / I’m gonna show you tonight».

En el video oficial hasta aparecía el propio Hart, quien, según la artista, llegó al rodaje del clip sin haber escuchado previamente la canción.

La pareja acabó reconciliándose y Pink reconoció que encontraba realmente gracioso cantar el tema sobre el escenario cuando su marido estaba entre el público. Especialmente, cuando la audiencia coreaba aquel «You are a tool» que había escrito pensando en honor al esposo.


  • Enrique Bunbury ‑ «Puta desagradecida»

Joder, Bunbury, relaja un poco, eh.


  • Taylor Swift ‑ «We Are Never Ever Getting Back Together»

Si ya es terrible de entrada que la Swift te diga que ni te acerques, muchísimo peor, y más sádico y cruel, es que lo haga cantando, en pijama y rodeada de a una banda musical de pega compuesta por furros sobreactuados.

Supuestamente, el tema estaba dedicado a Jake Gyllenhaal, y lo cierto es que esta mujer es muy de saldar cuentas de todo tipo con los exes a través de la música: lo hizo con John Mayer en «Dear John», con Joe Jonas en «Better Than Revenge», con Stephen Liles en «Hey Stephen», con Taylor Lautner en «Back to December», con Harry Styles en «Style», e incluso los amoríos de su instituto le inspiraron pistas como «Should’ve Said No» o «Tim McGraw». En general, Swift no tiene novios, sino futuras canciones en potencia.


  • Rocío Jurado ‑ «Ese hombre»

La Jurado como una ola:

«Ese hombre que tu ves ahi­ / que aparenta ser divino / tan afable y efusivo / solo sabe hacer sufrir / Es un gran necio / un estupido engreido / egoísta y caprichoso / un payaso vanidoso / inconsciente y presumido / falso, enano, rencoroso / que no tiene corazón».

La letra era cosa de Ana Magdalena y Manuel Alejandro, pero la inspiración para la misma estaba clara: Pedro Carrasco era la diana de todas las caricias.


  • Novedades Carminha ‑ «Te vas con cualquiera»

Los compostelanos Novedades Carminha antes de resonar junto a Alba Galocha, metiéndose con otros miembros ilustres de esta lista al cantar ese «Aunque te gusten Los Planetas / como a todos los puretas», eran un poquito más cafres.

Pero solo un poquito. Lo justo como para, allá por el lejano 2009, dedicarle a una querida de vida alegre una cantinela que rezaba «Me dices que me quieres / pero que puta eres / te vas con cualquiera / te vas con cualquiera».

Tanta repudia por las alegres actitudes casquivanas nos rechina un poco hoy en día, en la época del poliamor, aunque lo cierto es que el tema se redimía al desembocar en la posibilidad de una escapada playera a la costa alicantina: «Molas mogollón / promiscua del copón / Molas mogollón / llevame a Benidorm».


  • Alanis Morissette – «You Oughta Know»

La encarnación física de dios según Kevin Smith, la cantante de «Bragas sucias» según los creadores de South Park.

La canadiense que al tercer disco conquistó el mundo con «You Oughta Know» en 1995. Hitazo mastodóntico, sí, pero ojo a su letra: «And I’m here, to remind you / of the mess you left when you went away / It’s not fair, to deny me / of the cross I bear that you gave to me».

Empieza muy sentida, con aquellas metáforas de cruces al hombro, pero según se desmelena el tema la cosa acaba en modo berserker: «How quickly I was replaced / And are you thinking of me when you fuck her?».

A pesar de la insistencia de los periodistas con sed de salsa de sangre, Morrisette nunca ha revelado a cuál de sus exes estaba lanzando el machetazo. Eso sí, el actor Dave Coulier (el graciosete cansino de la marioneta en Padres forzosos) aseguró que durante ese año a él le pitaron mucho los oídos.


  • Fleetwood Mac – «Go Your Own Way»

¿Existe algo peor que el hecho de que el querido te dedique  una canción de «Vete por ahí»? Sí, que dicho querido sea miembro de tu grupo de música, que escriba el temita como parte del repertorio oficial y que tú tengas que interpretarla en cada bolo de la gira.

