Los países con más y menos población joven de la Unión Europea…

EOM(C.Hernando) — En 2023, la media de edad en la Unión Europea se situó en 44,5 años, una cifra que la consolida como la región más envejecida del mundo. Una de las manifestaciones más clara de este envejecimiento es la caída del porcentaje de la población joven que vive en la UE, donde en 2023 los menores de dieciocho años ya solo representaban un 19,1% de toda la población comunitaria, según datos de Eurostat.
Al mismo tiempo, el grupo poblacional de mayores de 65 ha crecido en casi seis puntos porcentuales —de 15,6% en el año 2000 al 21,3% en 2023— en el espacio comunitario. Este cambio en las dinámicas demográficas de la sociedad europea plantea serios retos para el futuro, particularmente en términos de sostenibilidad del sistema de pensiones, representación política y dinamismo económico.
Para que el sistema de pensiones funcione de manera equilibrada, es fundamental que haya suficientes trabajadores activos para sostener a los jubilados a través de sus aportaciones fiscales. Cuando la proporción de cotizantes por pensionista baja de dos, el modelo empieza a tambalearse.
En junio de 2024, la ratio española se situaba en 2,32 trabajadores por cada pensionista, pero, con la generación del baby boom al borde de la jubilación y cada vez menos jóvenes, la situación va camino de empeorar.
Aunque la tendencia es similar a lo largo y ancho del continente más envejecido del planeta, existe una diferencia de hasta 10 puntos porcentuales entre el porcentaje de población que representan los jóvenes menores de edad en los distintos países comunitarios.
En Irlanda, el país con más porcentaje de menores de 18 años, este grupo supone casi un cuarto de la población, el 24,6% en 2023. Le siguen Francia (22,3%), Suecia (22%) y Bélgica (21,1%). Son todos países del centro y norte del continente, caracterizados por sus sistemas de bienestar robustos, acceso a servicios públicos de calidad y políticas de conciliación laboral y familiar. También se benefician de una inmigración que contribuye, con unas tasas de natalidad más elevadas, a rejuvenecer la población.

De hecho, la región de París y la ciudad de Bruselas concentran algunas de las poblaciones más jóvenes de la UE. En esta urbes, las oportunidades de formación y de trabajo atraen a jóvenes europeos pero también extracomunitarios.
También países del este, como Rumanía, con un 20,7% de su población compuesta por menores de 18 años, presentan valores situados por encima de la media europea. Esto se debe en parte a un comportamiento tradicional de mayor natalidad entre su población, si bien enfrentan otros problemas demográficos como la emigración de los adultos jóvenes a otros lugares más productivos de la Unión Europea.
El caso de Irlanda tiene mucho que ver con la transformación posterior a la salida del Reino Unido del espacio comunitario. Desde entonces, Dublín ha ganado protagonismo como hub tecnológico y financiero, lo que ha contribuido a reforzar su atractivo para jóvenes profesionales del sector.
Empresas como Google, Meta o Salesforce han establecido allí sus sedes europeas, precisando de nuevos trabajadores jóvenes cualificados que, con buenos salarios y condiciones, se quedan a vivir en el país y forman allí sus familias.
También han crecido los flujos de migración no cualificada al país, especialmente de personas provenientes de Reino Unido, desde el brexit y el posterior endurecimiento de las leyes de asilo y migración.

– El sur de Europa y Alemania, a la cola
En el otro extremo, los países del sur de la Unión Europea — Malta, Italia, Portugal, Grecia, España —, junto con Alemania, son los que cuentan con una menor proporción de su población joven, todos ellos por debajo del 18%. Italia, por ejemplo, lleva años siendo uno de los países con menor tasa de fecundidad en Europa, lo que unido a la creciente longevidad de su población ha creado una pirámide poblacional invertida.
Alemania es la excepción centroeuropea. Aunque es la economía más grande de la Unión Europea, también ha sido la única economía del G7 que decreció en 2023, según apunta el FMI. La jubilación masiva de la generación del baby boom, y la reducción de la inmigración, que había ido en aumento la última década, harán caer su fuerza laboral más que en cualquiera de los países demás países del Grupo de los Siete.
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