Aspendos, el teatro romano de 1.863 años que resalta por su excelente estado de conservación…

Billiken(I.Risso)/L.B.V.(G.Carvajal) — Pocas construcciones del Imperio romano se conservan en un estado tan óptimo como el Teatro de Aspendos, ubicado en una ciudad homónima, sobre el extremo sur de Turquía.
Esta construcción, que tiene, aproximadamente, 1.863 años de antigüedad, sirvió como un recinto cultural emblemático, donde grupos de talentos organizaban espectáculos para multitudes.
Pero, con el correr de los años, abandonó la faceta mencionada y, finalmente, quedó en el olvido. Por fortuna, en el siglo XIX lo redescubrieron y, desde entonces, permanece bajo un constante trabajo de mantenimiento.
Gracias a los registros históricos que se recuperaron, es posible confirmar que el Teatro de Aspendos se construyó durante el siglo II y puntualmente abrió en el año 161.
La obra, que estuvo a cargo del arquitecto griego Zenón, se describe como un edificio de 96 metros de diámetro, que dispone de una amplia tribuna, diseñada sobre una pequeña colina, que originalmente tenía una capacidad máxima de 13.000 espectadores.

A su vez, el escenario, que es el sector mejor conservado, se colocó a los pies de una enorme pared de piedra. De este sector solo se perdió un techo de madera, que tenía 8 metros de profundidad.
Finalmente, otra de las mayores curiosidades es que en las paredes laterales del Teatro de Aspendos se detectaron 58 agujeros, que habrían servido como base para sostener un techo enorme, que protegía del sol a las personas que estaban ubicadas en las 41 filas de butacas disponibles.
Aunque el Teatro de Aspendos tuvo una gran popularidad, con el correr de los años quedó en desuso. Recién se volvió a utilizar en el siglo XIII, cuando los viajeros, que realizaban largas travesías en caravanas de carretas, se detenían en el edificio para descansar y pasar la noche.
Años más tarde, la estructura recuperó su esplendor al transformarse en el palacio residencial, donde vivieron algunas personas poderosas, pertenecientes a la dinastía selyúcida.
Pero, tras un nuevo abandono, las instalaciones de este recinto quedaron en el olvido. Hubo que esperar hasta el año 1871 para que el conde Landskonski confirmara su redescubrimiento.

– ¿El Teatro de Aspendos se convirtió en un punto turístico?
Durante los últimos 153 años, el Teatro de los Aspendos recuperó su magia, gracias a una serie de trabajos de mantenimiento. Es por eso que, desde hace décadas, conserva una nueva faceta cultural y representa la sede de numerosas presentaciones de ópera y ballet.
Al mismo tiempo, gracias a su llamativa historia, se convirtió en un punto turístico muy visitado por viajeros de Turquía, así como también por turistas internacionales, oriundos de diversos continentes.
Quienes deseen conocerlo, deben tener en cuenta que el Teatro de los Aspendos está ubicado a tan solo 40 kilómetros de la ciudad de Antalya, famosa por sus increíbles paisajes costeros.

La antigua ciudad de Aspendo (hoy Belkiz), situada a unos 40 kilómetros al Este de Antalya en Turquía, fue fundada según la tradición por griegos procedentes de Argos.
A lo largo de la Antigüedad cambió de manos en muchas ocasiones, aunque siempre se mantuvo como la ciudad más importante de la región de Panfilia.
Los romanos edificaron allí un gran teatro, hoy en día considerado el mejor conservado del mundo. Solo otros 11 teatros romanos mantienen en pie la escena (el Scaenae frons situado tras el escenario), dos de ellos en España.
La ciudad fue dominada primero por los licios y después por los persas, que la consquistaron en el año 546 a.C. Atenas la reconquistó en el 465 a.C. incorporándola a la Liga Délica, volviendo a caer bajo dominio persa en 411 a.C. Alejandro Magno la capturó en 333 a.C. y finalmente los romanos la tomaron y saquearon en el 190 a.C.
El teatro de Aspendo fue descubierto en 1871 por el conde Landskonski. Se construyó durante el reinado del emperador Marco Aurelio entre 161 y 180 d.C. El arquitecto fue Zenon, un griego local, que diseñó una estructura con 96 metros de diámetro y capacidad para unos 15.000 espectadores.
Todavía se conserva la escultura de Zenon, con una inscripción de agradecimiento por parte de los habitantes de la ciudad.
Siguiendo la tradición de los teatros griegos una parte de la cavea se asentó sobre la falda de la colina donde se alza la acrópolis, mientras que el resto está sostenida por arcos abovedados, alcanzando una altura similar a la de la escena y dándole un aspecto compacto, como si fuera una fortaleza. Tiene 39 filas de asientos.

En algunos de éstos se han encontrado nombres inscritos, lo que parece indicar que estaban reservados. También se hallaron 58 agujeros en la parte superior del recinto, donde se instalaban los mástiles que soportaban el velarium que protegía a los espectadores de los elementos.
A pesar de la decadencia de la ciudad a finales del período romano y durante la época bizantina, los turcos selyúcidas lo mantuvieron en pie, restaurándolo y utilizándolo como caravasar (una especie de antiguas posadas para caravanas de comerciantes). En el siglo XIII la escena fue utilizada como palacio, lo que contribuyó a su conservación prácticamente intacta.
Solo otros 11 teatros romanos en el mundo mantienen la escena entera o buena parte de ella. Entre éstos se encuentran el Teatro Romano de Mérida y el de Acinipo en Málaga, muy cerca de Ronda.
El Teatro de Sabratha en Libia, restaurado tras la Segunda Guerra Mundial, fue considerado por algunos autores como el más esclarecedor ejemplo preservado de scaenae frons, aunque lamentablemente ha sufrido las consecuencias del actual conflicto armado.
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