A-Semaglutida: ¿Cuánto te importa tu peso?…

JotDown(R.Arese) — ¿Te importa tu aspecto físico? Posiblemente pertenezcas a ese 18.6 % de quienes afirman que cada vez les importa menos, lo que a mí no me encaja con lo que veo en los medios visuales, las fiestas y cenas, o simplemente andando por la calle. Si tan solo un 45 % de la gente dice que sí le importa, es que las encuestas y la realidad sufren una divergencia distópica.
Has de saber que, si dices que no te importa o además de decirlo lo crees, posiblemente pertenezcas a un grupo minoritario de esta sociedad que al menos hace lo suficiente para darnos a entender que sí le importa y mucho.
Mucho porque los gimnasios están llenos, las clínicas de estética crecen por la geografía de las ciudades españolas a razón de un 10 % anual, aumentando en unas 500 desde 2019 hasta las más de 7000 actuales. La sombra de la pandemia covid19 es alargada.
Si en España tenemos un sobrepeso de más de la mitad de la población incluso llegando al 20 % de obesidad, no es por la voluntad de la gente, «sí me importa o no me importa», sino por lo que cuesta no comer más de lo suficiente, sudar la camiseta o gastarse el ahorro postpandémico en la reconfortante experiencia de disfrutar en el quirófano.
Entre lo que nos gastamos en comer y en arreglar los desperfectos de lo que comemos se nos va lo que ganamos.
¿Te imaginas una pastilla que tratase la gordura? Sí, no hace falta que lo escondas con sobrepeso, unos kilitos de más, curvy o cualquier otro eufemismo, «dejar de estar gordo». Todavía sigo esperando escuchar otra cosa diferente a «los más pequeños» y «nuestros mayores», debe ser que no nos cansamos de oír siempre lo mismo.
¿Te lo imaginas? Pastillazo y fuera kilos, caber en el espejo estrecho del pasillo. Pues lo hay, pero no es una pastilla sino una inyección. Novo-Nordisk capitaliza por 520 000 millones de dólares en Dinamarca, que tiene un PIB de 400 000. Creo que este dato lo sabías, porque suele ser por donde empiezan los artículos sobre Ozempic.
Y es que la semaglutida, así se llama el substrato de Ozempic, y los demás agonistas parecidos a la proteína que simula al glucagón tipo 1 (GLP-1), la hormona mediadora de la regulación de glucosa en sangre y el apetito, son el principio de lo que pudieran ser cambios inesperados, las consecuencias inesperadas desde Adam Smith a Robert Merton, en el futuro de nuestras sociedades.
Se indicó para diabetes 2, pero sus efectos sobre obesidad y los limitados efectos gastrointestinales secundarios se convirtieron en lo más determinante. Además de Ozempic, Novo-Nordisk comercializa Wegovy y Rybelsus. La compañía farmacéutica Eli-Lilly con Mounjaro basado en la tirzepatida, otro análogo de GLP-1, le sigue a la zaga triplicando ventas cada año y con perspectiva cercana a los 50 000 millones de dólares para los próximos años.
Que sus ventas trimestrales en comparación a previsiones fluctúen el precio de la acción, y las amenazas de los genéricos, no acaban con la idea de que estos fármacos son un buen negocio. Un buen negocio, ¿por qué? Pues porque hay mucho sitio al fondo, hay mucha gente que si le bajan el precio de casi mil al mes por «otra cosa asequible» va a dejar de estar gordo con un pinchazo.

No solo uno y de golpe, pero será la forma menos incómoda y favorable de «un aspecto diferente». No serán pocos y por eso mi siguiente pregunta:
¿cómo va a cambiar esta sociedad si eso es posible para un número significativo de personas? ¿Cómo serán nuestros restaurantes cuando la gente quiera comer menos, pero seguir teniendo la experiencia de salir a compartir? ¿Cómo serán los gimnasios cuando la gente vaya por su salud y no necesariamente por su aspecto?
¿Cómo serán los supermercados cuando comer deje de ser compulsivo y saciante, para ser exclusivamente nutritivo y placentero? ¿Cómo será el mercado de la moda cuando también desaparezcan las compras compulsivas y las tallas en que está basada la industria actual? ¿Cuál es el porcentaje de población necesaria para que estos cambios no signifiquen transformaciones en un sector de la economía?
Los primeros cálculos nos hablan en el menor de los casos de un 12.5 %, 50 millones de personas en Estados Unidos, por ejemplo, hasta un 60 % dependiendo de la disponibilidad y requisitos regulatorios. Un cálculo de 20 % es de lo más prudente. Dime ¿de verdad crees tú que se salvará de este cambio en la actitud de una parte tan significativa como un 20 % cualquier sector de nuestra economía?
Pero es que las ventajas de disminuir de peso no se reducen al aspecto físico. También a la salud, el cambio en los hábitos de vida cuando los logros son factibles. Y también sobre la necesidad o no de estimulantes. La crisis de Fentanilo está mirando a Ozempic pero inversamente proporcional, un fármaco legal que no aumenta dependencia. ¿El alcohol? Está por ver, pero uno de los efectos de los pacientes con diabetes 2 tratados con agonistas GLP-1 es la menor ingesta calórica incluidas bebidas alcohólicas.
Necesitamos estudios, muchos estudios. Las previsiones hoy están en tres escenarios posibles. Quienes tomen estos medicamentos por estricta prescripción médica como fue al principio, el 11.5 % de la población es diabética diagnosticada (faltaría un 23 % del total que no están diagnosticados), tanto en Estados Unidos como en España, más un porcentaje hoy indeterminado de indicaciones cardiovasculares y hormonales.
Quienes los tomen por hábitos de vida saludables, un 15 % además de los anteriores. Y quienes lo hagan por su aspecto físico. Bueno, a muchos de quienes contestan las encuestas no les importa, pero parece que, a más de la mitad de la sociedad, sí. ¿Puede que estemos ante un cambio que no teníamos previsto dentro de nuestras agendas 2030 de todo incluido?
Los datos derivados de los millones de personas que desde 2017 han utilizado semaglutida, los tienes en este artículo. Las previsiones de lo que puede suponer de aquí en adelante, serán un espectáculo de un máximo interés. Creo que no te lo puedes perder, yo al menos pienso seguir observándolo.
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