En 1976, la relación entre Lindsay Buckingham y Stevie Nicks se limitaba a gritarse mutuamente y, tras poner fin a su noviazgo, el primero decidió honrar a la segunda pariendo una «Go Your Own Way» que a ella, evidentemente, le ponía de los nervios:

«Odié cómo él se dedicó a decirle al mundo, a través de la letra, que liarme con diferentes hombres era lo único que me interesaba. Él sabía que eso no era verdad. Y cada vez que aquellas palabras surgían sobre el escenario yo solo pensaba en matarlo. Él era consciente, así que me forzaba a pasar por ello. Era su forma de decir «Te voy a hacer sufrir por haberme dejado».

Y yo sufrí», explicaría Nicks mucho más adelante. 


Pimpinela ‑ «Vete y pega la vuelta» 

El dúo argentino de hermanos, interpretando papeles de amantes, que en lugar de canción presentaba una perfomance para que las parejitas coordinadas se luciesen bajo los focos del karaoke:

«—¿Quién es? —Soy yo. —¿Qué vienes a buscar? —A ti. —Ya es tarde. —¿Por qué? —Porque ahora soy yo la que quiere estar sin ti. / Por eso vete, olvida mi nombre, mi cara, mi casa / Y pega la vuelta. —Jamás te pude comprender. —Vete, olvida mis ojos, mis manos, mis labios / que no te desean. —Estás mintiendo, ya lo sé. —Vete, olvida que existo, que me conociste / Y no te sorprendas, olvÍdate todo que tú para eso / tienes experiencia».


  • Muchachito Bombo Infierno ‑ «Siempre que quiera»

Muchachito y su tropa padecen de mal de amores pero, al contrario que los otros miembros de esta lista, ellos son bastante más elegantes, y fiesteros, y deciden no afilar los cuchillos para matar. Porque el rumbero estribillo «Ojalá no te hubiera conocido nunca», tan popular y pegadizo que muchos creen que se trata del título del tema, está dedicado a un amorío, sí, pero la letra de la canción en realidad versa sobre un sueño húmedo.


  • Rosalía ‑ «Despechá»

Hay gente que se dedican a lanzarle caca a paladas a la expareja, y luego está nuestra Motomami del Baix Llobregat tomándose la ruptura de la mejor, y más inusual en el mundo musical, manera posible: con alegría y una escapada a la playa: «Baby, no me llame / que yo estoy ocupá olvidando tus male».

Arena, crema solar, duchas públicas, pistolas de agua, patatas fritas bajo la sombrilla y una montaña de bolsas de hielo a modo de toalla en un clip que tiene el alma alocada de los vídeos noventeros caseros de skate (pero sin monopatín alguno a la vista) y huele a plástico de colchoneta de playa comprada en una tienda para guiris de Mallorca.

Hit del verano 2022 y más elegancia de la que se aprecia a primera vista por saber destrozar sin insultos, con tan solo una demanda al Altísimo: «Hoy salgo con mi baby de la disco coroná / y ando despechá, alocá / Que Dios me libre de volver a tu lao».


  • Axolotes Mexicanos ‑ «Que te pires»

La banda asturiano-madrileña bautizada con el nombre de esos anfibios que tienen cara de ser buena gente abordó su «Que te pires» con Olaya Pedrayes entrando a machete a la hora de mandar a paseo al ex:

«Hace tanto tiempo que no sé nada de ti / Y estoy tan contenta que ni siquiera quepo en mí / Se me había olvidado lo que era ser feliz / Pensé que nunca llegaría a volver a estar así». Entre guitarreros en el salón de casa y autotune acelerado la cosa no tarda en desmadrarse en el estribillo, «Que te vayas, que te pires, no pienso volver ahí / Que te mueras, que me olvides, como te he olvidado a ti», para finalmente dejar las sutilezas abandonadas en el rellano:

«Casi pierdo a mis amigos y mis ganas de vivir / No me dejas hacer nada solo me quería morir / Y tú con tus putas mierdas / Eras tan insoportable / No me llames, no me escribas, no esperes que te hable […] Me cago en toda tu vida / Que casi arruinas la mía / Me cago en todos tus muertos / Que te vaya bien, pero quédate muy lejos». Otra cosa no, pero el mensaje quedaba claro.

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